Carlos Marx:
Una Vida al servicio de los Trabajadores, los Pueblos, los Explotados del Mundo
Una Vida al servicio de los Trabajadores, los Pueblos, los Explotados del Mundo
A CARLOS MARX toda la HISTORIA o la Utopía como le llaman ahora
A CARLOS MARX toda la HISTORIA, EL SUEÑO DE MUCHOS ELEVADO A MULTITUDES
A CARLOS MARX toda la HISTORIA, EL SUEÑO DE MUCHOS ELEVADO A MULTITUDES
EL
MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA MIR-R AL COMPAÑERO CARLOS MARX
El 5 de Mayo de 1818
nació en Tréveris, ciudad de Alemania, en el territorio de Renania-Palatinado,
a orillas del Mosela, el “MONUMENTO DE LA INTELIGENCIA HUMANA”, tal como lo
tipificara ese otro gigantesco revolucionario, Ernesto Che Guevara.
Marx fue capaz de despojar para siempre el
monopolio del conocimiento, del saber, a la clase dominante y ponerlo al
servicio de los explotados que luchan por su liberación. Será tarea siempre permanente e
ininterrumpida de todo revolucionari@ aprender, conocer, instruirse. Como decía Miguel: “si no leemos volvemos a
los tiempos de las cavernas”. Las ideas
deben ser expresadas a través de la escritura, de los discursos, por ello la
lucha por las palabras es una tarea central y siempre urgente.
Volver a Marx, leer el mensaje que nos entregó resulta vital en todos los tiempos. Recordemos que él nos entregó las piedras angulares de la Ciencia de la Revolución, piedras que deben, como toda Ciencia, actualizarse y confrontarse con la Realidad. El Modo de Producción Capitalista sigue siendo un elemento revolucionario en la medida en que cada segundo va renovando sus cimientos para producir y reproducir su dominación, por eso la tarea nuestra es desplegar los esfuerzos precisos para su combate y aplastamiento.
Marx nos enseñó que la esencia y la apariencia de las cosas no coinciden, de lo contrario no existiría, no tendría para qué existir, la Ciencia. Hoy, cuando millones y millones en el planeta, y en Chile, tipifican la actual fase del Modo de Producción Capitalista como “neoliberal”, se torna necesario dar una nueva lectura, por ejemplo, al escrito “Trabajo asalariado y capital”[1], para observar cómo el análisis económico es distinto, cambia, toma otros pasajes, si hablamos de “trabajo” o “fuerza de trabajo”. Sólo entregamos un párrafo:
“Por tanto, diríase que el
capitalista les compra con dinero el trabajo de los obreros. Estos le venden
por dinero su trabajo. Pero esto no es más que la apariencia. Lo que en
realidad venden los obreros al capitalista por dinero es su fuerza de trabajo.
El capitalista compra esta fuerza de trabajo por un día, una semana, un mes,
etc. Y, una vez comprada, la consume, haciendo que los obreros trabajen durante
el tiempo estipulado. Con el mismo dinero con que les compra su fuerza de
trabajo, por ejemplo, con los dos marcos, el capitalista podría comprar dos
libras de azúcar o una determinada cantidad de otra mercancía cualquiera. Los dos
marcos con los que compra dos libras de azúcar son el precio de las dos libras
de azúcar. Los dos marcos con los que compra doce horas de uso de la fuerza de
trabajo son el precio de un trabajo de doce horas. La fuerza de trabajo es,
pues, una mercancía, ni más ni menos que el azúcar. Aquélla se mide con el
reloj, ésta, con la balanza.”
Marx nos enseñó el valor de la lucha económica y de la lucha política. Nos enseñó que la lucha debe ser nacional y popular. Nos enseñó que la lucha debe ser hasta el final.
Marx y su tiempo
Marx nació en el seno de una familia judía de clase media. En 1835 concluyó sus estudios secundarios en Tréveris. En ese mismo año ingresa a la Universidad de Bonn para seguir estudios de Derecho y se compromete, secretamente, con Jenny von Westphalen. Al año siguiente se instala en Berlín para proseguir sus estudios de Derecho.
