¿QUÉ HACEN MILICOS CHILENOS EN
HAITÍ?
A principios de 2004, luego de varios
meses de desestabilización a cargo de la oposición política, de grupos armados
y de la embajada de EEUU, fue destituido el legítimo presidente de Haití
Jean-Bertrand Aristide. Las razones: era muy cercano a Cuba y Venezuela, además
de ser un impulsor de un modelo económico orientado al mercado interno. No era
la primera vez que “Titid” era derrocado; ya lo había sido, por la misma
pandilla, en 1991.
El sucesor impuesto por Washington,
B. Alexandre, en breve rogó a la ONU por el envío de una fuerza multinacional
provisional, la que estuvo integrada principalmente por efectivos de EEUU,
Francia y Canadá. Esta rápidamente cedió el paso a la Misión de Estabilización
de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH, en francés), compuesta
aproximadamente de 7 mil militares provenientes de 20 países, entre ellos
Chile. Se suponía que dicha misión tenía un mandato de seis meses para
estabilizar el país y convocar a elecciones; ahora, a 9 años de su llegada, la
MINUSTAH sigue ocupando Haití, enajenando a su pueblo el control político y
social.
Hace rato que los haitianos se
dieron cuenta que la antedicha misión no está orientada a ayudar o estabilizar
Haití, si no que es una fuerza de ocupación. Esta verdadera invasión trajo más
problemas que soluciones: aumentaron las violaciones de los DDHH; crece el
número de presos políticos; se expandió el cólera, introducido por las tropas
de Nepal de la MINUSTAH; dicho control extranjero lastima la dignidad de los
haitianos como pueblo, toda vez que fue Haití el primer país negro en
liberarse. Además, para entender la persistencia de la ocupación, se constatar
ciertos intereses económicos de las potencias, azuzados por recientes estudios
que señalan la existencia de uranio y oro en el país.
El pretexto inicial para la
ocupación militar fue la existencia de un conflicto político profundo, por lo
que supuestamente se requería de tropas para estabilizar el país. Como EEUU,
Francia y Canadá en ese entonces no podían invadir directamente porque iba a
generar una revuelta, se decidió usar a los argentinos, chilenos y brasileños
de cabeza de playa porque son ‘hermanos’ latinoamericanos. Pero en el fondo nos
son los argentinos o los brasileños los que dirigen el asalto, sino que los
mismos norteamericanos, canadienses y franceses.
Todas las fuerzas democráticas
haitianas han exigido el retiro de la MINUSTAH; la indemnización de las
víctimas del cólera y que la ONU reoriente los fondos que van a la MINUSTAH
para fortalecer las áreas de salud y educación. Un senador haitiano lo resume
así: “Tenemos que reemplazar los vehículos de guerra por tractores para los
campesinos”.
¿Por qué le interesa al ejército
chileno mantener efectivos en Haití? La respuesta la da el encargado de la
MINUSTAH, un oficial brasileño: "Nuestras tropas ganan mucho con su
presencia. Ganan en experiencia, ya que es en terreno donde pueden poner en
práctica sus conocimientos”. Es de suponer qué tipo de experiencia desean
acumular; es cosa de ver las prácticas llevadas a cabo en contra de sus pueblos
por las FFAA chilenas, brasileñas y argentinas.
Varias organizaciones sociales,
políticas y de DDHH chilenas han solicitado que se retiren las tropas chilenas
de Haití (VER AQUÍ). Reiteran las quejas anotadas
de atropellos a los DDHH, de diseminación de enfermedades y de desvío de
recursos no para el pueblo haitiano, sino para la mantención del aparato de
ocupación. Se supone que los milicos chilenos debieran finiquitar lo suyo este
15 de octubre. Presionemos por todos los medios para que efectivamente lo
hagan, pues su existencia significa una lesión a la dignidad y los derechos
fundamentales del sufrido pueblo haitiano.
¡LIBÈTE OU LANMÒ!
CAD-CHILE, EQUIPO INTERNACIONAL
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