“EL CHILE HERIDO, OLVIDADO Y
TRAICIONADO QUE DEJO LA CONCERTACIÓN”
Esto me
fue enviado por Lautaro Fucik, Profesor de Estado. Es el reflejo de lo que la
concertación ha dejado en Chile. Se prefirieron los negocios, la corrupción,
con la privatización de la educación, y la represión para esconder los
verdaderos valores que había sembrado SALVADOR ALLENDE
Por Guille Saavedra, en Mediapart –public.
2/4/18
Lo hicieron llevando
a la juventud al consumo desenfrenado, a través de campañas publicitarias para
esconder la verdadera situación. De esta forma traicionaron los valores de
Allende, entregando mezquinos avances para hacer creer a los más ilusos que se
estaba avanzando o que se había hecho mucho, cuando se estaba gobernando con la
constitución de Pinochet durante todos los años que gobernó la llamada
“izquierda”
Un puntaje nacional en PSU
El
año recién pasado, un joven, José Tomás Mijac Pasini, de la ciudad de Punta
Arenas, fue uno de los 151 estudiantes que obtuvo puntaje nacional en la Prueba
de Selección Universitaria. Por ese logro académico fue objeto de mención
pública en algunos medios de prensa, y a la vez también por ciertas
interesantes declaraciones que él mismo formuló. El citado estudiante hizo muy
justas observaciones críticas al instrumento aplicado. Señaló y preguntó, entre
otros aspectos ¿De qué me sirve ser Puntaje Nacional ?... En materia de
Lenguaje hizo otra válida observación, apuntó al manejo del instrumento
fundamental de comunicación social, el idioma. Calificó de ' muy extraña ' la
PSU, y que pretende medir más conocimientos que habilidades. Observó que
su puntaje no le asegura buen futuro en sus estudios de arquitectura.
Hasta
los años finales de la década de 1960, en Chile se aplicó el Bachillerato como
requisito para ingresar a los estudios superiores. Posteriormente, se creó la
Prueba de Aptitud Académica (PAA) y hoy existe la PSU. Es evidente que ha
habido un constante proceso de exploración, de cambios, de mutación, también
mucho de copiar experiencias ajenas; en verdad, verdaderos trasplantes.
En un sistema de enseñanza como el chileno, a saber, desmembrado,
desarticulado, anárquico, obsoleto, desigual, segregador, privatizado.
¿Qué
se debe hacer? La respuesta más radical, de fondo, es: transformarlo desde su
propia realidad. Obviamente, siempre estará desafiada -no solo en materia de
enseñanza- la creatividad nacional.
Hay
varias preguntas que formular, una de esas interrogantes es: ¿Qué sistema de
enseñanza requiere Chile? Se postula ya como una consigna que se debe tener un
sistema escolar de 'calidad'. Eso dice casi nada. Nunca se dice que en verdad el sistema
nacional de enseñanza debiera ser de 'Excelencia' (¿Costará mucho alcanzar esta
categoría?).
La
transformación exige un replanteo. Hay que ir a los conceptos fundamentales.
Todo tiene muy directa relación con el tipo de sociedad que se requiere. En el
plano de las profesiones hay mucho también que preguntar: ¿Qué profesiones y
qué perfil de los profesionales? Lo mismo en el proceso de formación docente.
Lo referido atraviesa hace ya tiempo un estado crítico no resuelto. En
educación los paliativos hacen más daño que beneficio. La educación no es solo
un tema o problema de finanzas, de PIB... (igual situación sucede con la
investigación científica que hace o debe hacer el país).
Hacen
falta orientaciones, matrices estratégicas. En todo hay que dejar de ser colonia.
Debemos dejar de copiar -y de consumir- cualquier cosa. El insigne pensador
peruano José Carlos Mariátegui, hace algunas décadas, postuló aquella necesidad
que tenemos de inventar desde aquí. Él ya lo advirtió y propuso con su
elocuente frase "Creación heroica".
Carlos
Poblete Ávila, Profesor de Estado, Chile, abril de 2018
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