“Mi tumba no anden buscando, porque no la
encontrarán.
Mis manos son las que van, en otras manos tirando.
Mi voz… la que está gritando! Mi sueño, el que sigue entero.
Mis manos son las que van, en otras manos tirando.
Mi voz… la que está gritando! Mi sueño, el que sigue entero.
Y sepan que sólo muero si ustedes van
aflojando.
Porque el que murió peleando, ¡Vive en cada compañero!”
Porque el que murió peleando, ¡Vive en cada compañero!”
“Milonga del Fusilado”, Los Olimareños
Ese día de vuestras caídas era viernes, exactamente el viernes 28 de
noviembre de 1986; ¡Cómo han pasado tan rápido estos 27 años!
Aún
rondan entre nosotros las entrañables presencias de Luis Barra García (Alejo,
Alejandro, Pepe) y de José Amigo Latorre (el Malo), consecuentes y arrojados
compañeros de la causa popular, ambos integrantes del MIR. Ellos y un puñado de
resistentes conformaban la pequeña fuerza que, acatando lo aprobado por los
acuerdos del CC y la CP de ese movimiento, antes de su quiebre oficial en 1987,
realizaba trabajo con perspectivas político-materiales en una extensa zona
suburbana cercana a la capital. En cumplimiento de esos compromisos los
compañeros operaban hacía un tiempo entre la zona sur de la V región, norte de
la VI región, Melipilla y los límites
occidente y sur-poniente de Santiago.
Luis
Barra era médico y tenía 44 años al momento de su caída. Nacido y criado en Concepción,
hizo la secundaria en el famoso Liceo Enrique Molina, donde tuvo por compañeros
a connotados dirigentes revolucionarios como Miguel Enríquez y su cuate
Bautista Van Schouwen (en realidad en ese curso estaba en ciernes el proyecto
revolucionario que posteriormente, en 1965, encarnaría el MIR). Estudió
medicina en la U. de Concepción, tiempo en que se acercó al MIR. Luego de
egresar, al igual que otros compañeros, su vocación lo llevó a ejercer a una zona postergada, en su caso al Hospital de Carahue, empobrecida localidad de la Araucanía costera. Allí llegó
a ser director del establecimiento y se resistió, al igual que los demás
médicos comprometidos llegados a la zona, a acatar los paros convocados por el
clasista colegio de la orden. Al mismo tiempo, su creciente compromiso político
lo impulsó a cooperar con la creación del Consejo Comunal Campesino y a dirigir
la JAP local, todo lo cual le acarrearía la persecución y una odiosa campaña
por parte de la reacción del sector. El 11 de septiembre es detenido y llevado
a Temuco, siendo torturado en el regimiento Tucapel y en la Base Aérea de Maquehue. Gracias a
presiones diversas (entre ellas las del Comité Pro Paz) logra ser expulsado a Perú, donde comienza un periplo
latinoamericano, se hace mirista y parte luego a Europa. Posterior a ello,
llega a Cuba, donde se prepara para los futuros combates. Su compromiso y valor
lo llevan a ser uno de los primeros retornados, a comienzos de 1978, en el
marco del Plan 78.
A
su ingreso al país asumió tareas partidarias en la Comisión Militar y en la
coordinación de estructuras partidarias. Ante el colapso de gesta guerrillera
de Neltume, en 1981, la CP lo envía a cargo de un grupo para intentar salvar a los
15 compañeros que huían del inmenso cerco militar. Lamentablemente, poco
pudieron hacer al respecto.
Por
su parte, José Amigo, tenía 34 años al momento de su muerte. Era casado y tenía
un hijo. Durante la UP, a la par que trabajaba en la industria Perlack, estudiaba
Filosofía en la U. de Chile. El 11 de septiembre del “73 lo encuentra resistiendo
en su lugar de trabajo, junto a los demás compañeros del Cordón
Cerrillos-Maipú, del Comité Local mirista y del FTR. En la tarde de ese aciago
día, encabezando un grupo de pobladores que integran el Comando Comunal y trabajadores
del sector, intentan sin suerte atacar la Comisaría de Maipú. Al día siguiente
es descubierto en un campo cercano, detenido y llevado al Estadio Nacional,
desde donde es liberado, para ser detenido otra vez por el SIFA en diciembre de
ese año. Conducido a la AGA, logra resistir torturas y nada menos que dos meses
de incomunicación. Luego de ser sometido a un Consejo de Guerra y condenado a
cadena perpetua, su castigo le es permutado por expulsión a Inglaterra. El Malo
también regresa en el marco del Plan 78 u Operación Retorno para combatir a la
dictadura directamente, integrando diversos grupos operativos, desembocando sus
esfuerzos en la misma fuerza donde operaba Pepe.
Estando
en Chile, ambos compañeros lograron muchas veces sortear al ingenio de la
muerte, hasta que la garra del enemigo le dio el zarpazo definitivo.
Dentro de la
estrategia de acumulación de fuerza revolucionaria suburbana reseñada antes, ese
día 28 de noviembre Pepe, el Malo y un grupo de camaradas acudieron a expropiar
dinero para sostener la lucha antidictatorial a la sucursal del Banco del
Estado de Peñaflor, pequeña ciudad de la zona metropolitana sur-oeste. Allí no
encontrarían mayor resistencia y salieron ilesos con el botín, escapando en dos
grupos y sendos vehículos. Los problemas se presentaron al tratar de romper
hacia el Camino a Melipilla, a la altura de Padre Hurtado, donde uno de los autos
en que huyen los combatientes, donde iban Pepe, Malo y Hortensia, se cruza con
una patrullera de carabineros, produciéndose un enfrentamiento en que muere un
oficial policial y queda herido mortalmente el Malo.
Pepe y la
compañera, sin posibilidad de proseguir en el auto (el cual había caído a una
zanja), llevan en vilo al Malo, que a las pocas cuadras cae fallecido. Un paco
que vivía por el sector a mansalva dispara en contra de la pareja que huye,
hiriendo ahora de muerte al flaco, quien ruega y ordena a la compañera que lo
deje, que llegue a la cercana autopista y pueda tomar locomoción para romper el
cerco. La compañera entonces cumple la orden, alcanza a tomar un bus, pero es
detenida a las pocas cuadras. Mientras tanto, el paco remataba vilmente a un Pepe
ya inerme.
El CAD rinde
a ambos combatientes un merecido y justo homenaje. Los Compañeros Luis Alberto
Barra García y José Modesto Amigo Latorre viven en el seno del PUEBLO, creando
CONCIENCIA y aportando en la acumulación de la fuerza social y material que
le permitirá a los Pueblos, los Trabajadores, los Estudiantes, los Explotados,
a los Pobres de los Campos, las Ciudades, las Minas y los Puertos arribar a la
victoria final, a la Sociedad Socialista sustentada en el Poder Popular.
¡HONOR
Y GLORIA A LOS CAÍDOS EN LA LUCHA POPULAR!
¡QUE LA
HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA – CHILE
Noviembre
28 de 2013
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