El año 1838 junto a
Bruno y Edgar Bauer funda el Club de los Doctores, que aglutina a los
hegelianos de izquierda. Comienza sus
estudios acerca de la Filosofía y la Historia, ambas Ciencias que junto con la
Economía serán los puntales de su futura creación. Lo anterior cristaliza en 1841 cuando se
Doctora con la tesis “Diferencias entre las filosofías de la naturaleza de
Demócrito y Epicuro”. Decide, el mismo
año, renunciar a seguir la carrera universitaria.
En 1842, en Octubre, es
designado redactor jefe de la Rheinische Zeitung, de Colonia, órgano de
oposición de la burguesía renana radical.
El siguiente año abandona el cargo de redactor jefe ante las
dificultades de la censura prusiana. Se
casa con Jenny von Westphalen. En otoño
emigra a París, donde entra en contacto con sociedades revolucionarias como la
clandestina Liga de los Justos. Traba
amistad con el poeta Heinrich Heine y redacta la “Introducción a la crítica de
la Filosofía del Derecho de Hegel”.
En 1844 en colaboración
con Arnold Ruge publica el primer y único volumen de los Anales franco-alemanes
y al mismo tiempo redacta los “Manuscritos económicos-filosóficos, conocidos
como los “Manuscritos del 44”. Conoce a
Luis Blanc, Proudhon, e inicia su amistad con Federico Engels. Nace Jenny, su primera hija.
Durante el año 1845, a
petición del gobierno prusiano, es expulsado de Francia como revolucionario
peligroso. Se establece en Bruselas. Junto con Engels, escribe “La Sagrada
Familia” y “La ideología alemana”; formula las tesis sobre Feuerbach. En septiembre nace Laura, su segunda hija, y
a finales de año renuncia a la nacionalidad prusiana.
El año 1847 se afilia a
la Liga de los Justos, a la que propone el nombre de Liga de los Comunistas, y
participa en el primer congreso de esa organización celebrado en Londres. La Liga le encomienda, al igual que a Engels,
la redacción de un Manifiesto del Partido Comunista. Publica “Miseria de la Filosofía”.
En febrero de 1848
aparece en Londres la primera edición de “El Manifiesto Comunista”. Poco después estalla la revolución y es
expulsado de Bélgica. Se traslada a
París. Se opone al envío de guerrilleros
a Alemania y redacta las “Reivindicaciones del Partido Comunista en
Alemania”. Al cabo de unas semanas llega
a Colonia, donde en junio asume la jefatura de redacción de la Neue Rheinische
Zeitung. Ataca a la burguesía alemana y
propugna la resistencia armada en unos disturbios acaecidos en Colonia.
El año 1849 triunfa la
contrarrevolución en Alemania. Marx es
juzgado en febrero por su participación en los disturbios de Colonia. Resulta absuelto, pero en mayo es expulsado
del país. Poco antes han aparecido
publicadas sus charlas sobre “Trabajo asalariado y capital”. El gobierno francés le prohíbe establecerse
en París, y Marx, cuya situación económica es angustiosa, marcha a Londres,
donde residirá hasta el final de su vida.
El año 1850 le depara
una vida penosa y mísera en Londres; es desahuciado de su casa por impago. Con todo, participa en la reorganización de
la Liga de los Comunistas y escribe “La lucha de clases en Francia”.
El año 1852 aparece “El
18 de Brumario de Luis Bonaparte”. Se
acepta su propuesta de disolver la Liga de los Comunistas. Empieza a colaborar en el New York Daily
Tribune. Interrumpe sus estudios
económicos. Dos años después aprende
español y lee a Calderón y a Cervantes.
Publica algunos artículos sobre la revolución española en el New York Daily
Tribune.
El año 1855 nace
Eleanora, el sexto de sus hijos y la única que sobrevivió junto con Jenny y
Laura.
