Nos
encontramos en pleno verano y en medio del estío nos queda tiempo para ver lo
que fue y lo que se nos viene, a este lado de la brecha.
Comenzar
diciendo que durante 2012 la agenda popular fue ocupada por 2º año consecutivo
por el Movimiento Estudiantil. Este, sí bien no tuvo la masividad arrolladora
de 2011, llegó a tener importantes momentos de agitación y de accionar al nivel
nacional (dinámica que le sigue siendo característica, a despecho de los demás
sectores y frentes sociales). Se incorporaron contingentes estudiantiles de las
Ues particulares, los que aportaron otras vivencias y demandas, además de ser
los que más directamente sufren el lucro que les esquilman los dueños de tales
‘empresas’. Los más consecuentes de entre los secundarios lograron llevar la
batuta en varios momentos, dejando atrás a los universitarios, los que siguen
estando encabezados por direcciones algo vacilantes y temerosas de responder a
la altura de la persistente combatividad de los movilizados e incluso
potenciarla para dar paso a la constitución de un verdadero Poder Estudiantil.
Este año será importante incorporar a otros sectores de estudiantes: de los
liceos especiales, de los CFT, de los IP, etc. Asimismo, será fundamental que
los activos revolucionarios se hagan de las direcciones de los establecimientos
y encabecen las instancias de coordinación, tanto regionales como nacionales,
extendiendo la invitación a luchar a todos los jóvenes de la formación:
pobladores, cesantes, etc.
El sector
de pobladores comenzó muy activo en las regiones VII y VIII, sobre todo por la
irresuelta temática de la reconstrucción post F27. Las acciones de los deudores
habitacionales, en general, fueron menores y esporádicas, sin que llegasen a
tener sus instancias más conspicuas (las diversas ANDHAs) la presencia de años
anteriores. Quizás este año, producto de las elecciones, podremos observar un
repunte de sus movilizaciones y tratando así de poner en la palestra su
problemática. En todo caso, resulta evidente que se requiere avanzar en la
politización de sus demandas y de la organización detrás de los deudores,
allegados y sin casa.
Los
trabajadores, y lo dijimos, fueron nuevamente los ausentes de la pelea popular,
salvo honrosas excepciones. Sus organizaciones naturales decaen en cantidad y
calidad, mientras que las pretendidas organizaciones alternativas no dan con
las formas más adecuadas de inserción y desarrollo. Se hace urgente que
desarrollemos un análisis profundo de la estructura económica actual de la
formación, que permita exhibir las consecuencias del actual patrón acumulativo
sobre la fuerza laboral (y la sociedad civil en general); efectuar un cedazo
fino sobre las implicancias de la ‘tercerización’ del trabajo, hasta llegar a
evidenciar los mecanismos ideológicos que coartan el despliegue político-social
de las ‘fuerza motrices de la revolución’. Tema aún menos tratado y no por ello
menor, es el de los cesantes y los trabajadores eventuales, que requieren de un
abordaje específico y eficaz.
Sobre la
movilización del pueblo Mapuche, que se ha ido transformando en un tema de
Estado, aunque éste insista en limitarlo a uno de tipo policial, tuvo por
primera vez en años una clara continuidad a lo largo de 2012. Han integrado
dialécticamente acciones que van desde las de un carácter no violento hasta las
de sabotaje medio, tratando siempre de exponer a las claras a sus enemigos
económicos y sociales. Esperamos que puedan ser flexibles y darse una
organización que acabe con el caudillismo, que logre vincularse con las
demandas de los demás sectores explotados y excluidos de la formación y que, en
base a ésta unidad social y política amplia, logre sortear la guerra de baja
intensidad que le impone el Estado y el Bloque Dominante.
La Protesta
Popular Territorial y Nacional que está siendo convocada y organizada para el
próximo 11 de marzo debe ser un momento de profunda unidad y lucha en contra
de nuestros enemigos comunes: la derecha, los acomodados de la Concertación,
los patrones extranjeros y sus lacayos internos y todos aquellos que nos
explotan y dominan. Debe ser el inicio de una etapa cualitativa superior en el
enfrentamiento de clases, con vistas a que este sea un mejor año para la causa
de los trabajadores y los sectores populares de Chile.
CAD
Febrero de 2013
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