“Compañeros,
estamos estudiando, vamos a terminar la primaria. ¿Qué vamos hacer por el
pueblo?, parece que vamos a hacer una revolución"
Lucio
Cabañas, maestro rural y revolucionario mexicano
Se ha confirmado el
horror. Los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Iguala, México,
efectivamente fueron asesinados, quemados, despostados, embolsados sus restos y
arrojados a un río, en una alevosa e impúdica operación mediante la cual sus
verdugos pretendían ocultar ésta verdadera afrenta a la humanidad toda.
Se había perdido la pista de los 43 desde
ese aciago 26 de septiembre, cuando policías municipales y paramilitares del
lumpen narco-derechista cargaron a balazos en contra de una movilización de estudiantes
de la Escuela Normal Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, del estado mexicano de
Guerrero, jornada en la que también fueran asesinados 6 de ellos y otros 25
resultaran heridos. Posteriormente, se han ido agregando otras víctimas a la
lista de los exterminados: estudiantes, profesores y esta semana 8 campesinos e
indígenas, pertenecientes tanto al Congreso Nacional Indígena, como al EZLN.
Los muy mierdas del gobierno del derechista
PRI se atrevieron a decir, en su momento, que los 43 “podrían estar escondiéndose por temor a represalias” y hoy el regente
de turno, Enrique Peña Nieto, se siente capaz de asegurar que “detendremos a todos los que participaron en
estos crímenes”. ¿Es que acaso se va a encarcelar él mismo?, pues para
nadie es un secreto que todo el aparato del Estado, el gobierno y los partidos
tradicionales de México, en conjunto con los comerciantes de las drogas ligados
a EEUU, están metidos en toda esta escalada criminal, estructural y crónica, en
contra de su propio pueblo. En aquel país, no es novedad el brutal tratamiento
de la demanda popular por parte de los de arriba. No olvidemos que fue un
gobierno del mismo partido hoy gobernante, hace 46 años, el que ordenó asesinar
y hacer desaparecer a cientos de otros estudiantes en la Plaza Tlatelolco de la
capital, el 2 de octubre de 1968.
¿Hasta cuándo hemos de sufrir los pueblos
de la Patria Grande el desangramiento del hermano pueblo mexicano, el cual, en
un régimen de supuesta plena “democracia”, lleva nada menos que 80 mil muertos
desde 2006, todos ellos pobres, mujeres, niños, campesinos, estudiantes, trabajadores?
Sin embargo, digámoslo, todos ellos son asesinatos políticos en el contexto de
una guerra en contra del movimiento popular mexicano y que no se pueden seguir
encubriendo con el barniz mentiroso de una supuesta ‘guerra de los carteles de
drogas’. No ocultemos el rol de la derecha, de las fracciones mantenedoras del
sistema y de los poderosos de México en estos crímenes, pues ellos son los que,
desde hace más de un siglo, estrangulan al mismo pueblo al que dicen
representar. Existe, qué duda cabe, una perversa relación entre la existencia
del hombre más rico del mundo y los millones de pobres de aquel país; para que
un Carlos Slim exista, se requiere que un 46,2% de la población viva en la
pobreza.
Estamos consternados, dolidos, hastiados. Sin
embargo, debemos transformar esos sentimientos en rabia y lucha en contra de
los enemigos del hermano pueblo mexicano y que también lo son nuestros. A fin
de hacer efectiva la solidaridad del pueblo de Chile con el de México, las
organizaciones políticas y sociales de la izquierda chilena deben traducir su
compromiso en múltiples acciones conjuntas: marchas, funas, mítines,
declaraciones, murales, saturación de las redes sociales, exigencia a todas las
representaciones políticas a pronunciarse frente a éste horroroso crimen,
presionar para que se declare como persona no grata al embajador del gobierno
asesino del PRI, etc., etc.
¡NINGÚN CRIMEN EN CONTRA DEL
PUEBLO
MEXICANO PUEDE O DEBE QUEDAR
IMPUNE!
¡A DESPLEGAR TODAS LAS ACCIONES DE
SOLIDARIDAD CON EL MOVIMIENTO POPULAR Y ESTUDIANTIL DE MÉXICO!
Colectivo Acción Directa –Chile
Noviembre 7 de 2014
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