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sábado, 10 de noviembre de 2018

CAPITULO II: SOLO UNA REVOLUCION ENTRE NOSOTROS PUEDE LLEVARNOS A UNA REVOLUCION EN CHILE


Chile 2018: La Brigada de Propaganda MIR-Rearticulación Luis Alberto Barra García trae a colación este Documento que data de mayo de 1969.  Sus alcances, su forma de redacción, la profundidad teórico-práctica, la visión del momento, la forma de plantear un PLAN DE TRABAJO concreto, pese a la generalización necesaria en un texto de corta extensión.
Queremos llamar la atención sobre este valioso aporte realizado en los comienzos del MIR.  Queremos llamar la atención sobre lo necesario que resulta la redacción de Documentos que permitan realizar el necesario debate.  Resulta impresionante que en estos tiempos de pleno desarrollo de la revolución científico-tecnológica, con medios de comunicación instantáneos, exista tan poca producción de elaboraciones.  Resulta un deber ineludible que cada Militante sepa y genere opinión, así como que esta sea colectivizada, socializada, comentada, analizada, criticada y permita ir afinando elementos teóricos para la revolución social chilena.

BRIGADA DE PROPAGANDA MIR-REARTICULACIÓN LUIS BARRA GARCÍA.
Noviembre 10 de 2018

SÓLO UNA REVOLUCIÓN ENTRE NOSOTROS PUEDE LLEVARNOS A UNA REVOLUCIÓN EN CHILE

4.- Creemos que nuestra organización entra a una nueva etapa, que los defectos antes anotados y otros, en un tiempo o fueron útiles o pasaron desapercibidos, pero hoy nos impiden caminar. Una Revolución interna se hace necesaria; lo impone no una maniobra tendencial, sino que el reconocimiento de que los plazos históricos se acortan, las tareas crecen y se hacen inmensas, y con una organización como la actual no podremos hacer nada.

Los riesgos son enormes, pero creemos es necesario correrlos. Nuestras ideas serán desfiguradas y torcidas, atribuidas a otros fines, etc. Otros querrán ver esto exclusivamente como una “crisis”, allá ellos. Es una crisis, es la crisis de toda organización que de su infancia entra a la madurez y sólo ahora puede actuar responsable y efectivamente, es el salto doloroso de la prehistoria orgánica y política, a la historia de nuestro movimiento. Muchos quedarán atrás, otros querrán irse; podremos incluso, y a pesar nuestro, “dividirnos” y así aparentemente “retroceder”; no es lo positivo, pero si fuera necesario: ¡Adelante!

En las etapas ya cumplidas mucho aprendimos, mucho hicimos, y es en base a ello que hoy, tres años después de nuestro nacimiento, podemos autotransformarnos. Que la inercia o la herencia de viejas tareas y procedimientos no nos impida desarrollar lo bueno y nuevo. En esas etapas ya apareció el nuevo tipo de militante, el que está completamente entregado a sus tareas; profesionalizado o no, imbuido de un alto espíritu de sacrificio; ése es el modelo que exigiremos de todos; el resto en verdad se ha equivocado de organización.

Una revolución interna comienza; sólo de ella surgirá fuerte, disciplinada y eficiente la nueva organización que hará la Revolución.

¡Somos capaces, es el momento, adelante!

Desarrollaremos nuestras ideas a través de cuatro (4) capítulos:
II Situación Nacional
(Donde del análisis desprenderemos las exigencias y posibilidades planteadas a a nuestra organización)
III Ideas básicas comunes a nuestra organización
(Donde haremos un breve recuento del armamento conceptual programático y, especialmente, de estrategia con que contamos y su enorme insuficiencia)
IV Qué ha sido y qué es nuestra organización
(Breve historia crítica de nuestro desarrollo y análisis de nuestro estado orgánico y político frente a las necesidades que la situación nos impone)
V Los nuevos caminos
(Balance general de nuestra organización, Precisiones Estratégicas, Concepción del Partido y Qué Hacer)
II.- La Situación Nacional y la cuestión de los plazos.
La estudiaremos sólo en sus rasgos más relevantes y gruesos, en forma resumida y referida a anteriores documentos de la Organización.

a) Situación económica.-

1.- Como ya lo hemos dicho en otras ocasiones, sostenemos que Chile entró en un profundo proceso de deterioro y estancamiento económico en 1967 el que se prolongó por 1968 y seguirá similar tendencia en 1969.

Así en 1967 el crecimiento de lo producido en Chile disminuyó enormemente, comparado con los promedios mantenidos durante 1960 – 1965. El año 1968 no fue mejor; así, por ejemplo, el crecimiento de la producción de bienes fue menor al del año anterior, agregándose a todo ello las consecuencias de la sequía de los últimos seis a ocho meses; más aún, los créditos externos, tradicional salida de los gobiernos en apuros económicos, no serán hoy fáciles de adquirir dado el enorme monto a que hoy asciende la deuda externa chilena.

La profundidad y envergadura del deterioro sólo será apreciado en su real magnitud si se considera que éste no ha podido ser superado aún cuando en este mismo período el aporte en dólares por concepto de créditos, exportaciones y donaciones ha sido inmenso, llegando a ser de los más altos en América Latina.

2.- Todo esto ha acarreado fuertes presiones inflacionarias que en lo que va corrido de 1969 son ya superiores a las presentadas en los mismos períodos de 1968. también ha acarreado un aumento significativo del desmpleo cuyos índices no sólo son superiores a los años 67 y 68, sino también, al menos en santiago, son ya superiores actualmente a los observados a fines de 1968.

