LEY DE PRIMARIAS:
¡A VOTAR QUE
EL PODER DE LOS RICOS DEBEMOS PRESERVAR!
Todos los
precandidatos presidenciales, desde los ‘independientes’ a los fachos de la
Alianza, pasando por los alternativos y los de la Concerta, dicen estar muy contentos;
el 29 de noviembre Piraña promulgó la ley de primarias. Además, se supone que
con esta legislación los ciudadanos podrán ‘decidir’ quienes los representarán
en el parlamento y en los municipios; ¡Qué mejor!
El ministro
de la SEGPRES Cristian Larroulet, un personaje de estrechas vinculaciones con
la ex Dictadura Militar (fue uno de los 77 Chacarillas’ Boys), fundador
de L y D y de la UDD, y un descarado ideólogo de la nueva Ley General de
Educación que tanto combaten los estudiantes por sus amenazas a la educación
pública y porque cristaliza las inequidades sociales en el área, señala que con
el mentado decreto se espera remontar la “significativa caída de la
participación ciudadana” observada en la pasada elección municipal. Sin
embargo, resulta paradójico que éste ideólogo del Monopolismo dependiente sufra
por el elevado nivel de abstención cuando él mismo fue quien a nombre del
gobierno tramitó ante el Congreso, en 2011, el proyecto que estableció la
inscripción automática y el voto voluntario, el que vino a liberar a la masas
de la molesta obligación de hacerse parte del espejismo electorero. Con la
incorporación de 4,5 millones más de votantes, toda la clase política pensaba
que sobrevendría una avalancha de ciudadanos, pero les salió el tiro por la
culata. No obstante, ya el inefable Lagos-padre sugirió retrotraer la cosa y
nada de raro que otros peleles le acompañen en su cruzada.
Lo hemos
dicho antes: el Estado en Chile tiene un carácter de clase, el que corresponde
al de la clase dominante que es la burguesía (hegemonizada hace cuatro décadas
por su fracción monopólico-financiera), clase devenida en su conjunto en Bloque
en el Poder (BP) y que intenta activamente borrar toda referencia de clase de
su dominación. La manifestación concreta de su poder no llega a hacerse
evidente, puesto que el antagonismo existente entre la burguesía y las demás
clases se resolvió con la autonomización relativa de ella del sistema político
e inclusive del Estado, so pena que en los marcos de ese conflicto toda lucha
contra el poder del Estado se convierta en una lucha en contra del capital.
Bajo la hegemonía burguesa existe una asignación de funciones interrelacionadas
entre el Estado (lo político) y lo Económico (la formación económica), pero
relativamente autónomas, dando pie a la existencia de regímenes políticos que
aparecen como actuando fuera de la hegemonía y de los intereses de la fracción
dominante, pero que no alcanzan más allá de la resolución política provisional
de la impasse que los origina y determina, puesto que, al actuar en la región
de las formas jurídico-políticas, no inciden en la esfera de las relaciones de
propiedad, perteneciente a la región de lo económico y en que, existiendo un
claro dominio del BP (sobre todo de su fracción dominante), esa región aparece
como un producto general de la formación y no como un sistema creado a imagen y
semejanza de la gran burguesía. Aprovechemos de decir que todo este verdadero
oxímoron, junto con algunos hechos del presente, lleva a ciertos teóricos a
creer que la burguesía pueda tomar decisiones al margen e incluso en contra del
Estado que ha instituido (constituyéndose en una especie de poder alternativo),
más la realidad dista de corresponderse con tal ilusión ideológica.
Uno de los
mecanismos para difuminar el poder real del BP en nuestra formación es lo que
acaece con el sistema electoral y con los actos eleccionarios periódicos, en
donde los flamantes ‘representantes’ populares, electos supuestamente para
cumplir con las aspiraciones de sus votantes, en realidad en lo que se
convierten, consciente o inconscientemente, es en portadores del “orden
burgués” y esto es así pues tal orden les antecede y les predetermina en la
esfera de lo político (disociada como está de la política); pero tal artimaña
está flaqueando. En estos tiempos de democracia ‘gorila’ o de baja intensidad,
que cuenta con un sistema político escuálido y restringido, como no puede ser
otro que el que actualmente sanciona y justifica un modelo económico que sirve
los intereses de una ínfima parte del país, el sistema de dominación se ha
visto muy zarandeado por los fuertes movimientos sociales populares del último
lustro, los que poco a poco han ido cuestionando muy seriamente, entre otros
mecanismos justificadores de la dictadura burguesa, la esencia y los alcances
del electoralismo como método de resolución del conflicto social. Así, a un
gran número de chilenos les va quedando claro que participar del sistema
político formal sólo significa cohonestar dicha dictadura y que ello no se
traduce en la construcción de una democracia real. Todo este cuadro puede
explicar porque más de un 60% de los electores se restaran en las recientes
municipales y que los que votaron más bien lo hicieran en contra del gobierno
patronal y sus representantes locales, no significando esto que apoyasen a la
Concerta o al Reformismo.
El Bloque
Político de Estado (el BP + las capas mantenedoras, encarnadas por las fuerzas
detrás de la Concerta y sus alternativos afines + el Reformismo, inserto hace
poco y representado por el PC y sus cercanos) pretende echar cal sobre las
grietas abiertas en las paredes del edificio del sistema de dominación,
buscando impedir el peligro de por allí se exponga el dominio del capital. Se
han puesto de acuerdo en lanzar el caramelo de la ley de Primarias,
pretendiendo estimular con ella al pueblo elector para que acceda a depositar
su parte de “soberanía” e invistan a los candidatos de una etérea
“representación del pueblo-ciudadano”.
Los adalides
del sistema de dominación llaman a votar, reintentando generar la ilusión de la
posible transformación del estado de cosas con un papel y un lápiz. Ante ese
pueril embuste, debemos aclararles al pueblo y a los trabajadores que si no nos
unimos y luchamos decidida y resueltamente contra los que nos explotan y
marginan, nadie lo hará por nosotros.
¡SÓLO
LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!
CAD-VIIIα,
diciembre 2012
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