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martes, 6 de noviembre de 2018

CAPITULO I: SOLO UNA REVOLUCION EN NOSOTROS PUEDE LLEVARNOS A UNA REVOLUCION EN CHILE


La Brigada de Propaganda MIR-Rearticulación Luis Barra García trae a colación este Documento, que data de mayo de 1969.  Sus alcances, su forma de redacción, la profundidad teórico-práctica, la visión del momento, la forma de plantear un PLAN DE TRABAJO concreto, pese a la generalización necesaria, son expresados muy adecuadamente en un texto de corta extensión. Queremos llamar la atención sobre este valioso aporte realizado en los comienzos del MIR. 
Nos parece muy necesario la elaboración de documentos, los cuales allanen el camino para la realización del necesario debate. Resulta impresionante que en estos tiempos, de pleno desarrollo de la revolución científico-tecnológica, con medios de comunicación instantáneos, sea tan escasa la producción de análisis sobre nuestra realidad. Sin duda que resulta un deber ineludible que cada Militante sepa y genere opinión, la cual debe ser colectivizada, socializada, comentada, analizada, criticada y permita ir afinando elementos teóricos para la revolución social chilena. Es fundamental acelerar la comunicación, hacerla fluida, permanente, entre todos y todas los que participan en el proceso en curso.

Hace falta, pese a toneladas y toneladas de diagnósticos que se ha realizado en estas últimas tres décadas, “la proyección concreta del 'qué hacer'”, sintetizado en un Plan de Trabajo que opere como bitácora, como brújula, como camino para crecer y desplegar el proyecto revolucionario. Incluso como señala la Introducción del texto in comento, “si bien existen puntos de acuerdo y bases claras en relación a Programa y Estrategia en general, las confusiones, insuficiencias y diferencias en la proyección concreta del “qué hacer”, persisten y se tornan cada vez más agudas, pudiendo llegar a impedirnos cumplir con el único objetivo que justifica nuestra existencia como organización y que es a la vez el único vínculo que nos une: hacer la Revolución y para ello iniciar la lucha armada al más breve plazo posible.”
Ojalá aquilatemos la convicción profunda que atraviesa el presente Documento, que hemos de entregar en Capítulos, el que surge de la mano del querido Secretario General.

BRIGADA DE PROPAGANDA MIR-REARTICULACIÓN LUIS BARRA GARCÍA.
Noviembre 06 de 2018

SÓLO UNA REVOLUCIÓN ENTRE NOSOTROS PUEDE LLEVARNOS A UNA REVOLUCIÓN EN CHILE.

INTRODUCCIÓN

1.- A casi un año y medio del último Congreso Nacional y de nuestro último documento acerca de los problemas político-militares de la Revolución, se hace necesario entrar en una serie de nuevas precisiones.

Cuando nuestra organización cuenta con un gran desarrollo orgánico y político y cuando la situación política nacional, a juicio nuestro, nos impone las nuevas tareas y plazos cortos; si bien existen puntos de acuerdo y bases claras en relación a Programa y Estrategia en general, las confusiones, insuficiencias y diferencias en la proyección concreta del “qué hacer”, persisten y se tornan cada vez más agudas, pudiendo llegar a impedirnos cumplir con el único objetivo que justifica nuestra existencia como organización y que es a la vez el único vínculo que nos une: hacer la Revolución y para ello iniciar la lucha armada al más breve plazo posible.

2.- Aparecen confusiones elementales acerca de qué es nuestra organización, de cuál es la perspectiva general, cuáles son los plazos, etc. Más evidente aún, cuáles son las tareas de hoy, qué papel cumple cada hombre, cada estructura y cada tarea en relación a la perspectiva general y la Estrategia. Más aún, aparecen confusiones acerca de cuál es la Estrategia, no ya en general, sino de cuál es su precisión, qué formas tácticas y etapas envuelve, y de cómo ella encaja en la situación real que atraviesa el país.

3.-Por todo ello aparecen también debilidades de carácter orgánico y político que, frente a las tareas y los plazos, se hacen inaceptables.

a) Problemas como los derivados del tipo de militante con que contamos, por la ausencia de una calificación, por elemental que sea, los cuadros, lo que coloca a los verdaderos militantes en la misma calidad que los “aficionados”, “cooperadores”, etc., problema que en síntesis deriva de la no existencia de una selección para el ingreso a nuestra organización.

b) Debilidades consecuentes del tipo de estructura con que contamos, esto es, no existen estructuras intermedias suficientes y participantes; existe descoordinación relativa entre los aparatos políticos, intermedios y especiales, más aún entre las distintas regiones del país.

c) La existencia no resuelta de problemas “tendenciales”, que llevados al terreno político, orgánico y psicologista actual, sólo introducen términos de vacío y confusión en la organización. Esto reclama una pronta resolución en el terreno de la discusión y la praxis política, que de una vez por todas nos indique lo que cada sector, por minoritario que sea, realmente piensa (no lo que se le atribuye). Sólo desde aquí podremos apreciar la envergadura de las diferencias, resolverlas o reevaluar si se justifica el marchar juntos, o es tiempo de separarnos.

d) Una falta de discusión y una débil formación política, nos debilita sustancialmente y, además, desfigura todo problema llevándolo al terreno de lo ético, lo moral, lo personal, los caudillismos, la impunidad tendencial que confiere “fuero” para no hacer nada.

e) Todo un procedimiento orgánico público y abierto, que nos encierra en el eterno círculo vicioso de que es necesario agudizar la lucha de clase por medio de métodos y acciones directas y combativas, pero que, no por falta de capacidad operativa sino por ese lastre de cuadros públicos y de falta de medidas de clandestinidad, nos impide actuar. Ello debe ser resuelto rápida y eficientemente.

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