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martes, 22 de agosto de 2017

A 52 AÑOS DE LA FUNDACION DEL MIR: LA RESISTENCIA POPULAR ANTIDICTATORIAL


"QUIÉN HACE REVOLUCIONES A MEDIAS NO HACE SINO CAVAR SU PROPIA TUMBA"

(Conferencia de prensa realizada en octubre de 1973 a Miguel Enríquez, a pocas semanas del Golpe de Estado del 11 de septiembre de ese año. La fuente es el CEDEMA)

Pregunta: A su juicio ¿por qué cayó el gobierno de Chile?

Respuesta: La crisis del sistema de dominación que hacía años venía desarrollándose en Chile, cristalizó en el ascenso al gobierno de la Unidad Popular, agudizando la crisis interburguesa y multiplicando el ascenso del movimiento de masas. Esto generó condiciones que permitían, si se hubiera utilizado el gobierno como instrumento de las luchas de los trabajadores, culminar en la conquista del poder por los trabajadores y en una revolución proletaria. Pero el proyecto reformista que ensayó la UP se encarceló en el orden burgués, no golpeó al conjunto de las clases dominantes, con la esperanza de lograr una alianza con un sector burgués, no se apoyó en la organización revolucionaria de los trabajadores, en sus propios órganos de poder, rechazó la alianza con soldados y suboficiales, y prefirió fortalecerse al interior del aparato del Estado capitalista y en el cuerpo de oficiales de las FFAA buscando sellar una alianza con una fracción burguesa. 


La ilusión reformista, permitió a las clases dominantes fortalecerse en la superestructura del Estado y desde allí iniciar su contraofensiva reaccionaria, primero apoyándose en los gremios empresariales, luego en la pequeña burguesía y finalmente en el cuerpo de oficiales de las FFAA entonces derrocar sanguinariamente al gobierno y reprimir a los trabajadores. La ilusión reformista la pagaron y pagan hoy cruelmente los trabajadores, sus líderes y partidos, que trágica y heroicamente la defendieron hasta el último minuto, confirmando dramáticamente hoy, la frase del revolucionario francés del siglo XVIII Saint Just: "Quién hace revoluciones a medias no hace sino cavar su propia tumba".

P: ¿El fracaso de la izquierda, en su opinión, cancela por un largo período la lucha por el socialismo en Chile?

R: No nos parece el momento de revivir antiguas diferencias en el seno de la izquierda, pero a la vez, nos parece necesario que los trabajadores y la izquierda obtengan todas las enseñanzas que la experiencia chilena entrega, para nunca más incurrir en errores. Por ello preciso: en Chile no ha fracasado la izquierda, ni el socialismo, ni la revolución, ni los trabajadores. En Chile, ha finalizado trágicamente una ilusión reformista de modificar estructuras socioeconómicas y hacer revoluciones con la pasividad y el consentimiento de los afectados: las clases dominantes.

Ahora bien, la lucha lejos de cancelarse, recién comienza. Será larga y dura. El movimiento de masas y la izquierda no han sido aplastados. En las nuevas condiciones, la fortaleza de los trabajadores, del conjunto de la izquierda y de los revolucionarios, primero golpeados, recomponiéndose después, tiende otra vez a acrecentarse, al sumarse ahora sectores de la pequeña burguesía a la lucha contra la dictadura, ayer enardecidos en contra de la UP como reacción a la sangrienta represión fascista de la Junta y frente a las medidas antipopulares y regresivas impuestas por ella. Progresiva, pero sólidamente ahora, irá desarrollándose cada vez más una vasta resistencia popular a la dictadura fascista.

P: La Junta Militar dice haber intervenido después de que dos poderes del Estado declararon ilegítimo al gobierno de Allende, y en prevención a un "plan Z" con el cual la izquierda se proponía exterminar a todos los sectores democráticos, al cuerpo de oficiales e incluso a Allende. ¿Qué dice usted frente a ello?

R: En esas afirmaciones de la Junta Militar está el carácter trágicamente ridículo y bufonesco de la dictadura gorila.

Después de haber bombardeado La Moneda, se preocupan de precisar que éste no es un golpe militar, sino un "pronunciamiento militar" para enseguida agregar que son "instituciones profesionales y no deliberantes". Afirman haber "intervenido" porque así lo exigía un poder del Estado fundamental, el parlamento, para inmediatamente clausurarlo, declaran como su objetivo "restaurar la legalidad" y crean decenas de campos de concentración a lo largo del país donde encarcelan a decenas de miles de chilenos por marxistas. Que el movimiento militar fue para terminar con el sectarismo que ahogaba a Chile, y acto seguido declaran ilegal y persiguen al 44% de la población, que era izquierdista. Que su objetivo es reconstruir la economía del país y lo hacen ametrallando las fábricas y despidiendo a miles de obreros por ser "marxistas".

Afirman haber "intervenido" para prevenir un "plan Z" que quería asesinar a Allende el 19 de septiembre y ellos lo asesinaron por adelantado el 11. Que su acción militar fue para defender los derechos humanos y han fusilado por lo menos a un millar de personas, han causado la muerte de decenas de miles. Que lo fundamental de su acción es defender "los valores nacionales" y para ello hacen piras en las calles quemando libros, asaltan y saquean la casa de Pablo Neruda, intervienen militarmente las universidades y allanan con tropas la casa de Cardenales. Todo esto, según ellos, es por la defensa de los trabajadores y sus conquistas, y primero disuelven sus organizaciones, luego despiden a miles de ellos, suprimen el pago de horas extraordinarias, aumentan el número de horas de trabajo, un verdadero sistema de trabajo forzado, congelan los salarios, aumentan los precios, al menos en Linares devuelven fundos a sus antiguos propietarios y nombran delegados de gobierno en las fábricas del área social, a los antiguos dueños. Afirman buscar las armas de los < extremistas» que hacen peligrar la vida de los ciudadanos y ellos desataron el genocidio en las poblaciones, asentamientos, fábricas y universidades.

Chile es hoy, un país sometido por sus FFAA a un régimen similar al de un país ocupado por Fuerzas Extranjeras. El país bajo "Estado de Sitio", todas las ciudades bajo "toque de queda" Tribunales Militares sin apelación, bajo el Código militar "en tiempo de guerra", encarcelamiento masivo de la población, pogrom (*) contra los extranjeros, etc. El cuerpo de oficiales de las FFAA de Chile ha declarado la guerra al pueblo de Chile. Asistimos en plena década del 70 y en América Latina, a una versión más grotesca y cavernaria aún del fascismo hitleriano.

La diferencia entre estos gorilas fascistas y sus antecesores hitlerianos, si la hay, es que los primeros no tienen el valor de asumir sus crímenes y buscan encubrirlos detrás de falsedades y montajes publicitarios como el "plan Z" o mascaradas histriónicas de legalidad.

P: ¿Cuál es, a su juicio, la perspectiva de este gobierno?

R: No será duradera. Chile no tiene una burguesía industrial pujante y expansionista como la alemana de décadas pasadas, ni tiene el potencial económico del Brasil. Las condiciones mundiales y latinoamericanas de esta década no son las mismas que las de décadas pasadas; hoy está fortalecido el campo socialista, el pueblo indochino ha infligido importantes derrotas al imperialismo en Vietnam, Laos y Camboya, la Revolución Cubana se ha consolidado en América Latina, la crisis interburguesa norteamericana y latinoamericana es cada vez mayor, el movimiento de masas va en ascenso en América Latina y es aún poderoso en Chile. La dictadura fascista chilena irá cada vez más manchando sus manos con sangre, cada vez irá tomando medidas más represivas y antipopulares, aumentará sus ya grandes contradicciones internas y de la Junta con otros sectores burgueses; a la vez que se irá fortaleciendo la RESISTENCIA POPULAR a la dictadura entre los trabajadores, lo que terminará por derrumbar la dictadura. Entonces, habiendo pasado la clase obrera y el pueblo por la más dramática escuela política: El conocimiento de la guerra de hierro de la dictadura burguesa imperialista, serán restauradas las libertades democráticas y se abrirá paso a un verdadero proceso revolucionario obrero y campesino.

P: A su juicio y según sus informaciones, ¿participaron o no los EE.UU. en este pronunciamiento militar, como se afirma?

R: Un mes antes del golpe de Estado denunciamos por cadena nacional de radios la participación de un miembro de la embajada norteamericana en una reunión en un crucero de la Armada en el puerto de Arica, el 20 de mayo de este año a la 1 A.M., con todo el Alto Mando Naval y varios oficiales de alta graduación del Ejército de las divisiones del Norte, y luego, en los meses de junio y julio en cada barco de la Escuadra se embarcó un oficial de la inteligencia militar norteamericana, lo que jamás fue desmentido por la Armada.

