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jueves, 7 de septiembre de 2017

SEPTIEMBRE, MES DE MEMORIA Y LUCHA: A 31 AÑOS DEL INTENTO DE TIRANICIDIO


“El atentado a Pinochet. La ‘Operación Siglo XX’”

En Alainet.org –public. 7/9/06

Problemas en la utilización de lanzacohetes low, de fabricación estadounidense, y una “débil contención” de retaguardia que posibilitó la salida de su auto, salvaron al capitán general Augusto Pinochet la tarde del domingo 7 de septiembre de 1986, cuando un grupo de 20 integrantes del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) emboscó su caravana de seis vehículos en la cuesta Achupallas, en el Cajón del Maipo, zona precordillerana de Chile.

El día de la emboscada, iniciada a las 18:45 horas, hubo lanzacohetes low que no pudieron activarse por problemas en el disparador y otros mecanismos. Otros que sí percutieron fueron usados a distancias menores de las requeridas, por lo que no explosionaron. 

Fue el caso de uno de los proyectiles que golpeó el auto del propio Pinochet, pero no estalló. De haberlo hecho, el dictador habría muerto en el instante. En todo caso, otros “low” funcionaron y dieron en “blancos” dentro de la comitiva de escolta. Fuentes consultadas del FPMR explican que se planeó utilizar los low porque eran plegables, de fácil transporte, livianos, no era difícil ocultarlos y eran desechables. Eso facilitaba los pasos que se debían cumplir en torno de la operación. Además, los “low” tenían la condición de “muy fácil manejo en cuanto a los órganos de puntería” y habían mostrado su eficacia en distintos terrenos de combate. “En realidad algunos de ellos no tuvieron la efectividad requerida y el factor humano influyó, ya que nadie puede obviar lo que significaba operar aquella tarde en esas condiciones” indicaron las fuentes.

En todo caso, algunos ex miembros del Frente tiene una visión crítica de los “low” y habrían preferido que se usaran los lanzacohetes RPG-7. En una entrevista con el periodista Luis Suárez, concedida poco después del ataque, el sociólogo César Bunster, miembro del grupo rodriguista que preparó el tiranicidio, explicó: “Consideramos que el intento de ajusticiamiento fracasa básicamente por una falla técnica de uno de los medios que se utilizaron, concretamente de los lanzacohetes, que no funcionaron. Son armas desechables, selladas, que no se pueden abrir ni probar con anticipación. Es por eso que el intento de ajusticiamiento fracasó”. César Quiroz, también ex miembro del Frente, entregó antecedentes respecto al “problema del armamento utilizado”. En un testimonio dado al periodista Francisco Herreros, Quiroz indicó: “En el tema de los lanzacohetes, la pelea es total. El low tiene un coeficiente de 0,25 y el RPG-7 tiene un coeficiente de 0,50. Cuatro cohetes low para asegurar un objetivo, contra dos de RPG-7, que además disponen de la ventaja de tener cuatro cargas que uno se echa a la espalda; lo usa un hombre, no necesita servidor”. Sin embargo, otros integrantes de la fuerza rodriguista piensan que “haber usado los RPG-7 era casi imposible, muy dificultoso, ya que es difícil transportarlos y ocultarlos, cargar cada uno con sus municiones y andar transitando por las calles hubiera sido casi un suicidio. Los low se conocían y sus mecanismos electrónicos se pueden comprobar y revisar testéandolos. Era un armamento bien elegido”.

La contención

Un ex comandante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que pidió reserva de su nombre, precisó que “los medios y el armamento para una operación se definen por estudios operativos y en ese caso todo indicaba que lo apropiado eran los low. Hay algo de mito con los RPG-7. Los compañeros no podían andar transportando RPG-7 con la facilidad que daban los low. En todo caso, no son los low los que fallan, lo que falla es su uso, su efectividad en una situación específica bien determinada”. Pero para este antiguo comandante rodriguista hay otro factor que fue determinante. La posibilidad que tuvo el chofer Oscar Carvajal, cabo del Ejército y miembro de la escolta, de sacar el auto de Pinochet desde el lugar de la emboscada. “En realidad –explicó- hubo una débil contención en el lugar. Faltó la contención que hubiera impedido que el dictador saliera de ese lugar y mantenerlo en la mira y con fuego permanente. Son situaciones que se presentan en un escenario de combate”.

De acuerdo al testimonio del Edecán Naval que iba en el auto con Pinochet y del propio cabo Carvajal, así como el de fusileros que participaron en la emboscada, los combatientes del Frente intentaron detener la huida por la retaguardia y se fueron encima del auto del dictador abriendo fuego intenso. Pero el blindaje del vehículo resistió. Y el dictador pudo salir hacia atrás. En todo caso para antiguos jefes del Frente y algunos dirigentes del Partido Comunista –del que dependían los rodriguistas- la operación tuvo una alta calificación en su organización y ejecución, sin bajas ni heridos, con todo el grupo replegado ordenadamente, algo muy raro en la historia de ataques a caravanas de jefes de Estado.

