Para
nadie es un secreto que la justicia chilena es clasista, insuficiente y tardía.
No por nada el Programa de DDHH del ministerio del interior informó, en su
balance 2014,[1]
que en cuanto a los juicios que se siguen por delitos cometidos durante la
dictadura cívico-militar existen 1.045 causas abiertas por crímenes de lesa
humanidad, hay 1.073 ex agentes procesados, acusados y condenados, de los
cuales 281 tienen sentencia a firme y ejecutoriada, pero sólo ¡75! cumplen una
pena de prisión efectiva.
Uno
de ese escaso millar de esbirros procesados es quien fuera coronel y hasta alcalde
en ésta falsa democracia Cristián Labbé, el que ha tenido la desvergüenza de
declarar que es un ‘perseguido’ por las instancias judiciales y por el
organismo gubernamental de DDHH.
Labbé,
quien no da muestras de arrepentimiento por su pasado criminal ni por la oprobiosa
obra de la dictadura cívico-militar, en la cual participara activamente, intenta
presentar las acusaciones en su contra como circunstanciales, pero la verdad es
que, al contrario, son serias y fundadas. El mérito del proceso demuestra que
son válidos los cargos en su contra como integrante de asociación ilícita y que
tuvo participación en varios casos de torturas y crímenes de detenidos en el
regimiento de Tejas Verdes, en San Antonio, el cual estaba comandado por el cruel
general Manuel Contreras y la cuna donde naciera la DINA. Además, está procesado
por otro caso de torturas, esta vez a detenidos en la región de Valdivia, entre
1973-1974.
Sobre
éste último caso, en agosto de 2014, Cambio21[2]
dio a conocer antecedentes inéditos de la causa por torturas sufridas por Harry
Cohen Vera, que se sigue en Valdivia en contra de Labbé, entonces teniente de
Ejército en la unidad que comandaba el general Nilo Floody. Dicha organización
terrorista, instalada en la zona entre 1973-1974, tenía por fin reprimir al MIR
y cualquier foco de resistencia en contra de la dictadura. Sobre el particular,
a Labbé se le imputa haber presenciado y participado de los apremios sufridos
por Cohen y otras personas y haber estado a cargo de la unidad que los mantuvo
cautivos sin orden judicial alguna. Harry Cohen, 22 años por aquel tiempo, fue
detenido el 7 de noviembre de 1973 cuando se dirigía desde Santiago a Futrono,
donde residía parte de su familia. Lo hacía cada cierto tiempo por razones de
negocios y por encargo de su hermano, quien residía con él en Santiago. El pelo
largo y la barba destacaban en la desgarbada figura de un muchacho de aquella
época, ajeno a la política, más preocupado de su trabajo como técnico eléctrico
y de ayudar a los suyos. Lo que vendría después, sí que no estaba en lógica
alguna. "Yo no era activista ni
militante político -señaló Harry Cohen a Cambio21-, era un observador de lo que
pasaba".
"Ante mi apareció un militar fuertemente
equipado, quien mirándome de manera amenazante me gritó: ¡baja la mirada concha
de tu madre!... Ante la sorpresa y el temor, no reaccioné en forma instantánea,
provocando en él un estado de histeria que derivó que sustrajera el arma
cortopunzante conocida como corvo, avanzara hacia mí y profiriendo insultos y
amenazándome con cortarme el cuello...". No era otro que el teniente
boina negra Cristián Labbé Galilea, ex alumno de la tristemente conocida Escuela
de Las Américas de los Estados Unidos.
Para
Cohen, "las torturas que sufrí
fueron sin sentido, las preguntas acerca de lo que hacía yo o mi familia eran
acompañadas de descargas de corriente, que aumentaba si no les parecía adecuada
mi respuesta (...) en cada oportunidad que fui torturado era izado con mis
manos amarradas a la espalda, capucha en mi cabeza y electrodos puestos en
brazos, pies y caderas. Era un ritual que comenzaba en silencio y luego se
venían las preguntas, insultos y amenazas. Los golpes de corriente eran
insoportables", indicó. Tres eran las voces que interrogaban una y
otra vez. La del miembro de la DINA, Cristián Labbé, era inconfundible para
Harry Cohen: "Tengo claro quién me
torturo y me amenazó matar con un corvo, era Cristián Labbé, cómo no voy a
estar seguro si lo miré a la cara y lo vi abalanzarse encima mío mientras me
insultaba. Además, lo escuché e identifiqué su voz en mis interrogatorios y
además me lo ratificó el sargento Barra. Cuando me interrogaba, era claro
distinguir su voz, pues lo vi y escuché claramente cuando me amenazó",
afirma sin dudas. Las sesiones de torturas se prolongaron por días, así consta
no solo del testimonio de Harry Cohen sino que además del de los otros
prisioneros que sufrieron también el rigor de los flagelos. "Fuimos torturados con electricidad, nos
amenazaban con corvos en el cuello, nos intentaron fusilar mientras estábamos
vendados", afirma Bernardo Santibáñez, compañero de celda y desdichas
de Cohen, en la causa rol 5-2013.