Cada paso de la conspiración reaccionaria fue dirigido y planeado por la misión militar brasileña y la inteligencia naval norteamericana.

P: ¿Qué tarea se proponen ustedes en la actual situación?

R: Sólo en general: Unir a toda la izquierda y a todo sector democrático dispuestos a impulsar la lucha contra la dictadura, reorganizar el movimiento de masas en nuevas formas y desarrollar la Resistencia Popular a la Dictadura en todas sus formas a lo largo del país.

Quienes declararon la guerra fueron los altos oficiales fascistas de las FFAA y no nosotros. Ellos han puesto, las reglas del juego. Han llegado al extremo de establecer una norma, la más sanguinaria y no establecida en ningún tipo de guerra: todo el que resiste es ejecutado, que en otras palabras no es sino una guerra a muerte, una guerra sin prisioneros. Será una lucha larga y difícil pero con certeza la clase obrera y el pueblo, con sus vanguardias a la cabeza, triunfarán. Muchos ya han caído y seguirán cayendo, pero han sido y serán reemplazados, la lucha no terminará hasta no derribar la Junta fascista, restaurar las libertades democráticas y abrir paso a un proceso revolucionario obrero y campesino.

P: ¿Cuál es su apreciación de la solidaridad internacional que ha recibido la izquierda chilena y qué tareas ustedes le pedirían a los que fuera de Chile quisieran ayudarles?

R: La solidaridad internacional ha sido fundamental. El hecho de que distintos y numerosos países hayan rechazado el golpe de Estado, que sectores democráticos y revolucionarios de todo el mundo se hayan movilizado en contra del fascismo chileno, ha sido de enorme ayuda. En especial ha sido importante la solidaridad del campo socialista y de la Revolución Cubana. De sectores democráticos y revolucionarios europeos, como de los distintos sectores latinoamericanos y particularmente el del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de Argentina, del Movimiento de Liberación Tupamaros (M.L.N.T.) de Uruguay y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) Boliviano.

La presión internacional, agudiza las contradicciones internas de la junta fascista y de ella con otros sectores, a la vez que logra neutralizar al menos algunas de sus aristas más sanguinarias y brutales. En cuanto a qué se puede hacer en el exterior por la lucha antigorila y antifascista en Chile, todo es útil: difundir al máximo los crímenes y las bestialidades del régimen, promover el apoyo político y material para la Resistencia, extender los mítines de protesta, multiplicar las campañas de solidaridad; en la medida de lo posible impedir que más gobiernos reconozcan al fascismo chileno, y en la medida de lo posible, impulsar el sabotaje exterior a la Junta fascista: no descargar en los puertos barcos chilenos y otras medidas. Hoy, una de las tareas prioritarias es exigir que no se ejecute y se libere de inmediato al Secretario General del PC chileno Luis Corvalán, en este momento encarcelado, y exigir que se ponga fin a las ejecuciones y torturas a los detenidos.

P: ¿Desea usted agregar algo?

R: Sí; hoy, en el día del guerrillero heroico, rendir un homenaje en primer lugar a Salvador Allende, que entregó su vida defendiendo sus convicciones y a los miles de héroes y mártires que en calles, plazas, fábricas, pobladores y campos de Chile, de todas las organizaciones de izquierda y a los trabajadores que derraman su sangre, combatiendo al fascismo, y a los que siguen cayendo o son hoy torturados. En especial, rendir un homenaje al miembro del Comité Central y fundador del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Jefe del Comité Regional de Valdivia, de 24 años Fernando Krauss y a nuestro militante y jefe del Comité Local de Panguipulli, José Gregorio Liendo, fusilados hace unos días por los gorilas fascistas en la Provincia de Valdivia, zona en la cual la resistencia armada en el campo continúa.
 (*) POGROMO: (Del ruso pogrom, devastación, destrucción) m. Matanza y robo de gente indefensa por una multitud enfurecida; en especial asalto a las juderías con matanza de habitantes suyos. (dicc. RAE)
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¿QUÉ ES EL MIR?

(Corresponde a fragmentos de la versión original del documento que hizo circular la Comisión Política del MIR en la clandestinidad, al interior de Chile, en diciembre de 1974. En 1981, se escribió una segunda versión de este documento y que fue elaborada por la Escuela Central "Miguel Enríquez", bajo la conducción de la Comisión Política. La fuente es el Centro de Estudios Miguel Enríquez)

I
EL MIR, DESTACAMENTO DE VANGUARDIA EN LA LUCHA CONTRA LA DICTADURA GORILA

La dictadura lleva ya más de 15 meses oprimiendo al pueblo trabajador chileno. Día a día suma nuevos crímenes en contra del pueblo, aumenta sin pausa las ganancias de los dueños del poder y la riqueza, hunde en la miseria a cientos de miles de chilenos, llena los bolsillos de los altos oficiales y de todos los lacayos y de la burguesía que participan del gobierno, miente y calumnia, explota y oprime, tortura y asesina.

Frente a ella el pueblo trabajador chileno, con la clase obrera a la cabeza, ha comenzado a desarrollar una dura y prolongada lucha que sólo puede terminar con el derrocamiento de la dictadura, el restablecimiento de los derechos humanos, la recuperación de las conquistas de los trabajadores, el castigo de los criminales, y el establecimiento de un nuevo gobierno que represente los intereses de todos los sectores sociales y que luchen decididamente por derribar a esta dictadura criminal y opresora.

Y esa lucha del pueblo trabajador, de los explotados y oprimidos, ha tenido en la primera línea de fuego a un puñado de hombres y mujeres surgidos del seno mismo de la clase trabajadora chilena, fogueados en el combate cotidiano de las clases y capas explotadas, a los miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, el MIR.

Día a día la dictadura anuncia haber destruido al MIR, día a día miente y trata de engañar. Día a día expresa que el MIR ya no tiene dirigentes, que todos han sido muertos o apresados, que el resto huye dejando a las masas trabajadoras abandonadas a su suerte.

Los gorilas confunden sus deseos con la realidad y tratan de ocultar la realidad con palabras. Es verdad que muchos y valiosos miembros del MIR han sido asesinados por la dictadura; es verdad también que muchos otros han sido apresados y son cruelmente torturados; también es verdad que unos pocos de nuestros miembros han sido incapaces de soportar los riesgos y los rigores de la lucha clandestina y se han convertido en desertores, se han asilado traicionando la causa de la clase obrera y explotados chilenos. Pero a pesar de eso el MIR sigue existiendo e incluso sigue creciendo; cientos y miles de trabajadores de vanguardia se han incorporado a nuestro Partido después del golpe gorila; día a día la clase obrera entrega al Partido sus mejores cuadros.

Así es la historia de los partidos revolucionarios y de las luchas revolucionarias del proletariado. Llevan momentos en que caen muchos de los valiosos cuadros del Partido; pero si su labor ha sido efectiva, si su vida ha sido consagrada a crear una organización verdaderamente revolucionaria, entonces, su muerte en vez de producir el retroceso y el desánimo sirve de acicate a cientos y cientos de trabajadores de vanguardia que toman la bandera del camarada caído levantándola más en alto en un reto decidido a la burguesía y sus perros de presa.

Mártires y héroes de la clase obrera y del pueblo trabajador chileno, ejemplo glorioso para los pueblos de América y del mundo; la sangre de los miembros del MIR riega, junto a la sangre de miles de obreros, campesinos, empleados, mujeres, jóvenes y niños, las calles y campos de Chile.

Cientos de miles de hombres, mujeres y jóvenes de nuestro pueblo ven con claridad en el MIR el camino más certero en la lucha por derribar el gorilaje y desean saber cómo pueden ellos también incorporarse a la lucha y ocupar el lugar dejado por los camaradas caídos en las filas de los revolucionarios.
(…)
II
DIEZ AÑOS EN LAS LUCHAS DEL PUEBLO

El MIR es una organización joven. Fue formada en agosto de 1965 como resumen de una lucha iniciada desde 1962 por un grupo de camaradas jóvenes que buscaban dar vida a una organización revolucionaria.

Encabezados por el camarada Miguel Enríquez, un grupo de jóvenes en su mayoría estudiantes, junto con una también pequeña organización formada por cuadros que habían sostenido durante toda su vida posiciones revolucionarias en el seno de los partidos de izquierda tradicional, dieron nacimiento al MIR el 15 de Agosto de 1965.
(…)

Pero lo fundamental que aportó la nueva organización fue el hecho de que se concebía como el núcleo revolucionario a partir del cual se podría desarrollar el Partido revolucionario del proletariado chileno, herramienta indispensable para lograr el éxito de las luchas de las masas trabajadoras.

