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miércoles, 18 de enero de 2012

"MARXISMO EN DIEZ DÍAS O GLOSARIO Nº 21: O DE CÓMO SE INSTALA LA HEGEMONÍA CONSERVADORA EN CHILE, A PUNTA DE BALAZOS, OF COURSE.


“MARXISMO EN DIEZ DÍAS” O GLOSARIO NÚMERO 21: O DE CÓMO SE INSTALA LA HEGEMONÍA CONSERVADORA EN CHILE, A PUNTA DE BALAZOS, OF COURSE.

-Puta’s señorito escritorcillo, todo indica que se nos fue de tomas o de una juerga larga, pues hace ya mucho tiempo que no se arrimaba a este bar para proseguir con sus enseñanzas bastante extrañas.
-Me tomé un pequeño relajo, su huaso bruto.  Estaba un poco cansado.
-Se me olvida, a veces, que los pequeños burgueses tirados a revolucionarios, se cansan de tanto andar vendiendo la pomada.
-No me salga con insolencias o de lo contrario me voy a mis aposentos.
-¡Ve como se le cae el pequebú que es!  No puede ocultar su origen.
-¡Pero si no tengo ningún origen pequeñoburgués!  Anduve haciendo contactos para generar una Protesta Popular el 02 de abril de 2012 en contra de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
-¡Seguro, canguro!  Para lograr una protesta popular en estos tiempos se requiere de la voluntad de muchas organizaciones, de muchas voluntades, de los no organizados y el horno no está para bollos todavía Iñor.
-¡Chucha, exclamó la Princesa!, tal parece que anda leyendo algunos análisis de unos carajos denominados colectivo acción directa, quienes claman a los cuatro vientos que todavía no sobrepasamos los tiempos de la derrota de 1986.
-No tengo la menor idea sobre ese colectivo que habla, señorito escritorcillo.  Conozco las organizaciones grandes, como nuestra Central Única de Trabajadores, por ejemplo.
-Central Unitaria, querido escuchante.  Está pasado de moda.  Mejor sigamos con el cursillo y bebamos cerveza que con esta temperatura ya llego a creer que se viene el fin del mundo.
-Nos podríamos ir a Valparaíso, a la plaza Echaurren y echarnos unas buenas cervezas al coleto en el “Liberty”.
-Mejor aquí no más, pues después me acusa de pequeñoburgués.
-Oiga ñato, se le olvidó en el anterior Capítulo señalar que el “Padre de la Patria” estuvo implicado en el asesinato de Manuel Rodríguez y de José Miguel Carrera.
-Así no más fue.  Ese chingado, elevado a Padre Fundador fue un criminal de tomo y lomo.  Recordemos que el mes del ejército comienza el 20 de agosto comienza con el natalicio del susodicho.
-Lo curioso manito pequeño burgués, es que los muchachotes del glorioso Partido lo vanaglorian, asimismo.
-Una vez más, el pupilo supera al maestro.  Esa es otra curiosa muestra de cómo se invierte la historia de este país. 
-Otra cosa, cuate.  Noto que ya no comienza con elementos chistosos sus Capítulos.
-Lo que sucede es que debemos ponernos serios.   El sistema de dominación capitalista está cada vez más represivo, es como si la estabilidad que le brindó la concertación al mando del bloque político de estado está llegando a su fin.  Recuerde que vivimos en un Estado Contrainsurgente y que siempre ha sido así, desde 1541.
-Pero, no olvide que: UNA REVOLUCIÓN SIN BAILE, NO ES UNA REVOLUCIÓN.  Eso lo escuche en la película “V” de vendetta.
-Estamos de acuerdo, mi manito.  Ningún proceso revolucionario puede estar ajeno a la conquista de la felicidad, pues no sólo luchamos por el pan, sino que también por las rosas.
-No se me ponga extraño, de lo contrario será confundido con una hormiga y el Señor Elefante será implacable.
 
1829SE DESATA LA GUERRA CIVILOTRA MÁS!)
 
     Entre 1828 y 1829, los sectores liberales o pipiolos, intentan conectar su proyecto con Estados Unidos.  A la par, intentan imponer en el ámbito cultural, político y social, las más amplias libertades públicas o democráticas, usando las prerrogativas de la Constitución de 1828, que estableció la división del Estado en sus tres aparatos clásicos: ejecutivo, judicial y legislativo.  A cargo del ejecutivo estaba el militar Francisco Pinto.
-Entonces, señorito: ¿en ese período sí se podía hablar de liberales?
-Recuerde escuchante, que el concepto “liberal, liberales, liberalismo” no es más que un aspecto ideológico, que utiliza un sector o fracción de la clase dominante para encubrir su hegemonía, algo así como para hacer más tolerable la explotación en todos los niveles de la vida social.
      Antes de seguir, señalar que desde 1810 hasta hoy, la Historia de Chile está plagada de militares ostentando el cargo de dirección del Gobierno.  Entre 1990-2012, no ha sido necesario para la Burguesía usar esa formula, pues los civiles están haciendo bien su trabajo, es decir, permitirles altas tasas de acumulación del rico y sabroso capital.
     Sin embargo, los conservadores, ligados a las fracciones terratenientes y comercial, logran disponer de fuerza militar para derrocar al Gobierno legítimamente constituido.
       Las tropas conservadoras son dirigidas por José Prieto (lo ponemos así, pues los historiadores lo nombran como José Joaquín Prieto, para que no suene tan vulgar).
       La guerra civil, que enfrenta a la clase dominante, es decir, a las fracciones de la burguesía, es dirigida en términos políticos por el comerciante Diego Portales.  Portales, como buen comerciante, exigía un Gobierno autoritario, que controlara el desorden de los liberales y sus ideas ídem, pero un Estado que permitiera los negocios.  Junto a él, resalta la figura de Manuel Rengifo, que se encargaría de la Hacienda pública.
       Por otro lado, el elemento jurídico que viene a sancionar el hecho de fuerza, lo aporta Mariano Egaña, que redacta la Constitución Política de 1833, que se prolonga por 92 años, hasta 1925.  Este cuerpo legal, otorga el Gobierno por diez años a los Presidentes.
       Portales ocupó el Ministerio del Interior y de Guerra.  Desde ese cargo envió a fusilar a numerosos liberales.
       Los conservadores, o pelucones, hacen todo lo posible por aplastar las ideas liberales.  Sin embargo, ello no les fue posible.  Lo que sí lograron con creces fue entregarnos a la Metrópoli de Inglaterra.

        Lo fundamental del período, en términos jurídicos, fue la promulgación de la Constitución Política de 1833, la cual viene a establecer la hegemonía de la burguesía terrateniente y minera, que lideraban el bloque en el poder en la época.  Esa hegemonía, luego será cuestionada por la fracción industrial a fines del sigo XIX, en alianza con la fracción comercial y bancaria.
        Lo anterior demuestra que las constituciones políticas no caen del cielo ni crecen en los árboles.  Son el resultado de la capacidad de fuerza de una clase, del conjunto de sus fracciones para establecer su dominio.  Es por eso, que para que podamos contar con una Constitución de los Pueblos, los Trabajadores, los Campesinos, los Estudiantes, los Explotados, tenemos que contar con la fuerza material de esos sectores y fuerzas sociales.

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