El año 1857 reemprende
sus estudios sobre economía en la Biblioteca del British Museum. Dos años más tarde, publica la “Contribución a
la crítica de la economía política”.
El año 1862 su
situación económica es asfixiante. Intenta obtener un puesto de escribiente en los ferrocarriles, pero no
consigue ingresar a causa de su mala letra. El siguiente año, en una situación casi al borde de la miseria, Marx
inicia la redacción de “El Capital”.
Durante el año 1864 se
funda en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores, para la cual
redacta, como miembro de su comité provisional, los Estatutos, el primer
manifiesto y gran número de acuerdos, declaraciones y llamamientos.
El año 1865 finaliza la
primera redacción de “El Capital”, al tiempo que participa activamente en la
Internacional. Dos años más tarde
aparece en Hamburgo el primer libro de El capital. Marx se ve obligado a paralizar su trabajo a
causa del insomnio y de la furunculosis que padece desde hace años.
El año 1869 viaja a
París de incógnito. A partir de este
año, los apuros económicos de Marx se verán aliviados gracias a la ayuda
constante de Engels. Ello le permitirá
seguir trabajando en la continuación de El Capital. Dos años después, se le encuentra en una gran
actividad en la Internacional a favor de la Comuna de París (1871), cuya
evolución sigue atentamente. Publica “La
guerra civil en Francia”.
El año 1872 se realiza
el Congreso de la Internacional en La Haya, en el cual son derrotadas las
posiciones de los bakuninistas después de su enfrentamiento con Marx. Este consigue que la organización se traslade
a Nueva York.
Durante el año 1875
redacta el importante libro para la teoría marxista “Crítica del programa de
Gotha”, de la socialdemocracia alemana.
El año 1881 fallece su
mujer, Jenny von Westphalen.
Es 1883. En enero muere su hija Jenny.
Marx, muy abatido y aquejado de una grave enfermedad pulmonar, muere en
Londres el 14 de marzo. Su cuerpo recibe
sepultura en el cementerio de Highgate.
Ideas
Matrices del Marxismo
El marxismo está constituido por dos disciplinas unidad pero distintas, cuya distinción se funda en la diferencia de su objeto: el materialismo dialéctico y el materialismo histórico.
El materialismo histórico –o
ciencia de la historia- tiene por objeto el concepto de historia, a través del
estudio de los diversos modos de producción y formaciones sociales, de su
estructura, de su constitución y de su funcionamiento, y de las formas de
transición de una formación social a otra.
El materialismo dialéctico –o
filosofía marxista- tiene por objeto propio la producción de los conocimientos,
es decir, la estructura y el funcionamiento del proceso de pensamiento. Propiamente hablando, el materialismo
dialéctico tiene por objeto la teoría de la historia de la producción
científica. En efecto, si el
materialismo histórico fundó, en un mismo movimiento teórico, el materialismo
dialéctico como disciplina distinta es porque la constitución de una ciencia de
la historia, es decir, de una ciencia que define su objeto como constitución
del concepto de historia -materialismo histórico-, condujo a la definición de
una teoría de la ciencia, que comprende la historia como parte integrante de su
objeto propio.
Esas dos disciplinas son
distintas: existen, en efecto, interpretaciones del marxismo que reducen una
disciplina a la otra. Ya sea el
materialismo dialéctico al materialismo histórico: es el caso de las interpretaciones historicistas,
tales como las del joven Lukács, de Korsch, para las cuales el marxismo es una
antropología histórica, pues la historia es una categoría originaria y
fundadora y no un concepto que haya que construir. La reflexión de las estructuras, la “toma
conciencia de su sentido”, es función, por el sesgo de una interiorización mediadora,
de esas mismas estructuras. Ya sea el
materialismo histórico al materialismo dialéctico: se trata aquí de las
interpretaciones positivistas-empiristas, que diluyen el objeto propio del
materialismo histórico subsumiendo todo objeto histórico en la misma ley
“abstracta”, universalmente válida, que regula toda “concreción” histórica.
