“La desvalorización del
mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas”.
Carlos Marx
El “Caso Penta” es la temática en boga de
estos días en Chile y lo seguirá siendo por bastante tiempo. Implica a nuevas y
viejas figuras de la fracción hegemónica y de su representación en el nivel
político. Esa relación dialéctica entre los poderes económico y político no
debiera causarnos extrañeza, pero, para muchos y digámoslo, ello sólo era un
mito o un hecho del pasado. Inclusive, el partido más enlodado en todo esta
cascada de delitos, la nefasta UDI, ayer ha manifestado que lamenta lo ocurrido
y que se disculpa frente a la ciudadanía, pero que sólo lo hace respecto de “cualquier
conducta individual",[1]
restándole todo carácter de generalizada y extendida a la muy evidente relación
entre el gran capital y las fuerzas políticas que ayudan a mantener y reproducir
el sistema de dominación.
La
investigación del caso, llevada a cabo por el fiscal Carlos Gajardo, ha tenido
mucho de gris y de misterio, con informaciones sobre los hechos que brotan
como trascendidos, cuando no como filtraciones, lo cual es muy común en estos
casos en que la podredumbre bajo la alfombra salpica a tirios y troyanos.
El
conjunto de delitos económico-políticos y de variadas aristas conocido como “Caso
Penta”, comenzó a revelarse al ser efectuada una simple investigación tributaria
por parte del SII, donde se indagaba una posible utilización fraudulenta del
Fondo de Utilidad Tributaria (FUT),[2]
debido a que el consorcio Penta[3]
declaraba sus montos a tributar con cifras mucho menores al valor real de sus utilidades.[4]
En general, la cosa comenzaba cuando la empresa declaraba correctamente sus
montos a tributar y hacía, como se estila, una solicitud de devolución del FUT.
El siguiente paso involucraba a un funcionario del SII, que ingresaba al
sistema y alteraba el monto a ser devuelto, necesitando para ello sólo la
contraseña. Al ver esta irregularidad, el SII comenzó una investigación que
apuntó directamente al jefe del SII Oriente, Iván Álvarez, quien le ofrecía
este “servicio” a distintas empresas
a través de sus contadores (una primera duda: ¿qué pasó con las otras empresas,
fuera de Penta, que se prestaron para complotar con éste ex funcionario público?).
Esto llevó a que el susodicho fuera formalizado y se encuentre hoy en prisión
preventiva, debido a una serie de devoluciones de impuestos indebidas.
Existen
antecedentes que señalan que Álvarez ya trabajaba devolviendo platas públicas,
fraudulentamente, en 2009.[5]
Fue ese año, también, que conoció al “guatón” Jorge Valdivia Rodríguez, un
charlatán que decía que había pertenecido a la CNI, cuando en realidad sólo
arreglaba sus autos; decía que era padre del futbolista homónimo, cuando no
tenían parentesco; decía que era novio de la hermana del director regional
Oriente del SII, Bernardo Seaman, cuando sólo eran amigos; se auto asignaba el
rol de martillero público, cuando nunca remató nada. Con Valdivia, Álvarez
extendió la red de informantes de claves de contribuyentes (que robaban para
poder realizar las triangulaciones) y quien le contactó con el gerente de Penta
III Hugo Bravo, “haciendo todo tipo de
requerimiento que éste le hacía”. Entre las declaraciones de Álvarez, éste explicó
el funcionamiento del sistema y afirmó que había trabajado con Bravo, cometiendo
fraude en dos empresas del banquero: Inversiones y Asesorías Challico Ltda. y
Administración e Inversiones Santa Serella Ltda. Por este fraude al FUT,
recibió de Bravo $4 millones que fueron pagados por el contador del Grupo
Penta, Marcos Castro.
Hasta
hace poco,[6]
el SII calculaba que el perjuicio fiscal por el fraude alcanzaba la brutal suma
de $2.706.332.393. No contabilizaban aún las supuestas devoluciones que habrían
conseguido las sociedades de Penta y Hugo Bravo gracias a Valdivia y Álvarez,
que en 2011 se trasladó a la Dirección de Grandes Contribuyentes. Hoy se
calcula que estas se empinan sobre los $3.000 millones.
El
negocio se cerró recién en octubre de 2012, cuando el SII finalmente bloqueó la
posibilidad de rectificar en línea la cifra del código 167, “PPUA con derecho a
devolución”.[7]
Luego de tres años de perfecto funcionamiento, la máquina defraudadora diseñada
por Álvarez comenzaba a oxidarse.
