José Martí
En la tarde de hoy, simultáneamente y en
sendas conferencias, Raúl Castro y Barack Obama anunciaron que se reestablecían
las relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU luego de 54 años. Eso sí, Raúl
lamentó luego que no se incluyera el fin al ‘bloqueo’ económico yanqui en éste
inédito acercamiento. No obstante, Obama anunciaría que iba a hablar con el
congreso para remover tal castigo.
El
acuerdo implicó, asimismo, la liberación de tres de los ‘Cinco’ patriotas
cubanos detenidos y juzgados por EEUU (los otros dos ya habían sido liberados),
quienes sólo habían realizado una labor contra-terrorista en las entrañas del
monstruo. Cuba, por su parte, liberó y expulsó a un espía de EEUU, por ‘razones
humanitarias, y a un espía de origen cubano al servicio de Washington, al
tiempo que dejaba libres a una cincuentena de opositores políticos.
Cabe
destacar que la administración Obama, muy pragmática ella, da éste paso no para
poner fin a su unilateral ruptura con el gobierno revolucionario cubano,
obviamente por razones político-ideológicas, sino porque, “Estos 50 años mostraron que el aislamiento no funcionó".[1] Claro,
jamás lograron los yanquis conformar una entente de países contrarios a Cuba y
menos quebrar la dignidad de su pueblo y de su gobierno.
A
EEUU le pesa no poder, como solía hace más de 6 décadas, aplciar su famosa
Enmienda Platt, una ley federal de 1901, mediante la cual podía ejercer el
derecho de intervención en asuntos políticos, económicos y militares cubanos en
caso de Su necesidad. Esa normativa, impuesta por los yanquis luego de intervenir
la isla aprovechándose de la Guerra Cuba-España de 1898, definía los términos
de las relaciones entre ambos países aun en contra de la oposición de la
mayoría de los cubanos. Otra consecuencia de la enmienda, supuso el uso
prolongado por parte de EEUU de la porción meridional de la Bahía de
Guantánamo, donde una base naval suya había sido establecida en 1898. El
arriendo de la bahía fue confirmado por el Tratado Cubano-Americano firmado por
los presidentes de ambas naciones en febrero de 1903, pero posteriormente tal
arriendo temporal quedó establecido ad
eternum, pues sólo el acuerdo mutuo o la salida de EEUU puede poner fin a
la oprobiosa ocupación. Los yanquis invadirían nuevamente en 1912 y cercarían
la isla en 1933.
Con
todo, Raúl igualmente pidió un reconocimiento de su pueblo al presidente
norteamericano por los avances logrados entre ambos gobiernos, al desarrollar
un canje de presos y acordar el inicio de negociaciones para el
restablecimiento de relaciones diplomáticas. Obama, por su lado, justificó
hacia su frente interno el dramático giro sosteniendo que Washington tiene
relaciones con países como China o Vietnam, que también tienen regímenes
comunistas.
Por
cierto que Cuba necesita este avance para conseguir inversiones que alivien la
crisis que azota al país, crisis originada en el despiadado embargo imperial,
el cual, de alguna forma, debe ser resarcido por EEUU a un pueblo tan digno. Pero
quien sale mejor parado en esta partida de ajedrez es Obama y su gobierno, pues
seguramente apuestan a aliviar la situación en su patio trasero y poder
orientar su estrategia imperial, con todas las fuerzas disponibles, a resolver
la disputa por el poder, tanto en Medio Oriente como en el centro de Asia. Como
temas menores, pero no menos importantes, los sectores turísticos y de
infraestructura de EEUU tendrán acceso a un interesante nicho, venciendo al
lobby de los anticastristas de la gusanería de Florida.
Ya
iremos viendo en los próximos días como se da la renovada relación entre países
con visiones tan diferentes del mundo y de la vida.
EQUIPO INTERNACIONAL –CAD CHILE
Diciembre
17 de 2014
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