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miércoles, 2 de noviembre de 2011

DOCUMENTO DEL COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA PARA ASAMBLEA GENERAL DEL 26 DE NOVIEMBRE DE 2011.


CAD, OCTUBRE DE 2011
APORTES PARA LA ASAMBLEA GENERAL DE CONSTITUCIÓN DE UNREFERENTE POLÍTICO SOCIAL Y POPULAR, 26 noviembre de 2011

COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA – CAD, CHILE

No me mata la distancia. No me mata la ausencia de un latido.
Sólo me mata, de muerte definitiva, el olvido
Memorial a Compañeros y Compañeras Detenidos-Desaparecidos en Paine

"Todos no deben individualmente tomar parte en las discusiones y decisiones relacionadas con los asuntos generales del Estado, no todos individualmente, sino los individuos en cuanto todos"
K. Marx


A
 A las Compañeras y Compañeros; a las Hermanas y Hermanos; a las Amigas y Amigos; a los Organizados y a los que luchan por cuenta propia; a los Movilizados y a los que observan; a quienes se estremecen aún frente a la injusticia y la discriminación social y política; a quienes aspiran a un cambio revolucionario de nuestro país; a Todas y a Todos:

El Colectivo Acción Directa –CAD, en vistas a la Asamblea General de constitución de un nuevo referente político-social popular, convocada para el sábado 26 de noviembre por el Comando por los Derechos Sociales y Populares -CDSP, viene en dar a conocer sus visiones frente a esa histórica jornada y a lo que ella representará para las fuerzas populares que combaten por un Chile mejor y en contra de las fuerzas que sostienen el modelo de explotación y dominación.
Antes que todo, debemos agradecer al CDSP por la oportunidad de esta fundamental convocatoria, a la vez que reconocer públicamente la valiente y eficaz labor combativa con que esta instancia ha acometido la coyuntura el último tiempo.
Este amplio llamado, surge en un período de la lucha de clases marcada por el desafío del Movimiento Popular (MP) por elevar sus niveles de lucha y unidad. Consciente o intuitivamente, dicho movimiento y sus organizaciones prevén la necesidad de construir en la práctica el instrumento Político-Social que logre cristalizar esos afanes. Por tanto, no puede ser más pertinente la convocatoria a una Asamblea General de los que luchan, la cual apoyamos franca y decididamente.  