Hasta entonces todos los sectores que planteaban posiciones revolucionarias en la izquierda chilena atribuían la política del PS a una supuesta mala intención o incapacidad de los dirigentes de esos partidos; se negaban a comprender que la política del reformismo y el centrismo y su incapacidad para ponerse al frente de las luchas más decididas de las masas no obedecían a defectos personales de sus militantes sino a una historia de casi cincuenta años de lucha legal e institucional de la clase obrera y del pueblo de Chile, de subordinación del partido obrero a la política internacional de la Unión Soviética.

El MIR (y el mérito fundamental de esto corresponde al camarada Miguel Enríquez) supo comprender que en esas condiciones la lucha en el interior de los partidos tradicionales terminaba reduciéndose a estériles luchas personales y al surgimiento de caudillismo que en nada ayudaban a la causa de la clase obrera. En Chile, como en la mayoría de los lugares en que se ha conquistado el poder por el proletariado, era preciso separar tajantemente las aguas entre los revolucionarios y los no revolucionarios; constituir una organización revolucionaria de vanguardia ligada a las masas, disciplinada, combativa, formada por cuadros escogidos y de carácter internacional; y sólo a partir de allí buscar la unidad de acción con los sectores no revolucionarios.

Comenzaba así el largo camino de la construcción del Partido revolucionario del proletariado chileno.
(…)

Durante los tres años de gobierno de izquierda el MIR creció y se fortaleció en el seno de las masas; prendió en la clase obrera, estuvo a la cabeza de las movilizaciones campesinas, se constituyó en una organización revolucionaria presente en todo el país a la cabeza de las movilizaciones más radicales de la clase obrera y el pueblo; discutió y denunció todos los errores del Gobierno de la misma forma como aplaudió y apoyó todas las medidas que beneficiaron a los trabajadores; se preocupó preferentemente por mejorar la organización y combatividad del proletariado y las masas trabajadoras no proletarias; levantó una plataforma de lucha (El programa del pueblo) que representaba fielmente las aspiraciones y reivindicaciones inmediatas de la clase obrera y de todo el pueblo y que fue un instrumento poderoso para guiar la lucha y organización cada vez más adecuadas; en fin, hizo todo lo que fue posible por aumentar la fuerza del pueblo, mejorar su organización, desarrollar su conciencia de clase, multiplicar su capacidad combativa.

Pero la influencia del reformismo obrero (PC fundamentalmente) y el centrismo de izquierda (especialmente el PS) en el seno de las masas populares chilenas era aún demasiado grande, y a pesar de los esfuerzos del MIR y de los sectores de vanguardia del proletariado y el pueblo, el gobierno del compañero Allende tuvo un sello marcadamente reformista.

Así, el gobierno de izquierda en lugar de impulsar en forma decidida la movilización independiente de la clase obrera y el pueblo, hizo concesiones al enemigo, frenó la actividad de las masas buscó una alianza con un sector de la burguesía (el PDC), incorporó a las Fuerzas Armadas al Gobierno, e incluso reprimió en ocasiones las movilizaciones populares.

La política reformista del gobierno del compañero Allende no pudo, de este modo, lograr la unidad del conjunto del pueblo. Primero, porque en la medida que buscaba la alianza con sectores burgueses y frenaba la movilización independiente del pueblo, estaba legitimando ante los sectores más atrasados de las masas a esas fracciones burguesas que continuaron teniendo influencia en los medios populares más atrasados (sectores campesinos, sectores de capas medias, sectores poblacionales, mujeres, incluso algunos sectores obreros, que continuaron apoyando al PDC). Segundo, porque en la misma medida en que se resistía a impulsar una ofensiva decidida contra el conjunto de la reacción, la burguesía tuvo las manos libres para el más descarado sabotaje económico, propiciar el mercado negro, etc. todo lo cual impedía ganar para la causa del pueblo a extensos sectores de las capas medias que se vieron afectados por esa situación económica.

De este modo, el pueblo no pudo encontrar por completo su unidad en los tres años de gobierno de izquierda y se encontraba en situación de debilidad frente a la reacción burguesa que actuaba cada día más unida.

A esto hay que sumar el hecho de que en el transcurso de esos años las masas populares hicieron la triste experiencia de que sus direcciones tradicionales (los partidos del gobierno) eran incapaces de ponerse a la cabeza de las movilizaciones más radicales de la clase obrera y el pueblo; situación que quedó demostrada con creces entre junio y agosto de 1973 cuando mientras en todo Chile el pueblo desarrollaba una decidida movilización en contra de la ofensiva burguesa, generaba los gérmenes de un poder alternativo y buscaba por todos los medios posibles pasar a la contra ofensiva, sus direcciones nacionales buscaban la conciliación y el compromiso, ofrecían garantía a la burguesía, incorporaban al gobierno a las Fuerzas Armadas que ya estaban de lleno en los preparativos golpistas e incluso estaban dispuestos a ofrecer la renuncia del compañero Presidente.

Estas contradicciones entre el Gobierno y los partidos de Gobierno, por una parte, y el proletariado y las masas populares por otra, debilitaron la fuerza del pueblo y de la izquierda e impidieron resistir de mejor manera la ofensiva reaccionaria y el golpe militar gorila. Y aunque el MIR desarrollaba una política correcta que permitía entregar mayor fuerza a las masas para resistir la ofensiva reaccionaria, era un partido pequeño e incapaz de asumir en todos los frentes, en todas las fábricas, fundos, poblaciones, escuelas, oficinas, empresas y regimientos de Chile, la tarea de reemplazar a las viejas conducciones políticas que se habían demostrado incapaces de ponerse al frente de las masas en sus batallas decisivas.

Triunfantes las fuerzas reaccionarias y golpistas, el MIR demostró que había logrado convertirse en una organización revolucionaria madura, con un buen grado de desarrollo en el seno de las masas, con una política correcta, con una experiencia de combate amplia y con miembros decididos a entregar cada minuto de su vida, e incluso morir, por la causa del pueblo y de la clase obrera.

En campos y ciudades, en poblaciones y fábricas, en todo Chile, los miembros del MIR estuvieron días, semanas, e incluso meses a la cabeza de la resistencia armada contra el establecimiento de la dictadura; fue la única organización de la izquierda que siguió funcionando desde los primeros días del golpe y dirigiendo la retirada de las fuerzas obreras y populares. Fue la única organización de izquierda que tomó la decisión de quedarse en Chile para correr la suerte de las masas, ponerse a la frente de su proceso de reorganización y reanimación, encabezar la lucha contra la dictadura.

En más de quince meses de dictadura el MIR ha recibido muchos y muy dolorosos golpes. Nuestro fundador, forjador y Secretario general, camarada Miguel Enríquez, cayó en combate contra las fuerzas represivas, varios miembros de la Comisión Política de nuestro partido han sido apresados e incluso asesinados durante la tortura; decenas de cuadros y militantes han sido muertos o apresados.

Y también hay que contar con otras bajas; las de los desertores del partido y traidores a la causa de la clase obrera; los que incapaces de soportar los riesgos y los sacrificios de la lucha revolucionaria clandestina han huido o se han asilado; son pocos en número y reciben el repudio unánime del partido y de la clase obrera chilena.

Pero a pesar de los golpes y las deserciones, el MIR ha sido la organización de izquierda que ha desarrollado bajo la dictadura el más amplio y efectivo trabajo de masas, se ha fortalecido internamente, ha ganado para sus filas a los mejores cuadros de la clase obrera y de la izquierda tradicional, ha encabezado y orientado el proceso de reanimación y reorganización de la clase obrera y el pueblo, ha levantado una Plataforma de Lucha para el período que es reconocida como propia por todo el pueblo chileno, se ha convertido en las más sólida esperanza del proletariado y las masas trabajadoras no proletarias, y en el enemigo implacable de la dictadura y la reacción.

La dictadura, como es lógico, oculta nuestros éxitos y nuestros avances, y da publicidad a cada uno de los golpes que logra asestarnos e incluso se inventa éxitos en su lucha contra el MIR. Pero los trabajadores saben por su propia experiencia que el MIR sigue presente en los más diversos frentes, que puede crecer y desarrollarse a pesar de los golpes recibidos precisamente porque cada camarada caído es reemplazado por decenas y cientos de los mejores hijos de la clase obrera y el pueblo, que se incorporan a nuestras filas y emprenden la tarea gloriosa de convertir al MIR en el Partido revolucionario del proletariado chileno que podrá llevar hasta el final la lucha por el derrocamiento de la dictadura, primero, y de toda forma de dominación burguesa, después.
(…)
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PAUTA DEL MIR PARA UNIR FUERZAS DISPUESTAS A IMPULSAR LA LUCHA CONTRA LA DICTADURA

(Comunicado del MIR. La fuente es el CEDEMA)

17 de febrero de 1974

Recientemente entregamos a todas las fuerzas políticas susceptibles de llegar a una alianza, un extracto de un documento interno nuestro, donde precisamos en general nuestra apreciación acerca de la situación actual, sus causas y nuestra táctica.

