LUIS ALBERTO
BARRA GARCÍA Y JOSÉ MODESTO AMIGO LATORRE
¡PRESENTES EN LAS ACTUALES LUCHAS,
PRESENTES EN LA REARTICULACIÓN DEL MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA MIR!
El Colegio Médico de Chile
realizó un homenaje a 22 doctores asesinados en dictadura, entregándoles una
colegiatura póstuma. Los Doctores
Salvador Allende, Luis Andrade, Jorge Ávila, Luis Alberto Barra García,
Gabriel Castillo, Vicente Cepeda, Jorge Cerda, Miguel Enríquez, Héctor García,
Carlos Godoy, Eduardo González, Hernán Henríquez, Arturo Hillerns, Iván
Inzunza, Jorge Jordán, Jorge Klein, Carlos Lorca, Enrique Paris, Eduardo
Paredes, Claudio Tognola, Bautista Van Schouwen y Absalón Wegner.
Hace pocos días atrás, la
Universidad de Chile le entregó su título póstumo al Compañero José
Modesto Amigo Latorre.
Ambos Compañeros,
Militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR, se niegan a morir. No muere quien es capaz de generar un legado
con su ejemplo, su voluntad, sus capacidades, su entrega. Todos y todas hemos de morir, eso es
inevitable, pero los hay que superan la muerte.
Los hay, que asumiendo un compromiso social concreto saben que el camino
de la liberación humana y social es lo fundamental y que bien vale vivir y
morir por ello.
Reproducimos un documento
elaborado por el querido Colectivo Acción Directa CAD durante
2017, en donde se le rinde homenaje a los Compañeros. El CAD ha definido en pleno asumir su
participación en el proceso de Rearticulación del MIR en curso desde fines de
2017.
En el pendón que recuerda
a los 22 Médicos que reciben su colegiatura póstuma, el Compañero Barra se
encuentra a la izquierda del Compañero Salvador Allende.
El Malo y el Flaco Barra
se niegan a morir. Su ejemplo vivirá
para siempre.
BRIGADA DE
PROPAGANDA MIR LUIS BARRA GARCÍA
PUEBLO CONCIENCIA FUSIL
“A LUIS BARRA GARCIA Y
JOSE AMIGO LATORRE: UN HOMENAJE A 31 AÑOS DE SU CAIDA EN COMBATE
Compañero
Luis Barra García
“Los
Compañeros no han muerto. Se fueron por el río de la vida. Ya volverán, con
nuevas fuerzas”
-Refrán de
los revolucionarios chinos
Hace 31 años, un día
viernes 28 de noviembre de 1986, caen en combate los queridos compañeros LUIS
BARRA GARCÍA (Alejo, Toño, Pepe) y JOSÉ AMIGO LATORRE (el Malo), consecuentes y
valientes camaradas de la causa del pueblo y los trabajadores, ambos
integrantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR.
Ellos y un puñado de
resistentes conformaban la pequeña fuerza que, acatando lo aprobado por la
dirección de ese movimiento antes de su quiebre oficial en 1987, realizaba
trabajo político con perspectivas estratégicas en una vasta zona suburbana al
poniente de la región metropolitana. En cumplimiento de tales compromisos, los
compañeros operaban desde comienzos de 1985 en la localidad y ese día 28 de
noviembre procedían a desarrollar una recuperación de dineros desde la sucursal
del Banco del Estado de Peñaflor, pequeña ciudad de la zona metropolitana
sur-oeste, y cuyo fin era apuntalar el trabajo político-militar de la -a esas
alturas- diezmada organización revolucionaria.
