DÉCADAS DESDE LA BARBARIE
Y
AÚN NO EXISTE NINGÚN CONDENADO POR LOS CRÍMENES
‘Alfa-Carbón’, en química, tiene que ver con el primer átomo de carbono que
se une a un grupo funcional. Este fue el nombre que recibió el operativo de
exterminio realizado por la Central Nacional de Informaciones (CNI) en el mes
de agosto de 1984, en contra de la dirigencia de la zona centro-sur del MIR y
con él hacían referencia al seguimiento casi íntimo, pegado, logrado por las
fuerzas represivas dictatoriales al aparato armado y clandestino de éste
contingente revolucionario. Tal como reveló la declaración de un agente de la
CNI, que consta en el proceso, la idea del operativo tenía por objetivo “reventar el teatro de operaciones del MIR
entre la octava y décima regiones”.
Según otra declaración de ese esbirro, toda la operación estuvo
centralizada en la Tercera División de Ejército. “Fue una operación muy programada, en los logros, eficiente ciento por
ciento (…) se trasladó a mucha gente CNI”. También reconoce que en Alfa
Carbón I no hubo detención previa, pero que de cada persona sabían mucho. Esto
confirma los dichos de Pinochet, del 16/08/84, ante corresponsales extranjeros:
“Hemos encontrado extremistas. Estamos
encontrando y tenemos huellas. Ahora muchas veces hay que dejarlos que engorden
para poder tomarlos a todos. Hay bastante gente detectada (…)”.
Muchos de los combatientes asesinados o detenidos habían ingresado
clandestinamente a nuestro país y estaban ejecutando diferentes trabajos de
recomposición en la base social, además de intentar levantar la orgánica
mirista en los diferentes ámbitos de su intervención. Con posterioridad a un
seguro y efectivo trabajo de detección, durante los días jueves 23 y viernes 24
de agosto, funcionarios de la CNI, acompañados y protegidos por personal de
Carabineros, Investigaciones y de la Armada, asesinaron en falsos
enfrentamientos a 7 resistentes en 3 ciudades del sur de Chile: Concepción, Los
Ángeles y Valdivia. Cientos de agentes represivos de la dictadura cívico-militar,
movilizados desde varias ciudades, actuaron coordinada y premeditadamente para
asesinar a sangre fría y frente a la atónita mirada de numerosos testigos.[1]
LOS HECHOS
Jueves 23 de agosto de 1984
Concepción:
11:10: Es detenido Ignacio Vidaurrázaga
Manríquez en la vía pública, cerca de su casa ubicada en Pedro Oña.
Desaparecería por varios días;
12:45: En Hualpencillo, ante numerosos
testigos del hecho, es asesinado Luciano Aedo Arias;
13:30: Es allanado el domicilio de calle
Nápoles Nº 3346, donde detienen a Isolina Arroyo y Miguel Barriga quienes
habitaban en ese lugar;
15:00: Es allanado el domicilio ubicado en
la calle Pedro de Oña Nº 135, donde se detuvo a María Soledad Aránguiz Ruz;
16:30: Son asesinados, frente a la Vega
Monumental, Mario Lagos Rodríguez y Nelson Herrera Riveros. En esta ocasión
también hay numerosos testigos.
16:30: Es allanado el domicilio de Nelson
Herrera ubicado en la calle Pudeto no 2755 y detienen a su compañera Patricia
Zalaquett Daher;
17:00: Es detenida en la vía pública María
Cristina Chacaltana Pizarro;
17:30: En su domicilio, de Las Lomas de San
Andrés, es detenido Alejandro Berstein Rotger;
Los Ángeles:
18:00: Es
asesinado Mario Mujica Barros en su domicilio, ubicado en la Población
Orompello, calle Bombero Carlos Vichreister Nº 841.
Valdivia:
17:30: En el camino Valdivia-Niebla,
sector puente Estancilla, son asesinados Rogelio Tapia de la Puente y Jaime
Barrientos Matamala.
Ese mismo día, son detenidos: Manuel Facundo Barrientos Matamala; Orlando
Burgos Saavedra, estudiante de ingeniería forestal; Mario Uribe, ex-estudiante
de ingeniería forestal.