Hoy, con el objetivo de acelerar el proceso de unidad de las fuerzas políticas, que facilitará la unidad de la clase obrera y del pueblo contra la dictadura gorila, resumimos y precisamos nuestra proposición de lo que nos parece fundamental para una alianza del tipo que proponemos.

Estamos ciertos que con lo planteado en nuestro documento interno, hay distintos aspectos acerca de los cuales existen hoy diferencias de diverso calibre con las fuerzas políticas, a las cuales hicimos entrega de él. Pero a la vez, estamos seguros que por encima de ellas, existen suficientes puntos de acuerdo para lograr la unidad entre nosotros, la que no sólo es posible si no además imprescindible.

En esta pauta precisamos los aspectos que nos parecen fundamentales en ella, y sobre los cuales proponemos centrar la discusión y el acuerdo.

I. SITUACION.

1) Vivimos un grado de contrarrevolución burguesa que asume la forma de dictadura gorila, que expresando los intereses del imperialismo y la gran burguesía ha abolido las libertades democráticas, ha instaurado en Chile un régimen de superexplotación del trabajo y ha reiniciado un proceso de desnacionalización de nuestra economía.

2) La clase obrera y el pueblo, han sido golpeadas duramente y puestos en repliegue. Han sido disueltas sus organizaciones y han sido arrancadas a sangre y fuego la mayor parte de sus conquistas; en todos los terrenos, el movimiento de masas y la izquierda, han sido y son brutalmente reprimidos.

3) La tarea fundamental es generar un ancho bloque social que desarrolle la lucha contra la dictadura gorila, hasta derrocarla. Para ello es necesario unir al conjunto del pueblo en la lucha contra ella, y, a su vez, es necesario estratégicamente alcanzar el máximo grado de unidad posible entre todas las fuerzas políticas de la izquierda y progresistas dispuestas a impulsar la lucha contra la dictadura gorila.

II. EL FRENTE POLITICO DE LA RESISTENCIA.

1) Lo entendemos como el máximo grado de unidad que hoy es posible concretar entre los partidos de la UP, los sectores del PDC dispuestos a combatir la dictadura gorila y el MIR.

2) Si su necesidad estratégica es clara, sus ventajas inmediatas y concretas son: la inmediata reanimación y cohesión del movimiento de masas que generaría su fortalecimiento evidente, que aparejaría la conducción y unidad del trabajo de las fuerzas políticas en los distintos terrenos en que éstas se concretarán; y la multiplicación de la solidaridad internacional.

3) La plataforma inmediata alrededor de la cual hoy es posible y necesario constituir este frente, sería aquella que levantara como objetivos (cuyo contenido detallado precisaríamos de conjunto más adelante):

a) La unidad de todo el pueblo contra la dictadura gorila.
b) La lucha por la restauración de las libertades democráticas.
c) La defensa del nivel de vida de las masas.

4) En las actuales condiciones este frente necesariamente debería constituirse a nivel nacional, provincial y especialmente comunal y de base.

5) Al interior del Frente Político de la Resistencia, las organizaciones políticas conservarían su independencia orgánica y de propaganda; la libertad de crítica en los niveles que la alianza por su carácter permita, y la posibilidad del estrechamiento de las relaciones entre las distintas fuerzas en forma bilateral.

III. EL MOVIMIENTO DE RESISTENCIA POPULAR.

1) En las condiciones actuales, a nivel de masas, no tendrá sentido un frente político que no se sustente en un amplio movimiento de masas, que vaya más allá de los partidos políticos.

2) Nos parece imprescindible la formación "por abajo" de un amplio movimiento, que abra cause a la incorporación en la base, de los cada vez más numerosos contingentes de sectores del pueblo, que sin pertenecer a los partidos políticos del frente, están e irán crecientemente transformando su descontento e ira contenida contra la dictadura y su política, en disposición a incorporarse a la lucha, sin por ello hacerlo a los partidos políticos.

Es hoy una realidad la existencia de un ancho sector del pueblo, que sin identificarse con los partidos que gobernaron Chile en el pasado reciente, ni con sectores del PDC, ni con el MIR, crece cada vez más en magnitud y en oposición a la dictadura y progresivamente desarrollará su disposición a incorporarse a la lucha contra la dictadura gorila. No abrirles un cauce, o encarcelarlos en la sola posibilidad de incorporarse a los partidos políticos, será en la práctica marginarlos de la lucha.

3) Para ello proponemos la constitución del Movimiento de Resistencia Popular, al que pueden incorporarse todos los sectores del pueblo que sustenten su plataforma (la misma del frente político) sean o no militantes de los partidos del frente; que en la base, en cada fábrica, fundo, población, liceo, universidad, oficina pública, etc. tome la forma de Comité de Resistencia Popular (estructurándose de acuerdo a su desarrollo comunal, provincial y nacionalmente).

4) Por estos objetivos y bajo esta forma orgánica, no apreciamos elementos que puedan impedir o postergar indefinidamente la unidad que todos decimos buscar, cuestión que en los niveles posibles de alcanzar en el exterior se avanzó enormemente, con el llamamiento unitario suscrito por toda la izquierda en Roma, hace ya meses.

Con el fin de alcanzar la unidad, que estamos convencidos es imprescindible para combatir la dictadura gorila, estamos dispuestos a hacer todos los esfuerzos necesarios.

COMISION POLITICA
MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA, MIR.
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A CONVERTIR EL ODIO E INDIGNACION EN ORGANIZACION DE LA RESISTENCIA

Comunicado del MIR, 10 de octubre de 1974 (*)

La violenta represión de que hizo gala el golpe militar chileno —la más brutal de que se tenga noticia en América Latina— se explica precisamente por la capacidad de resistencia que le ofrece una clase obrera con un elevado grado de conciencia y organización, un movimiento de masas en efervescencia y en pleno desarrollo, una izquierda amplia y sólidamente implantada en el pueblo y, en el seno de ésta, una vanguardia revolucionaria ya cristalizada: el MIR.

Los errores y debilidades del reformismo influyeron considerablemente para impedir que esa capacidad de resistencia se ejerciera en toda su plenitud y frustrara la ofensiva reaccionaria que culminó el 11 de septiembre de 1973. Pero aun la represión sin límites de los primeros meses, que convirtió a Chile en una Indonesia, no fue capaz de quebrarla. Esa capacidad de resistencia seguirá siendo una realidad y lo será hasta que se le rompa lo que constituye su espina dorsal: la izquierda, y particularmente la izquierda revolucionaria.

Fue esta la razón por la cual, en diciembre pasado, bajo la asesoría de la CIA y de especialistas brasileños, la dictadura gorila se dotó de un aparato represivo más eficaz, del cual es expresión la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), y se trazó un plan de acción para liquidar las fuerzas de izquierda (v. Correo de la Resistencia Núm. l). Dicho plan contemplaba una primera fase de control de la izquierda, hasta mediados de marzo, seguida de una fase de represión masiva sobre la población, que incluía rastrillos en zonas urbanas, controles callejeros, allanamientos, uso indiscriminado de la tortura, etc. De esta manera, la Junta gorila esperaba llegar, entre julio y agosto, a una situación de total liquidación de las fuerzas de izquierda y presentar, en su primer aniversario, el 11 de septiembre, un país “saneado”, que le permitiera atenuar las medidas masivas de represión y mantener exclusivamente aquéllas de orden selectivo.

El MIR y la Resistencia

Este plan se ha ido cumpliendo, con algunos éxitos parciales para la dictadura. Sin embargo, ésta llega al periodo julio-agosto infinitamente lejos de los objetivos que se había propuesto y no sólo tiene que seguir intensificando la represión masiva, sino que, al conmemorar el primer aniversario del baño de sangre a que sometió al país, no puede sino tomar una medida demagógica: el levantamiento del “estado de guerra interno”, sustituyéndolo por el cuarto grado del estado de sitio, es decir, el “estado de defensa interno”. Sigue el toque de queda, siguen los allanamientos, la tortura, los rastrillos.

La explicación de este hecho está en el mismo orden de ideas que explica la violencia del golpe: la capacidad de resistencia de las masas chilenas no sólo se ha mantenido sino que se ha expresado en nuevas formas de organización y de lucha. Creados desde la base, han surgido los Comités de Resistencia, que agrupan a los militantes de izquierda y a los trabajadores sin partido, y que se multiplican en progresión geométrica, pasando de las poblaciones a las fábricas e implantándose hoy día sólidamente en la gran industria. La clase obrera y el pueblo han encontrado en ellos el instrumento que necesitaban para desarrollar su disposición de lucha contra la dictadura y a esto se debe, principalmente, el sabotaje, la propaganda a través de las estampillas, los rayados, los mítines-relámpago, los paros de trabajo y demás formas de lucha que aumentan día a día en todo Chile.

