LO MISMO QUE EEUU Y FUERZAS DE LA OTAN; TODOS CONTRA EL PUEBLO
PALESTINO
Por Manlio Dinucci[1]
El
actual conflicto de Gaza no sólo está dando lugar a una verdadera competencia
de declaraciones hipócritas que soslayan el verdadero origen del enfrentamiento
–la decisión de atribuir al Hamas palestino el secuestro de 3 adolescentes
israelíes, sin pruebas que sostengan tal acusación. También se guarda silencio
sobre la participación militar de los miembros de la OTAN.
Mientras
Washington declara que «Israel tiene derecho a defenderse de los ataques
lanzados por una organización terrorista de Gaza», asegurando
sin embargo que está trabajando simultáneamente con los palestinos y con
los israelíes para evitar la escalada del conflicto. Bruselas emite una «firme
condena» contra el lanzamiento de cohetes desde Gaza hacia Israel y «deplora»
las víctimas civiles de los ataques aéreos que Israel efectúa «en respuesta».
Roma expresa la misma posición e insiste en
la necesidad de «retomar el proceso de paz». El problema es que para eso
habría que interrumpir primero el proceso de guerra, en el que
Estados Unidos y las grandes potencias europeas desempeñan un papel de
primer plano.
Los cazabombarderos que están bombardeando
Gaza son F-16 y F-15 entregados a Israel por Estados Unidos
(más de 300, además de otros aviones y helicópteros de guerra) con miles de
misiles y bombas teleguiadas con sistemas satelitales y laser. Como bien señala
el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos (ver el
documento que aparece al final de este artículo), Washington se ha comprometido
a entregar a Israel, durante el periodo 2009-2018, una ayuda militar ascendente
a 30 000 millones de dólares a la que la administración Obama agregó más
de 500 millones para el desarrollo de sistemas anticohetes y antimisiles.
Israel dispone en Washington de una especie
de caja que le permite adquirir en cualquier momento todo tipo de armas
estadounidenses, entre las cuales figuran 19 aviones de guerra F-35 a un
costo de 2 700 millones de dólares. Y, en caso de necesidad, también puede
utilizar el poderoso armamento almacenado en el «Depósito estadounidense de
urgencia en Israel».
En comparación, el armamento que poseen los
palestinos los pone en la situación de una persona que, hallándose bajo el
fuego de un tirador armado con un fusil de largo alcance con mirilla
telescópica, trata de defenderse con fuegos artificiales de feria.
Israel recibe además una ayuda constante de
las grandes potencias europeas. Alemania le entregó 5 submarinos clase Dolphin
(2 de ellos gratuitamente), a los que se agregará próximamente otro más, y ya
serán 6. Esos submarinos han sido modificados para que puedan lanzar misiles
crucero de largo alcance, equipados con ojivas nucleares: los Popeye Turbo
–derivados del Popeye estadounidense– capaces de alcanzar
un objetivo a 1 500 kilómetros de distancia.
Italia, por su parte, está entregando a
Israel los primeros de los 30 aviones M-346 de entrenamiento militar
avanzado, fabricados por Alenia Aermacchi (Finmeccanica), que también pueden
utilizarse en misiones de ataque contra objetivos terrestres en situaciones de
combate real.
La entrega de esos aviones de guerra es
sólo una pequeña parte de la cooperación militar ítalo-israelí,
institucionalizada mediante la Ley 94 del 17 de mayo de 2005. Esa ley
implica a las fuerzas armadas y la industria militar de Italia en una serie de
actividades sobre las cuales nadie –ni siquiera en el Parlamento– recibe
información. La Ley 94 estipula, en efecto, que tales actividades
esta «sometidas al acuerdo de seguridad» y son por consiguiente de
carácter secreto. Como Israel posee armamento nuclear, la alta tecnología
italiana puede así ser utilizada en secreto para potencializar las
capacidades de ataque de los vectores nucleares israelíes. Y también para hacer
más letales aún las armas «convencionales» que las fuerzas armadas de
Israel utilizan contra los palestinos.
La
cooperación militar entre Italia e Israel se intensificó cuando, el 2 de
diciembre de 2008 –sólo 3 semanas antes de la operación israelí «Plomo
fundido» contra Gaza–, la OTAN ratificó el «programa de cooperación individual»
con Israel. Ese programa incluye:
* intercambio de información entre los servicios de inteligencia,
* conexión de Israel al sistema electrónico de la OTAN,
* cooperación en materia de armamento,
* aumento de las maniobras militares conjuntas.
En ese marco se incluye «Blue Flag»,
la mayor maniobra de guerra aérea realizada en Israel, con la
participación, en noviembre de 2013, de Estados Unidos, Italia y
Grecia. «Blue Flag» sirvió para integrar a la OTAN la fuerza aérea
de Israel, que nunca había participado en maniobras conjuntas de la
alianza atlántica. Hasta entonces los pilotos israelíes sólo habían participado
en maniobras de carácter nacional, como la organizada en Decimomannu, con la
fuerza aérea de Italia.
La fuerza aérea de Israel, subraya el
general Amikam Norkin, está experimentando con nuevos procedimientos para
potencializar sus capacidades «aumentando hasta en 10 veces
el número de objetivos que pueden ser retenidos [como blancos] y destruidos».
Y eso es lo que se está haciendo en este
momento en Gaza, también con la cooperación de Italia.
Manlio Dinucci
Traducido a partir de la versión de la Red
Voltaire y esta desde Il Manifesto
Para comprobar la magnitud
del apoyo yanqui al Estado sionista de Israel (adelantar que, desde la II
Guerra Mundial, el imperio le ha aportado a su peón en Medio Oriente US$121 mil
millones), ver el siguiente documento denominado “Apoyo Externo de EEUU a Israel”, del Servicio de Investigación del
Congreso (de EEUU), alojado por la Red Voltaire:
EQUIPO INTERNACIONAL –CAD CHILE
Julio 14 de 2014
[1] Geógrafo y politólogo. Últimas obras publicadas: Geocommunity
Ed. Zanichelli 2013 ; Geografia
del ventunesimo secolo, Zanichelli 2010 ; Escalation.
Anatomia della guerra infinita, Ed. DeriveApprodi 2005.
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