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martes, 30 de diciembre de 2014

AFGANISTAN, SE VA LA OTAN Y QUEDA LA GUERRA CIVIL


Después de 13 años de ocupación militar de Afganistán, EEUU y la OTAN dejan instalado allí a un gobierno de falsa unidad nacional, a una fuerza consular de ocupación ilimitada y la sensación que derribar al gobierno talibán no valía tantos y penosos esfuerzos.  


Con una ceremonia especial la fuerza de ocupación de la OTAN en Afganistán (ISAF, en inglés) dejó el país oficialmente éste fin de año, donde había estado por otros 13 intentando poner fin a las acciones del Talibán en lo que se denominó “Operación Libertad Duradera”.

Y recalquemos ‘intentando’, pues, en rigor, la antigua república islámica está más plagada que antes de actividades armadas y terroristas que afectan a una población de 31 millones de personas, en su inmensa mayoría (sobre el 99%) musulmanes.[1] Sólo este año, han muerto 3.188 civiles afganos, más que en cualquiera desde que en 2008 la ONU comenzó a contar las bajas civiles en esta guerra.[2] Un poco para adelantarse a la debacle que se vendrá ahora sobre el pueblo y las fuerzas gubernamentales, los invasores dejarán unos 12.500 efectivos (con unos 11 mil yanquis) hasta fines de 2016,[3] a fin de apoyar la labor de los 350.000 que conforman las fuerzas armadas afganas.

Luego de la terrible invasión militar inicial, principalmente a cargo de fuerzas de EEUU y otras menores de la OTAN, el 7 de octubre de 2001, hubo un breve período de gobierno simplemente en manos extranjeras (militares). A fines de aquel año, fue electo presidente en unos comicios totalmente irregulares Hamid Karzai, que fungió en el cargo a punta de sobornos y cohecho hasta las elecciones de septiembre pasado, cuando también se compraron votos descaradamente y se le robó la votación al candidato mayoritario,[4] resultando ganador Ashraf Ghani, un ex funcionario del Banco Mundial y experto en los famosos planes de ajuste monetaristas de la IFI (con experiencia al respecto en Rusia, India y China). En las elecciones presidenciales, 2009, éste Ghani había resultado 4° y eso que contó como supervisor de su campaña con el estratega de la que llevó a la presidencia a Bill Clinton.

EL 1° de enero la misión “Apoyo Firme (o Decidido)”, de asistencia y entrenamiento del ejército afgano, sucederá a la actual misión de tropas de combate de la ISAF, la cual ha perdido 3.485 soldados desde 2001 (con unos 2.224 estadounidenses).[5] Pero, es un hecho brutal el que existan más de 33 mil civiles afganos muertos,[6] además de cientos de miles de heridos.    

Si bien el futuro es incierto para la nación centroasiática, ya sabemos sobre lo que ha dejado la ocupación a cargo de las potencias occidentales. Aparte de la cuenta mortal de civiles mencionada, otra secuela, criminal también, es que luego de la invasión y ocupación imperial Afganistán incrementó sus cultivos de amapola, de la cual se extrae el opio, generando cerca del 92% de la producción mundial de heroína. Esta cifra se traduce en más de 3.500 toneladas de la adormidera.[7] Diez kilogramos son equivalentes a uno de heroína. Esta droga mantiene al país islámico en el primer lugar de drogas del planeta.

Ahora, para la administración de Kabul, ese opiáceo representa un ingreso de unos US$3.500 millones anuales, equivalentes a un tercio de la economía total de esa atribulada y martirizada nación. Pero en términos globales, esas amapolas cultivadas abastecen un mercado de US$65 mil millones en heroína y opio, que llega a 15 millones de adictos y mata unas 100 mil personas anualmente. Esto figura en un informe intitulado Adicción, Crimen e Insurgencia: La Amenaza Transnacional del Opio Afgano, elaborado por la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés).

El director ejecutivo de la UNODC, Antonio María Costa, asegura que las causas principales de ese creciente narcotráfico son la corrupción y la arbitrariedad que reinan en Afganistán, así como las fronteras descontroladas. Las autoridades afganas sólo interceptan el 2% de todos los opiáceos que se producen en el país, a diferencia de Suramérica donde se confisca el 36% de toda la cocaína de la región. Costa asevera que la línea entre Afganistán y Pakistán constituye la mayor zona de libre comercio del mundo para todo lo que sea ilícito, desde drogas, armas, precursores químicos y equipos para fabricar bombas, hasta tráfico de seres humanos.  

A los afganos les quedan también las cicatrices por los asesinatos masivos de civiles, cometidos por militares de la OTAN (Panjwayi);[8] las torturas a las que se sometió a los prisioneros en diversas cárceles, en el mismo país (Bagram) y los llevados a otras partes (por ejemplo, a Guantánamo); los bombardeos aéreos sobre blancos civiles (Kunduz); los cientos de miles de afganos desplazados; etc., etc.

La Roma imperial de nuestros días, que son los Estados Unidos, no ha logrado ganar las dos últimas guerras que ella misma inició. Y eso que, hasta 2011 y en Afganistán no más, se había gastado US$400 mil millones en ello.[9] Ni proclamaciones de misión cumplida, ni desfiles victoriosos ni discursos triunfales, nada de eso. Los combates en Afganistán terminan con una ceremonia discreta, en alguna parte de Kabul (no avisada para evitar el ataque de los talibanes) y un pobre comunicado del presidente Obama.


Equipo Internacional –CAD CHILE
Diciembre 31 de 2014




[1] Con un 80% de la rama sunita, 17% de la chií, mientras que un 3% profesa el islamismo sin denominación.
[3] Ibídem.
[4] Ver Situación Internacional-Nacional Julio-Septiembre de 2014; en: www.acciondirectachile.blogspot.com El rival era Abdullah Abdullah, un tadjiko que siempre ha vivido en el país y que dispone de un respaldo mayoritario. Este, debió conformarse con el puesto de primer ministro.
[5] Fuente: Associated Press.
[6] Afghan Civilians”, Costs of War, consultado 30/06/13; en: http://costsofwar.org/article/afghan-civilians  
[7]El Afganistán de EEUU, líder en trasiego y producción de drogas”,  Manuel Navarro Escobedo; Prensa Latina, 05/01/10.
[8]El horror, el horror”, Pepe Escobar; Al Jazzera, 15/03/12.

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