El Movimiento de Resistencia Popular es ya una realidad y su gran impulsor ha sido el MIR. Es natural por tanto que sobre el MIR se haya centrado la saña de la represión, que sus militantes, cuando caen presos, sean torturados y asesinados, que la dictadura se esfuerce desesperadamente por desarticularlo y desarmarlo. Sin embargo, cada golpe recibido —el arresto y la tortura de Bautista Van Schowen en diciembre, de Roberto Moreno y Arturo Villavela en abril— no sólo han tensado las energías del MIR, sino que lo han hecho redoblar sus actividades y lo han convertido definitivamente en el enemigo número uno del régimen.

Muere un revolucionario

En una operación rutinaria de rastrillo, la dictadura acaba de lograr un triunfo inesperado: la muerte de Miguel Enríquez, Secretario General del Partido.

Los gorilas y sus asesores norteamericanos y brasileños se dan cuenta de la importancia de este hecho. Fundador y dirigente del MIR, Miguel Enríquez asume definitivamente su dirección en 1969, al depurarse la organización de los elementos que trababan su desarrollo. Es bajo su conducción que el MIR hace su primera experiencia en clandestinidad, al constituirse en objeto de persecución del gobierno pro-imperialista de Eduardo Frei, y es también por esa época cuando inicia el desarrollo efectivo de sus aparatos armados, llevando a cabo por primera vez en Chile, en forma sistemática, actos que introducían la violencia revolucionaria en el sistema parlamentario burgués vigente.

Miguel Enríquez no era tan sólo un organizador: dominaba también, como pocos dirigentes revolucionarios latinoamericanos lo han hecho, el arte de la estrategia y de la táctica. A él, más que a cualquier otro dirigente del MIR, se debe el hecho de que éste haya sabido adaptarse con relativa rapidez a los cambios que significaron para Chile el ascenso al gobierno de Salvador Allende, sin que la organización pasara por ningún tipo de crisis. En el momento en que las demás fuerzas de la izquierda revolucionaria se disolvían o entraban en franca regresión, al no saber cómo enfrentar la situación creada por la formación de un gobierno de izquierda, el MIR se lanza a su fase de pleno desarrollo, que lo conduciría por la senda que Miguel Enríquez y sus camaradas habían buscado desde un principio: su conversión en un verdadero partido, enraizado en las masas y capaz de plantearse como objetivo la disputa del movimiento obrero a la conducción reformista que pesaba sobre éste desde hacía décadas.

El MIR como partido

La idea del Partido no se confundía, a los ojos de Miguel Enríquez, con la de un movimiento inorgánico, incapaz de constituirse en la verdadera vanguardia de la clase obrera chilena. Marxista-leninista antes que nada, pero marxista-leninista en la América Latina de los años setenta, su visión del partido era, por un lado, la formación de una sólida estructura, desde el punto de vista orgánico, político y militar, y, por el otro, la de una estrecha vinculación entre esa estructura de revolucionarios profesionales y las amplias masas trabajadoras de la ciudad y del campo.

Hubo quien criticó al MIR durante el período de la Unidad Popular por el hecho de que “no se abrió ampliamente a las masas”, adoptando una política de reclutamiento indiscriminado, instalando comités locales por doquier, funcionando, en suma, en plena legalidad. En efecto, bajo la conducción de Miguel Enríquez, el MIR se ganó una base de masas significativa, pero no renunció a la combinación de estructuras legales y clandestinas ni mucho menos al desarrollo de sus aparatos armados.

Lo que para los críticos de ayer (y lo deben de saber hoy, cuando han visto sus estructuras legales derribarse como castillos de arena ante la furia gorila), constituía un error, fue el mayor acierto que haya tenido una organización en Chile. Ello fue —y lo fue precisamente porque el MIR disponía de una visión estratégica y táctica que le imponía ese estilo de desarrollo orgánico— lo que permitió al Partido constituirse desde el 11 de septiembre en el alma de la Resistencia Popular, impulsar en ella las formas orgánicas y los métodos de lucha adecuados para el periodo y lograr —hecho único en América Latina— que, bajo una dictadura gorila, el movimiento de masas pudiera no sólo reorganizarse sino avanzar en materia de conciencia. Para aquellos sectores sometidos a la influencia del MIR, sectores que son cada vez más amplios y decisivos para la lucha revolucionaria, esa conciencia apunta sin vacilaciones hacia el objetivo que inspira todo movimiento de masas vanguardizado por una clase obrera consciente: la revolución proletaria y socialista.

La obra de Miguel Enríquez

Se entiende, por lo tanto, la satisfacción de la represión gorila. Se entiende también que, a través de comunicados sucesivos, en que anuncia asilos en masa de militantes del MIR, trate de sacar provecho de esa victoria inesperada y desarmar con ello al Partido.

Lo que no entiende, lo que no sabe la dictadura gorila, es que la obra de Miguel Enríquez ha avanzado mucho más que lo que ella supone. Lo que ignoran los gorilas es que Miguel Enríquez y sus camaradas han logrado construir realmente el Partido que querían y que un partido de esa naturaleza no sólo resiste a los golpes que sufre, sino que saca de ellos más fuerza y disposición de lucha. Esto es particularmente. válido en el caso de la muerte de Miguel Enríquez, de esa muerte que era la única digna de él: la que se logra peleando, con las armas en la mano, contra los opresores del pueblo.

Es justamente porque era el líder máximo e indiscutido del Partido que su muerte representa para éste un nuevo factor de fortalecimiento y de desarrollo. Desaparecido aquel que encarnaba a los ojos de cada militante el Partido mismo, que era su representación visible y palpable, la militancia del MIR se ve forzada a dar un paso adelante y asirse al Partido en tanto que tal, a su disciplina, a su estrategia y táctica, a su papel como vanguardia obrera revolucionaria.

Y no le es difícil dar ese paso. Porque, más allá de todos sus méritos: su inteligencia y valentía, su dedicación incansable a la causa de la revolución proletaria, su visión internacionalista que lo convirtió en el gran impulsor de la Junta de Coordinación Revolucionaria del Cono Sur, más allá de su calidad humana que hacía de él un dirigente pero también un verdadero compañero, más allá de todo esto, el mérito mayor de Miguel Enríquez es el de dejar tras de sí un partido. Es decir, cuadros dirigentes capaces de sucederle, cuadros medios y de base templados en la ideología proletaria y en la práctica revolucionaria de todos los días, una imagen de aciertos tácticos y estratégicos a los ojos de las masas, un ejemplo de lucha que encuentra la más plena expresión en su propia muerte.

¡Hasta la Victoria Siempre!

El MIR de Miguel Enríquez, el partido revolucionario del proletariado que él supo crear, es hoy una realidad que va más allá de sí mismo, es un instrumento de lucha —el instrumento de lucha— al cual no renunciará la clase obrera y el pueblo de Chile.

Los gorilas que se han adueñado del poder, el gran capital nacional y extranjero a quien ellos sirven, no tienen en realidad ningún motivo para cantar victoria. Todo lo contrario, han obligado al MIR a dar sin paso adelante, lo han forzado a cerrar filas en torno a su ideal de Partido y a unirse aún más a las clases explotadas, las mismas que, con el estandarte de guerra que les ha legado Miguel Enríquez, tal como lo hizo el Che, los derribarán del poder, liquidarán pieza por pieza el sistema que ellos han implantado, sobre la base de la superexplotación de los trabajadores y del estrujamiento del consumidor, para construir sobre sus ruinas la democracia proletaria por la cual luchó y murió Miguel Enríquez.

¡LA RESISTENCIA POPULAR VENCERA!

Miguel Enríquez
Secretario General del MIR

(*) Correo de la Resistencia, órgano del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile en el exterior, número 3-4, septiembre-octubre de 1974.
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JUNTA DE COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA: ORÍGENES Y PERSPECTIVAS

Febrero de 1975 (*)

Importantes experiencias iniciadas con una gran victoria: la revolución cubana, y jalonadas por dolorosas derrotas, vivió la vanguardia revolucionaria latinoamericana en la década del '60. Nuestros pueblos, vigorizados por el formidable éxito del heroico pueblo cubano, iniciaron un proceso, general de auge antiimperialista y revolucionario en busca de una solución definitiva para la crítica situación económico-social, producto de la explotación imperialista. Heroicas vanguardias no vacilaron en colocarse a la cabeza de esas luchas, no vacilaron en sobrepasar las estériles concepciones reformistas, y se lanzaron decididamente por el camino de la lucha armada. Pero nuestra juventud e inmadurez, graves déficit ideológicos y clasistas, impidieron a esa vanguardia combatiente encontrar el sendero de la guerra revolucionaria. Así, extraviados en la maraña, no supimos dirigir correctamente a nuestros pueblos en la difícil tarea revolucionaria. Pero no nos desanimamos. Los supervivientes de esas luchas y, principalmente, las nuevas camadas de revolucionarios que acudieron a nuestras trincheras afirmaron su determinación a combatir y vencer, galvanizados por el ejemplo heroico de los precursores principalmente por la gloriosa epopeya del comandante Guevara, reflexionaron autocríticamente sobre las experiencias, y tomaron con avidez y seriedad el estudio de la experiencia del proletariado internacional. Así se abrió el pensamiento revolucionario latinoamericano para que se Filtrara a raudales la límpida luz marxista leninista, portada principalmente por los textos de Lenin y de los revolucionarios vietnamitas.

