EEUU UTILIZA EL MIEDO A RUSIA PARA INTIMIDAR Y CONTROLAR A EUROPA
(Traducido de: “Il pacco atlantico: La vera agenda di Obama”, Manlio
Dinucci y Tommaso di Francesco, Il Manifesto –Italia, 26/03/14)*
El objetivo principal de la visita de Obama
a Europa –declara Susan Rice, su consejera para la seguridad nacional– es “hacer
presión por la unidad de Occidente” ante la “invasión rusa de Crimea”.[1]
El primer paso será el fortalecimiento de
la OTAN, la alianza militar que, bajo la dirección de EEUU, se extendió en 1999-2009
a todos los países del desaparecido Pacto de Varsovia, a 3 de la ex URSS y a 2
repúblicas de la ex Yugoslavia (país destruido por la OTAN); que movió sus
bases y fuerzas militares –incluso las que contaban con capacidades nucleares–
acercándolas cada vez más a Rusia, armándolas con un “escudo antimisiles”
(nunca defensivo, sino que ofensivo); que penetró en Ucrania organizando el
golpe de Estado de Kiev y que empujó así a la población de Crimea a separarse
de Ucrania y unirse a Rusia.
“El
marco geopolítico cambia”, nos anuncia el secretario general de la OTAN: “Los aliados tienen que fortalecer sus
vínculos económicos y militares ante la agresión militar de rusa contra Ucrania”.[2]
Así que no sólo se planea un fortalecimiento militar de la OTAN para que
aumente “la rapidez operacional y la
eficacia en el combate”, sino que se plantea también una “OTAN económica”,
a través del “acuerdo de libre intercambio Estados Unidos-Unión Europea”
funcional con el sistema geopolítico occidental dominado por EEUU.
Una OTAN que, recuerda Washington, “seguirá siendo una alianza nuclear».
Resulta significativo que la visita de Obama por Europa haya comenzado
precisamente con la 3ª Cumbre sobre la Seguridad Nuclear. Este encuentro es una
creación de Obama (al que no por casualidad se le dio el Premio Nobel de la
Paz) para “poner bajo condiciones de
seguridad el material nuclear y prevenir así el terrorismo nuclear”.[3]
Esa noble intención proviene del mismo país
que dispone de unas 8 mil ojivas nucleares –con 2.150 listas para ser utilizadas
en cualquier momento, a las que se agregan las 500 que poseen Francia y Gran
Bretaña, lo cual representa para la OTAN un total de 2.600 dispositivos
alistados, frente a unos 1.800 de Rusia. Ese potencial de la OTAN aumenta
gracias a que Japón entrega a EEUU más de 300 kilos de plutonio y una gran
cantidad de uranio enriquecido, aptos para la fabricación de armas nucleares. A
este último volumen hay que agregar otros 20 kilos provenientes de Italia.
También participa en la cumbre sobre la
“seguridad nuclear” Israel –única potencia nuclear del Medio Oriente, que ni
siquiera es firmante del Tratado de No Proliferación, pero que posee unas 300
ojivas nucleares y produce suficiente plutonio como para fabricar cada año 10 o
15 bombas como la que arrasó la ciudad japonesa de Nagasaki.
El propio presidente yanqui contribuyó
muchísimo a la “seguridad nuclear" en Europa al ordenar que unas 200
bombas B-61, almacenadas en Alemania, Italia, Bélgica, Holanda y Turquía, en lo
que constituye una violación del Tratado de No Proliferación, sean reemplazadas
por nuevas bombas atómicas del tipo B61-12 con puntería de precisión,
concebidas para cazas F-35 y entre las que se incluyen las bombas antibunker,
destructores del mando enemigo en un primer golpe nuclear.
La estrategia de Washington tiene un doble
objetivo. Por un lado, modificar la percepción que se tiene de Rusia, que ha
reactivado su política exterior –como ya pudo verse con el papel desempeñado en
Siria– y se ha acercado a China creando así una alianza potencialmente capaz de
oponerse a la superpotencia estadounidense. Y por otro lado suscitar en Europa
un estado de tensión que permita a EEUU mantener, a través de la OTAN, su liderazgo
sobre los aliados, a los que clasifica en una escala de valores bastante
desigual: con el gobierno alemán, Washington negocia la distribución de las
zonas de influencia; al de Italia, “entre
nuestros más caros amigos del mundo”, se limita a darle unas palmaditas en
la espalda y luego le saca lo que quiere.
Al mismo tiempo, Obama presiona a los
aliados europeos para que reduzcan sus importaciones de gas y de petróleo
rusos. Difícil objetivo. La Unión Europea depende del abastecimiento ruso para
garantizar cerca de una tercera parte de sus necesidades energéticas: Alemania
e Italia en un 30%, Suecia y Rumania en un 45%, Finlandia y la República Checa
en el 75%, Polonia y Lituania en más del 90%.
La administración Obama, dice New York
Times, aplica una “estrategia agresiva” tendiente a reducir las importaciones
europeas de gas y de petróleo rusos. Washington prevé que Exxon-Mobil y otras
compañías estadounidenses abastezcan Europa con cantidades crecientes de gas
gracias a la explotación de los yacimientos del Medio Oriente, de África y de
otras regiones, incluyendo los yacimientos estadounidenses cuya producción va
en aumento y que ahora permiten a la Roma Imperial reinante involucrarse en la
exportación de gas licuado.
En ese contexto se inscribe la “guerra de
los gasoductos”. El objetivo estadounidense es bloquear el North Stream, que
lleva el gas ruso hasta la UE a través del Mar Báltico, e impedir la
realización del South Stream, que lo haría a través del Mar Negro. Esos dos
gasoductos bordean Ucrania, por donde transita actualmente la mayoría del gas
ruso y están siendo construidos por consorcios encabezados por Gazprom, con la
participación de compañías europeas. Paolo Scaroni, el número 1 de ENI (la
compañía italiana de hidrocarburos), ha advertido al gobierno italiano que si
se bloquea el proyecto South Stream Italia perderá jugosos contratos, como la
licitación ascendiente a €2 mil millones que obtuvo Saipem para la construcción
de un tramo submarino de ese gasoducto.[4]
Pero allí están las presiones estadounidenses.
El presidente Obama se dedica también a las
obras de caridad. (Y muy bueno él), aborda con el papa Francisco I el “compromiso común en el combate contra la pobreza
y la desigualdad existente”. Al menos eso es lo que dice Obama, cuya administración
se ha caracterizado por un aumento de la pobreza en EEUU del 12 al 15% (más de 46 millones de pobres), con un aumento del 18 al
22% de la pobreza infantil, mientras que los súper-ricos (0,01% de la
población) han cuadruplicado sus ingresos. Finalmente, también “agradece al papa sus llamados a la paz”,
a pesar de ser el presidente del país que gasta en armamento y en guerras la
mitad del gasto total mundial en ese rubro.
*Las referencias lo son por el CAD
COLECTIVO ACCIÓN DIRECTA – EQUIPO
INTERNACIONAL
Abril 3 de 2014
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