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miércoles, 15 de febrero de 2012

TERCER CAPÍTULO: ADMINISTRADORAS DE FABULOSAS PÉRDIDAS (AFP) PARA LOS TRABAJADORES, OF COURSE.

LAS ADMINISTRADORAS DE FABULOSAS PÉRDIDAS (AFP), PARA LOS TRABAJADORES Y TRABAJADORAS, OF COURSE.  CAPÍTULO III[1]

-Usted parece británico, querido Profesor.  Llega por su dosis diaria en forma puntual.  No me diga nada, le sirvo de inmediato su buen litro de cerveza.
        Desde la Radio Comunitaria de la zona, que ocupaba fielmente el dial 102.9, sonaba la voz juvenil de Joaquín Sabina y su tema “Con la frente marchita”.
-Es la costumbre, las viejas costumbres, Señora Berta.
-Oiga, Iñor, quede preocupada con eso de la discriminación hacia las mujeres por parte de los pulpos de las AFP.  Claro que eso de la discriminación hacia nosotras es cuento de nunca acabar.
-Ciertamente, algunos estudios, hechos por estudiosos, los hombres reciben pensiones un tercio superior a las mujeres, con el mismo fondo acumulado al momento de cumplir con la edad legal de jubilación.  Imagínese, Señora Berta, que existen mujeres que prolongan su edad de trabajo hasta los 65 años y aún así, los hombres reciben un sexto más de pensión.
-¡Y por el sólo hecho de que las mujeres vivimos más! Que atropello a la moral, a la razón, a las sanas costumbres.  Esos diantres de las AFP son unos…mejor no digo garabatos.
-Lo infame de la argumentación, lo falso, lo torcido, es que según otras estadísticas, los habitantes de la Comuna de Las Condes “duran”, en promedio, ocho años más que los de la Comuna de Lo Espejo y nueve años en comparación con la Ciudad de Osorno y no por ello se les castiga a la hora de su jubilación.
-Y, ¿no se le aplica ningún castigo a quienes administran las AFP?
-La Corte Europea de Justicia prohibió a las compañías de seguro discriminar por riesgo derivados del género, edad y otros motivos que atenten en contra de la Igualdad de los ciudadanos.  Y en Chile, el Tribunal Constitucional dictó sentencia similar con respecto a las ISAPRES.  En breves palabras, en Europa estos chupasangre estarían tras las rejas, por discriminar a las mujeres.
-Y no tan sólo por perjudicar a las mujeres, sino que por estafar al conjunto de los trabajadores.  ¿Cómo podemos estar tan tranquilos ante tanto abuso?  ¿Cómo podemos aceptar pagar por la Salud, la Educación?  ¿Por qué aceptamos que nos roben el cobre, el litio, el agua y todos los recursos naturales?  ¿Por qué aceptamos viviendas sociales que no respetan los derechos humanos básicos?  ¿Por qué aceptamos las leyes que sólo protegen y resguardan a los poderosos?
-Señora Berta, usted acaba de hacer las preguntas más esenciales que se podría hacer una persona común y corriente en Chile- permítame beber un poco más de esta exquisita cerveza-.  Una de las tantas causas es la fragmentación, la desunión, la atomización, la dispersión.
-Creo, en una opinión de una mujer que tiene su historia política, que la lógica de construcción debe pasar por aceptar esa realidad y prácticas fragmentadas.  Entonces se debe apostar a la convergencia, a la federación, a la confluencia de esfuerzos múltiples, colectivos.  Coincidir en objetivos comunes y avanzar.
-¡Salud y Libertad! Señora Berta, ¡a su Salud! ¡Y hasta verte Cristo mío!  Además, querida Señora Berta ha dado en mero clavo, ha desatado el famoso nudo gordiano.
-Imagino que no son las únicas bellaquerías de esos gángsters de las AFP.
-¡Imagina bien, querida Escuchante!  Que las AFP estén en manos privadas, debido al traspaso que el Estado capitalista les hizo durante la dictadura militar (algunos hablan de “privatización” y pensamos que lo correcto es decir que hubo un traspaso), origina déficit gigantescos al fisco.  Mientras las AFP se aseguran las cotizaciones, le deja al fisco el bulto que significa pagar las pensiones.  Ese proceso ya cuesta un gasto fiscal del 5,5% del PIB del Estado.
-¡Con ese gasto se podría financiar la Educación Gratuita!  Si me sigue contando las atrocidades de las AFP, voy a terminar marchando hacia el municipio, sola, bajo este ardiente sol, para protestar por tanta injusticia.  De seguro me acompañarían mis perros, y es posible que con mi ejemplo se sumen algunos vecinos.
- La protesta es el camino.  Por ejemplo, el fisco ha venido pagando de su bolsillo todas las pensiones públicas, que son dos tercios del total de las pensiones y además paga el 60% de las que les corresponden a las AFP, que son el tercio restante.  Si hoy termináramos con las AFP y se restableciera el sistema de reparto, el fisco quedaría con casi todas las cotizaciones previsionales como excedente, como ganancia.  Eso le alcanzaría, por ejemplo, al Estado para pagar toda la Educación Superior, con lo que sería gratuita.  Incluso los fondos acumulados quedarían adicionalmente como una reserva.
-¡Entonces, el robo de las AFP es similar al robo que hacen nuestro cobre, el agua, el litio y todos los recursos naturales!
-Ni más, ni menos.
-O sea que a las AFP debemos temerles y combatirlas.
-Incluso el gobierno de ultraderecha de Hungría puso fin a sus AFP.  El de Polonia las dejo congeladas, rescatando para el Estado el flujo de las cotizaciones previsionales.  Los gobiernos de Argentina y Bolivia pusieron fin al saqueo de las AFP.  Saqueo como lo denominó la Presidenta de Argentina Cristina Fernández.
-Y, nosotros los chilenos, ¿cuándo le pondremos fin al saqueo de las AFP?
-Querida Señora Berta.  El 02 de abril de 2012, cuando se cumplen 31 años y un día de encarcelamiento al interior de ese robo legalizado llamado AFP, tenemos que salir a todas las plazas de armas del país, a todos los lugares públicos, de alta concurrencia, y a las 19 horas como una sola voz, como un solo puño, tenemos que ¡CONVERTIR NUESTRA INDIGNACIÓN EN PODER POPULAR!, con la firme exigencia de que no queremos más AFP, que queremos FONDOS SOLIDARIOS, DE REPARTO, TRIPARTITOS Y ADMINISTRADOS POR LOS PROPIOS TRABAJADORES!
-¡Ya, me convenció!  Va otra cerveza, por cuenta de la casa.

Fraternalmente, COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA, ORGANIZACIÓN FEDERADA AL COMANDO POR LOS DERECHOS SOCIALES Y POPULARES (CODESOPO).


[1] Para el Tercer Capítulo nos hemos apoyado en los aportes del Compañero Manuel Riesco.

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