“Chile. Ante la concentración de la televisión digital”
Los Canales comunitarios -asociados en TV
Comunitarias de Chile- manifiestan nulidad en el apoyo a éstos por parte del
Consejo Nacional de Televisión y la SUBTEL, luego que ambos lanzaran el plan de
la TV Digital, el pasado viernes 10 de marzo, en Talca.
Cerca de nueve minutos dura el video donde uno de los canales asociados –El 3 de Conce-, leyó
una carta abierta a nombre de éste y más de 10 canales repartidos de
Arica a Chiloé para repudiar la poca prolijidad con que los entes rectores de
la televisión (CNTV, presidido
por Oscar Reyes) y del espectro radioeléctrico (SUBTEL, presidido por
Rodrigo Ramírez) tomaron acerca de los canales surgidos y articulados por
pobladores y organizaciones sociales siempre enmarcados en un territorio
determinado. Todo tras el anuncio oficial sobre el despliegue de
la TVD en Talca el viernes 10 de marzo pasado.
TV Comunitarias nace en enero del 2015 en la Señal 3 La
Victoria junto a canales de Arica, el Gran Santiago, Pichilemu,
Concepción, Temuco, Wallmapu y Queilén entre
otros para trabajar en conjunto por el derecho a la comunicación y la
democratización del espectro y contenido en la televisión a favor de las comunidades,
movimientos sociales y expresiones invisibilizadas, todo para apoyar en los
procesos populares y ciudadanos sin ánimo de lucro.
Es por aquello que, la intención de la carta
busca tomar en cuenta sus demandas que aún no son tomadas en serio y a su
vez, lograr que las señales populares consigan algunas de las 116
frecuencias con que la SUBTEL y el CNTV ofrecen en forma de concurso a nivel
nacional.
Acá compartimos la declaración en íntegro:
Carta
Abierta al CNTV y la SUBTEL sobre la TVD y la televisión comunitaria
El
día 3 de marzo reciente, se realizó en el Hotel Park Plaza (Santiago) un
encuentro para hablar sobre la tv comunitaria, convocada por el Consejo
Nacional de Televisión (CNTV) y donde se informaría sobre el Fondo de Fomento
de Interés Comunitario que este organismo entrega y sobre las concesiones de
señales digitales para los canales comunitarios de Chile. Pocos canales
comunitarios asistieron ese día. La directiva de nuestra asociación decidió
restarse, pero dio libertad para que cada canal asistiera al evento si así lo
estimaba pertinente, siendo TV8 Peñalolén y Oveja TV los únicos asociados
presentes. Por otra parte, 3 canales que se autodefinen como comunitarios
también asistieron: ISB de San Bernardo (de la Iglesia Católica), QTV Canal 6
de Quilicura y LTV de población La Legua. El resto de los asistentes
pertenecían a empresas productoras y organizaciones varias.
Tras
reunir en incontables ocasiones, y luego de que el CNTV asistió 2 veces
seguidas al encuentro de televisoras comunitarias, donde se le han hecho
peticiones, exigieron definiciones e intentamos incidir en su toma de
decisiones, sin resultados evidentes, la asociación decidió restarse del
encuentro porque así lo decreto pertinente, debido a la sensación de nulo
avance que se tiene con las autoridades respecto del tema de la tv comunitaria.
Muy
pocas personas conocen lo que es un canal comunitario, y muchas menos vieron
alguna vez la programación de uno. Somos organizaciones que venimos trabajando
en las sombras, bajo la línea por décadas y alejados del bullicio de los
canales grandes. Nosotros hacemos programas pequeños, simples, sin mucha
parafernalia, y se abarcan en la conversación, la política, las noticias, la
realidad de la organización social; las expresiones musicales, culturales,
costumbristas, desde los pueblos originarios, entre otros. Somos organizaciones
que apoyamos y damos cabida a otras, que de alguna forma somos quizás incluso,
la voz de la población organizada, o al menos en eso pretendemos convertirnos.
Muchos de nosotros llevamos 3, 5, 10, 15, 20 años trabajando, generando
vínculos, estrechando lazos, haciendo un trabajo de hormiga y a la sombra de la
legalidad; o mejor dicho, en la más absoluta ilegalidad, que no es lo mismo que
ilegalidad.
Por
lo anterior, nunca hemos podido postular a financiamiento pertinente a nuestra
costosa área de trabajo social. El CNTV no nos consideraba, el avisaje privado
y estatal tampoco, CORFO y Consejo de la Cultura tampoco, etc. Y por lo mismo,
el financiamiento de nuestras organizaciones ha sido precario y difícil, con
mucha peña y evento de autogestión, con mucho ingenio y perseverancia. Y
también con mucha libertad.
