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lunes, 18 de agosto de 2014

EL “HISTÓRICO ACUERDO DE SALARIO MÍNIMO” O LA ESTUPIDEZ DEL ASESOR



UN ASESOR DE LA CUT ENCUENTRA FÁNTASTICO EL AUMENTO DE 7,1% DEL MÍNIMO, PERO…

Humano es errar; pero sólo los estúpidos perseveran en el error”, Cicerón


Un tal Fernando Carmona (¿será hermano del otro?), economista asesor de la presidente de la CUT y perteneciente a algún centro de investigación laboral, nos estremeció hace poco con su broncínea frase relacionada con el acuerdo para ‘elevar’ el sueldo mínimo: “el incremento de este año ha sido mejor que el de los dos primeros reajustes de los últimos cuatro gobiernos”, anotado en el blog de La Nación[1] y divulgado por Pluma y Pincel,[2] portavoz oficioso del PC. Más abajo, para los suspicaces, se mandó el doblado: “El acuerdo para el reajuste del salario mínimo del año 2014-2015 se salió de los marcos clásicos de la negociación con el gobierno e inauguró una nueva época para las demandas históricas del movimiento sindical chileno”. Y como no se anda con chicas, remató con: “(…) podríamos decir que se acordó a mediano plazo el salario mínimo más alto de la historia de nuestro país, donde lo central son los trabajadores”.

Bueno, es evidente que el hombre tiene que decir que el pacto entre el gobierno de la Nueva Mayoría (NM), la patronal y la dirigencia de la CUT (quienes pagan sus honorarios), ha sido fantástico e histórico. Si no fuera así, significa que no hace bien los mandados y que con él Bárbara Figueroa está malgastando el dinero de los afiliados. El drama viene por el lado de la realidad concreta y diaria de los supuestamente representados por la multigremial: aquell@s trabajador@s que ganan el mínimo o un poco más, centralmente del sector privado. Al parecer, esto también conmueve a nuestro elegíaco autor, pues nos jura que tiene: “la convicción de que un trabajador debe vivir junto a su familia fuera de la pobreza”. Pero, veamos qué pasa con la práctica del convenio.

EL ACUERDO DEL REAJUSTE “MÁS ALTO DE LA HISTORIA”:
Primero, éste es un acuerdo de reajuste del Salario Mínimo (SM) que se firma por dos años, hasta junio  de 2016. También, se convino en crear una Comisión Asesora Salarial del Mercado del Trabajo, la cual en un plazo de 18 meses entregará un estudio sobre la situación. Segundo, dentro del período existirán tres momentos de incremento de dicho ingreso: 1.- 225 mil el 01/07/14; 2.- 241 mil el 01/07/15: 3.- 250 mil el 01/01/16. El “histórico” reajuste significa un 7,1% los primeros doce meses, un segundo de 7,1% en los siguientes 6 meses y un tercero de 3,7% en los últimos 6 meses. Habría dos instantes de incremento durante el año 2: 7,1% en el 1er semestre y 11,1% en el segundo; es decir, se supone que durante los últimos 12 meses el promedio de la mejora será de 9,13%. Tercero, Carmona se solaza afirmando que el presente reajuste es el mayor de los otorgados en el primer bienio, comparado con los anteriores 4 gobiernos. Cuarto, Carmona jura que sólo basta con descontar el IPC del período para que su feliz reajuste deje de ser nominal.   


CONSECUENCIAS INMEDIATAS DEL ‘EXITOSO’ ACUERDO:
1o, al firmar el pacto, la dirigente Figueroa hipotecó la demanda de los trabajadores por un reajuste efectivo del SM hasta junio de 2016, cuando recién los de ‘arriba’ se avendrán nuevamente a conversar sobre las migajas que estarán dispuestos a ‘regalar’. 2o, la mayor parte de las confederaciones que integran la CUT no fueron inquiridas respecto del acuerdo, en lo que representa un sesgo y una clara modalidad anti-democrática que hacen pésimo al sindicalismo chileno. 3o, esta alza no alcanza, ni con mucho, a resarcir el paupérrimo nivel de los sueldos en Chile, donde, por ejemplo, si dividimos $250.000 entre 4 integrantes de un hogar promedio cada uno percibe $62.500, lo que lo coloca por debajo del nivel de pobreza ($72.098).[3] 4o, este acuerdo no contribuye a mejorar la desigualdad existente entre los ingresos de los trabajadores del sector público (12%) y del privado (el otro 88%), brecha que se ha venido profundizando bajo los gobiernos de los grupos mantenedores del sistema y donde los privados (la gran mayoría) resienten mucho más sus ingresos y calidad de vida con estos miserables incrementos del SM.[4] 5º, no basta la sola aplicación del IPC para decir que tenemos un “aumento real”, sino que debemos agregarle el crecimiento económico y ello no se consideró en este espurio arreglo. 6º, nadie podrá asegurar que la comisión que trabajará en el SM lo hará en favor de los trabajadores, sino existe movilización desde las bases; 7º, cómo será de rasca este ‘histórico’ aumento, que la Alianza no demoró un minuto en aprobarlo e inclusive lo alabó, mientras que los empresarios asintieron.        

