43191D

martes, 10 de septiembre de 2013

DECLARACIÓN DEL CAD A 40 AÑOS DEL GOLPE



REFLEXIONES A 40 AÑOS DEL GOLPE CÍVICO-MILITAR

“Las revoluciones se producen en los callejones sin salida”
Bertolt Brecht

Y se cumplen cuatro décadas del golpe cívico-militar que echó por tierra, cruenta y abruptamente, el sueño de millones de chilenos por una sociedad mejor; el que hizo trizas la ‘Vía Chilena al Socialismo’, pero que, asimismo, cerró el paso a la salida revolucionaria a la crisis de dominación abierta en Chile. Ya lo sabemos y nos duele profundamente: el ingenio del odio se ensañó con el pueblo y los trabajadores, con las bases y dirigentes de la izquierda tradicional y la revolucionaria.
Pero, digámoslo, la ferocidad y la bajeza de nuestros enemigos fueron proporcionales al inmenso salto logrado por nuestro pueblo en cuanto a conciencia y organización. Los dueños de este país no podían tolerar que los de abajo se atreviesen a cuestionar su eterno poder, el que venía por línea paterna desde los invasores hispanos y que heredaran las familias de la gran burguesía. No podían soportar la pérdida de las prebendas de una sociedad de clases y los frutos que les significaba la explotación de la masa asalariada. En síntesis, no estaban dispuestos a quedarse cruzados de brazos frente al avance del gigante popular, que ya no sólo hablaba de Socialismo, sino que lo comenzaba a construir. Entonces, en una santa alianza, se unieron los representantes de la gran burguesía con el imperialismo, los gremios de la burguesía, la derecha política, algunas capas medias y sus organizaciones, la DC y con la venia del Vaticano, para darle el pase a la columna vertebral del Estado de clase burgués, las FFAA y de orden, para que estas le saltaran al cuello al pueblo chileno aquel martes 11 de septiembre; el golpe debía ser fulminante.
Lamentablemente, la estrategia defensista de la UP frente a la entente Derecha-DC (ahondada luego del ‘Tanquetazo’ del 29/06/73), sumado ello a la debilidad en su inserción al interior del movimiento popular de la izquierda revolucionaria y la escasa experiencia de ésta, impidieron que nuestro pueblo y sus fuerzas pudieran hacer frente al ataque militar o al menos intentar algún grado de resistencia al mismo.
La clase dominante se sacó la careta democrática, resolviendo la crisis de representación que se abría en Chile a través de su aparato armado, restaurando el sistema de dominación y explotación capitalista. Desbrozado el camino de molestas organizaciones político-sociales de izquierda y aterrorizadas las amplias masas, la dirección cívico-militar dictatorial se dio de lleno a la tarea de refundar la sociedad chilena en los términos del capitalismo monopólico-financiero. A continuación de la drástica reformulación de la estructura de la formación, entre 1978 y 1982 se desarrolló el proceso de ‘institucionalización’ del Estado contrainsurgente, coincidiendo, de otra parte, con el remontamiento de la lucha de la Resistencia Popular. Con todo, las fuerzas reaccionarias logran la remodelación del Estado y en ese marco impulsan en éste último período las “siete modernizaciones”, afectando las relaciones laborales; el sistema de salud; la educación; la previsión social; la organización de la producción agrícola; “modernización” del Estado y la justicia. La consecución y los efectos de las reformas mencionadas afectan aún a millones de trabajadores y sus familias, aherrojando sus posibilidades de verdadera democracia y dignidad, puesto que no puede haberlas en los marcos de un sistema de explotación y exclusión tan extremos como los que materializan esas reformas y toda la superestructura levantada entre 1973 y 1990.
La crisis nacional abierta en 1982 cerró el período dictatorial más cruento y abrió paso a una nueva etapa de la lucha de clases, de ascenso de las luchas populares. Esta etapa no fue un proceso continuo y de acumulación de fuerza social antidictatorial siempre creciente, sino que de curso irregular, siendo los ciclos de las épicas Protestas Populares su expresión más evidente. No obstante, 1986 marca un nuevo fracaso a una salida popular a dicha crisis. En esta segunda derrota del movimiento popular, lo que resultó vencido fue un inmenso y valioso esfuerzo de unidad y lucha de la clase trabajadora y de capas aliadas, además de sectores de la pequeña burguesía. Todos estos avanzaron en la conquista de sus derechos conculcados, a través de diversas formas de organización y lucha, legales, semilegales e ilegales, aprendiendo a luchar en su propio  terreno contra el poder de los aparatos represivos del Estado.
Hoy, a 40 años del Golpe y de 23 años de la imposición de la bastarda ‘democracia’ contrainsurgente (cristalizada luego de la 2ª derrota del movimiento popular, en 1986), es vital retomar las luchas y el ejemplo tanto de los compañer@s caíd@s el ‘11’, como el de los que a continuación siguieron valientemente combatiendo a la dictadura. Resulta vital que tod@s aquellos que luchan por una sociedad mejor para el pueblo y los trabajadores chilenos, nos coordinemos y movilicemos tras aquellas demandas históricas que nos lleven a nuestra segunda independencia; esa que soñaran Allende, Miguel, Víctor y tant@s más. Es hora de ponernos de verdad a construir el contrapoder de las mayorías, con la voluntad y la disposición real y consecuente de tod@s; de estrechar y consolidar los lazos y las acciones con las todas las organizaciones populares de las distintas localidades, comunas, territorios, provincias y regiones de Chile.
En definitiva, a 40 años del Golpe, el llamado es a retomar el camino de lucha y consecuencia de l@s que cayeron antes. Nuestro mejor homenaje para ell@s es recoger sus armas y proseguir su combate hasta la victoria final y por el Socialismo en Chile, sin transar.

¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!

          COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA – Chile
Septiembre 11 de 2013
                                                                                                                     

No hay comentarios :

Publicar un comentario