DIA DEL TRABAJADOR, EN JUBILACIONES NADA QUE CELEBRAR
El reciente 1° de Mayo día internacional del trabajo, coincide con los 30 años de vigencia en Chile de la Reforma Previsional , que formalmente comenzó su incierto camino durante el mes de Mayo de un lejano 1981.
Durante tres décadas, esta reforma impulsada por el economista y Ministro del Trabajo de la época Jose Piñera Echeñique, ha generado profundas y encendidas discusiones entre defensores y detractores, respecto a la legitimidad de su promulgación, a las razones ideológicas que la inspiraban, a la imposibilidad de los futuros trabajadores de optar por un sistema u otro, como asimismo acerca de las razones de estado y eficiencia que según su creador justificaban una modificación radical del sistema de pensiones en el país.
En este contexto, por ser un incumbente a diez años de pensionarme, por tener opinión formada frente al tema, por creer en lo colectivo, resulta complejo ser objetivo y desprejuiciado al momento de evaluar si las bondades comprometidas del sistema de capitalización individual se concretaron y finalmente superaron el viejo y depreciado régimen solidario de reparto.
Frente a lo anterior, sin duda tienen mayor legitimidad para referirse a estas interrogantes, aquellos pensionados del nuevo sistema y que están en condiciones de acuerdo a los términos de moda “de entregarnos su relato“; estos trabajadores pueden contarnos si se cumple lo señalado, en un medio escrito local, por parte de un Gerente General de una AFP “el trabajador que cotiza regularmente va a tener una pensión equivalente a su renta “
Del mismo modo podría constituir un aporte al debate, si aquellos trabajadores que por efecto de mercado o producto de las crisis económicas “no cotizaron regularmente por estar desempleados “ y que sus fondos previsionales se agotaron después de algunos meses o un par de años , señalen si recuerdan que en 1981 les advirtieron de este dramático detalle y que hoy observan desde la pensión mínima estatal , como un trabajador de similar edad, nivel de renta activa y años de trabajo, que se mantuvo en el sistema antiguo, obtuvo como pensión el doble de jubilación mensual y además de por vida.
Transcurridos 30 años, varios Gobiernos, muchos 1° de Mayo, algunas correcciones al sistema previsional desde el Estado como el Pilar Solidario, la eterna discusión dicotomica de la previsión en Chile no resuelve sus debilidades o insuficiencias; el tema sobrepasa la realidad individual de cada trabajador, las bajas pensiones son objetivamente un problema país y de justicia social; el monto de las jubilaciones no reconoce el aporte que realizaron durante su vida laboral los trabajadores al crecimiento y desarrollo de Chile; su esfuerzo ha permitido los virtuosos indicadores económicos, la reducción de la pobreza y el ingreso per capita que con tanto orgullo ostentamos en los foros internacionales.
Los términos Jubilación y Jubilados, están asociados a Júbilo, Jubileo, Alegría, Celebración; sin embargo para millones de trabajadores, la idea de Jubilar se asocia a incertidumbre o pesimismo. En las naciones desarrolladas el trabajador cuenta los días que faltan para el retiro, en la certeza que disfrutará su nueva condición; en nuestro caso al estar conscientes que la nueva condición resultará difícil y compleja, intentamos vanamente demorar el traspaso a la condición de retirados.
Las relaciones sociales y la convivencia nacional, no deben estar amenazadas por el temor o por la injusticia; para alcanzar los niveles de desarrollo que soñamos para nuestra patria es imperativo que colectivamente construyamos un régimen de derechos, obligaciones y seguridades; en consecuencia corresponde a la dirigencia Política, Empresarial y Sindical, que tienen la inteligencia suficiente para mejorar el actual sistema de pensiones, comprometerse con los ciudadanos para corregir las variables que inciden negativamente y agregar aquellas que pueden aportar al resultado final esperado ¡ Un merecido descanso y una justa pensión ¡
Guillermo Reyes Cortez
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