El materialismo histórico, como lo mostró Marx en la “Introducción del
57”, en el “Prefacio a la contribución de la economía política” y en “El Capital”,
contiene una teoría general que define conceptos que dominan todo su campo de
investigación (conceptos de modos de producción, de formación social, de
apropiación real y de propiedad, de combinación, de ideología, de política, de
coyuntura, de transición). Esos
conceptos le permiten definir el concepto de su objeto: el concepto de
historia. El objeto del materialismo
histórico es el estudio de las diversas estructuras y prácticas enlazadas y
distintas (economía, política, ideología), cuya combinación constituye un modo
de producción y una formación social; pueden caracterizarse esas teorías como
teorías regionales. El materialismo
histórico comprende igualmente teorías particulares (teorías de los modos de
producción esclavista, feudal, capitalista, etc.), cuya legitimidad está
fundada en la diversidad de las combinaciones de las estructuras y prácticas
que definen modos de producción y formaciones sociales distintas.
Sabido es que las tres
proposiciones fundamentales del materialismo (dialéctico e histórico) son las
siguientes:
1.-) La distinción de los procesos reales y de
los procesos de pensamiento, del ser y del conocimiento.
2.-) La primacía del ser sobre el pensamiento, de
lo real sobre su conocimiento.
3.-) La historia de todas las sociedades hasta
nuestros días es la historia de las luchas de clases.
El Marxismo en la estructura de
lo político ha entregado, luego de un desarrollo de la ciencia marxista,
conceptos que son claves para establecer estrategias políticas. Carlos Marx y Federico Engels, analizaron en
extenso el Estado de Excepción Constitucional tipificado como
BONAPARTISMO. Con posterioridad, en la
medida del despliegue del Modo de Producción Capitalista, surgen otras dos
tipificaciones de Estados de Excepción Constitucional: EL FASCISMO Y LA
DICTADURA MILITAR. Además en la ciencia
marxista se encuentra un gran debate en torno al concepto de Democracia,
entendida como forma de dominación, en tiempos normales, por parte de la
Burguesía y el concepto de Democracia Popular.
Todo lo anterior nos lleva de
plano a la influencia posterior de Carlos Marx, en la medida de la aplicación
correcta de la ciencia marxista. Por
ejemplo, el Partido Comunista chileno tipificó el Golpe de Estado del 11 de
Septiembre de 1973 como un alzamiento FASCISTA.
Ello obliga, en los hechos a aplicar una táctica y estrategia coherente
para combatir ese tipo de excepción constitucional. El MIR y el PS, tipificaron el Golpe de
Estado como fundador de un régimen de excepción constitucional cristalizado en
una DICTADURA MILITAR, a la cual se le debía oponer una táctica y estrategia determinada. En tanto el Partido Comunista habló de
FASCISMO desde 1973 a 1990, luego desde 1990 a 2010 comenzó a hablar de
NEOLIBERALISMO. Con ello, el PC
intentaba e intenta todavía dar a entender que la posible revolución social se
ha de realizar por etapas y de la mano de una burguesía progresista.
En la actualidad, el reformismo tipifica el actual momento del Modo de Producción Capitalista como “neoliberal”, caracterización que es utilizada, asimismo, por un amplio espectro de la izquierda en su conjunto. Para el MIR, y otras organizaciones hermanas, el actual período debe ser caracterizado como los inicios de la Segunda Fase del Imperialismo.
Recordemos que una acertada
caracterización permite establecer una acertada táctica y estrategia de lucha
contra el enemigo principal.
