DEL MONCADA AL SIGLO XXI, ¡CUBA VA!
“Y esa ola de
estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado, que se empieza
a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más”
Che ante
Asamblea de la ONU, de la 2ª Declaración de La Habana
El 26 de Julio de 1953, cuando se realiza el ya mitológico Asalto al
Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, nadie imaginó el rol que jugaría la
Revolución Socialista cubana en el contexto planetario ya entrado el siglo
XXI. Nadie.
La revolución cubana triunfaría a
comienzos de 1959, mucho después de aquel otro famoso corte histórico, el de
1917, en Rusia, donde resultara exitosa la insurrección conjunta de
obreros-soldados-campesinos, pero con predominio de los primeros. Después
del empuje de los soviéticos, sobrevendría la Revolución China, en 1949, donde
la guerra popular prolongada demostraba que no sólo los obreros podían ser
parte fundamental de los cambios radicales. Cuando triunfan los
cubanos, hacía rato que la Revolución Soviética estaba dando síntomas claros de
esclerosis, de una burocratización irreversible. La Revolución cubana
viene a brindarnos una nueva opción de lucha y liberación para una América
Latina sumida en las garras del imperialismo estadounidense. Esta Revolución
vino a confirmar que la fuerza motriz de la Revolución no puede ser sólo la
clase obrera; demostró que no existe una fórmula única, permanente, inexorable,
para hacer y vivir la Revolución; fue un mentís en toda la línea a los
reformistas, a los revolucionarios exegetas de textos o que sólo se quedaban en
la mera agitación.
Cuando el 16 de Abril de 1961 se
produce el terrorista ataque aéreo norteamericano a los aeropuertos de Ciudad
Libertad, la base aérea de San Antonio de los Baños y el aeropuerto de Santiago
de Cuba, la “Batalla de Playa Girón”, los yanquis y los mercenarios reciben su
merecida respuesta de parte de los milicianos y soldados cubanos. Quedan
siete patriotas muertos, los cuales son despedidos por cientos de miles, que
exigen una clara resolución de sus dirigentes. Fidel responde: “…eso es lo
que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices, ¡y que hayamos hecho
una Revolución Socialista en las propias narices de los Estados Unidos! (...) Esa
Revolución no la defendemos con mercenarios, esta Revolución la defendemos con (el)
pueblo”.
El 19 de Julio de 1979, cuando se
produce el amanecer Rojinegro de Nicaragua, se pensó que comenzaba una oleada
incontenible de Revoluciones Sociales de carácter socialista en América
Latina. Era como si el proceso iniciado en 1959, o mucho antes, se
fortaleciera y las campanas doblaran anunciando, ahora sí, la creación de la
Patria Grande, el sueño de nuestros mayores. Sin embargo, la década de los
“80 vio perfilarse el inicio de la Segunda Fase del Imperialismo, en donde se rediseñó
el papel de todas las formaciones en la renovada división mundial del
trabajo. Los “90 dan el aventón a escala mundial a esa transición a la Segunda
Fase, con ocasión de la caída de los “socialismos históricos” o “reales”, y en
donde las formaciones Latinoamericanas y del Caribe debían adscribirse a las
democracias de baja intensidad o contrainsurgentes, enmarcadas en la doctrina
de la Seguridad Nacional y la entrega definitiva de la soberanía como elementos
fundamentales. Se producía política y materialmente la derrota del Campo
Popular, de los sueños y anhelos, a una escala intercontinental. Se
cumplía la máxima de los sectores dominantes mundiales de arrebatar a los movimientos
populares las ganas de seguir peleando por el Socialismo. Atrás quedaban
las locuras de los ’60 y ’70 y ahora cada quien vive para salvarse y la
política no es más que una máquina plástica de reproducción de la dominación y
la exclusión.
Y entonces, en medio del
desmoronamiento del Campo Socialista, del tremedal de la Historia, cuando ya
los países del este europeo no ayudaban más, el imperialismo afiló sus garras y
pensó que ya no sólo debía aplicar el bloqueo asesino, sino que se podía pasar
directamente a la invasión de la Isla-Faro y hacerla pagar por su osadía de
vivir distinto. Sin embargo, una vez más se equivocaron. Cuba sigue
resistiendo, sigue en pie, sigue siendo un peligroso ejemplo para los demás
pueblos de nuestra América y del Mundo. A pesar del criminal embargo, de la
peor crisis económica que ha enfrentado y pese a todas las deficiencias y
errores que se cometieron y se puedan cometer, Cuba y su revolución no sólo representan
un baluarte de la dignidad y la justicia social, sino que tan solo por el mero
hecho de existir es ya un valiente Quijote con su adarga apuntando a las
entrañas del monstruo.
Al celebrarse un nuevo aniversario del
Moncada, nuestro mejor homenaje a Cuba y a su Pueblo es aportar nuestros
esfuerzos, que aunque aislados se deben ir uniendo hasta formar un gran río,
con miras a realizar la Revolución Social en Chile. En estos tiempos que
corren a nivel planetario, que no son los mejores para los desposeídos, para
los humillados y los parias, sigue en pie la necesidad de la Revolución Mundial,
pues cada día es más cierto el axioma acuñado por nobles luchadores y
luchadoras sociales: ¡SOCIALISMO o BARBARIE!
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA - Chile
Organización perteneciente a la Asamblea Popular por la Unidad Social
APUS
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