Santiago
Son
asesinados Julio Oliva Villalobos y Roberto González Lizama, en los alrededores
de la avenida Ochagavía. Ambos integraban el FPMR y
también cayeron en un falso enfrentamiento.
Viernes 24 de agosto de 1984
Valdivia
16:30: Juan José Boncompte
Andreu es asesinado en su domicilio de Rubén Darío Nº 643 y detenida su
compañera Inés Díaz Vallejos.
LOS
CULPABLES QUE NUNCA SON CONDENADOS
Se
sabe, hace rato, que el encargado de esta operación de aniquilamiento fue
Marcos Derpisch Miranda, teniente coronel del ejército y en aquel tiempo jefe
de la División Regionales de la CNI. Hoy continúa trabajando en la DINE
(Dirección de Inteligencia del Ejército). Se conoce el nombre de una parte
considerable de los integrantes del escuadrón criminal que actuaron en
Concepción: Hugo José Hechenleitner, teniente coronel, su chapa era Antonio
Martínez López; Claudio Rodrigo Rosas Fernández, teniente coronel de ejército; Víctor
Manuel Muñoz Orellana, sub oficial del ejército, su chapa era Jaime Ricardo
Marinovic Palma y fue quien disparó a Luciano Aedo; Álvaro Corbalán Castilla,
mayor de ejército, hoy preso en el resort de Punta Peuco; Francisco Zúñiga
Acevedo, oficial de ejército, ya fallecido (se fue sin pagar); Jorge Mandiola
Arredondo, mayor de ejército; Carlos Palma, sub oficial del ejército, alias
Juan Carlos Vera; Leandro Montenegro, sub oficial de ejército, alias Farías; Hernán
Gálvez Navarro, sub del ejército, alias Vitoco; Jorge Vargas, civil; Miguel
Gajardo, civil; Andrés Caris, sub oficial de carabineros; Egon Barra, cabo de
carabineros, alias Raúl González; Rosa Humilde Ramos, sub oficial de ejército,
la más temida dentro de sus pares (de hecho, le dicen "La Mala"); Teresa
Osorio, sub oficial de la armada.
En
el caso de Los Ángeles, donde asesinaron a Mario Mujica, participaron en el
numeroso contingente de malhechores Bruno Antonio Soto Aravena y José Artemio
Zapata. Actualmente, se cree que uno de ellos, no se ha podido establecer cual,
se encuentra viviendo en la misma ciudad y el otro en Concepción. Por un tiempo
breve los detuvieron y estuvieron presos, pero, por supuesto, al poco tiempo
los soltaron y hoy gozan de plena libertad.
A
pesar de tener tanto criminal involucrado identificado, la justicia oficial no
ha hecho nada concreto por encarcelarlos. El caso estuvo durmiendo por años en
la ‘justicia’ militar. El quehacer de la justicia y sus servicios auxiliares de
policía han sido poco eficientes en esta causa, radicada en la Corte de
Apelaciones de Concepción desde 2009, a diferencia de otros crímenes igualmente
emblemáticos procesados por ministros de cortes de la capital. Sólo hay dos
procesados por “asociación ilícita y
homicidio calificado”, los jefes Marcos Derpich y Álvaro Corbalán. Otros 13
están encausados por homicidio. Los familiares piden el autoprocesamiento por
asociación ilícita y homicidio de otros 15 sujetos, incluido el ex mayor
general Hugo Iván Salas Wenzel, segundo jefe de la CNI en 1984, condenado a
perpetua por la Operación Albania. El caso lo lleva, demasiado lentamente, el
ministro Aldana, que vive respondiendo con un “no ha lugar” a las
presentaciones que los familiares de los caídos han interpuesto
sistemáticamente ante la corte penquista, quienes bregan por demostrarle al
juez y a los tribunales que la “asociación ilícita” incluyó a todos los agentes
que actuaron en los operativos de Alfa-Carbón, sus mandantes, encubridores y
cómplices. Hasta ahora, Aldana sólo ha avanzado a recalificar el grado de
participación de algunos de los varios agentes de la CNI participantes y en
procesar a una mínima cantidad de ellos.
¡NI OLVIDO NI PERDÓN: LOS
CRIMINALES DEBEN PAGAR!
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA -8ª Región
Agosto 23 de 2014
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