Extracto de “LA REVOLUCIÓN RUSA Y LA FORMACIÓN DE LA URSS”
2.-
De la revolución de 1905 a la Primera Guerra Mundial
2.1.-
La revolución de 1905
La política
inmovilista de Nicolás II (zar desde 1894) no hacía presagiar ninguna concesión
de carácter liberal, estaba convencido de que era su deber ante Dios era gobernar
como un autócrata. Pero la guerra ruso-japonesa (1904-1905) produjo un giro
fundamental en los acontecimientos.
La iniciativa
partió de Japón (los japoneses atacaron sin previa declaración de guerra las
instalaciones rusas en Port Arthur, pues su presencia amenazaba el control de
Japón sobre Corea y su expansión a Manchuria) pero las autoridades rusas
esperaban que la guerra uniese al pueblo en torno al zar. Sin embargo, la
derrota militar y la crisis económica derivada de la situación bélica avivaron
el descontento popular desencadenando la revolución de 1905.
En los primeros
días de 1905, Rusia era un polvorín y la mecha se encendió el “Domingo
Sangriento”. El domingo 9 de enero (22 según el calendario occidental) una
manifestación pacífica de miles de personas, conducidas por el pope Gapón, se
dirigió al Palacio de Invierno en San Petersburgo para solicitar mejoras
laborales (jornada de ocho horas, libertad sindical y aumentos salariales) y
cambios políticos: la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
Las tropas
dispararon contra los manifestantes, que portaban retratos del zar e iconos,
causando un gran número de víctimas.
La atrocidad del Domingo Sangriento precipitó la Revolución de 1905: un vendaval de
huelgas, manifestaciones y levantamientos campesinos se extendió por todo el
imperio; en marzo el gobierno cerró las universidades; en junio se sublevó la
marinería del acorazado Potemkin (episodio que años después relataría
Eisenstein en una película destinada a ser famosa). En septiembre y octubre se
recrudecen las huelgas y las manifestaciones. En octubre los huelguistas constituyeron en San Petersburgo un consejo de
trabajadores: el primer soviet del movimiento revolucionario ruso en cuya
dirección estaba Troski. Ese mismo mes, el soviet convocó una huelga general
que paralizó la industria, los transportes y la banca.
La presión social
era tan grande que el zar tuvo que hacer concesiones: en el Manifiesto de
Octubre prometía el reconocimiento de las libertades fundamentales y la creación
de una Duma o Parlamento con facultades
legislativas.
Las oportunas
medidas del zar tuvieron éxito. La burguesía liberal se mostró satisfecha y se
apartó del movimiento, pero también las huelgas fueron cesando a pesar de que
los socialistas siguieron llamando a la lucha. El soviet de San Petersburgo,
cada vez más aislado, convocó una huelga general en diciembre que concluyó en
fracaso. La represión policial hizo el resto: el soviet fue encarcelado en
pleno y los demás dirigentes revolucionarios acabaron también en la cárcel,
deportados a Siberia o en el exilio.
2.2.-
El semiconstitucionalismo
Se conoce con ese
nombre al período comprendido entre 1906 y 1914, ya que el régimen político
establecido estaba muy lejos de un auténtico sistema constitucional.
Antes que la
primera Duma elegida iniciara sus sesiones, Nicolás II dictó varias leyes que
limitaban las competencias del nuevo Parlamento: no podía tratar asuntos de
política exterior ni controlar la actuación de los ministros; el zar podía
legislar sin su aprobación y se reservaba el derecho a veto, pudiendo incluso
disolverlo. De hecho, las primeras Dumas fueron disueltas. Ello provocó un buen
número de decepciones.
Al mismo tiempo, el
primer ministro Stolypin abordó uno de los grandes problemas de Rusia: la
penosa situación del campo. Una serie de leyes permitieron a los campesinos
abandonar el MIR (colectividad agraria) y convertirse en propietarios absolutos
de las parcelas que cultivaban, al tiempo que se les animaba a adquirir tierras
mediante la concesión de créditos. El objetivo fundamental era el de crear una
nueva clase de campesinos acomodados, los kulaks, agradecidos al régimen y
alejados de cualquier tentativa revolucionaria. También perseguía una
modernización de la agricultura que estimulase el crecimiento industrial.
Aunque mejoró la situación del campo no lograron calmar el hambre de tierras de
los campesinos menos favorecidos.
Durante esos años
se produjo un notable auge industrial. Sin que mejorase la situación de los
obreros.
2.3.
La participación rusa en la 1ª Guerra mundial
Al igual que en
otros países, un sentimiento patriótico se extendió entre la población; pero la
prolongación de la guerra fue creando una situación revolucionaria.
- El ejército muy numeroso -15 millones de
soldados- estaba mal preparado, mal equipado y sufrió enormes pérdidas humanas
–8 millones de muertos e importantes derrotas militares (Polonia, Lituania y
parte de Bielorrusia pasaron a manos alemanas)-. En las filas del ejército
cundió la desmoralización y las deserciones.
- La situación económica era insostenible:
el reclutamiento obligatorio hizo descender la producción, mientras el bloqueo
alemán y turco dejaron aislada a Rusia. Pronto aparecieron problemas graves de
abastecimiento de productos básicos (alimentos, carbón, fertilizantes,
maquinaria) y una constante subida de los precios.
Los desastres de la
guerra provocaron un fuerte descontento entre la población civil y militar,
todo lo cual condujo, intermediado y potenciado por el elemento
político-ideológico instigado por sectores de la izquierda revolucionaria, a la
revolución.
Continuará…
Colectivo
Acción Directa Chile -Equipo Internacional
Marzo 26 de 2017
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