De esa manera, la continuidad del despertar revolucionario de la década del '60 cobra nuevo ímpetu y perspectivas con la maduración de su vanguardia, en el marco de una situación económico-social extremadamente crítica para el imperialismo, que sostiene sólidamente los avances revolucionarios.

Tal es el marco en que nace la Junta de Coordinación Revolucionaria. A 1968 se remontan los antecedentes de la colaboración mutua entre las cuatro organizaciones que hoy integran la Junta de Coordinación Revolucionaria. Hasta noviembre de 1972, que como veremos es la fecha en que comienza a concretarse la idea de una coordinación orgánica permanente, se producen numerosos contactos bilaterales entre el ELN, el MIR, el NILN(T) y el PRT-ERP- Recordamos entre ellos la reunión entre un miembro de la dirección nacional del PRT y el Inti Peredo, en 1969 en La Paz, la serie de reuniones entre un delegado del NILN y Chato Peredo, en 1970 en La Paz, varios contactos entre compañeros del MLN y del PRT-ERP en Buenos Aires y Montevideo en 1971 y 1972, varias reuniones entre dirigentes del MIR y del PRT en Santiago de Chile desde Julio de 1971 en adelante, etc.

Estos contactos, de los que surgen actividades de colaboración, permiten iniciar un conocimiento mutuo, que al tiempo que significan un valioso intercambio de experiencias, constituyen los primeros lazos entre organizaciones revolucionarias que libran una lucha similar en cuatro países sudamericanos.

NOVIEMBRE DE 1972

Los primeros días de noviembre de 1972, se realiza en Santiago de Chile una reunión trascendental. Participa la Comisión Política del MIR en Pleno, tres miembros de la dirección nacional del MLN (T) y tres miembros del Buró Político del PRT. Inicia la sesión Miguel Enríquez, Secretario General del MIR, y expone lúcidamente la necesidad de una nueva organización internacionalista a partir de nuestras tres organizaciones. Un "pequeño Zimmerwald" llama Enríquez a la organización que propone construir, en referencia inequívoca al antecedente leninista de 1915. Unir a la vanguardia revolucionaria que ha emprendido con decisión el camino de la lucha armada contra la dominación imperialista, por la implantación del socialismo, es un imperativo de la hora. Para abrir a los pueblos latinoamericanos el camino de la victoria en la senda emprendida por la gloriosa Revolución Cubana, frente a un enemigo bárbaro, el imperialismo yanqui, y ante la actividad diversionista del populismo y del reformismo. Miguel Enríquez argumenta con claridad examinando sintéticamente la situación latinoamericana y mundial, análisis que refuerza la urgente necesidad de coordinar las luchas revolucionarias en el cono sur de América Latina a partir de la influencia adquirida por la lucha de las tres organizaciones.
La propuesta de Miguel Enríquez es aceptada unánimemente sin observaciones y en pocos minutos se pasa a discutir los pasos prácticos para concretar el objetivo propuesto. Así, son adoptadas un conjunto de resoluciones (preparación de un proyecto de declaración conjunta, preparación de un proyecto para la edición de una revista política, organización de escuelas de cuadros conjuntas, proyectos de funcionamiento, formas de funcionamiento orgánico, etc.) que abren una nueva y más profunda etapa de colaboración, durante la cual se consolidan lazos, se avanza en el conocimiento mutuo.

INCORPORACIÓN DEL ELN

Ya en la reunión de noviembre se informó de conversaciones sostenidas por dirigentes Tupamaros con dirigentes del ELN en las que se habló de la posibilidad de que el ELN participara en el proyecto del "pequeño Zimmerwad". Posteriormente, en conocimiento de las resoluciones de noviembre, el ELN planteó formalmente su total coincidencia y su voluntad de incorporarse a ese esfuerzo Internacionalista.

A lo largo de 1973 se consolidaron los vínculos existentes, se organizó una Escuela Internacional de Cuadros con la asistencia de compañeros de las cuatro organizaciones y otras actividades comunes. Pero la crítica situación de Chile absorbió todos los esfuerzos del MIR, en esos momentos la organización en mejores condiciones para centralizar, por lo que recién se concretó la constitución del organismo conjunto acordado a fines de ese año, llegándose a un funcionamiento sistemático con una práctica de reuniones semanales y la integración de distintos equipos de tareas comunes.

NACE LA JUNTA DE COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA

A principios de 1974 se prepara un proyecto de declaración conjunta que sirviera de lanzamiento público a la nueva organización internacionalista del Cono Sur Latinoamericano. Ella fue discutida por las cuatro organizaciones y aprobada con aportes y modificaciones. Se hizo conocer a Latinoamérica y al mundo en el año 1974 oficializándose así la existencia de la Junta de Coordinación Revolucionaria.

Esta importante declaración fue traducida a varios idiomas y circuló profusamente. Fue reproducida por distintas revistas de izquierda en Argentina, Francia, Italia, EE.UU., Suecia y RFA. En ella se define claramente el carácter y los objetivos de la JCR al señalar que "nos une la comprensión de que no hay otra estrategia viable en América Latina que la estrategia de la guerra revolucionaria. Que esa guerra revolucionaria es un completo proceso de luchas de masas, armado y no armado, pacífico y violento, donde todas las formas de luchas se desarrollan armónicamente convergiendo en torno al eje de la lucha armada. Que para el desarrollo victorioso de todo el proceso de guerra revolucionaria es necesario movilizar a todo el pueblo bajo la dirección del proletariado revolucionario. Que la dirección proletaria de la guerra revolucionaria se ejercita por un partido de combate marxista-leninista, de carácter proletario, capaz de centralizar y dirigir, uniendo en un solo y potente haz todos los aspectos de la lucha popular, garantizando una dirección estratégica justa... que bajo la dirección del partido proletario es necesario estructurar un poderoso ejército Popular... Que es necesario construir asimismo un poderoso frente obrero y Popular de masas que movilice a todo el pueblo progresista y revolucionario... a las más amplias masas cuya lucha corre paralela, convergiendo a cada momento y estratégicamente con el accionar militar del Ejército Popular y el accionar político clandestino del partido proletario". "Este importante paso es la concepción de Una de las principales ideas estratégicas del Comandante Che Guevara, héroe, símbolo Y precursor de la revolución socialista continental". Desde ese momento el funcionamiento orgánico de la JCR no ha dejado de consolidarse y poco a poco comienza a hacerse presente en los acontecimientos internacionales.

PERSPECTIVAS

La unidad internacionalista de la vanguardia latinoamericana, razón de ser de la JCR, es un elemento estratégico de la lucha liberacionista de los pueblos de nuestro continente, que con la agudización del proceso revolucionario cobrará más y más importancia. Así lo ven distintas organizaciones hermanas del Perú, Venezuela, Guatemala, Brasil, Paraguay, México, Colombia, Nicaragua, Santo Domingo y El Salvador, con las que hemos establecido relaciones con propósitos unitarios.
El poderoso auge popular que acompañará en los próximos años la crisis mundial del capitalismo favorecerá el desarrollo de la JCR y su lucha internacionalista y la encontrará en las primeras filas del combate revolucionario, siguiendo con honor el luminoso ejemplo guevarista.

Declaración constitutiva de la JCR

(*) Revista de la Junta de Coordinación Revolucionaria
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EL AVANCE DE LA RESISTENCIA EN CHILE EXIGE EL TRABAJO DE LA RETAGUARDIA

Comunicado (*)

El año 1977, principalmente su trimestre último, cambia el rostro de la sociedad chilena. El movimiento de masas y la Resistencia Popular emergen con fuerza autónoma a la escena política chilena. La lucha ya no está restringida al debate, a la pugna entre las distintas fracciones burguesas, por ubicarse en las posiciones privilegiadas en la explotación y obtención de beneficios en la nueva economía y en el control del nuevo estado monopólico. Los trabajadores y el pueblo, con las banderas del lenguaje de la Resistencia Popular, resurgen como fuerza independiente en la lucha contra la dictadura y por la democracia política.

