Andrés Figueroa
Cornejo
Martes, 30 de septiembre
de 2014
Entrevista
con el ex militante de Montoneros, internacionalista, colaborador del
legendario Rodolfo Walsh, periodista y actual Director de Resumen
Latinoamericano y del Tercer Mundo, el argentino Carlos Aznárez.
¿Cómo
un periodista de origen chileno que busca servir a los intereses de los
humillados/as entrevista al que considera una leyenda viva del periodismo
combativo? ¿Con qué palabras retrata un privilegio único?
Hoy
Carlos Aznárez es Director de la revista impresa y del sitio Resumen
Latinoamericano y del Tercer Mundo:
Carlos
fue parte del proyecto periodístico de la revista "Cristianismo y
Revolución" (que en sus comienzos derivó en grupos de autodefensa como los
Comandos Camilo Torres), de las Fuerzas Armadas Peronistas
(http://www.rebelion.org/hemeroteca/sociales/fap2110801.htm) y de Montoneros
(http://rebelion.org/noticia.php?id=118776). Tuvo sitio en el equipo selecto
del diario Noticias y en la Agencia de Noticias Clandestina, ANCLA, de
Montoneros. Al mismo tiempo, Aznárez se desempeñó como dirigente sindical de
los trabajadores de la comunicación (Asociación de Periodistas de Buenos Aires
-APBA). Fue prisionero político en la penúltima dictadura (1970-1971) de
Argentina, mientras que en la última estuvo clandestino entre 1974 y 1978.
Debió salir al exilio a Madrid donde, producto de diferencias con parte de la
dirección de Montoneros, rompió con la organización junto a un grupo bastante
importante de militantes que ya no compartía la visión triunfalista de ese
instrumento político que no leyó correctamente el abierto período de reflujo de
lucha popular que existía entonces. Retornó al país a fines de 1983.
En
1979 fabricó Resumen de la Actualidad Argentina y Latinoamericana, donde
escribió gente como Eduardo Galeano, Mario Benedetti, Roa Bastos, entre muchos.
Esa primera etapa de Resumen terminó en el número 100. Luego se reconstruyó la
publicación en 1993.
“Empezamos
a hablar y publicar sobre el entonces coronel Hugo Chávez cuando nadie de la
izquierda argentina se lo tragaba”, dice Carlos, en tanto la mañana amigable de
la Capital argentina barre los últimos resabios del invierno.
Y
pasó que Resumen se volvió multivocal: tinta, Internet, radio, imagen, cine
debate y Cátedras Bolivarianas. “El cine debate es la plaza donde se comparten
y solidarizan todas las luchas de los pueblos del mundo”, abrevia Carlos una
iniciativa potente y prestigiosa.
-¿De
dónde proviene la inspiración internacionalista de tu quehacer periodístico y
comprometido?
“Para
nosotros, para mí, el internacionalismo es una forma de vida. En el exilio
aprendí que el problema de los kurdos y de los vascos, por ejemplo, eran parte
del problema de los argentinos. De todos
modos, antes de salir al exilio en los 70 ya teníamos fuertes lazos con la
causa del pueblo vasco y del palestino, además, naturalmente, del proceso de la
Unidad Popular de Chile y su posterior resistencia después del golpe. El
internacionalismo fue una práctica para mí desde los tiempos tempranos de
Cristianismo y Revolución.”
-¿Y
Ernesto Guevara?
“Argentina
fue muy ingrata con el Che durante un largo período. Por motivos asociados al
peso del peronismo y a la mala lectura que de esa experiencia política hizo el
Partido Comunista de aquella época, frente el Che fueron creados anticuerpos
que gracias a personajes como John William Cooke (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=189790),
fueron cediendo. Al menos en mi militancia, el Che fue una figura siempre
reivindicada, así como la Revolución Cubana. No entramos nunca en la variante
macartista (anticomunismo en general) que un sector del peronismo tuvo y
tiene.”
