BBC Mundo,
Buenos Aires
Miércoles, 6
de agosto de 2014
"¿Cómo se puede querer tanto a alguien sin
conocerlo, sin saber qué siente, cuándo ríe, por qué sufre? Trato de imaginarme
tu cara. Le pruebo bocas, ojos, gestos. Naciste un 26 de junio de 1978... Hace
32 años que te llamás Guido y yo te extraño"*.
Estas palabras salieron hace cuatro años del puño de
Estela de Carlotto, la abuela de la Plaza de Mayo cuyo rostro reconocen todos
en Argentina.
Durante casi cuatro décadas el país la vio marchando
en la Plaza de Mayo. En eventos políticos y campañas de Derechos Humanos. Y
anunciando el hallazgo de otros hijos de desaparecidos (nunca el del bebé de su
hija Laura, hasta ahora).
Incluso su nieto Guido la reconocía en la televisión.
Y alguna vez le dijeron que se parecía mucho a los Carlotto, aunque él por
aquel entonces no era Guido, ni tampoco era "el nieto", sólo uno más
en una familia de campo en la provincia de Buenos Aires. Pero hoy la abuela, Guido y el país celebran
conmocionados:
Este martes, el hombre de 36 años fue identificado
como descendiente de Laura Carlotto, una maestra y ama de casa con cuatro hijos
que dejó todo para convertirse en una de las más importantes activistas de los
Derechos Humanos en el país. Según la familia, Guido fue robado de su madre a
las pocas horas de que ésta diera a luz en un centro de detención de la ciudad
de La Plata.
Ella era una militante de izquierda que luchó en la
Juventud Universitaria Peronista contra el régimen de la Junta militar. La
acabaron matando poco después, como a otros miles de personas que fueron
torturadas, asesinadas o "desaparecidas" entre 1976 y 1983. Hasta
30.000, según organizaciones de Derechos Humanos del país. Estela de Carlotto
ni siquiera sabía que su hija estaba embarazada cuando desapareció, ya que se
enteró poco después por el aviso de una compañera.
Historia incompleta
Aquel bebé, Guido, que hasta ahora era conocido como
Ignacio Hurban y es músico, se presentó en julio ante la Comisión Nacional por
el Derecho a la Identidad (Conadi) porque tenía dudas sobre su propia historia.
Según la familia, se sometió a pruebas de ADN que
coinciden en un 99% con el de los Carlotto, aunque no informó sobre quién se
llevó al niño ni cómo acabó en la casa de la que hasta hoy era considerada su
familia.
"La historia completa no la sabemos todavía, pero
la vamos a armar. Esto es muy fuerte para una persona", dijo la presidenta
del grupo en una conferencia de prensa.
Sí se supo que su padre biológico era otro militante,
algo desconocido hasta ahora.
A la memoria
Durante casi cuatro décadas, Estela de Carlotto buscó
a su nieto y colaboró para encontrar a los hijos de miles de desaparecidos
durante los años de la Junta Militar argentina.
Se unió a la organización de Abuelas de Plaza de Mayo
a fines de los 70, fue considerada en varias ocasiones como candidata al Premio
Nobel de la Paz, y su búsqueda pronto se convirtió en un símbolo de la lucha
por los Derechos Humanos en Latinoamérica.
"Lo que yo quería era no morirme sin abrazarlo. Y
pronto lo voy a poder abrazar", dijo de Carlotto sobre su nieto.
"Ya tengo a mis 14 nietos conmigo. La silla vacía
va a estar con él, los portarretratos vacíos, que lo están esperando, van a
tener su imagen. Es hermoso, es un artista, un chico bueno", contó
emocionada.
No podía imaginar Estela que mientras ella buscaba a
Guido, "Ignacio" estaba muy cerca de ella y de otras abuelas.
Este mismo año editaba su canción, Para la memoria,
que comenzaba así:
"El ejercicio de no olvidar nos dará la
posibilidad de no repetir (…) Cargando en ancas los hombros se van quedando los
años, no se han cerrado las puertas ni las heridas de antaño".
Símbolo
En su cuenta de Twitter
había celebrado la identificación de otros nietos, años antes de que él fuera
el protagonista de un histórico hallazgo. Además del símbolo de una búsqueda
que llevó décadas, es el joven número 114 recuperado e identificado desde el
fin del régimen militar argentino, aunque la organización de Abuelas cree que
podría haber cientos más.
En muchos casos, los padres
adoptivos se han enfrentado a procesos judiciales por la apropiación de hijos
de activistas desaparecidos.
Mientras, en 2012, el ya
fallecido gobernante de facto Jorge Videla fue condenado a 50 años de prisión,
mientras Reynaldo Bignone fue sentenciado a 15 años por el robo sistemático de
bebés de los militantes de izquierda detenidos, torturados y asesinados.
"Todos somos abuelas"
"Hoy en Argentina todos somos abuelas, hoy todos somos los nietos",
le dice a BBC Mundo Nicolás Gil Lavedra, amigo de la activista y director de Verdades
Verdaderas, una película sobre la vida y lucha de De Carlotto. "Estela tiene 10 años menos ahora, está
renovada… encontró lo que estaba buscando", asegura.
Tan pronto se conoció la
noticia, la mayoría de los medios y redes sociales de Argentina estallaron de
emoción. "La alegría que sentimos
cuando apareció Guido fue por Estela, pero también fue por la lucha de Abuelas.
Aunque cada vez aparecen más nietos, también se está haciendo más difícil
(hallarlos), ellas se van muriendo, por eso tienen que aparecer ahora. Esas
abuelas merecen el abrazo que Estela va a tener en estos días",
remarca el cineasta.
En 2006, cuando se cumplían
30 años de aquel golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, Estela de Carlotto
imaginaba cómo sería el momento en que se reuniría con su nieto: "Camino
disfrutando lo que otras Abuelas abrazan como propio, pensando cuándo me tocará
oír un timbre, una voz, la sangre comparada que diga: soy tu nieto Guido.
Entonces sonarán en el cielo los clarines de la Victoria y Laura desde allí me
sonreirá". El 5
de agosto de 2014, a los 84 años, después de casi 40 de lucha y de otros 113
nietos recuperados, de Carlotto pudo añadir otro capítulo a su historia.
Y pensar de nuevo en la
madre asesinada de Guido, en su Laura: "Ella estará diciendo: 'Mamá, ganaste una batalla larga'".
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