Leandro Torchio.
El presente año es un año marcado por la elección
presidencial y es de vital importancia tener una alternativa popular en ese
plano, tanto Marcel Claude como Roxana Miranda, que tienen un programa político
similar, llenan esa necesidad. Ojala se pueda conseguir la unidad entre ambos
candidatos, cosa que pedimos muchos, para tener un candidato único, un programa
común, una lista parlamentaria única y un agenda de movilización rupturista en
la calle como ambos dirigentes plantean en sus discursos.
Es paradójico que existan tantas similitudes y no
se consiga la ansiada unidad popular, parece que nos falta un poquito de
humildad o claridad para estar a la altura de los requerimientos.
Pero esta necesidad debe estar supeditada a
algo mayor y de mayor importancia que tener un candidato único, y ese algo
mayor es la construcción de un polo social popular de carácter rupturista con
el modelo de capitalismo que hoy rige Chile, y que tenga la perspectiva de la
construcción de un Chile soberano y anti-capitalista.
Es decir, si las formas de lucha electorales y
también las no electorales, no tienen como centro el ayudar a la formación
concreta de poder popular real, no sólo simbólico o discursivo, esas formas
carecen de efectividad.
Chile necesita la unidad concreta de los
movimientos sociales en lucha. Esa unidad pasa en primer lugar por la
construcción de un polo social popular, con un grado de centralidad que se
convierta en un foco de atracción para la unidad en torno a un programa popular
y agenda de movilización que termine con la fragmentación de las luchas, la
cual ha sido afín a la estabilidad del sistema.
La ingobernabilidad del modelo es necesaria para
que este caiga y se forme un nuevo orden democrático y soberano a partir de una
refundación nacional, la cual implique una nueva institucionalidad nacida de
una Asamblea Constituyente real no de ficción, como son las que en Chile han existido.
Un nuevo marco legal que generé un nuevo modelo económico que afiance nuestra
soberanía económica y sea promotor de una economía al servicio de los seres
humanos, y no de los capitalistas y las transnacionales.
El polo social popular para la ruptura del sistema
debe ser la oposición verdadera a los gobierno de turno, debe ser el lugar
donde todos nos reconozcamos, los que votan y los que no votan, como un poder
alternativo a los poderes del estado actual.
El poder del pueblo, y en especial de los
trabajadores, es clave para lograr triunfos populares, aunque estos sean
parciales, siendo indispensable para que si algún candidato popular llegue a La
Moneda pueda llevar a cabo el programa que sustenta.
Marcel Claude y también Roxana Miranda han dicho
que si llegan a La Moneda, llamarán a un plebiscito para la concreción de una
Asamblea Constituyente. Eso sólo es posible si millones de personas
salimos a la calle a hacer realidad ese llamado.
Hoy, incluso más allá de la necedad de que existan
más de un candidato popular, es posible imaginarse que los sectores que
impulsamos el 1 de mayo clasista, que aglutino a mas de 5 mil personas en Plaza
Brasil, formemos ese polo social, donde están los que votan y los que
legítimamente no consideran esa opción.
Ese polo en concreto los podrían impulsar los
estudiantes del Confech que se agrupan en la coordinación a luchar, la UNE e
incluso la Izquierda autónoma, en el plano secundario la ACES y los cordones
secundarios, en los pobladores la FENAPO y en los trabajadores la coordinación
por un nuevo sindicalismo que agrupa a Confederación Bancaria, el SITECO, la
UCT, la Unión Portuaria de Chile, los sindicatos del JUMBO, Collahuasi, ACHS y
muchos otros.
Si esta unión de movimientos populares en lucha
contra el modelo, y claramente opuesta a las dos derechas que se han turnado el
gobierno, actúa en sintonía a través de una agenda de movilización con las
alternativas electorales populares, la esperanza volverá para los trabajadores
y los pueblos de Chile.
21 de mayo 2013
No hay comentarios :
Publicar un comentario