El
hombre acumula medio siglo de profesión periodística en el cuerpo. “La mitad de
mi carrera la he realizado en medios independientes del poder, los cuales
siempre fueron llamados despectivamente “pasquines” por los enemigos de la disidencia
sistémica. Yo comencé con la publicación Reseña Sindical en los años 60. Luego continué en un excelente diario
político llamado “Compañero”, en 1968 estuve en el diario La CGT (Central
General de Trabajadores) de los Argentinos que fue una expresión de unidad del
sindicalismo combativo y perseguida como a una fuerza subversiva frente al
sindicalismo burocrático. En ese diario colaboré con Rodolfo Walsh, y en el
mismo escribían excelentes periodistas, como Horacio Verbitsky, por ejemplo. Se
editaban decenas de miles de ejemplares y era un verdadero organizador de
luchas.”
INFORMAR – FORMAR –
ORGANIZAR: RODOLFO WALSH
“Una
prensa pegada a los movimientos populares tiene que jugar tanto un rol
informativo-formativo, como una herramienta para la organización. De hecho, yo
he participado en varias experiencias periodísticas que fueron una posibilidad
para romper el muro de la desinformación y a la vez, un modo de crear grupos de
personas organizadas a través de la lectura y la práctica consecuente de esos
medios. Se trata de una prensa que
intercambia experiencias. Nosotros, en los 21 años de Resumen Latinoamericano,
hemos intentado hacer eso. Es decir, reunir luchas de distintos pueblos,
traspasando las fronteras de Argentina.”
-Tuviste
la fortuna de trabajar junto a Rodolfo Walsh. ¿Quién era ese militante,
escritor y periodista que hasta hoy se encumbra como uno de los más altos
exponentes mundiales del periodismo comprometido con los intereses y el combate
de los pueblos por su liberación?
“Rodolfo
Walsh fue un personaje imprescindible. Fue un hombre que ejerció el periodismo
de investigación con un entusiasmo contagioso. Rodolfo era capaz, mediante
procedimientos propios y extremadamente profesionales, a partir de un hecho de apariencia
policial o represivo similar a tantos, descubrir las tramas políticas profundas
de ese incidente.”
-¿Cuál
consideras el “golazo” o golpe periodístico de Walsh?
“Su
libro Operación Masacre, en el cual investiga cómo fueron los fusilamientos de José
León Suárez (http://es.wikipedia.org/wiki/Operaci%C3%B3n_Masacre), en plena
época de cerrazón informativa. Esta obra lo impulsó como un sujeto que tenía
mucho para hacer y para decir.”
-¿Cuándo
lo conociste?
“Precisamente
en el plenario de la CGT de los Argentinos donde se resolvió la ruptura con la
CGT burocrática (1968). Allí establecimos una relación de simpatía mutua a
propósito de un hecho absolutamente banal. Era la madrugada del día en que
sería derrotado el “vandorismo” –una corriente sindical traidora a los
intereses de los asalariados/as- y tocaba que hablara Raimundo Ongaro de la
Federación Gráfica Bonaerense, que luego sería el secretario general de la CGT
de los Argentinos. Entonces a Rodolfo se le agotaron las pilas de su grabador y
yo era uno de los pocos grabadores amigos que él tenía cerca, así es que me
dijo “Salvame el grabado que esto será trascendente”. Allí arrancó una serie de
encuentros sobre todo en el ámbito sindical. Con él y otros compañeros formamos
la Agrupación 26 de Julio del gremio de prensa
que provenía del peronismo de base. Siempre con Rodolfo, devenimos en el
Bloque Peronista de Prensa (de Montoneros), hasta que él me convocó en la
clandestinidad a hacer ANCLA, realmente la experiencia más interesente de
periodismo clandestino que se dio en Argentina.”
ANCLA
-¿Cómo
Walsh construyó la Agencia de Noticias Clandestina, ANCLA?
“Nos
fue llamando uno a uno, desde las distintas estructuras de la
organización. ANCLA fue un empeño que
provocó conmoción en la dictadura. Nunca fue un órgano oficial de Montoneros,
pese a ser parte del instrumento político. Sectores del Ejército creían que era
una maniobra de la Marina para meterles “mercadería podrida” a los propios
organismos de seguridad. Esas cavilaciones jamás tuvieron mucho sentido porque
ANCLA apuntaba contra todos los poderes que oprimían a las fuerzas populares.