El
compromiso con el pueblo y la consecuencia revolucionaria
Luis Barra García era
médico y tenía 44 años al momento de su caída. Nacido y criado en Concepción
(24/03/42), hizo la secundaria en el famoso Liceo Enrique Molina, donde tuvo
por compañeros a connotados dirigentes revolucionarios como Miguel Enríquez y
al gran amigo de éste Bautista Van Schouwen (en realidad, en ese curso del
Molina estaba en ciernes el proyecto revolucionario que posteriormente, en
1965, encarnaría el MIR). Estudió medicina en la U. de Concepción, tiempo en
que se acercó al mirismo. Luego de egresar y al igual que lo hicieran muchos
otros de sus compañeros, su vocación social lo llevó a ejercer en alguna zona
necesitada del país. Así fue como el flaco se fue a servir al Hospital de
Carahue, una empobrecida localidad de la Araucanía costera, donde llegó a ser
director del establecimiento y se resistió, al igual que los demás médicos
comprometidos llegados a la zona, a acatar los paros convocados por el clasista
colegio de la orden. Al mismo tiempo, su creciente compromiso político lo
impulsó a cooperar con la creación del Consejo Comunal Campesino y a dirigir la
JAP local, todo lo cual le acarrearía la persecución y una odiosa campaña por
parte de la reacción local. El 11 de septiembre es detenido y llevado a Temuco,
siendo salvajemente torturado en el regimiento Tucapel y en la Base Aérea de Maquehue. Gracias a
presiones diversas, logra ser expulsado a Perú, desde donde comienza un periplo
latinoamericano, se hace mirista y parte luego a Europa. Posteriormente,
llegaría a Cuba, donde se prepara para acometer los futuros combates en su
patria. Su compromiso y valor lo llevan a ser uno de los primeros retornados, a
comienzos de 1978, en el marco del Plan 78.
A su ingreso al país
asumió tareas partidarias en la Comisión Militar y en la coordinación de
estructuras partidarias. Ante el colapso de la gesta guerrillera de Neltume, a
mediados de 1981, la CP lo envía a cargo de un grupo para intentar salvar a los
15 compañeros que huían del inmenso cerco militar. Lamentablemente, poco
pudieron hacer al respecto.
Compañero José Amigo
Latorre
Por su parte, José Amigo
Latorre, quien también resulta muerto ese 28 de noviembre junto al flaco Barra,
tenía 34 años al momento de su caída (había nacido el 25/01/52), era casado y
tenía un hijo. A principios de los “70s, se integra a la brigada secundaria del
MIR del Liceo Darío Salas y durante la UP, a la par que trabajaba en la
industria Perlack, estudió Filosofía en la U. de Chile. El 11 de septiembre del
“73 lo encuentra resistiendo en su lugar de trabajo, junto a los demás
compañeros del Cordón Cerrillos-Maipú, del Comité Local mirista y del FTR. En
la tarde de ese aciago día, encabezando un grupo de pobladores que integran el
Comando Comunal y trabajadores del sector, intentan sin suerte atacar la
Comisaría de Maipú. Al día siguiente, es descubierto en un campo cercano,
detenido y llevado al Estadio Nacional, desde donde es liberado, para ser
detenido otra vez, en diciembre, por efectivos del SIFA. Conducido a la AGA,
logra resistir torturas y nada menos que dos meses de incomunicación. Luego de
ser sometido a un Consejo de Guerra y condenado a cadena perpetua, su castigo
le es permutado por expulsión a Inglaterra, adonde parte con su compañera.
El Malo también regresa en
el marco del Plan 78 u Operación Retorno, para combatir a la dictadura
directamente, integrando diversos grupos operativos en la región metropolitana,
desembocando sus esfuerzos en la misma fuerza donde operaba el Pepe.
