Titulaciones póstumas y simbólicas en la
U. de Chile: un proceso que recién comienza”
Un comité interdisciplinario liderado
por la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones ha desarrollado un proceso
de investigación que este 11 de abril permitirá la distinción póstuma y
simbólica de estudiantes de la U. de Chile que fueron ejecutados políticos o
que se convirtieron en detenidos desaparecidos, en lo que será la primera
ceremonia de reconocimiento. El 11 de septiembre de este año se distinguirá a
los nuevos nombres que arroje la investigación, y el proceso continuará hasta
reconocer a todas y todos los estudiantes que fueron víctimas de violencia
política durante la dictadura cívico militar
En Universidad de Chile –public. 4/4/18
En 1974 Luis Alberto Guendelman Wisniak realizaba su investigación de título junto a su
compañera Valeria Vásquez Valdivia. A inicios de 1976 sólo Valeria Vázquez se
presentó para rendir el examen. Su profesor guía, Miguel Villa, debió explicar
ante la Comisión Examinadora que dos personas debían comparecer a esa
instancia, sin embargo, el estudiante Luis Alberto Guendelman se encontraba desaparecido
hacía más de un año.
El
caso de Guendelman fue uno de los tantos que volvieron a estar presentes en la
memoria de la U. de Chile el 11 de septiembre de 2017, en el anuncio de la
promulgación del decreto que por primera vez en la historia de la Casa de
Estudios permite la entrega de la distinción de títulos póstumos y simbólicos y
grado académico póstumo y simbólico a estudiantes que fueron ejecutados
políticos y a aquellos que se convirtieron en detenidos desaparecidos en la
dictadura cívico militar.
Cro.Luis Guendelman, del MIR |
“Esto
parte con la constatación de que la Universidad no tenía un registro formal de
cuáles eran estos estudiantes. En ese sentido, ha sido un trabajo súper
cuidadoso y muy metodológico, ya que es un tema delicado y del que no sabíamos
que no teníamos los datos”, señaló la directora del Archivo Central Andrés Bello,
Alejandra Araya.
El
primer paso del comité fue el rastreo y la construcción de este registro. “Se
revisaron los documentos jurídicamente oficiales de detenidos desaparecidos y
ejecutados políticos, como el Informe Rettig, y se identificó a todos aquellos
estudiantes de nuestra Casa de Estudios que figuran con ‘convicción’ en los
archivos”, explicó Araya.
Con
ese registro y por cumplimientos jurídicos, el Comité debió establecer
metodológicamente cuáles serían los pasos para validar aquella condición de
estudiantes de las personas identificadas en el Informe de Verdad y
Reconciliación. “Había que encontrar la documentación de la U. de Chile,
validada por la Universidad, que acreditara esa condición. Afortunadamente, la
Dirección de Pregrado tenía estos archivos”, detalló Araya.
Los
documentos donde la Universidad acredita las matrículas de aquellas personas
que estudiaron en la Universidad entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de
marzo de 1990, fueron resguardados por funcionarios de la época. Gracias a esa
acción, la otra etapa del trabajo del Comité ha sido corroborar el registro de
estudiantes con esta lista de matrículas del Departamento de Pregrado de la
Vicerrectoría de Asuntos Académicos (VAA).
"El
proceso que cumple con el compromiso reparatorio de otorgar títulos y grados
póstumos a nuestros estudiantes víctimas de la dictadura ha sido abordado en
comunidad y está avalado por los valores y el rigor académico que distinguen a
la Universidad de Chile. Ha sido una tarea noble que nos compromete también
hacia el futuro para formar a personas que construyan un país incapaz de la
violencia que hoy intentamos reparar a través de este acto simbólico", afirmó
la vicerrectora de Asuntos Académicos, Rosa Devés.
“Nosotros
pusimos a disposición todo lo que hay acá, por supuesto, pues es institucional,
pero también en una necesidad de colaborar en una instancia tan relevante como
ésta. El Departamento ha cautelado y almacenado una cantidad enorme de
documentación histórica respecto de los estudiantes que ha tenido la
Universidad, incluidas las sedes regionales de cuando tenía carácter nacional.
Tenemos nóminas de estudiantes y planes de estudio de esa época. Información
que es súper valiosa porque nos permite reconstruir la historia junto con la
evidencia suficiente para otorgar los correspondientes reconocimiento de forma
segura y fidedigna de las personas que fueron estudiantes y hoy día son
detenidos desaparecidos”, señaló la directora Departamento de Pregrado, Leonor
Armanet.