El material que producíamos era recibido por la Iglesia, los militares, los
empresarios, los sindicalistas y
enviábamos muchos cables hacia el exterior del país donde eran
publicados en importantes medios que, a su vez, los replicaban profusamente.
Entonces,
en concreto, ANCLA se conformó por un grupo pequeño de redacción que
funcionábamos en un domicilio clandestino, y una gran cantidad de colaboradores
insertos en la militancia popular que nos hacía llegar informaciones desde sus
lugares de resistencia. Ese caudal informativo nosotros lo procesábamos, lo
contrastábamos rigurosamente (en eso Rodolfo era implacable) con el objetivo de
ganar credibilidad pública. En ANCLA, Rodolfo volcó toda la experiencia que
había acaudalado en la Agencia Prensa Latina con Jorge Masetti
(http://www.rebelion.org/noticia.php?id=184126), y en su ejercicio de la
Inteligencia y la desencriptación de mensajes enemigos. Escribíamos de una
manera muy llana de entender, sin caer en la chabacanería. Así producíamos
cables, comunicados breves y sintéticos, y cada tanto tiempo emitíamos
reportajes especiales extensos. Por ejemplo “El rol del empresariado durante la
dictadura…”. Uno de los informes más difundidos e impactantes fue el de los
campos de concentración que operaban en el país, como el de la Esma
(http://es.wikipedia.org/wiki/Centro_clandestino_de_detenci%C3%B3n_(Argentina)#La_ESMA),
mediante el cual nos enteramos que muchos compañeros/as que dábamos por
muertos, estaban vivos/as. Y que no se trataba sólo de un campo de
concentración, sino que de más de 20, y en los cuales los llamados detenidos
desaparecidos, aún no habían sido asesinados/as, cuestión que ocurriría con el
pasar del tiempo (1976-77).
Rodolfo
profesaba una dimensión periodística muy formativa e interesante. Te enseñaba
todo lo que sabía con el fin de multiplicar sus propias funciones. Él se
preocupó de que el equipo rodara por sí solo. Rodolfo siempre se dedicó especialmente
de cuidar nuestra sobrevivencia. Apuntaba a que el cuerpo informativo
construido se prolongará lo más posible.
-¿Y
los golpes contra ANCLA?
“Cae
un compañero, luego otro y hasta la casa donde trabajábamos. Debimos
descentralizar la Agencia y laborar cada cual en su casa. Lo podíamos hacer
porque funcionábamos con mimeógrafos a alcohol, silenciosos, con papel-biblia
para que los envíos no fueran muy voluminosos en las cartas de correo. Así
también actuábamos con citas y encuentros, algunos de los cuales estaban
“envenenados”, eran muy peligrosos. Ya en ese momento nuestro pequeño grupo
realizaba todo el trabajo de producción y distribución. Fue un lapso de muchas
caídas y pocas victorias. El equipo estable éramos cuatro y quedamos tres más
Rodolfo. Los tres sobrevivimos.
Cuando
cayó Rodolfo, habíamos conversado con antelación sobre la posibilidad de sacar
la Agencia al exterior de Argentina. Su muerte precipitó el ocaso de ANCLA.
Alcanzamos a durar dos a tres meses más
solamente.
Rodolfo
murió en combate el 25 de marzo de 1977. Ese día él estaba echando a los
buzones su famosa Carta de un escritor a la Junta Militar y en una cita “cantada” fue embestido por las fuerzas represivas. Rodolfo sacó
su arma porque estaba decidido a no ser prisionero. Los enemigos del pueblo lo
querían atrapar vivo. En particular los milicos de la Marina que pretendían
convertir a los montoneros en colaboradores del proyecto del comandante de la
Armada, Emilio Massera. Fue la última batalla que les ganó Rodolfo.”
EL FIN DEL
PROGRESISMO EN ARGENTINA
-Ya
en la primavera de 2014 en Argentina, ¿qué caracterización realizas de la
coyuntura política, social y económica del país?