Noticias del MIR

Pero hubo otros episodios que también pudieron afectar el resultado final de la emboscada que planeó el FPMR en contra de Pinochet. Cuando la veintena de combatientes ya estaba instalada en la casa desde donde debían salir al lugar del ataque, llegaron noticias obtenidas de una labor de Inteligencia entre los lugareños de Las Vertientes. Había un grupo de jóvenes en una casa cercana; eran muy serios, salían poco, eran sanos, no hacían fiestas, se veía que estaban muy organizados. Es decir, un perfil prácticamente igual al que tenía el grupo de rodriguistas. Hechos los análisis, se pensó que “el otro grupo de jóvenes” podían ser militantes del MIR ubicados allí con el mismo objetivo: matar a Pinochet. Si era así, ambas operaciones estaban en riesgo.

Pero, finalmente, el Frente contó con información que le permitió saber que el MIR no estaba en eso. De hecho, según revelaron hace un par de años miembros de su dirección, el MIR organizó un atentado contra el dictador entre 1980 y 1983, que básicamente consistía en colocar un autobomba en calle Presidente Errázuriz, donde vía Pinochet y por donde se desplazaba a diario. Lo que sí produjo cambios de planes fue la muerte del ex presidente conservador Jorge Alessandri.

La fecha de la emboscada era el 1 de septiembre de 1986. Pero el 30 de agosto falleció Alessandri, un político de la derecha que apoyó el golpe de Estado y de reconocida postura anticomunista, que gozaba de simpatías en los círculos de la dictadura. Pinochet decidió entonces salir raudo hacia Santiago para estar en el velorio y el comando no pudo actuar. Hubo que esperar una semana más.

Los protagonistas

El grupo de ataque del FPMR se dividió en cuatro unidades. La 501 de Choque, la 502 de Asalto, la 503 de Asalto y la 504 de Retaguardia. Los jefes de la operación fueron Cecilia Magni (Comandante Tamara) a cargo de Logística, Joaquín Valenzuela (Comandante Ernesto) como Jefe Militar de la emboscada y Raúl Pellegrin (Comandante José Miguel) Jefe de la Operación y organizador de todo el plan. La gran mayoría eran hombres y hubo un pequeño grupo de mujeres. Todos con instrucción militar y varios con experiencia de combate o entrenamiento más prolijo. Fueron elegidos por sus condiciones políticas y su destreza militar. A todos se les dijo que era alta la posibilidad de salir muertos de la emboscada.

Según informes, algunos de los miembros del grupo que emboscó a Augusto Pinochet fueron: 1.- Isabel Mayoraz. Prófuga. 2.- Juan Moreno. Detenido y Fugado. 3.- Jorge Angulo. Detenido y Fugado. 4.- Lenin Peralta. Detenido y Fugado. 5.- Víctor Díaz. Detenido y Fugado. 6.- Arnaldo Arenas. Detenido y Fugado. 7.- Mauricio Arenas. Fallecido. 8.- Juan Ordenes. Fallecido. 9.- José Joaquín Valenzuela Levy. Asesinado. 10.- Julio Guerra. Asesinado. 11.- Héctor Maturana. Detenido e Indultado. 12.- Héctor Figueroa. Detenido e Indultado. 13.- Ricardo Contreras. 14.- Cristian Acevedo. 15.- Adriana del Carmen Mendoza. 16.- Alexis Soto. 17.- Patricio Acosta. Asesinado.

Emboscada para la historia

Nadie duda a estas alturas que desde el punto de vista político y militar, la emboscada del 7 de septiembre de 1986 en el Cajón del Maipo quedó en la historia, al menos, de la lucha en contra de la dictadura y de las acciones de mayor envergadura efectuadas por agrupaciones de la izquierda armada en Chile. De acuerdo a versiones extraoficiales, el hecho fue analizado durante algún tiempo por el Grupo Cobra y la Dirección de Inteligencia del Ejército, por el OS-4 de Carabineros, por equipos del Ministerio del Interior de Cuba y por la Estación CIA en Chile.

La operación fue planeada en el contexto de un álgido movimiento social y político antidictatorial, de desarrollo de acciones armadas de distinta intensidad efectuadas a esas alturas principalmente por el Frente y cuando el PC había definido a 1986 como “el año decisivo”. El entonces jefe militar del PC, Guillermo Teillier, explicó que “el atentado a Pinochet fue preparado con precisión”. Contó que, “el mando militar de la operación decidió realizar la acción cuando estimó que tenía pertrechos, el personal y los datos de Inteligencia suficientes para hacerlo”. El combate duró entre ocho y diez minutos.

Las cuatro unidades del Frente se colocaron al lado nororiente de la cuesta y atacaron con los low y fusiles M-16. En el lugar murieron los cabo de Ejército Miguel Ángel Guerrero, Cardenio Hernández, Gerardo Rebolledo y Roberto Rosales y el Cabo de Carabineros Pablo Silva, todos escoltas de Pinochet. Pese a la intensidad de fuego, el chofer del auto del dictador logró retroceder y salir del lugar bajo disparos de fusiles que no lograron traspasar el blindaje. Todos los integrantes del grupo rodriguista salieron ilesos y se desplazaron hacia Santiago.


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