Parte
clave de este proceso han sido las distintas validaciones que jurídica y
administrativamente permiten la materialización de las distinciones. Una de de
ellas es la que realiza la Dirección Jurídica, que asumió la tarea de
elaborar y proponer el mecanismo jurídicamente viable para consagrar y
permitir la entrega de estas distinciones a ex estudiantes -el Decreto
Universitario N°0030766, de 2017, firmado por el Rector- y también ha debido
trabajar en la primera resolución que permita conceder los "Títulos
Póstumos y Simbólicos" y "Grados Académicos Póstumos y
Simbólicos".
“Fue
de suma relevancia comprender que la Universidad es un organismo público, y
como tal debe ajustar sus actuaciones de manera estricta al marco jurídico
administrativo que la rige, elemento que permitió encontrar la forma adecuada
para otorgar este reconocimiento, que en épocas anteriores no fue concedido a
familiares de ejecutadas/os políticas/os o detenidas/os desaparecidas/os”,
señaló Juan Carlos Gimeno, abogado de la Dirección Jurídica de la
U. de Chile.
El
comité actualmente está trabajando para actuar frente a casos de mayor
complejidad sobre los que no existe información completa. “Van apareciendo
otros casos por información que van entregando las organizaciones y los
familiares. Por ejemplo, sobre personas que eran estudiantes de la U. de Chile
pero que en el Rettig sólo dice ‘estudiante’”, señaló, quien agregó que
“cuando ese dato no lo podemos corroborar ni con el Informe ni con los archivos
de la Universidad, son las familias las que pueden ayudar a hacer esa
identificación proporcionando los documentos que jurídicamente sean
reconocidos”. El compromiso, en estos casos, es hacer un esfuerzo por validar
distintos elementos, como un carnet, un acta de notas, un sumario
administrativo o cualquier documento que acredite la condición de tal de estos
estudiantes, a fin de que todos quienes fueron parte de la comunidad de la
Universidad reciban el diploma que les corresponde.
Con
el fin de ayudar a la tarea del comité, durante este tiempo también se ha
trabajado con el apoyo de una comisión asesora, conformada por la Agrupación
de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), la Agrupación de
Familiares de Detenidos Desaparecidos y el Programa de Derechos Humanos
de la Subsecretaría de Derechos Humanos.
“En
lo que yo quiero insistir es que esto tiene una metodología, donde se están
cruzando criterios jurídicos, administrativos e históricos. Y eso está
permitiéndonos que la Universidad tenga un archivo o más bien un fondo de
documentación sobre víctimas de violencia política. Estamos comenzando y ahora
estamos abordando lo que refiere a los estudiantes”, advirtió Araya.
“Esta
medida ha sido un reconocimiento necesario que avanza en justicia a víctimas de
violaciones a los Derechos Humanos y honrar a quienes, habiendo sido parte de
nuestra comunidad universitaria, perdieron sus vidas a manos de agentes de la
dictadura cívico militar que gobernó nuestro país, cualquiera haya sido la
circunstancia”, afirmó Gimeno.
Por
lo mismo, esta ceremonia sólo es la primera entrega de un proceso que se
mantiene abierto y que funcionará de forma permanente para la U. de Chile.
Desde el 11 de abril el Comité interdisciplinario continuará su trabajo con
aquellos casos más complicados y ya se tiene como siguiente fecha de entrega de
distinciones el 11 de septiembre del presente año.
La División de Matrículas y la
reconstrucción de la memoria
Sergio Eduardo José Cienfuegos Cavieres estudiaba para convertirse en Técnico en
Estadística en la U. de Chile y trabajaba en la División de Matrículas de la
Oficina de Selección y Admisión de Alumnos de la Casa de Estudios. El 7 de
enero de 1974, alrededor de las 11:45 horas fue detenido en su oficina por
efectivos de Carabineros que señalaron “órdenes superiores”.
De
acuerdo a compañeros de trabajo de la época, Cienfuegos fue parte clave de
quienes trabajaron en la construcción de los listados centralizados de
matrícula de la Universidad, en ese entonces de carácter nacional. Esos
documentos y ese trabajo iniciado a principios del ‘70 ha sido clave para el
actual proceso que investiga los nombres de los estudiantes que recibirán
títulos póstumos y simbólicos. Estos archivos que se continuaron
construyendo y resguardando con los años son los únicos documentos conservados
que acreditan las matrículas de aquellas personas que estudiaron en la
Universidad entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990.
Sergio
Cienfuegos Cavieres se encuentra desaparecido hasta la fecha. De acuerdo a la
información reconstruida en Memoria Viva, el estudiante fue sacado de su
oficina a las 12:20 horas de ese 7 de enero.
Gracias
al trabajo de Cienfuegos es que se reconstruye la memoria de la U. de Chile.
Hoy su esfuerzo es parte de la investigación y validación que realiza el Comité
en el proceso de las titulaciones póstumas y simbólicas donde también aparece
su nombre como merecedor de esta distinción.
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