“Creo
que estamos en un final de ciclo de algo que se llamó “progresismo”, y que no
fue ni más ni menos que una posibilidad truncada de recorrer un camino de un
amplio sector que se subió a ese tren, de rehabilitación de lo mejor de
nuestros discursos de los 70, pero que se quedó a mitad de camino y hoy está en
pleno retroceso. Yo no estigmatizo toda la experiencia. Al comienzo (2003) hubo
compañeros/as que abrazaron al kirchnerismo con el fin de continuar un
derrotero desbaratado político y militarmente por la última dictadura.”
-¿Qué
falló?
“Los
personajes que se encumbraron políticamente no tuvieron nada que ver con
nuestros presupuestos ideológicos y éticos de los 70. Apostaron al capitalismo
y no al socialismo. Por eso establecieron alianzas con las multinacionales
durante todo este tiempo y hablaron de redistribuir la riqueza solamente de la
boca para afuera. En síntesis, fue una idea malgastada sobre todo, en el ámbito
latinoamericano, pensando en lo que ocurrió con Venezuela de Chávez, Bolivia,
Cuba. Y no porque no se dieron cuenta, sino porque no compartieron nunca ese
proyecto político. El denominado kirchnerismo apostó a más de lo mismo, con el
agravante de que muchos de ellos/as se han enriquecido mientras que para el
pueblo significa una nueva frustración. En el mejor de los casos se jugó a
edulcorar el capitalismo. Ahora bien, la
toma de conciencia general de todo esto se desplegará con el tiempo,
considerando que hay quienes necesitan conservar las prebendas y privilegios
que han conseguido durante estos años. Pero el escaparate kirchnerista ya se
trizó irremediablemente. Es lo mismo que nos pasó a nosotros con Perón. Él fue
un líder popular que sabía para dónde iba y que era otro lugar respecto de
hacia donde caminábamos nosotros. Por eso sobrevino nuestra ruptura con Perón.
Desde la masacre de Ezeiza (20 de junio de 1973) nos habíamos percatado de que
el Perón que regresó a Argentina era uno muy diferente al que muchos habíamos
imaginado. El quiebre que se produjo en la plaza el 1º de Mayo de 1974
(http://www.rebelion.org/noticia.php?id=184331) fue traumático, pero necesario.
Paradójicamente quienes más se indignaron entonces fueron los viejos peronistas
que habían puesto el cuerpo durante los 17 años de exilio del caudillo. Lo de
la plaza es la foto del peronismo: la mitad de los que allí estábamos nos
retiramos –confirmando nuestras posiciones y lecturas- y la otra mitad se
quedó. Perón eligió a la burocracia sindical y criminal y a la Triple A. Como
ya no nos podía controlar, él eligió nuestro exterminio.”
-El
kirchnerismo se proyecta ahora para el 2019. ¿Qué piensas que pasará en el
futuro cercano?
“La
salida política será por derecha. El campo popular no está lo suficientemente
afiatado para constituirse en alternativa. Ni hablar del poder económico,
político y militar que ha adquirido el narcotráfico en los barrios y que
todavía es subestimado por importantes sectores de nuestros compañeros. Sí se
han creado pequeños eslabones de lucha, pero aún muy parciales. Aún no hemos
encontrado ese paradigma que nos pueda unificar a la mayoría. Existe algo
latente, eso sí. Estimamos que en medio de la actual crisis debe sobrevenir una
transformación profundamente estructural. El peronismo en su versión del siglo
XXI se ha encargado de destruir su propia columna vertebral histórica, que es
el sindicalismo institucional. Por abajo, a diario se amplía el sindicalismo
combativo y de base. A nivel barrial (territorial) contamos con muchas
experiencias, pero fragmentadas. Ahora nuestro enemigo es el sectarismo, las
apetencias personales, el caudillismo. Y en el plano electoral, lo más probable
es que el próximo presidente del país sea Daniel Scioli (“peronista" de
derecha) que, debido a su brutalidad sin cosméticos, acelere la
reestructuración de las fuerzas populares. No obstante, lo único cierto es la
incertidumbre, y lo que ocurra a nivel internacional y la ofensiva imperialista
en curso resulta una condicionante mayúscula. Ello nos impone respuestas
políticas insoslayables.”
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