Carlos Marx, la ciencia a la
cual fue capaz de construir sus principales cimientos, contó con un desarrollo
posterior a través de Hombres y Mujeres que hicieron suyos sus postulados y
decidieron al igual que él servir a los intereses de los trabajadores y explotados
del Mundo. Podríamos realizar un
listado, pero siempre sería incompleto o quizá sería subjetivo, pues de la gran
cantidad de continuadores del Marxismo se ha generado lo que se llaman los
“Marxismos Posibles”. De hecho, al leer
esto último es casi seguro que algún lector pensará: “Esto es revisionismo o,
como se dice hoy, es posmodernista”. Sin
embargo, las lecturas del marxismo no son lecturas ingenuas, sino que son
lecturas culpables. Cada uno va
creciendo a través de algún continuador del marxismo y va excluyendo a
otros. Lo correcto, palabra demasiado
cargada de subjetividad, es tender a ciertos puntos de unidad en la práctica,
pues en la teoría se hace casi imposible; coincidir, por ejemplo, en que “filósofos
e historiadores no han hecho más que interpretar de diversos modos la realidad,
cuando de lo que se trata es de transformarla”.
Federico Engels, F. Mehring,
Plejanov, Kautsky, Berstein, Martov, Lenin, Trotsky, Stalin, Mao, Ho-Chi-Min,
Korsch, Rosa Luxemburgo, Riazánov, Gramsci, Lukács, Dobb, Labriola, Mondolfo,
Sweezy, Althusser, Balibar, Garaudy, Che Guevara, Fidel Castro, Poulantzas,
Sartre, Politzer, Lacan, Foucault, Bettelheim.
Podríamos seguir, pues existen aún muchos más que han realizado algún
aporte a la consolidación del marxismo como una ciencia, una ciencia puesta al
servicio de la Revolución Socialista, una ciencia siempre en movimiento.
El Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR rinde un sincero homenaje al Revolucionario Carlos Marx, al que con sus ideas y acción iluminara el largo y tortuoso camino a transitar por los explotados y marginados de siempre para construir un nuevo Estado, el Estado Socialista, que de paso a la Sociedad Comunista. Los repetidos esfuerzos de Marx para romper los límites objetivos de lo Teórico existente, para forjar la materia con qué pensar el problema que su descubrimiento científico planteaba a la filosofía, sus fracasos, sus mismas recaídas, forman parte del drama teórico que vivió, en una soledad absoluta, mucho antes que nosotros, que comenzamos solamente a sospechar, bajo los signos de nuestro cielo, que su problema es nuestro, y por mucho tiempo, y que orienta todo nuestro futuro. Solo, Marx buscó aliados y apoyo a su alrededor: ¿quién puede reprocharle haberse apoyado en Hegel? Por nuestra parte debemos a Marx el no estar solos: nuestra soledad no se debió más que a nuestra ignorancia de lo que Marx había dicho. Es a ella a la que hay que acusar, en nosotros y en todos aquellos que piensan haberla superado, y no hablo sino de los mejores, cuando no están sino en el umbral de la tierra que él nos descubrió y abrió. Le debemos incluso el ver en él sus debilidades, sus lagunas, sus omisiones: ellas concurren a su grandeza ya que retomándolas no hacemos sino retomar en su origen un discurso interrumpido por la muerte.
Sabemos cómo termina el tercer libro de El Capital. Un título: Las clases sociales. Veinte líneas después, el silencio… Un silencio que nos grita, un silencio que nos convoca, un silencio que nos llama. El MIR, los explotados, marginados y humillados de siempre, asumen ese silencio, de a poco lo hacen crecer, despacio lo van desparramando, lo confrontan para crecer, lo ejercita en la práctica para equivocarse y aprender.
¡A crear el
ejercito de sepultureros y sepultureras de la dictadura del capital!
¡SÓLO LA LUCHA
NOS HARÁ LIBRES!
CARLOS MARX, A 200 AÑOS DE TU NACIMIENTO EL MIR, EL
CONJUNTO DE LOS EXPLOTADOS, MARGINADOS Y HUMILLADOS DE SIEMPRE TE SALUDAN
BRIGADA DE PROPAGANDA
MIR-R LUIS BARRA GARCÍA
5 de mayo de 2018
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