En octubre pasado se cumplieron 44 años de la caída en combate del entrañable compañero Ernesto Guevara de la Serna. Variados textos realzaron o execraron la fecha, variando tal perspectiva según la visión política de cada autor. Debemos reparar, eso sí, que algunos de los comentarios críticos y más torpes al Che provienen de ciertas izquierdas, tanto reformista como de otras pegadas en las obsoletas pugnas de la III Internacional. Además, entre estos últimos autores se puede atisbar una no muy soterrada crítica al ‘modelo’ cubano de socialismo. Finalmente, ambas visiones, unificadas, terminan atacando a todos esos “enceguecidos revolucionarios” de los “60 y “70, los que no hacían la revolución según los esquemas por ellos preestablecidos.
Es penoso ver que casi todas las críticas al Che y a la obra de su vida, de parte de las izquierdas mentadas, se hagan cargo de una rancia contrapropaganda, muy desmentida a estas alturas de la historia. Qué había disensos muy profundos entre el Che y la revolución cubana o entre él y Fidel, cuando basta leer la carta de despedida del Che a Fidel (cuando el primero peleaba en Bolivia), para darse cuenta del profundo amor entre el argentino-cubano y la revolución, además de sus profundos lazos con Fidel; Que el Che no confiaba en Fidel, cuando él nos señala en sus escritos que esa sólo fue una visión superficial inicial; Que el Che afirmaba que no se requería clase obrera o partido para hacer la revolución, cuando su obra teórica y práctica nos demuestran todo lo contrario; Que algunos sobrevientes de la gesta en Bolivia son capaces de acusarlo de diversas faltas, claro que no nos aclaran que lo hacen desde un dorado y bien pagado exilio en USA o Europa; Que el Che sólo proponía el 'Foco' como única vía para avanzar en la revolución en Latinoamérica y el Caribe, cuando ello no figura en ninguna parte de su extensa y valiosa producción teórica.
Como Colectivo Acción Directa, también queremos decir algo respecto de tan preclaro camarada, sobre todo con una visión desde nuestra formación y desde la práctica de nuestro movimiento popular.
Cómo decía el Comandante Popular Omar Cabezas: "Hay que ser como el Che!"
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