Al
ponerse al tanto a la PDI, ésta comenzó a investigar al holding. Fue en ese
momento cuando se descubrió otra arista del negociado: un mal uso de boletas de
honorarios emitidas a nombre de las cónyuges de los fundadores de Penta, Carlos
Délano y Carlos Lavín (Otra duda: ¿dichas mujeres, serán procesadas por su
complicidad?) Con esto se disminuía la base imponible por parte de las empresas
Penta. Se calcula que el monto que evitaron pagar en impuestos fue de $400
millones. Dicha acción era realizada por un funcionario del SII que ingresaba
ésta solicitud al sistema.
Bravo,
igualmente procesado, no tardó en abrir la boca y develó la otra arista de esta
serie de delitos, muy sabrosa: la política. Afirmó que prominentes figuras del
ambiente estaban inmersas en el caso, a través de aportes contra boletas para
financiar sus campañas, apuntando específicamente a los UDI Iván Moreira,
electo senador por la región de Los Lagos; Pablo Zalaquett, candidato a senador
por Santiago Poniente; Laurence Golborne, candidato a senador por Santiago
Oriente; Ena von Baer, senadora por la región de Los Ríos; Pablo Longueira y Jovino
Novoa. También recibió lo suyo Andrés Velasco, ex pre-candidato presidencial de
Fuerza Pública. Cabe agregar que a
Novoa, lo terminó de inmiscuir el mismo “Choclo” Deláno.[8]
El
expediente del “Caso Penta” fue liberado por la fiscalía el 31 de diciembre.[9]
Contiene los cinco testimonios entregados por el ex gerente del holding Hugo
Bravo, la versión del contador Marcos Castro y de quien les lleva las cuentas a
dos fundaciones relacionadas con el ex candidato presidencial independiente
Andrés Velasco, Jorge Olave Marilef. También, allí están los dichos del ex
fiscalizador del SII Iván Álvarez y su nexo con Penta. A lo anterior se suman
las versiones entregadas por distintas personas sobre el vínculo del grupo con
el ex subsecretario de Minería del gobierno de Piñera, Pablo Wagner, a quien el
Banco Penta le pagó $42 millones de pesos –en distintos cheques– mientras
ejercía el cargo.
Lo
de Wagner, un avivado militante UDI, merece un capítulo aparte. El SII presentó
ayer ante el 8° Juzgado de Garantía una querella criminal por delito tributario
en contra del ex subsecretario y de su cuñada, María Carolina de la Cerda.[10]
Esto por la facilitación y uso de boletas de honorarios falsas, la obtención de
devoluciones de impuestos indebidas y la omisión de ingresos en las
declaraciones de Impuestos a la Renta en que incurrió el ex subsecretario. Se
trata de al menos 59 boletas de honorarios ideológicamente falsas emitidas
entre los años 2009 al 2014, por un monto total de $120 millones, las que
tuvieron como destinatarios a las empresas (¿adivinen?) Inversiones Banpenta
Ltda.; Inversiones Penta III Ltda; Empresas Penta S.A., además de Administradora
Génesis Capital S.A.; Génesis Consulting & Capital S.A.; Sociedad Química y
Minera de Chile S.A. y a la sociedad Díaz, Moulian, Silva y Wagner Gestores
Ltda. De acuerdo con los antecedentes analizados por fiscalizadores y abogados
de la Subdirección Jurídica del SII, María Carolina de la Cerda, a instancias
de Pablo Wagner, facilitó a las empresas ya señaladas boletas de honorarios por
servicios que jamás se prestaron, conducta que permitió la omisión de estos
ingresos en las declaraciones de impuestos por parte de Wagner y la obtención
de devoluciones indebidas por parte de ambos querellados. Nótese que la
querella afecta a una empresa, “Díaz, Moulian…”, donde tanto Wagner como el presidente
de la UDI, el impávido Ernesto Silva, son socios desde 2005.[11]
Si esta fuera una democracia de a veritas, lo que no lo es, el efecto domino para
que caigan los ahijados de la dictadura estaría por comenzar. Pero, más que
seguro, RN y la NM le pondrán paños fríos a una problemática en la que pudieran
resultar dañados y por ende toda la vorágine será atenuada y los culpables
serán protegidos por el velo de la relatividad moral y ética de estos nuevos
tiempos.
Pero
aún nos resta decir una última cosa sobre el pobrecito Wagner. Por sus culpas, ayer
mismo éste se vio obligado a renunciar a su cargo de director de Cruz Blanca,[12]
porque seguramente será formalizado por el “Caso Penta”, acusado de cohecho y
lavado de activos.
