30 DE AGOSTO DÍA
INTERNACIONAL DEL DETENID@ DESAPARECID@
“La justicia
es el pan del pueblo; siempre está hambriento de ella”
Chateaubriand
El
Día Nacional del Detenido Desaparecido se conmemora en
Chile el 30 de agosto de cada año. Ello deriva de la existencia previa del Día Internacional
del Detenido Desaparecido, observado en la misma fecha y creado por la
Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos,
organismo no gubernamental integrado por las asociaciones de familiares de
países de América Latina y el Caribe. Dicha fecha, en un afán más bien de
conciliación e institucionalización, tareas a las cuales se han dado la
Concertación y hoy la Nueva Mayoría con éste y los demás hitos de la lucha
anti-dictatorial por los DDHH, pasó a ser
oficializado desde 2007, merced al decreto Nº 121 de 2006 del Ministerio
SEGPRES.
Es
desde 1981 que se viene realizando éste momento de recordación en América Latina
y tiene como objetivo no olvidar a los hombres y mujeres que fueron arrancados
de sus hogares por manos criminales, sin que nunca más la fuerza armada del
Estado diera cuenta de lo que hicieron con ellos. L@s compañer@s víctimas
inmediatas de este grave atropello a los DDHH, son personas que no dudaron en
ofrendar su vida para construir un mundo donde predomine la paz con justicia
social. Fueron apresados por quienes se creyeron dueños de sus vidas, quienes
aplicaron la doctrina de la seguridad nacional mediante el más feroz terrorismo
de Estado, cometiendo graves violaciones a los derechos humanos, sobresaliendo
por su crueldad la desaparición forzada.
La “desaparición” no sólo vulnera prácticamente todos los derechos personales de la víctima, sino que también somete a sus familiares a un atroz sufrimiento, que se ha reconocido como equivalente a la tortura. Es también un daño inmenso a la conciencia y a la convivencia interna de nuestra sociedad, por cuanto nos espeta, día a día, que entre nosotros siguen cohabitando los criminales, los cómplices, los encubridores y los que ejecutaron tal delito de lesa humanidad, sin que sean dignos de confesar dónde han escondido a l@s nuestr@s. Pero, asimismo, ese llamado debe ser oído y resuelto por la organización del pueblo consciente y que trabaje en pos de la realización de la justicia social en estas tierras, porque, sí este no lo hace, nadie más lo hará. Es importante destacar que la “desaparición” constituye un delito continuo o permanente mientras no se determine la suerte y el paradero de la víctima.
Hasta
la fecha, en nuestro país se desconoce la verdad sobre la inmensa mayoría de
los más de 1200 detenidos-desaparecidos durante la dictadura militar.[1] La
brutalidad dictatorial no respetó siquiera la situación de embazo de algunas
detenidas, las que luego desaparecieron. La Agrupación de Familiares de
Detenidos Desaparecidos (AFDD) registra nueve casos de mujeres embarazadas cuya
suerte se desconoce. En 2008, iniciaron una campaña para ubicar a sus hijos,
eventualmente nacidos en cautiverio,[2] que
contempló una línea telefónica. Sin embargo, según Graciela Zúñiga, integrante
de la AFDD, “la campaña no funcionó, en
parte debido a nuestras carencias, a limitaciones tan simples como la
imposibilidad económica para sacar más afiches. Aun así, tenemos mucha
paciencia. Hemos estado treinta años buscando y exigiendo. Tal vez nos queden
otros treinta años para poner en el tapete la situación de las detenidas
desaparecidas embarazadas”.
Hasta
niños fueron detenidos y desaparecidos por las fuerzas del golpismo. Habida
cuenta que en aquel tiempo la edad considerada para ser mayor de edad era de 21
años, el número de niños desaparecidos ascendería a más de 100.[3] Recordemos,
porque es bueno recordar, que en el informe Rettig se certifican 307 casos de menores de 20 años ejecutados, niños de seis
meses hasta la adolescencia, de los cuales se desprenden 75 casos de infantes
detenidos desaparecidos y que en el informe Valech se sumó un anexo con 102 casos, titulado “Menores de edad detenidos junto a sus padres
o nacidos en prisión”.[4]
Si
consideramos todo el inmenso daño y el dolor causado por el criminal
“desaparecimiento” de tant@ compañer@, resulta lamentablemente que hoy en día los
abogados que acompañaron a los familiares y amigos de los DD, que bregaron por
encontrar la verdad a costa a veces de su propia integridad, la mayoría hoy se
ha alejado de las agrupaciones y de las investigaciones judiciales y pasaron a
ocupar cargos en la institucionalidad post-dictatorial. Pero creemos que lo más
grave ha ocurrido con esas mismas agrupaciones, ya que fueron
instrumentalizadas por los partidos de la izquierda tradicional que integraron el
nuevo Bloque Político del Estado; ayer el PS y el MAPU, hoy el PC, apaciguando
toda la justa demanda por verdad, justicia y castigo a los culpables, en aras
de una ‘estabilidad democrática’ que no conducirá nunca a encontrar a los
nuestr@s y por ‘no hacerle olas’ a unos gobiernos que nunca han estado ni
estarán dispuestos a hacer verdad y justicia. Eso sí, digamos que lo más dañino
para los fines de hacer justicia en las diversas modalidades en que la dictadura
cívico-militar menoscabó al pueblo y al movimiento popular chileno, es sin duda
lo acaecido en las instituciones de ex presos políticos y de torturados,
quienes, en su mayoría, vendieron su alma al dios ‘reparación pecuniaria’, y no
es que neguemos su derecho a percibir un aporte necesario para quienes vieron
dificultadas sus posibilidades de desenvolverse en el Chile post “73, pero el
problema es que del grueso de los ‘reparados’, de su organización y de sus
cuitas nunca más se supo.
Cercanos
a conmemorar un nuevo 11 de septiembre, infausta fecha para el pueblo y los
trabajadores de Chile y origen común de tanta tribulación actual, luchemos con
más decisión por:
¡VERDAD, JUSTICIA Y CASTIGO A LOS CRIMINALES
CIVILES Y MILITARES DE LA DICTADURA!
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA - CHILE
Septiembre 1 de 2014
No hay comentarios :
Publicar un comentario