PRIMERAS VISIONES:
La extensión de un sentimiento unitario en amplios contingentes populares, organizados estos o no, debemos cotejarla al calor de un período que se caracteriza por la sensibilización respecto de la necesidad de potenciar los esfuerzos comunes mediante la unidad más amplia, por la percepción entre los que luchan de voluntades semejantes en los demás camaradas en la brecha, por el cumplimiento de los compromisos y por el empeño en avanzar en los programas acordados. Por otro lado, es sólo de parte de los reformistas y de los vacilantes de donde podemos verificar la persistencia de  posiciones de un franco sectarismo y de prácticas de un virulento hegemonismo.  
Son variadas las demostraciones que señalan que al interior del MP existe la madurez suficiente como para dar paso a una mayor unidad entre sus componentes. Por doquier podemos constatar evidencias de cómo la inmensa franja de activos y movilizados se allanan a una ligazón político-orgánica efectiva y que potencie su creciente fuerza. En una palabra, vivimos tiempos propicios para sentar las bases de una instancia Político-Social que muestre un camino, una senda, para el despliegue de formas innovadoras de hacer y de vivir la Política Popular, para la concreción del Poder Popular, aquel basado en las instancias de poder del Pueblo y de los Trabajadores, asentadas en los territorios populares y en los frentes de masas.
Y hablamos de la necesidad entrañable de la Unidad, por cuanto sabemos de la fragmentación, la dispersión, la atomización de las fuerzas sociales y políticas de carácter anticapitalista, que podemos rastrear con claridad desde la segunda derrota reciente del MP chileno, en 1986, todo lo cual ha generado un cúmulo de organizaciones de todo tipo y denominación, las cuales, en su devenir, hacen suya una forma u otra de construcción política. En este plano, debemos consensuar la forma más eficaz para que el instrumento al que convocamos permita a cada organización y a los inorgánicos proseguir con sus trabajos esenciales pero, a la vez, que puedan estos contribuir en la consecución de Objetivos Históricos comunes, que nos hagan avanzar hacia la construcción de una nueva y mejor sociedad, la Socialista, de transición a una fase aún superior de desarrollo de la Humanidad. 
Tenemos conciencia de que han existido otros intentos de agrupación de los que luchan, los cuales, entre otras causas de peso, no pudieron cuajar por no coincidir con un proceso de agitación de la lucha de clases. Sin embargo, la distinción actual, trascendental, es que a diferencia del largo período 1986-2010, hoy existe un amplio abanico de fuerzas sociales pertinentes movilizadas tras potentes y sentidas demandas: las del Movimiento Estudiantil (ME), las del Ecologismo, las del Sindicalismo independiente y de clase, las de los pueblos aborígenes en pie de lucha, las de los allegados y de los sin casa, las de los que reclaman por una reconstrucción que nunca llega, las de los afectados por las ‘modernizaciones urbanas’ y por los proyectos energéticos, las de los estafados por las AFP, por las multitiendas, por las farmacias y por todos los demás monopolios, las de los usuarios de la salud, la educación y el transporte públicos, las de los desfavorecidos por el actual y súper excluyente patrón de acumulación primario-exportador; en fin, asistimos a la confluencia de múltiples impetraciones sociales, con sus correspondientes propuestas sectoriales, que persiguen las transformaciones políticas estructurales y radicales que puedan dar cuenta efectiva a sus necesidades. Muchos y muchas coincidimos en que es el momento de producir la Unidad orgánica más amplia de los anticapitalistas, dotándonos de un instrumento que pueda fundir y articular todas esas aspiraciones y propuestas populares, que pueda brindarles la vital continuidad política en el concierto nacional y potenciándolas mediante la lucha en todos los planos y niveles del enfrentamiento de clases, poniendo de paso coto a la derecha, a la Concertación y a quienes negocian con estos agónicos bloques políticos.
El Coordinador Político-Social al que aspiramos y a cuya construcción invitamos, debe romper con la falsa dicotomía surgida durante la Dictadura militar, reafirmada luego durante los gobiernos de la Concertación y capitalizada por la derecha (peor aún, internalizada y aplicada relativamente por el campo popular), que habla de la interesada separación entre las esferas de lo Político y de lo Social. Nuestro deber es devolverle a la práctica política del Pueblo su esencia revolucionaria, su importancia como motor de cambio y sus verdaderos alcances históricos. A la par, debemos dar el correspondiente peso específico a lo social, a lo sindical, a lo estudiantil, a lo poblacional y a todas las expresiones anticapitalistas, de todos los formatos, colores, estilos, experiencias y saberes, respetando aquellas organizaciones naturales aportadas por la vasta experiencia de lucha del MP. En definitiva, el desafío actual de los que luchan debe ser la construcción de un Instrumento Político-Social nacional, democrático y popular, con vocación de Poder, basado en el contrapoder de los Pueblos y los Trabajadores de Chile, el que se va tejiendo desde lo social a lo político y viceversa, potenciándose dialécticamente ambos componentes de la Fuerza Revolucionaria del Pueblo. Además, el Coordinador no debe ni puede desdeñar apriorísticamente ningún tipo de construcción, pues a estas alturas debiéramos saber que ningún tipo de construcción, por sí misma, nos puede asegurar la Victoria. 
Dependerá sólo de nosotros que la integración de lo Social y de lo Político proporcione un efecto sinérgico, siendo una tarea vital del Coordinador la coordinación entre esos factores, todo lo cual nos permitirá ir instalando una nueva hegemonía, la del Pueblo y de los Trabajadores, oponiendo a la Refundación Social Capitalista, abierta en Chile desde 1975, la Revolución Política y Social Socialista.