Pasó
mucho tiempo y en la Corte de Apelaciones de Valdivia, el 4 de septiembre pasado,[3]
Labbé tuvo que prestar declaración legal tras ser acusado de participar en torturas
en la comuna de Futrono el año 1973. Entonces, el ex integrante de la DINA fue
interrogado en calidad de inculpado por los hechos que lo sindicarían como el
responsable de torturas en contra de Harry Cohen Vera. El ministro instructor
de la causa, Juan Ignacio Correa, dijo que tras interrogar a Labbé en
dependencias de la Corte, el ex DINA negó su participación en estos hechos. Pero,
algo recuperó de su memoria y tuvo que reconocer que sí estaba en la zona de
los hechos en aquella época. No pudo contradecir a los múltiples testigos que
lo ubicaban allí, lo que en declaraciones anteriores había negado. En su nuevo
testimonio, negó, eso sí, haber participado en torturas: "Nunca en mi vida he aplicado apremios a
persona alguna", señaló el patético esbirro.
Todas
las declaraciones de testigos directos en la señalada causa, han sido
coincidentes en ubicar a Cristián Labbé entre octubre y noviembre en la zona y
en el lugar de los hechos. Testigos que lo vieron e incluso hablaron con él,
como otro detenido sin orden judicial, Jaime Rozas, quien asegura en sus
declaraciones: "En ese momento
conocí a un oficial de Ejército (...) el que me dijo que era de apellido Labbé
(...) quien conversó conmigo, me preguntó de dónde venía, le dije que de
Futrono y le pregunté si era familiar de una familia Labbé de Futrono y me dijo
que no". Rozas hablaría cara a cara varias veces con el teniente,
identificándolo también como uno de sus torturadores. Según la querella, el
joven fue detenido por militares de manera violenta para ser trasladado a un
recinto policial, presuntamente bajo secuestro y en donde habría sido
torturado, acusándolo de ser un terrorista.
Pasa
el tiempo y en una nueva resolución, fechada éste jueves 15 de enero, dictada
en el proceso que instruye el Ministro en Visita Extraordinaria Juan Ignacio
Correa Rosado, de la Corte de Apelaciones de Valdivia, en contra de Cristián
Labbé, se ordena su comparecencia para ser careado el próximo 20 de febrero con
Harry Cohen. La notificación la practicará la Policía de Investigaciones, por
orden del juez.
Otro
de los que deberá comparecer el próximo 20 de febrero ante el magistrado para
ser careado con Cohen es el periodista que gustaba andar vestido de militar en
aquella época para cubrir las noticias y que, en realidad, como consta en el
proceso, no eran sino que "puestas
en escena", verdaderas mascaradas que buscaban ocultar crímenes y
abusos, tan típico de la prensa servil de aquella etapa negra de nuestra
historia. Se trata de Eduardo Hunter Abarzúa, quien además es presidente
regional de Renovación Nacional y ha ocupado diversos cargos al interior de esa
colectividad. Hunter se encuentra también en calidad de inculpado, e interrogó
personalmente, con traje militar de combate y en condición de corresponsal de
guerra, a Harry Cohen. En tal condición, publicó un reportaje en la revista
VEA, sindicando a Cohen como un "peligroso guerrillero". Cohen jamás
militó en partido alguno y menos tenía relación con la política. Pero según el
"periodista", era un peligroso extremista.
Las
diversas declaraciones que constan en la causa, entre ellas las confesiones de
los inculpados, los testimonios de las víctimas, así como las evidentes
contradicciones de Labbé y Hunter, se coronarán con este careo, tras el cual el
tribunal deberá pronunciarse acerca del procesamiento de Labbé, el que parece inminente.
Concuerda
con ello el abogado Luis Toro: "Los
elementos que basan las presunciones en contra de Labbé son más categóricos aún
que los que hubo contra Rosauro Martínez e incluso cuando lo procesaron en
Tejas Verdes. Los expedientes conllevan certeza procesal, luego quedan en
evidencia sus mentiras en 6 expedientes", asegura.
¡NI OLVIDO NI PERDON: VERDAD, JUSTICIA Y
MEMORIA!
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA-CHILE
Enero 18 de 2015
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