El reflujo quedó atrás. Comienza un nuevo flujo, lento todavía, pero que demuestra la capacidad de la lucha y las potencialidades de la Resistencia y la revolución chilena.

Comienza un nuevo flujo

Los trabajadores chilenos vivieron un largo período de reflujo, que siguió a la derrota de septiembre del 73. Sin embargo el movimiento de masas supo mantener siempre un nivel de actividad de resistencia, aún en los momentos más difíciles, la contrarrevolución jamás pudo aplastar plenamente a las masas y la Resistencia.

El segundo semestre del 77 y, principalmente el último trimestre del año marcaron un punto de inflexión y señalan un cambio cualitativo en el comportamiento del movimiento de masas y la lucha de Resistencia. En efecto, es a partir de esa fecha cuando, en forma más o menos generalizada, se produce el choque del movimiento sindical y de masas con la envoltura, y los límites legales y semilegales y el liderazgo en que, hasta ese momento, se desenvolvía la lucha.

Ese proceso se fue reflejando en los años anteriores, en el desprestigio de las direcciones amarillas del aparato sindical de la dictadura y, en los meses precedentes, en la creciente impotencia de los dirigentes sindicales ligados al PDC y la oposición burguesa. La fuerza de la protesta obrera fue sobrepasando los cauces tradicionales de la acción reivindicativa y de la lucha gremial, haciendo emerger nuevas formas de organización y lucha y un nuevo liderazgo desde las entrañas mismas de la Resistencia. Así lo muestra, sobre todo, la huelga del Teniente la gran minería del cobre, pero también las luchas del hierro, el carbón, la CAP, los portuarios, la industria de alimentos, las organizaciones campesinas.

En efecto, los obreros de vanguardia y avanzados, que conforman en Chile una capa muy extensa y de antigua arraigada filiación izquierdista, han comenzado a tomar el relevo en la dirección de la lucha sindical clandestina y abierta, por donde se vierten la Resistencia Popular. Del mismo modo el sabotaje —a través del trabajo lento, trabajo a desgano, trabajo mal realizado, trabajo a tristeza, como lo denomina también la resistencia argentina— ha ganado fuerza al tiempo que el sabotaje mayor ha dado pruebas de mayoría de edad, con la quema en dos ocasiones de las bodegas de La Papelera, en la que se almacenaba papel corrugado para la exportación, con las voladuras por medio de cargas de dinamita de las vías férreas que unen Santiago-Valparaiso y Santiago-San Antonio, en horas en que el FFCC transporta fruta, productos hortícolas, vinos para la exportación, que el pueblo no puede consumir, y con el incendio del frigorífico de Valparaiso, que sirve de centro de abastecimiento de productos agrícolas y alimenticios destinados al mercado externo.

Por otra parte, las formas primarias de la propaganda armada continúan desarrollándose, llegando a tomar en los últimos meses un carácter más amplio, tanto por la vía de colocación de bombas de hostigamiento y bombas de propaganda, como por la intensificación de las acciones de guerra sicológica; el desarme de policías para proveerse de armamento; pequeñas expropiaciones de centros de abastecimiento y algunas acciones de reparto de alimentos en barrios populares.

Estas acciones de propaganda armada, inscritas en el proceso de recuperación de las luchas obreras y populares, de inicio de un nuevo flujo de la actividad de las masas, golpean personeros de la dictadura, instituciones del aparato estatal, y el sector formado por altos mandos de las FFAA y agentes y representantes del capital monopolista, señalando claramente a los enemigos del pueblo, mostrando la vulnerabilidad de la represión, de las FFAA, sus aparatos y maquinarias de represión. Al mismo tiempo, estas acciones van acrecentando la fuerza de la Resistencia que se muestra cada vez más capaz de actuar en el terreno político y en el campo de la lucha militar, mediante la propaganda armada.

La resistencia clandestina se amplía, la organización de sectores significativos de las masas en Comités de Resistencia, Centros de Fábricas, Grupos de Resistencia crece y se extiende. La dictadura y sus aparatos de represión no se enfrentan ya sólo a las organizaciones del Partido, sino a un auténtico movimiento de resistencia popular.

Este nuevo ascenso de las luchas obreras y populares en Chile, este fortalecimiento de la actividad del movimiento de masas, genera inmejorables condiciones para levantar y desarrollar una alternativa propia de lucha por la democracia política y por el derrocamiento de la dictadura, apoyándose en el movimiento real de la actividad y la iniciativa de las masas.

La institucionalización de la contrarrevolución

El capital monopolista criollo y el imperialismo, para afianzar su dominación impulsan hoy la institucionalización del régimen de excepción, en el camino de la institucionalización, legalización y legitimación del nuevo estado monopólico que se esfuerzan en estructurar y consolidar. El tránsito hacia la consolidación de un nuevo modelo de acumulación y del nuevo estado monopólico y de la contrainsurgencia genera, al interior de las clases dominantes, y principalmente de los grupos monopólicos, una lucha por ocupar las posiciones más ventajosas en el aparato productivo (ramas más rentables) y por lograr el control del aparato estatal. En ese contexto es donde hay que analizar las pugnas interburguesas.

El proceso de institucionalización, que implica la creación de un consenso mínimo entre las fracciones burguesas y el propio imperialismo, así como el marco permitido para la lucha interburguesa, conlleva de forma natural una cierta limitación de las iniciativas de Pinochet y de su poder omnímodo. La institucionalización implica dialécticamente, el debilitamiento de Pinochet y el fortalecimiento de la contrarrevolución. Sin lugar a dudas, el “ideal” burgués, tanto desde el punto de vista interno como internacional, sería llevar adelante la fase de institucionalización sin la figura del desprestigiado y odiado dictador. Pero ello no es posible. Y ha sido el propio Pinochet quien se ha encargado de recordárselo a los miembros de la Junta y a la alta oficialidad de las FFAA, al capital monopolista, a la oposición burguesa y al Departamento de Estado norteamericano. Tal es la lógica interna del plebiscito, que, mascarada y todo, ha mostrado la hegemonía indiscutida de Pinochet en la Junta, la subordinación y hasta el aplauso del grueso del capital monopolista, y la impotencia de la oposición burguesa, al menos en la arena de la política doméstica.

Pero, ahora, Pinochet sabe que cederá el poder político a mediano plazo, y que su tiempo de duración política depende de su habilidad para conducir, desde arriba, el proceso de institucionalización. Después del plebiscito, Pinochet se abrirá a un nivel de mayores concesiones en el terreno de la institucionalización, aunque manteniendo en lo esencial el control de la situación y fijando con mano militar el marco y los límites permitidos al juego interburgués. Lo que podríamos denominar el ala centro izquierda de la contrarrevolución: el freísmo DC es hoy golpeado y reprimido sin contemplaciones.

La oposición burguesa y el papel del freísmo

La lucha interburguesa, hoy en Chile, se libra al interior de la contrarrevolución; es una disputa entre los propios grupos monopólicos, que pugnan por someter la economía y el Estado a sus intereses. Hay que comprender que, en esta lucha, algunas fracciones del capital monopolista buscan su punto de apoyo directa y exclusivamente en los militares, mientras otros tratan de desarrollar un esquema que implica apoyarse también en un movimiento policlasista, reclutar adeptos entre la pequeña burguesía y sectores populares.

En este contexto, el freísmo DC se presenta y funciona como aparato político, como partido político del gran capital, esforzándose por reganar la confianza de éste, del Departamento de Estado, y al mismo tiempo, lograr apoyo popular. Buscar la alianza hoy con el freísmo para derrocar a la dictadura es no entender nada de lo que pasa en Chile, es en definitiva pretender aliarse con un ala de la contrarrevolución para llevar al cabo la lucha en contra de ésta.

Pero, en el seno del PDC, partido pluriclasista, se produce una vez más, como entre septiembre de 1973 y marzo de 1974, un desplazamiento hacia la izquierda de la pequeña burguesía democrática y su base popular. Esta situación crea condiciones objetivas favorables para arrastrar a amplios sectores del PDC al campo de la Resistencia Popular y evitar el reforzamiento de la oposición burguesa freísta.

Una alternativa democrática independiente

En la fase que dure el proceso de institucionalización, en tanto que transición hacia el nuevo estado monopólico, se abre un período favorable a una acumulación de fuerzas más rápida, por parte de la clase obrera, el pueblo y la Resistencia Popular. El movimiento de resistencia popular se perfila, hoy, como la única alternativa real para las masas, frente a las disputas de los grupos monopólicos por ocupar posiciones privilegiadas en el control y usufructo de la economía y el Estado. La elaboración e implementación, a partir de la propia experiencia de estos cuatro años de lucha, de una táctica correcta en la lucha democrática independiente, es tarea urgente de la izquierda y la Resistencia.