LOS ANTECEDENTES RECIENTES:
La movilización de Magallanes, de enero pasado, fue como un rayo en medio de un cielo sereno. Nos volvió a remecer la evidencia de que el proceso de construcción de fuerza social surge detrás de la lucha y la organización por demandas arraigadas en el seno del Pueblo, en que los movilizados enfrentan y cuestionan al Estado delcapital Monopólico-Transnacional (MTcon la fuerza de las mayorías. De hecho, con su lucha, los magallánicos forzaron la primera renuncia de un ministro del gobierno patronal (un objetivo político) y rebajar del 17 a sólo un 3% el alza del gas natural que se les quería imponer (un objetivo económico). Sin embargo, de paso, ese importante movimiento demostró una gran falencia: escasean los sectores de vanguardia, con pie en el movimiento de masas, que puedan conducir la lucha social a niveles superiores y más amplios.
Prosiguió el verano, ardiente sobre todo en la capital, donde se produjeron diversas demostraciones populares en contra del reajuste aplicado a la locomoción colectiva y en las cuales el CDSP jugó un trascendente rol. Luego, el 11 de marzo, el Comando y otras 50 organizaciones convocaron a una Protesta Popular Anticapitalista, aguada relativamente por el supuesto tsunami que traería el terremoto de Japón. Con todo, es igualmente significativa ésta movilización, por ser la primera que levantan sectores de la izquierda consecuente y del Pueblo, los que buscan un camino independiente de superación del dominio del capital en Chile.
El 1° de Mayo de este año se diferenció de todos los anteriores, al menos desde la imposición de la Democracia Gorila en 1990, por cuanto se extendieron las movilizaciones del sindicalismo independiente y de los sectores de trabajadores más conscientes. El 10 de este mes se produce una positiva y potente inflexión en el proceso de movilización popular, cuando decenas de miles de indignados habitantes salen a las calles en diversas ciudades del país a protestar en contra de la aprobación de HidroAysén, prosiguiendo esta oleada popular los días posteriores con muchas y multitudinarias marchas (de hecho, es el inicio del ‘marchismo’, como una impronta del ciclo de movilizaciones en curso).
El ME, aglutinado en torno a las demandas de educación pública gratuita, de calidad y laica, además de financiada por la renacionalización del cobre,  irrumpe resueltamente desde la 2ª quincena de mayo, contando desde un comienzo con una importante dirección de los sectores revolucionarios y recibiendo un inédito apoyo popular y de sectores medios. No obstante, a poco de andar, vienen a competir por lograr orientar a ese movimiento los representantes del reformismo y de los grupos ‘mantenedores del sistema’ (pertenecientes a la Concertación o desgajados de ella).
Vastos sectores del pueblo y de los trabajadores son convocados el 11 de julio, Día de la Dignidad Nacional, a un Paro-Protesta. Este llamado, originado en las fuerzas del CDSP, recibe el potente apoyo de la Confederación de Trabajadores del Cobre (que efectivamente logra la paralización de cerca de 50 mil trabajadores de la gran minería). Finalmente, con algunos escasos sectores de trabajadores paralizados en las grandes ciudades, la jornada deviene en una gran protesta popular en varios territorios populares a lo largo del país.
También durante julio, una verdadera asonada popular es librada por varios días y noches por parte de los pobladores de los diversos campamentos de Dichato, surgidos estos luego del 27-F. La autoridad respondió con una represión policial propia de las fuerzas SS en el gueto de Varsovia, pero, ante la fuerza y decisión de los pobladores, finalmente debió dar respuestas a varias de sus demandas y hasta creó la figura de un coordinador de la incierta ayuda prometida. 
Durante septiembre y octubre, recrudece la represión del Estado sobre las expresiones organizadas y en pie de lucha del Wallmapu, así como sobre los estudiantes de enseñanza media y universitarios movilizados. 
Creemos, al calor de toda esta escalada de irresuelta demanda social-política, que la línea más correcta a seguir por las fuerzas que luchamos por unir a los explotados y marginados es profundizar, al interior del pueblo y en todos los territorios y frentes, el proceso de politización de sus demandas inmediatas y economicistas, encausándolas hacia el plano de los objetivos históricos y rechazando cualquier intento de conciliación o colaboración de clases. Es ante todas estos requerimientos vitales del MP, que varios contingentes venimos en levantar la propuesta de un Coordinador o Instrumento Político-Social, el cual pueda servir de motor de las demandas de las fuerzas populares, a la vez que de nodo de acumulación de la Fuerza Social para la Revolución en Chile. Aspiramos a que este nuevo referente de los y las que luchan dirija los combates en toda la línea en contra de las fuerzas que sustentan el Estado del capital MT.      
                      LOS SUEÑOS Y LAS ASPIRACIONES QUE NOS UNEN:
Sólo como ideas generales, creemos que el Coordinador Político-Social debe orientarse por unos principios básicos, como los siguientes u otros que se puedan acordar entre los asistentes a la primigenia Asamblea del 26/11:

1.- Por el Socialismo y la República Democrática de Trabajadores;
2.- Por la lucha Anticapitalista;
3.- Por la lucha Antiimperialista;
4.- Por la Construcción del Poder Popular y de lucha por el poder político;
5.- Por el Internacionalismo, comenzando por la coordinación continental de las luchas populares;
6.- Por un Desarrollo Humano que proteja el Medio Ambiente y toda forma de vida que él pueda poner en peligro.   
7.- Por la diversidad cultural, étnica y de las diferentes perspectivas de género.

Asimismo, pensamos que el coordinador o Instrumento debe organizarse en torno a un mínimo de siete ejes programáticos, a los cuales se pueden ir incorporando los demás que el colectivo de organizaciones e independientes estimen como necesarios, dentro de los cuales se expresen y potencien las Demandas Sociales y Populares y orientados a la mejor concreción de los objetivos que se propongan:

1.- Por la Renacionalización del cobre y de todas las riquezas mineras;
2.- Por la restitución al Estado de su capacidad productiva, centralmente industrial, orientando el sistema productivo nacional a la resolución de las necesidades internas y promoviendo, a su vez, un plan nacional de creación de empleos;
3.- Por la supresión del sistema de AFP, estableciéndose un sistema que asegure pensiones dignas para todos los trabajadores y trabajadoras;
4.- Por la creación del más amplio Movimiento Social Por Democracia Para Chile, el cual, cuestionando el actual e ilegítimo sistema de dominación de unos pocos sobre muchos, avance en el mediano plazo en la consecución de una Asamblea Popular Constituyente de los Pueblos y los Trabajadores de Chile con vistas a la elaboración de una legítima y verdadera Constitución Popular, la que acompañe la lucha del MP por la nueva sociedad Socialista;
5.- Por el restablecimiento de un gran movimiento nacional por los DDHH y por el castigo a los culpables de los atropellos contra ellos cometidos durante la Dictadura, los gobiernos de la Concertación y del actual gobierno patronal;
6.- Por Salud, Vivienda y Educación estatales, gratuitas, de excelencia y plenamente financiadas;
7.- Por el mejoramiento de las condiciones de los trabajadores y trabajadoras: fin del Código Laboral, sueldo mínimo de $350.000, sistemas adecuados de bienestar para el trabajador y su familia, fin al subempleo y a las externalizaciones de funciones, fin a los contratos a honorarios y reducción de los plazos fijos en el sector público.

Además, se pueden agregar una serie de demandas mínimas, transicionales y máximas, tratando de definir los plazos que sean prudentes para su consecución y considerando que todas ellas están sujetas a la fuerza material que logre acumular el Instrumento y el conjunto del MP.
En lo práctico, el Instrumento debe implementar desde un comienzo los principios de autogestión en lo económico, en lo operativo y en lo orgánico. Respecto de este último aspecto, se debe velar porque los criterios generales al interior del empeño sean la Democracia Directa, la participación, la flexibilidad y la revocabilidad de las instancias de representación.
Seguramente será durante la Asamblea del 26 de noviembre cuando, a través de votación democrática de los asistentes, se bautice el nuevo Coordinador o Instrumento unitario.

