PAINE Y LA MISERABLE REPRESIÓN CÍVICO-MILITAR
Paine es una comuna enclavada en el fértil valle del
río Maipo, un lugar cercano a Santiago. Zona de históricos latifundios, Paine
es también tristemente conocida por ser la localidad que registra el más alto
porcentaje de Detenidos Desaparecidos (DD) a causa de la represión posterior al
Golpe, según informó en 1990 la Comisión Rettig, la que también pudo constatar
que fue aquí donde se hizo más evidente la participación activa de civiles en dicha
arremetida represiva.
Ya el 24 de septiembre de 1973,
son ejecutados 18 campesinos de la zona, a manos de valientes oficiales del Regimiento de Infantería
de San Bernardo. En la noche del
16 de octubre, una caravana militar
del mismo regimiento, a cargo
del Coronel Andrés Magaña Bau,
la que incluía reconocidos civiles relacionados con familias de latifundistas
de la zona y que habían sido expropiadas anteriormente, peinó las calles de Paine
desde el centro del pueblo y hasta el asentamiento
"24 de Abril", dejando un
rastro de terror y 22 desaparecidos: en la calle 24 de Abril,
formada por 12 casas, habitaban con sus familias quince hombres adultos; se
llevaron a catorce y no regresaron jamás. Éste lugar hoy se conoce como el
Callejón de las Viudas.
En otras oportunidades, durante el
mismo octubre, llegaron hasta las casas de los diversos asentamientos fuerzas
de carabineros y/o militares, con sus caras pintadas de negro. Numerosos
campesinos son detenidos, llevados a la Comisaría de Paine y otros a recintos militares
y hoy se inscriben en el inventario de 70
desaparecidos con que cuenta la zona. Un
estudio posterior probó que esas desapariciones afectaban a una red familiar y
social que superaba el millar de personas, abarcando de la primera generación a
la tercera. En Paine, la comunidad se desintegró por el miedo derivado de la
vinculación entre violencia y muerte, que irrumpió en la vida cotidiana de la
sociedad alterando las relaciones sociales hasta lo más hondo: hasta hoy deben
convivir vecinos que eran víctimas y victimarios. La cruenta represión fue
proporcional al grado de conciencia y organización alcanzado por los campesinos
y trabajadores agrícolas; los patrones y la milicia no podían tolerar que los
explotados se insubordinaran y plantearan la creación de un orden nuevo, más
justo y solidario.
Las consecuencias del miedo no
se modifican automáticamente –ni necesariamente– cuando cambia el contexto
político, por ejemplo con la instauración, en 1990, de la infame democracia actual.
Las secuelas son permanentes en las personas y en la sociedad, de ahí la
necesidad de mantener la memoria de lo ocurrido para encauzarlas. Sin embargo,
la memoria puede convertirse también en un agente reproductor de la
traumatización si no es reintegrada y resignificada desde el presente y para el
presente. El pueblo de Paine abordó el reto de usar la memoria como un elemento
destinado a la reconstrucción de la identidad familiar y comunitaria y evitar
el encierro de la víctima en su desastre.
En el contexto de la detención
de Pinochet en Londres y del auge que entonces tomaron las iniciativas de memoriales,
la Asociación de Familiares de DD de Paine, tras promover el conocimiento
histórico de los hechos acontecidos y socializarlo por medio de programas y
proyectos, formuló la creación de un lugar que permitiera evocar las víctimas
al conjunto de las tres generaciones afectadas, y al resto de la población.
Este espacio está ubicado en la intersección
del nuevo acceso sur a Santiago y la Avenida 18 de Septiembre, al oriente de Paine.
Quien observe los mosaicos verá que la denuncia que expresan no es la habitual
de los memoriales, “esto es lo que nos
hicieron”; antes bien, nos señalan “ellos
son a quienes nos quitaron”. Ese “ellos”
eran padres, hermanos, tenderos y profesores, cantantes y labradores; eran los
constructores de un mundo nuevo y cuyo ejemplo no podemos ni debemos abandonar
jamás.
NI OLVIDO NI PERDON: VERDAD, JUSTICIA Y MEMORIA!
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA-CHILE
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