3.- La guerra del Vietnam ha logrado elevar el precio del cobre en el mercado mundial, lo que ha significado un mayor ingreso al país por año de más de 150 millones de dólares, paliando así en gran medida la crisis. El estancamiento de las conversaciones de paz sobre Vietnam y el aumento de las hostilidades en el Medio Oriente, han mantenido elevado el precio del cobre y no se vislumbran claramente causas que lo pudieran hacer bajar significativamente en un futuro próximo.

b) El ascenso del movimiento de masas.

1.- Resultado de todo lo anterior y de otros factores, ha sido el desarrollo de una marcada y persistente movilización de obreros, campesinos, pobladores, empleados y estudiantes, especialmente de 1967 adelante.
El aumento del número de huelgas entre los obreros, entre los campesinos (primera huelga nacional campesina), los empleados, etc. es significativo, aun cuando se mantenga aún al nivel de huelgas reivindicativas. A la vez el aumento de las ocupaciones de fábricas, de las huelgas ilegales, de las ocupaciones de tierras en el campo, de terrenos por los pobladores y la combatividad recientemente mostrada por los estudiantes, revela que este ascenso, si bien no coloca, ni tiene porqué colocar, a las masas en la preinsurgencia, muestra considerables rasgos de una radicalización en los métodos.

2.- Es este ascenso lo más importante en el período, lo que define la etapa que vivimos. Es a este ascenso al que responde la represión, el que el reformismo pretende encerrar detrás de una perspectiva electoral, y es a esta movilización a la que nosotros debemos empujar, ofrecer un camino distinto, una salida revolucionaria.
Son los obreros de Saba, los de la Papelera de Puente Alto, los treinta mil campesinos de la primera huelga nacional campesina, los mapuches del sur, los pobladores de Arica, Barrancas, Puerto Montt, los estudiantes secundarios de Santiago, Concepción y Valparaíso, etc., los que están mostrando un camino y a la vez exigiendo una alternativa revolucionaria, y ahora.

c) La Situación Política.

1.- Las elecciones parlamentarias recién pasadas, los procesos represivos que le siguieron y la descomposición de los partidos centristas exigen un análisis de la situación política.

El escepticismo generalizado frente a las vías legales (reivindicativas y electorales) que nosotros establecimos como condición en que se darían las elecciones se expresó en un aumento de la abstención, que llevó a no votar a casi un millón de los tres millones y tanto con derecho a voto; tendencia esta que se viene desarrollando desde hace años en Chile (Parlamentarias 1965- 19,4%; Municipales, 1967-23,7% y Parlamentarias 1969- 29,5%)

2.- En los resultados electorales se aprecia una polarización de las fuerzas. A pesar de haber fracasado el FRAP como alternativa al ascenso de la lucha de masa y al derrumbe democratacristiano, logró mantener su votación. Por otro lado, el significativo aumento de la votación del Partido Nacional expresa la reagrupación de las clases medias detrás de los partidos de derecha, atemorizados del ascenso de la lucha de clases. Esta reagrupación también ofrece una salida institucional a la cuestión del poder a las clases dominantes. Sin descartarlo, aleja las posibilidades de un golpe militar, al menos como una salida desesperada antre la cuestión del poder.

3.- Los resultados electorales también demostraron que ninguno de los partidos centristas y reformistas de izquierda podrán por si sólos llegar a la Presidencia de la República, obligándoles a buscar alianzas espúreas, a espaldas de los principios; impidiéndoles así presentar una alternativa electoral nítida, como relativamente lo consiguieron Allende y Frei en 1964; y abriendo ahora en lo concreto el desarrollo para un Frente electoral de colaboración de clases.

Puede ya establecerse que las elecciones presidenciales de 1970 estarán enmarcadas en tres procesos: un ascenso persistente del movimiento obrero, campesino y estudiantil, un escepticismo generalizado en las elecciones como camino y por la colaboración de clases en las combinaciones postulantes. Todo lo que, en caso alguno, impedirá que grandes sectores de las masas tomarán como camino la cuestión electoral, más aún si no se les ofrece una alternativa (….) y abstracta sino concreta.

4.- Después de las elecciones se hicieron evidentes los procesos de descomposición de los partidos Radical y Democristiano. La experiencia histórica enseña que a todo proceso de agudización de la lucha de clases corresponde la descomposicón de los sectores medios y centristas, en la que algunos se reagrupan a la izquierda y la mayoría se cobija detrás de la derecha.

Donde es más interesante el proceso es en el PDC. En su división se están agrupando entre los rupturistas sectores que realmente son revolucionarios, junto con todo un sector social-demócrata. Habrá de observarse el proceso y esperar el resultado que entregue la correlación de fuerzas internas de los rupturistas.

La ausencia de una alternativa clara y nítida al reformismo “democristiano” o “marxista” se hace hoy evidente. Hubiera agrupado a los jóvenes y militantes de base rupturista; su necesidad reaparecerá para evitar su desviación por los caminos electorales.

5.- La escalada represiva reiniciada con la expulsión de los profesores argentinos de la U. de Chile, la masacre premeditada de P. Montt y las querellas que le siguieron, tuvieron como objetivo fundamental el amedrentamiento de las masas en ascenso.

Creemos que no constituyó un hecho aislado dependiente sólo de la personalidad de un Ministro del Interior, sino que corresponde a un intento de cambiar cualitativamente las relaciones institucionales chilenas, cuyo resultado aún no podemos evaluar certeramente. Quedó de todas maneras clara la mayor injerencia del Ejército y Carabineros en el Gobierno, la disposición represiva de las clases dominantes y la impotencia de toda la izquierda que no pudo sino llorar, en el Parlamento, en las calles o en los diarios.”

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