“Señoras y Señores,
venimos a contar aquello que la historia no quiere recordar.
Pasó en el Norte
Grande, fue Iquique la ciudad.
Mil novecientos
siete marcó fatalidad.
Allí al pampino pobre mataron por matar”
Luis
Advis
Este fin de semana, al conmemorarse 107 años
desde el desgraciado día en que las fuerzas armadas chilenas cumplieran una vez
más con su infame labor primordial, defender los intereses de los sectores dominantes,
y que fueran capaces de ametrallar a miles de trabajadores calicheros indefensos
y sus familias en la Escuela Santa María de Iquique, se realizaron dos emotivas
acciones de recordación por l@s caíd@s en la misma ciudad.
La
gestora de dichas actividades fue la Corporación Hijos del Salitre, que buscaba
homenajear a los obreros que simplemente lucharon por lograr mejoras
salariales. La presidenta de la Corporación, Sara Benavides González, señaló
que la primera actividad estaba prevista para este sábado 20, en la Iglesia
Pampina, donde efectivamente se presentó la Orquesta Regional de Tarapacá, con
un repertorio centrado en pasajes de la conocida Cantata de Santa María de Iquique.
El
domingo 21 de diciembre –ominosa fecha de la Masacre, a las 12 horas y frente al
monolito donde estuviera la Escuela Santa, se llevó a cabo la ceremonia oficial
de la Corporación, con presencia de autoridades y colocación de ofrendas
florales.
La
invitación era abierta y a ella respondieron cientos de integrantes de la comunidad
pampina, quienes se sumaron a estos homenajes a los Pampinos de ayer que fueron
brutalmente masacrados, por el sólo hecho de reclamar mejores condiciones de
vida para ellos, sus mujeres y sus hijos.
Asimismo,
la dirigente de los pampinos recordó que la vida en la pampa implicó muchos
sacrificios, siendo los más graves las varias masacres obreras cometidas por
las fuerzas armadas y de orden, además de las guardias mercenarias de los
dueños de las salitreras. La más conocida, sin duda, es la ocurrida en Iquique,
ya que fue visibilizada al país y el mundo entero a través de la Cantata
escrita por Luis Advis, con la interpretación del conjunto Quilapayún y con el
relato a cargo del inolvidable Héctor Duvauchelle.
“Los pampinos no podemos olvidar esta parte
de la historia -dijo-. Si bien en las oficinas conformamos verdaderas familias,
también hay una historia de injusticia que hay que contar”, sentenció Sara
Benavides.
Efectivamente,
no debemos dejar jamás en el olvido los hechos de ese sangriento 21 de
diciembre de 1907, cuando fueran asesinados un número indeterminado de
trabajadores del salitre, de diversas nacionalidades, que se encontraban en
huelga general y mientras alojaban en la Escuela Domingo Santa María del puerto
de Iquique. Los eventos que configuran los hechos, suceden durante el auge de
la producción salitrera en Antofagasta y Tarapacá. La huelga, provocada por las
míseras condiciones de trabajo y explotación de los trabajadores, fue reprimida
por medio del indiscriminado uso de la fuerza armada por parte del gobierno del
presidente Pedro Montt. El infame general Roberto Silva Renard, comandando las
unidades militares bajo instrucciones del ministro del interior Rafael
Sotomayor Gaete, ordenó reprimir las protestas, matando a los trabajadores
junto con sus familias y dando un trato especialmente duro a los
sobrevivientes. Habrían sido asesinadas entre 2.200 y 3.600 personas.
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA – CHILE
Diciembre 21 de 2014
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