EL PUEBLO Y LOS
TRABAJADORES EXIGEN ¡VERDAD Y JUSTICIA!
El jueves 21 de febrero de 2013,
siendo las 15:56, mientras Juan Pablo Jiménez Garrido (35 años, casado, 2
hijos), presidente del sindicato Nº 1 de Azeta, se encontraba revisando algunos
documentos sentado en una banca al interior de dicha empresa, fue impactado por
una bala en la parte superior izquierda de su cabeza, generándole ello la
muerte por traumatismo craneoencefálico sin salida del proyectil.
Así de frío,
así de terrible, fue consignado el asesinato del destacado líder social y
sindical por parte de la prensa y los órganos de la (in)justicia oficial.
Ahora, a un año de su muerte, muy poco es lo que esa superestructura del Estado
de clase ha avanzado en la investigación.
Desde un comienzo hubo más
obscuros que claros en la investigación sobre la muerte de Juan Pablo, quien no
sólo era presidente de uno de los sindicatos de Azeta, sino que también dirigía
la Federación
de Subcontratistas de Chilectra. La tarde de ese fatídico 21 de febrero, varios
compañeros de las organizaciones sindicales y populares donde él participaba llegaron
al sitio en donde había sido asesinado, buscando ingenuamente protegerlo de la
intervención de terceros.[1] Sus compañeros
de trabajo habían tenido la buena idea de encintar el lugar, con el mismo
propósito. Pero, al llegar efectivos de la PDI y previo a cualquier toma de fotografías o de
huellas o de muestras, para estupor de los camaradas mencionados, los ratis intervinieron
a propósito el entorno, pisoteando, removiendo objetos y escarbando el lugar
del suceso, todo con un criminal descuido. Respecto de tal delito, ninguna
autoridad dio explicaciones y la
Fiscalía tampoco lo investigó.
Recordemos que poco antes del
asesinato del compañero Jiménez, a otro dirigente sindical de la misma Azeta casi
lo alcanza un balazo, afortunadamente sin dar con su objetivo. Este dirigente
había sido acusado de robo por parte de la contratista y no costó nada que
llegasen unos pacos de civil a interrogarle a la misma empresa; a poco andar
fue que casi le acierta esa otra bala ‘loca’ y de origen desconocido. Tampoco
dejemos de lado el hecho que, a unas cuadras de la empresa, se encuentra una
comisaría de carabineros, famosa por corrupción ligada al tráfico de drogas y
con vínculos con algunos jefes narcos del sector.
Dos días después del crimen, la PDI anunciaba la disparatada
tesis de la ‘bala loca’ como causa de su muerte, cuento que la familia y sus
compañeros jamás se han tragado.[2] Inclusive,
detuvieron a un muchacho que habría disparado y de eso nada más se supo. Es
difícil de creer que una bala (aún de 9 mm, como la del caso) recorriera parabólicamente
más de 1 kilómetro,
chocara, a 3,7 mt de altura, contra el enrejado que rodea la planta de Azeta y
desde ahí bajará, oblicuamente, por 14 mt más hasta llegar a perforar el cráneo
de Juan Pablo. El estudio de una institución independiente,[3] contratada
por compañeros y familiares, aclaró que el orificio de entrada debiera ser
mayor que el diámetro del proyectil (9 mm), hasta 15,7 mm, en caso que hubiese
existido una trayectoria parabólica. Por tanto, en el caso del compañero
Jiménez, como dicho orificio mide 9
mm, la trayectoria sería de tipo directo y rasante, con
lo que refuta la teoría de la ‘bala loca’ y abre la posibilidad a un crimen por
encargo, que es la causa más cierta en el caso del crimen del compañero.
Recordemos
también, porque es saludable reconocer al enemigo, que el pasquín ‘progre’ The
Clinic, en edición del 25/03/13,[4] publicaba
una crónica donde daba la razón a la teoría de los ratis, a la vez que desacreditaba
a todo el movimiento político-social que se había levantado para exigir
justicia para el asesinado, todo lo cual olía a una campaña de desinformación
propia de los guatones de la ‘Oficina’.
En noviembre, la esposa de Juan
Pablo rechaza nuevamente la teoría de la bala ‘loca’ y recuerda que él había
recibido varias amenazas antes de su crimen.[5] Aporta
que la PDI y la Fiscalía, contrariamente al
aporte que dicen ser, han retrasado todas las investigaciones. Anuncia que
Azeta, la empresa que cargaba con innumerables demandas por abuso laboral y prácticas
antisindicales,[6]
se declara en quiebra (4/11/13) y despide a todos sus trabajadores, buscando limpiar
su imagen y echar al olvido el asesinato de su esposo. Luego, vino el fin de
año y ahora el verano y nada más se ha avanzado para aclarar el alevoso y
solapado atentado, la parte oficial, ni se han pronunciado las organizaciones
populares para exigir verdad y justicia, desde abajo.
Sólo con la
lucha y la unidad de l@s que luchan, sentaremos las bases para ejercer la justicia
popular para los casos de Juan Pablo, Rodrigo Cisternas, Matías Catrileo, Manuel
Gutierrez, Rodrigo Melinao y tantos más.
Cerramos ésta
nota con la consigna que Juan Pablo había hecho suya y que es la que ahora debemos hacer nuestra:
¡PREFIERO LUCHAR
Y PERDER, QUE PERDER SIN HABER LUCHADO!
Colectivo Acción Directa – Chile
Febrero
20 de 2014
PROXIMAS MOVILIZACIONES
POR JUAN PABLO JIMENEZ:
Acto y velaton: viernes 21 de febrero, 19:00, Riquelme con
Carmen.
Marcha multitudinaria: jueves 27 de febrero, 19:00,
Biblioteca Nacional.
¡SÓLO LA LUCHA Y
LA UNIDAD NOS
HARÁN LIBRES!
[1] http://radioenriquetorres.blogspot.com
[2] http://www.sicnoticias.cl/movimiento-social/2013/11/26/juan-pablo-jimenez-convocan-a-manifestaciones-por-caso-de-sindicalista-asesinado-piden-que-se-cambie-fiscal/
[3] https://criminalisticasav.wordpress.com/tag/juan-pablo-jimenez/
[4] http://www.theclinic.cl/2013/03/25/la-bala-loca-que-mato-a-juan-pablo-jimenez
[5] http://vimeo.com/79438776
[6] http://www.eldinamo.cl/2013/02/25/las-52-demandas-labores-que-pesan-sobre-azeta-la-empresa-donde-murio-el-sindicalista-juan-pablo-jimenez/
Inclusive, al día siguiente de su muerte, Jiménez tenía programada una
audiencia en la Inspección
del T. para denunciar abusos sistemáticos contra los trabajadores de Azeta.
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