El
CNTV entiende la producción comunitaria como cualquier tipo de programa de TV
que rescate algún gesto cultural de alguna comunidad cualquiera. El fondo de
producción comunitaria no contempla la territorialidad, que es un tema básico
de los canales comunitarios porque estos actúan, siempre, sobre un territorio
determinado. No contempla el trabajo con otras organizaciones ni la trayectoria
del canal como un factor de importancia a la hora de evaluar y financiar
proyectos. No contempla, finalmente, que lo comunitario viene de la comunidad,
y que una empresa productora u otro, no necesariamente cumple con dichos requisitos.
Para la definición de comunitario del CNTV, cualquier canal de tv regional,
productora, iglesia, fundación, etc. puede realizar contenido de “interés”
comunitario, y por ende el fondo de producción comunitaria puede financiar
proyectos de organismos que no son organizaciones sociales ni comunitarias de
tv, pero que ponen, de alguna forma, en relieve, muchas veces como ente
observador externo, cualquier aspecto socio cultural, idealmente no político,
de una comunidad determinada, mientras más pobre y necesitada dicha comunidad
mejor. De esta forma el CNTV dice que apoya a los canales comunitarios, pero en
verdad no lo hace: financia proyectos que puede que efectivamente sean
comunitarios y/o de interés comunitario, pero definitivamente es cada vez más
reacio en aportar recursos directos a proyectos provenientes de canales
comunitarios de tv.
Luego
del tema del fondo de producción comunitaria abordado el 3 de marzo por el
CNTV, se dio el paso por la Subsecretaria de Telecomunicaciones, SUBTEL, al
tema más importante que nos convocaba, la concesión de señales de tv
comunitarias.
Hoy
estamos en la última lucha por los remanentes de la señal radioeléctrica, que
es el mayor bien a conseguir, el santo grial de cualquier canal de televisión.
Para los canales de tv comunitaria es la luz que ha iluminado nuestro camino y
ha guiado nuestros pasos, el sueño, la promesa, el objetivo final, el paso a la
adultez, la madurez, nuestro sueño: convertirnos en un canal “de verdad”, ser
reconocidos, aceptados, escuchados, respetados, por primera vez. Sin embargo,
cuando se estaba legislando respecto de la tv digital y las señales
comunitarias, no se tomó en cuenta la opinión y lucha de los comunitarios, se
establecieron concesiones con intereses mercantiles y la tv se consolidó una
vez más como un negocio. En países como Ecuador el espectro se repartió en 3
partes igual: un 33% para privados, otro 33 por ciento para señales estatales y
otro tercio para comunitarios de todo el territorio. En Chile en cambio, se le
garantizó, irrestrictamente, la señal a los canales “grandes” ya existentes que
fueran poseedores de una concesión análoga. Se les respetó la antigüedad.
Del
total del espectro, a los canales comunitarios no se les garantizó nada; por el
contrario, se estableció que el 40 por ciento del remanente -es decir, el 40
por ciento de lo que sobre (en lugares como Stgo las concesiones sobrantes
quizás ni existan)- se repartiría, sin saber en qué forma, entre canales religiosos,
regionales (empresas), locales (nadie sabe lo que son), municipales y
comunitarios. Es decir, la ley garantiza que los canales comunitarios deberán
competir por las señales contra iglesias, empresas, municipios y otros, sin
tener ninguna garantía de cupos a recibir. Ya por si sola esta norma de la ley
de tv digital, es una lápida difícil de eludir a la hora de hablar de las
concesiones de televisión.
Ya
establecido este reglamento, que nos pilló por sorpresa y mal organizados, los
canales comunitarios quedamos en mal pie y tuvimos que cambiar nuestras metas,
objetivos y exigencias. Se solicitó en varias oportunidades al CNTV que a la
hora de evaluar la entrega de señales de tv comunitarias se tomara en cuenta la
antigüedad, las redes de colaboración ya establecidas, el trabajo con la
comunidad, etc., de los postulantes a una señal. Es decir, se les pidió que le
dieran la importancia que merece al asunto, que estudiaran, que hicieran la
pega, que metieran las manos al barro, que no entregaran todo por concurso,
sino que se metieran en las comunidades y entendieran lo que estamos tratando
de lograr. Sin embargo, en la reunión convocada esta semana por el CNTV se
mostraron los ítems a evaluar que serían importantes para ganar una concesión
televisiva comunitaria. Ninguna de nuestras solicitudes fue escuchada.
El
día 10 de marzo de 2017, el CNTV y la SUBTEL, en Talca, dieron el puntapié inicial
(con bombos y platillos) a la campaña mediática que reparte y descuartiza el
espectro radioeléctrico, es decir las señales de televisión. Me imagino que don
Oscar Reyes, presidente del CNTV, dirá, como tantas otras veces, que su
organismo apoya a los canales comunitarios, que somos importantes para ellos,
que ellos nos quieren “ayudar”, sin embargo, para nosotros, la verdad es otra,
exactamente opuesta de hecho.
Atentamente,
Asociación
de Canales Comunitarios de Chiles y sus asociados
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