LA
DICTADURA MATA DOS VECES A LOS DESAPARECIDOS
I Parte
A pesar de haber
transcurrido 23 años desde el fin de la dictadura y 40 desde el Golpe; es
decir, afectando de 2 a 3 generaciones, el proceso de exhumación de los restos
de Detenidos-Desaparecidos (DD) o ejecutados políticos ilegalmente inhumados
durante la dictadura está lejos de concluir. Por el contrario, sigue plenamente
vigente y conmocionando periódicamente a los familiares de las víctimas y a la
sociedad en su conjunto.
A 40 años de la imposición de la
dictadura cívico-militar, nos atrevemos a resumir los casos más destacados de
los compañer@s vilmente masacrados y hechos desaparecer dos veces.
LONQUÉN: El 1er caso que
causó una honda conmoción en todo el país, pues confirmó la denuncia sobre los
DD, se produjo el 01/12/78. Gracias a una información entregada en confesión,
fueron encontrados en una mina de cal de Lonquén, cerca de Santiago, los restos
de 15 campesinos de la localidad de Isla de Maipo que habían sido detenidos en
octubre del “73 y desde entonces desaparecidos. La Suprema designó a un
ministro en visita que logró identificar a los responsables de los hechos, pero
éstos fueron favorecidos por el DL de auto-amnistía promulgado por la Junta en
abril del “78. El 12/09/79 los restos debían ser entregados a sus familiares; sin
embargo, mientras ellos esperaban en las puertas de la Iglesia Recoleta
Franciscana en Santiago, para el velatorio y darles sepultura, fueron sacados
del SML en un furgón de ese servicio y lanzados a una fosa común. La conmoción
e indignación por este nuevo acto de inhumanidad hacia las
víctimas y sus familias recorrió el país entero. El 15/09 se ofició una misa
solidaria en la Catedral de Santiago, en la que los familiares pudieron
expresar su dolor y recibir un gran apoyo emocional.
YUMBEL: Casi un año
después de Lonquén, el 02/10/79, tuvo lugar una 2ª exhumación, esta vez en el
cementerio de Yumbel. Se trataba de 18 campesinos de Laja y San Rosendo que
habían sido asesinados en los primeros días después del golpe militar y
enterrados en un predio cercano. Los cadáveres comenzaron a ser desenterrados
por perros, lo que fue denunciado por el propietario del predio a carabineros,
quienes durante el toque de queda nocturno los trasladaron al cementerio de
Yumbel. Algunos de los familiares se unieron y solicitaron apoyo a la Iglesia
Católica. Presentaron una querella y en agosto “79 lograron que se designara un
ministro en visita, el que en poco tiempo logró localizar los restos de todos
los DD en el cementerio de Yumbel, además de otro cuerpo que había permanecido sepultado
en un predio. Todos los cuerpos exhumados pudieron ser identificados por los familiares
y en un funeral multitudinario fueron sepultados en una tumba común en el cementerio
de Laja.
MULCHÉN: Algo distinto fue
el caso de Mulchén, referido a otro grupo de 18 campesinos, asesinados en los
primeros días de octubre del “73 en varias haciendas de la Región del Bío-Bío.
Del total de 18 hombres detenidos y acribillados, algunos fueron enterrados en
el mismo lugar por sus victimarios, en tanto que otros fueron lanzados a las
aguas de un río, desde donde sus cadáveres fueron rescatados y enterrados por
otros lugareños. El ministro en visita designado en 1979 a petición de la
Iglesia Católica para investigar estas muertes, localizó los lugares de
inhumación, pero tuvo que constatar que los cadáveres habían sido retirados.
Pudo establecer que este nuevo crimen de exhumación ilegal había sido realizado
por una patrulla de carabineros a fines de 1978, después del hallazgo de los
hornos de Lonquén. Hoy sabemos que esta acción respondió a una orden dictatorial:
“Retiro de televisores”, que tenía como objeto hacer desaparecer a las víctimas
por 2ª vez y de tal modo que sus restos fueran irrecuperables. El ministro Cerda
sólo pudo localizar restos que identificaban a 5 víctimas. Sin embargo, este juez
perseveró y no se limitó a acreditar estos asesinatos. Logró certificar
la muerte de los 18 hombres que hasta ese momento habían sido considerados DD,
permitiendo a los familiares finalizar su búsqueda y vivir el duelo.
PISAGUA: Luego de
imponerse la seudo democracia actual, el caso de inhumaciones que causó mayor
impacto fue el de Pisagua, que había sido transformada en campo de concentración
después del Golpe. En octubre de 1973, un médico prisionero en ese lugar fue obligado
a certificar la muerte de algunos de sus compañeros que habían sido asesinados
y arrojados a una fosa común cavada en el desierto, en los faldeos del cerro
que hace de muro posterior al cementerio local. Después del término de la
dictadura, entregó esos antecedentes a la Vicaría de la Solidaridad y acompañó
a una comisión integrada por un juez y un equipo forense al lugar que el dolor
había grabado a fuego en su memoria. Así, el 02/06/90 comenzó la exhumación de
20 personas, algunas de las cuales hasta ese momento habían sido consideradas
detenidos desaparecidos, en tanto que de otras la propia dictadura había
acreditado su muerte, negándose al mismo tiempo a entregar sus restos. El clima
desértico había conservado los cuerpos momificados y parte de sus vestimentas. La
prensa tomó impactantes fotografías las cuales, publicadas en primera plana en
algunos periódicos nacionales, conmocionaron a todo el país e incluso
recorrieron el mundo, dando fe de la crueldad con que había actuado la
dictadura cívico-militar.
NI OLVIDO NI PERDON: VERDAD,
JUSTICIA Y MEMORIA!
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA - CHILE
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