¿CÓMO VEMOS LA ORGANIZACIÓN DEL NUEVO COORDINADOR POLÍTICO-SOCIAL?:
El Instrumento Político-Social en ciernes, por su origen y para lograr la más eficaz y más dinámica participación de sus integrantes, debería tener un carácter federativo.
Sin duda, la máxima instancia de discusión y de resoluciones matrices corresponde a la Asamblea General Nacional de todas las organizaciones e independientes que componen el Instrumento, como esta de su génesis. Es la instancia máxima de decisión y generación de estrategia, tácticas, programas y líneas de acción de la organización, en donde participan la totalidad de los miembros de ella, en igualdad de condiciones y en la cual se ejercerá el sufragio universal y la mayoría absoluta para sus definiciones. Esta Asamblea se reunirá las veces que determinemos sea necesario hacerlo (más seguido, seguramente, en una primera época), además de convocarla tras una petición fundamentada de las organizaciones e independientes o de las diversas instancias que surjan dentro del Instrumento.
La dirección del Coordinador debe ser federada, a cargo de una instancia colectiva, propendiendo a que sus discusiones sean integradoras, aunque acotadas, las cuales se puedan traducir en acuerdos lo más amplios y representativos posibles. Debe estar integrada por representantes de las diversas organizaciones y de los independientes. Estos últimos, para efectos de su mejor integración, pueden agregarse en Colectivos de Base, ligados a alguna instancia regional o local, o también sectorial. Las sesiones en este nivel pueden ser mensuales.
Si se quisiera hacer aún más expedita la toma de decisiones del instrumento, además de asegurar la materialización de las resoluciones adoptadas en la Dirección Federada y la Asamblea General, se podría agregar una Dirección Ejecutiva, que cumpla la función de representación política formal y oficial del Instrumento, tomando decisiones ejecutivas con consulta a todas sus organizaciones componentes frente una coyuntura, vinculantes para todos. Esto implicará, además, que debe encargarse del establecimiento formal de nuestros acercamientos y alianzas con otras organizaciones sociales y políticas. Su constitución podría ser de unos pocos representantes de las Organizaciones y de los Colectivos de Base, que asumirán en forma rotatoria cada cierta cantidad de meses, siendo elegidos en la Asamblea General. Esta instancia podría sesionar semanalmente, pudiendo establecerse reuniones extraordinarias dependiendo de las necesidades de la coyuntura.    
Dependiendo del avance del trabajo en los diversos territorios, provincias y regiones, se podrían ir constituyendo diversas coordinaciones en cada nivel y escalonadamente hasta el nivel nacional.
Para avanzar en el trabajo político-orgánico y en las líneas programáticas, se requiere de la constitución de Comisiones, en que creemos se deben abordar como mínimo las temáticas de Finanzas, Comunicaciones, Formación-Educación, Creación Cultural, DDHH, Movilización, siendo de responsabilidad de los integrantes organizados e inorgánicos del Coordinador constituirlas, echarlas a andar y desplegar todo su vigor posible.
No obstante todo lo anteriormente dicho sobre lo orgánico, de la primera Asamblea General debe surgir una Dirección Provisoria (DP), electa democráticamente durante la misma (con una justa proporcionalidad de entre los concurrentes) y cuyas tareas están asociadas a la organización inicial del empeño colectivo, a la organización de equipos de trabajo transversales ligados a las finanzas, a la organización y a las comunicaciones, además de echar a andar la constitución de Asambleas o frentes sectoriales y territoriales. Asimismo, ésta DP tiene la labor de sistematizar los resultados del Encuentro del 26 de noviembre y de dar a conocer el nacimiento del nuevo Instrumento Político-Social al interior del MP. Se deberá definir en el Encuentro mencionado la fecha de realización de una próxima Asamblea, donde esa DP dará a conocer sus propuestas y se realizará la conformación democrática y más definitiva del nuevo referente revolucionario.

Aportaremos todo nuestro tesón y todas nuestras fuerzas para que éste nuevo Coordinador de las luchas del Pueblo y de los Trabajadores de Chile nazca fuerte y robusto, logrando hacer de él un instrumento eficaz de combate para lo que resta de 2011 y bregando porque se torne un aporte sustancial para hacer de 2012 un año decisivo en las posiciones de los anticapitalistas.

El CAD aspira a que este nuevo referente, poco a poco, pero sin pausa, vaya asumiendo su propia originalidad y adscripción a los principios que deben movilizar a un referente que se diga revolucionario. El Coordinador Político-Social que tenemos en mente debe aspirar, ni más ni menos, que a constituirse en la Fuerza Social y Política de los Pueblos y de los Trabajadores de Chile destinada a suprimir toda forma de dominación y de explotación de unos pocos sobre las grandes mayorías nacionales. Y frente a ello, no caben dobles lecturas, atajos, aplazamientos; sólo cabe no perder la paciencia.

¡Que la Historia nos aclare el pensamiento!


COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA
Octubre de 2011

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