¿CUÁL REAJUSTE ‘HISTÓRICO’?:
1.- No se debe escupir hacia el cielo. Hasta mediados de 2013, Bárbara Figueroa amenazaba a Piñera que la CUT “no se iba a mover de una propuesta de $250.000 de piso salarial”. Pues bien, ahora aceptó muy feliz 25 mil menos y a esperar que llegue 2016 para que los 250 mil sean sólo sal y agua;

2.- En verdad, el tal ‘histórico’ incremento del SM es todo una mentira. En 2013, el gobierno patronal se allanó a alzarlo en un 8,8%, sin acuerdo con la CUT, pero ahora vemos que la dirigencia de la multisindical, de la mano de la NM y de los empresarios, se contentó sólo con un 7,1% para 2014-2015. Asimismo, en 1997, el gobierno de Frei acordó una mejora de 40% por 4 años.[5] Finalmente, en el primer bienio del también ‘socialista’ Lagos, el SM se alzó, en promedio, en un porcentaje casi idéntico al rimbombante acuerdo actual.
Agreguemos, también, que es toda una chapuza lo del acrecentamiento excelso de 19% del SM del que alardea Carmona. Esto, pues ello resulta de agregar, teórica e indebidamente, una tercera alza al promedio del último lapso, el que regirá propiamente en el bienio siguiente y cuando, de todas maneras, habrá que desagregar ese mentiroso cociente;

3.- Si hablamos de historia, el tal asesor es incombustible y no parece inquietarle que el incremento bianual acordado sea un 65% mayor que el que se otorgó durante el primer bienio de la administración anterior de Bachelet, lo que vendría a demostrar que ella sólo está reparando, en parte, lo que antes no tuvo la dignidad de mejorar como corresponde;
  
4.- Carmona y la dirigencia de la CUT juran que sólo basta descontar el alza del IPC para tener un reajuste ‘real’. Con ello desconocen que debe integrarse en la mejora del SM el nivel de crecimiento económico, excedente del que solamente ha venido echando mano el empresariado. Así, si la economía en Chile, medida como PIB, creció un 290% entre 2001 y 2013,[6] ese mismo monto debiera haberse agregado al incremento del SM y debiera seguir haciéndose en lo porvenir (en ese período, el SM creció sólo un 35%);

5.- El autor oculta que los ingresos laborales reales en Chile, según BCC,[7] han decrecido un 36% desde 2011 y continúan a la baja, lo que no cambia con su ‘exitoso’ acuerdo.

CONSECUENCIAS:
1.- Chile, a pesar de tener el PIB más alto de Latinoamérica, seguirá exhibiendo el 6° lugar en cuanto a SM y el 24° de los 26 países OCDE;[8]  
2.- Los empresarios pueden tener por seguro que la NM y la CUT no le significarán ningún obstáculo en su camino a flexibilizar por completo las condiciones laborales y previsionales de millones de trabajadores, asegurándoles las condiciones para que puedan exprimirlos al máximo;
3.- Si bien los trabajadores que gana el SM son el 18% de los asalariados,[9] los que ganan menos de $251 mil llegan al 50%, por lo que el reajuste de ese salario marca, de una manera u otra, lo que sucederá con gran parte del resto;
4.- No mejorará la demanda interna, lo que llevará a un decaimiento de la contratación y las condiciones laborales en la pequeña y mediana industria, todo lo contrario de lo que auspician los gurús del capital monopólico y transnacionalizado;
5.- Nuevamente no tendremos un SM decente y que sea una verdadera herramienta para el desarrollo del país. Dicho salario debiera ubicarse entre los $350 mil y los $400 mil,[10] lo que se repite en los pliegos de l@s que luchan, para empezar a hablar de verdad de mejoramiento de las condiciones de vida de la inmensa mayoría del país;
6.- Carmona, o es muy estúpido o nos cree tales;
7.- Finalmente, si el alza ésta fue tan excelente e histórica, ¿para qué la CUT llama a una movilización para el 04/09/14? ¿Será que le remuerde la conciencia, si es que les queda alguna a sus dirigentes, y quieren que el conjunto de la población no piense que son unos completos vendidos?

Seguramente, el ex-reformismo enquistado en las dirigencias multisindicales y de los colegios profesionales nos continuará vendiendo más ilusiones, tales como éste palurdo de reajuste. Proseguirá coadyuvando en la tarea de hacernos comulgar con ruedas de carreta en la que se empeñan hace dos décadas los sectores y grupos mantenedores del sistema, encarnados hoy en la NM. ¿No será hora de desplegar todos los esfuerzos sociales y políticos posibles por desarrollar un sindicalismo consecuente, aguerrido y democrático, que saque de en medio a la cáfila domesticada que hoy parasita las direcciones sindicales y nos vende a los trabajador@s cada vez que puede?

Con mayor fuerza, gritemos:


¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!

¡NINGÚN ACUERDO O REFORMA A ESPALDAS
DE LOS PUEBLOS Y LOS TRABAJADORES!


COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA –Equipo Sindical
Agosto 17 de 2014


[3] En La Tercera: http://www.latercera.com/noticia/negocios/2014/02/655-565602-9-carencias-y-vulnerabilidad-las-otras-formas-de-medir-la-pobreza-en-chile.shtml Cabe recordar que dicha cifra equivale a dos canastas básicas (una sola corresponde a la línea de la indigencia), cuyo valor unitario se definió hace 25 años y que no ha sido actualizada.  Allí mismo, se puede leer que la mitad de los trabajadores de Santiago gana hasta $300 mil, con lo que sus hogares quedan apenas por encima de ese nivel de pobreza.  
[4] Navarro, Lucas y Selman, Javiera, “Brechas salariales entre el sector público y privado en Chile: evidencia a partir de datos longitudinales”, pp. 94-95, Revista CEPAL 112, abril de 2014. Datos de 2011, citados en éste trabajo, señalan que dicha brecha creció de un 3% en 1996 a un 13% en 2006, claro que ello sucede hasta la medianía de los deciles de distribución, cuando ella pasa a hacerse negativa y a afectar a los públicos.
[6] Fuentes INE y BCC.
[8] Bloomberg, 16/05/14.
[9] Encuesta CASEN 2011.
[10] En línea con lo que, hace años, demandaba la iglesia católica como un “sueldo ético”.

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