La mañana de ese 28 de
noviembre
Estando en Chile, ambos
compañeros lograron sortear muchas veces al ingenio de la muerte, hasta que la
garra del enemigo les dio el zarpazo definitivo esa mañana. No obstante cumplir
a cabalidad con todas las tareas partidarias encomendadas, hacía un tiempo que
los compañeros del pequeño grupo clandestino intentaban decir lo suyo respecto
del enrarecido ambiente que se había generado al interior de la dirección del
MIR, entre las fuerzas que estaban por la salida política a la crisis de
dominación, minoritaria, y aquellos que denodadamente combatían por la salida
revolucionaria a la misma, la mayoría. Debido a la compartimentación, la
clandestinidad y el trabajo de zapa llevado a cabo por la fracción claudicante
y minoritaria de la dirección del MIR, la base operativa de los compañeros
había quedado bajo la égida de estos. Sin embargo, si bien los integrantes de
la pequeña escuadra estaban convencidos de que se requería corregir las
deficiencias y enmendar el rumbo de la organización revolucionaria, no por ello
dejaban de apostar inclusive su vida por la derrota político-militar de la
dictadura y por el objetivo estratégico de la construcción del socialismo en
Chile. Ya en 1985 se había echado a andar un proceso partidario con vistas a la
realización de un congreso interno del MIR, con el que se pretendía salvar las
diferencias políticas y era en dicha instancia donde el Pepe, el Malo y el
grueso de la militancia, aspiraban a hacer sentir su opinión sobre el quehacer
y los objetivos tácticos y estratégicos del proyecto mirista.
Pero no hubo tiempo para
los compañeros. Dentro de la estrategia de acumulación de fuerza revolucionaria
suburbana reseñada más arriba, ese día 28 de noviembre, Pepe, el Malo y un
grupo de camaradas acudieron a expropiar dinero a la sucursal del Banco del
Estado de Peñaflor para sostener la lucha antidictatorial. Allí no encontrarían
mayor resistencia y salieron ilesos con el botín, escapando en dos grupos y
sendos vehículos. Los problemas se presentaron al tratar de romper hacia el
Camino a Melipilla, a la altura de Padre Hurtado, donde uno de los autos, en
que huían Pepe, Malo y Hortensia, se cruza con una patrullera de carabineros,
produciéndose un enfrentamiento en que muere un oficial policial y queda herido
mortalmente el Malo.
Pepe y la compañera, sin
posibilidad de proseguir en el auto (el cual había caído a una zanja), llevan
en vilo al Malo, que a las poco andar cae fallecido. Un paco que vivía por el
sector, sale armado y dispara en contra de la pareja que huye, hiriendo ahora
de muerte al flaco, quien ruega y ordena a la compañera que lo deje, que llegue
a la cercana autopista y pueda tomar locomoción para romper el cerco.
Hortensia, entonces, cumple la orden, alcanza a tomar un bus, pero es detenida
a las pocas cuadras. Mientras tanto, el paco remataba vilmente a un Pepe ya
inerme.
Compañeros
José Amigo y Luis Barra, ¡Presentes!
El CAD quiere rendir un
merecido y justo homenaje a ambos combatientes revolucionarios. Hoy por hoy,
por cierto que nos hacen mucha, pero mucha falta compañeros como estos. Su
ejemplo, al contraluz de las pésimas prácticas de los actuales líderes de la
izquierda inquieta, nos revela que se requiere con urgencia la renovación de la
franja más avanzada del pueblo, proceso que, como siempre, lo será por parte de
las generaciones más jóvenes y aguerridas.
Los Compañeros Luis Barra
García y José Amigo Latorre no se han ido. Viven aquí, en el seno del PUEBLO,
creando CONCIENCIA y aportando en el proceso de acumulación de la FUERZA SOCIAL
Y MATERIAL REVOLUCIONARIA, fuerza que le permitirá a los Pueblos, los
Trabajadores, los Estudiantes, los Explotados, a los Pobres del Campo y la
Ciudad desplegar una contundente lucha en todos los planos del enfrentamiento
de clases y cuyos combates, articulados y potenciados dentro de la estrategia
de Guerra de todo el Pueblo, desemboquen en la derrota definitiva de nuestros
enemigos y opresores, edificando la Sociedad Socialista sustentada en los
órganos del Poder de los Pueblos y l@s Trabajador@s de Chile.
¡Hasta la
Victoria Siempre, Compañeros Luis y José!
¡Sólo la
Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!
Colectivo Acción Directa
CAD –Chile
Noviembre 28 de 2017”
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