Sólo la unidad de la izquierda y la acción común con el PDC, deslindando aguas con el freísmo y las alternativas del capital monopólico pueden contribuir a forjar más rápidamente esta alternativa política autónoma. Estamos seguros que a este proceso contribuirá poderosamente el fortalecimiento de la actividad del MIR en Chile, la convergencia de las fuerzas revolucionarias, principalmente MAPU, PS © y MIR, y la unidad por la base que crece y se extiende entre los militantes del MIR, PC, PS, MAPU, PS ©, IC, MOC, PR, DC e independientes.

Homenaje a los combatientes caídos

En el curso de los últimos meses, y en respuesta a la potente recuperación del movimiento de masas, el rápido crecimiento de la actividad de los partidos de izquierda, principalmente del MIR, y el desbordamiento del marco permitido al juego interburgués, por la oposición burguesa democratacristiana, la dictadura lanzó una feroz ofensiva, orientada a atemorizar a las masas y desarticular los niveles de organización y lucha alcanzados por la resistencia y los partidos. Del mismo modo, se buscaba fijar el límite permitido a la pugna interburguesa.

En esta escalada represiva, ha encontrado la muerte en combate un contingente destacado de cuadros, dirigentes y combatientes del MIR y la Resistencia.

Germán Cortés, miembro del CC y de la Comisión Política del MIR, constructor infatigable del partido en la clandestinidad, organizador de la resistencia, propagandista, impulsor de la lucha legal, semilegal y clandestina, jefe de acciones de propaganda armada, muerto en combate en las calles de Santiago. Augusto Carmona miembro del CC del MIR y del Secretariado Interior, dirigente clandestino del Partido y la Resistencia, periodista revolucionario, hábil organizador del partido en la clandestinidad, paciente forjador de cuadros.

Enrique López, militante destacado del MIR, propuesto a suplente del CC del partido, combatiente internacionalista español, dirigente cristiano de la Resistencia Popular, organizador y constructor del partido en Santiago y Valparaíso, que murió defendiendo con las armas en la mano la libertad para seguir luchando.

Juan Ramón Ramírez y Nelson Espejo, militantes del MIR, luchadores de la Resistencia, que murieron al detonar un artefacto explosivo, que preparaban para golpear a la dictadura y a los grupos monopólicos. Gabriel Rivera, militante del MIR caído en combate, mientras cubría la retirada de sus camaradas de lucha al ser cercados por las fuerzas represivas.

El MIR chileno levanta sus banderas y cierra su puño de combate, para rendir homenaje a los camaradas caídos en los recientes combates de la Resistencia.

En las nuevas condiciones de lucha que se han abierto en Chile, se hace preciso que nuestro Partido, el conjunto de la izquierda y la colonia chilena que están en el exilio, ubicadas en los territorios de la retaguardia, hagamos un esfuerzo más consistente para apoyar la lucha que se libra en el frente.

Desde ya, resulta importante fortalecer la retaguardia estratégica, todo ese sistema de alianzas y apoyo a la Resistencia y lucha del pueblo chileno, que se ha venido forjando en estos años, en el campo internacional.

Redoblar la lucha por la condena internacional a la Junta, por el boicot diplomático, comercial, militar, continúa siendo una tarea importante.

Reforzar y ampliar, coordinando frente y retaguardia, la lucha por la amnistía general, por la libertad de todos los presos políticos y desaparecidos, es la tarea de primer orden.

Pero, más allá de eso, los militantes de la izquierda y del MIR en el exterior deben trabajar seriamente por volver a luchar al frente, para que contingentes cada vez más numerosos de cuadros de retaguardia engrosen las filas de los combatientes del frente.

El apoyo financiero y material deberá reforzarse considerablemente, producto de las exigencias actuales y futuras de la lucha. En este terreno, la retaguardia no brinda todavía el apoyo suficiente y adecuado a las necesidades de la Resistencia en el frente.

La propaganda de apoyo al frente, consistente en el rebote y reenvío de la propaganda que se edita y circula en Chile, utilizando la vía postal, plantea hoy la necesidad de su masificación.

En fin, el año 1978 ofrece mejores perspectivas a la lucha de resistencia en Chile y nos obliga a mejorar en cantidad y calidad, el trabajo de apoyo al frente, desde la retaguardia.

(*) Correo de la Resistencia, Nº 17. Órgano del Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile en el Exterior. Enero-febrero de 1978
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LA GUERRILLA DE NELTUME

DECLARACION DEL MIR SOBRE NELTUME

El Rebelde, Nº 180, Noviembre de 1981

1. La Dirección Nacional de Comunicación Social y otros medios de información de la dictadura han estado informando de combates contra fuerzas guerrilleras sostenidos en la zona de Neltume y, a consecuencia de ello, de la muerte de siete camaradas de nuestro partido.

2. El pueblo de Chile conoce que, en la perspectiva de lograr el derrocamiento de la dictadura nuestro partido junto con incorporarse firme y consecuentemente a todas las formas que asume la lucha ofensiva y directa de las masas populares, ha encabezado la Resistencia Armada del pueblo en las principales ciudades del país. En el necesario proceso de extensión de la Resistencia, el MIR ha emprendido responsablemente las tareas políticas y organizativas para extender la resistencia armada y de masas a las zonas rurales de nuestro país.

3. A las tareas preparatorias para extender la lucha guerrillera de la ciudad al campo han sido destacados valiosos hijos de nuestro pueblo, muchos de ellos campesinos de la propia zona, militantes de nuestro partido, quienes la desarrollan con especial dedicación y espíritu de sacrificio y una fe inquebrantable en la Victoria. Muchos de ellos reingresados clandestinamente al frente para vivir y luchar en su patria, derecho que ningún dictador podía impedirles ejercitar.

4. Ninguna de las dictaduras latinoamericanas podrá ser derrotada sino se le enfrenta un pueblo organizado social, política y militarmente. Ninguna dictadura podrá ser derrotada si el pueblo, junto a la lucha política, no desarrolla sus propias fuerzas militares. Ninguna democracia real podrá ser construida sino se apoya en un ejército de trabajadores armados. En este marco, el desarrollo de la guerrilla rural es un punto insoslayable de cualquier estrategia de victoria. Ni éste ni otros reveses podrán cuestionar la validez de estos principios de la lucha de liberación, ni nuestra decisión de llevar los a la práctica.

5. No ignora ningún trabajador, no ignora el campesino Mapuche, el obrero maderero, los trabajadores del campo y las ciudades, que han sido ferozmente reprimidos por los esbirros pinochetistas en la gigantesca operación represiva que el dictador ha organizado, que los que allí cayeron y los que siguen luchando, defienden sus derechos y su dignidad mil veces atropellada. Los que cayeron lo hicieron defendiendo el derecho del pueblo Mapuche a sus tierras usurpadas, el derecho al trabajo y a un salario digno de los obreros madereros y el de todos los hombres y mujeres de nuestra patria, atropellados y avasallados por los sirvientes del capital monopólico y del imperialismo.

En el duro precio de la libertad. Es el costo que se asume al pasar del anhelo a la acción, de la voluntad a la realidad. El pueblo de Chile, los militantes del MIR y su dirección rinden un emocionado y combativo homenaje a nuestros queridos camaradas que cayeron en esta jornada. Heroicos compañeros, símbolo de una nueva generación de combatientes chilenos que, cotidianamente, enfrentan al enemigo en la patria, y de los que, venciendo todas las dificultades, abandonan el exilio para reincorporarse a los lugares de vanguardia de esta lucha.

Gloria a quienes permanecerán indeleblemente en el recuerdo del pueblo chileno y de cada militante del MIR, compañeros:

MIGUEL CABRERA FERNANDEZ (PAINE), MIEMBRO DEL COMITE CENTRAL, 16/10/81.
PEDRO JUAN YAÑEZ PALACIOS (JORGE), MILITANTE, 17/09/81.
JULIO CESAR RIFFO FIGUEROA (RIGO), MILITANTE, 21/09/81.
PROSPERO DEL CARMEN GUZMAN SOTO (VICTOR), MILITANTE, 20/09/81.
PATRICIO ALEJANDRO CALFUQUIR HERNANDEZ (PEDRO), MILITANTE, 20/09/81.
RAUL RODRIGO OBREGON TORRES (PABLO), MILITANTE, 13/09/81.
JOSE EULOGIO MONSALVE SANDOVAL (CAMILO), MILITANTE, 20/09/81.
RENE EDUARDO BRAVO AGUILERA (JAVIER), MILITANTE, 21/09/81.

¡Hasta La victoria Siempre!

Septiembre 1981

Comisión Política MIR
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Coordinadora x 52 años del MIR - Chile

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