Y
prosiguen las filtraciones.[13]
Este domingo 4, merced a que fueran incautados los computadores de los ejecutivos
de Penta, Hugo Bravo, Marcos Castro y Horacio Peña, y de los socios
controladores, Carlos Alberto “Choclo” Délano y Carlos Eugenio Lavín, por parte
de la BRIDEC de la PDI, se filtraron los emails intercambiados entre dicha
manga de financistas y el lote de pedigüeños politicastros de la derecha y
hasta de cercanos de la Nueva Mayoría. Así, supimos de solicitudes de billete
por parte del estulto senador Moreira, quien recibe sus suculentos millones y emite
varias boletas (con lo que se descarta la chiva de los gastos reservados),
procediendo a repartir parte de la millonada a Eduardo Montalva (su encargado territorial),
a Isabel Marinovic (su querida), a Rodrigo Molina (su chofer), a Verónica Nieto
(secretaria de la UDI) y a Andrea Schultz (su secre en el congreso). También estiraron
su mano la apitutada senadora UDI Ena von Baer, quien se quejaba de lo empobrecida
que la había dejado su campaña política y el diputado Evópoli Felipe Kast, quien
invalidaba que la derecha ganase la presidencial y que por ello aseguraba que
lo mejor era apostar a los candidatos al congreso. Figuran, asimismo, emails de
Carmen “Coca” de Castro, jefa de campaña del UDI Pablo Zalaquett.
También,
existen correos de ejecutivos de Penta, como el enviado por el gerente general
Manuel Antonio Tocornal al contador Marcos Castro, enviando adjunta la boleta
de Jorge Olave por $5 millones como "pago
aporte a Andrés Velasco". Y lo mismo, entre el director de Penta Security,
Francisco Silva, y el gerente general de la misma, Fernando Cámbara, para que
incluya en la lista a electo diputado UDI Jaime Bellolio por $1,5 millones.
De
comprobarse las más que evidentes irregularidades en algunas de estas
operaciones, se podrían alegar infracciones a la ley electoral y posibles
delitos tributarios, por omitir información en declaraciones tributarias e
instrumentos públicos. De ahí que varios congresales (y también los perdedores
en las pasadas elecciones), tanto de derecha como de la NM, se muestren muy preocupados
y corridos en estos días.
Los
inculpados se defienden. Zalaquett aclaró que efectivamente recibió dinero de
Délano, pero por aporte reservado. Golborne aseguró haber presentado su
declaración de gastos al Servel y que fue aprobada (¿?). Ernesto Silva,
presidente de la UDI, también se ha visto afectado por la investigación, como
dijimos más arriba, pero también por ser sobrino de Délano, y resulta que las
familias Silva y Délano son co-fundadoras de la Universidad del Desarrollo. En
fin, Silva y von Baer no se han pronunciado al respecto o han dado respuestas
evasivas. Velasco, por su parte, ha insistido en que los de Penta le pagaron
por “servicios prestados”.[14]
Uno de los llamados a declarar por estas conexiones es el chofer de Iván
Moreira, Molina, quien habría emitido boletas millonarias a Penta, así como la
secretaria de Jorge Manzano, cientista político de (¡otra vez!) la UDI y ex
secretario general de ese partido.
Toda ésta sarta de
ladrones, agiotistas y aprovechados se declaran profunda y definitivamente inocentes.
Por tanto, si la evidencia sobre todos los delitos que han acometido es del
porte de una catedral, sólo nos cabe pensar que, o bien reniegan de toda moralidad
o bien la pervierten a su conveniencia, actuando en ambos casos como unos
vulgares perjuros, carcomidos por la codicia, la avaricia y la mentira.
En atención a sus
pecados y después que la justicia terrenal chilensis sólo les aplique unas
penas sucintas y más encima remitidas, ¿nos quedará al final la esperanza que todos
ellos lleguen a arder en el infierno?
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA –CHILE
Enero 10 de 2015
[2]
El FUT, creado en dictadura como una de las formas de resguardar y encubrir las
ganancias de los grandes empresarios, corresponde a las utilidades que genera
una empresa y que no se retiran, por lo que al no ser distribuidas no quedan
registradas en la base imponible del impuesto global complementario. Además, al
momento ser cobradas dichas utilidades por parte de ‘personas naturales’ (en
realidad los dueños), en vez que estas paguen un 30% de impuesto sólo pagan un
10%, pues la empresa ya pagó el 20%.
[3] Penta
es un consorcio financiero, integrado por el banco homónimo y sus filiales:
Penta Corredores de Bolsa y Penta Administradora General de Fondos. En: http://www.bancopenta.cl/Portals/0/~/Inicio/iInformacionalPublico/iGobiernosCorporativos/tabid/250/Default.aspx
Al trasluz de los sucesos recientes, resulta irónico leer su “Pauta de Conducta y Políticas de Recursos
Humanos”, que en su página 13 asegura que: “En Banco Penta la ética constituye el elemento rector de todas sus
actividades, por lo que se dará énfasis al carácter intransable del
comportamiento ético”. En: http://www.bancopenta.cl/LinkClick.aspx?fileticket=ny_Xnho1oPA%3d&tabid=250
[7]
Pago Provisional por Utilidades Tributarias (PPUA), que es una devolución del
Fisco al contribuyente.
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