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martes, 27 de junio de 2017

OSORNO: APOYAN A CATOLICOS OPUESTOS AL OBISPO BARROS, EL COMPLICE DE KARADIMA


“Apoyo a los movilizados contra el obispo Barros
‘Sigan en este trabajo de recrear su ser como católicos en Osorno’”

"Aquí se juega la renovación de la fe del pueblo de Dios a la luz del Evangelio"


El Comité Óscar Romero-Sicsal Chile quiere expresar abiertamente su apoyo a las hermanas y hermanos de la Iglesia de Osorno, movilizados a causa de su conflicto con el Obispo Barros.

Conscientes de que esta realidad es particularmente dolorosa, siendo causa de profundas divisiones como también de una peculiar unión en torno a su causa de liberación, les animamos a mantenerse firmes en la fe (1 Cor 16, 13), sin dejar de discernir el camino más conforme al Evangelio (Rom 12, 2), algo de vital importancia en estos momentos. Asimismo les ofrecemos algunos aportes.

Vuestra situación es también la de muchos católicos. En este sentido valoramos su amor por la Iglesia y el que hayan hecho público un dilema de fe propio de estos tiempos, a saber, la distancia que se da entre jerarquía y laicado. Les invitamos a ver esta situación como un llamado a buscar la voluntad de Dios, viéndolo como oportunidad de crecimiento espiritual en tanto discípulos.

La gran manifestación del Espíritu en este conflicto ha sido levantar en ustedes una reflexión eclesiológica legítima y permanente, es decir, pensar cuál es la Iglesia que queremos, evaluando su coherencia como comunidad seguidora de Jesús. Ésta es una revisión que las comunidades debiéramos hacer a menudo, pues aquí se juega la renovación de la fe del pueblo de Dios a la luz del Evangelio. El mismo Concilio nos decía que "con la fuerza del Evangelio rejuvenece la Iglesia, la renueva incesantemente y la conduce a la unión..." (LG, 4). Sigan en este trabajo incesante de re-crear su ser como cristianos católicos en Osorno, puesto que Dios se seguirá revelando y es deber vuestro reconstruir su identidad de fe.

Pero queremos plantearles también nuestra preocupación ante un peligro que puede desviarles de su auténtico camino. Si bien es cierto evaluamos la tensión con la jerarquía eclesiástica como positiva, creemos que no deben sobredimensionar este aspecto de manera tal que se transforme en el eje de su movimiento. Lo central, valga la redundancia, es el "moverse", esa acción en el mundo, que es el lugar donde se juega la fe, una fe que es ante todo acción (Stgo. 2, 17).

Tal acción no depende, en lo fundamental, de quien ejerza como cabeza episcopal sino de la vivencia coherente de la comunidad con su llamado a ser testimonio del Dios vivo y liberador. La esencia de Iglesia no es la jerarquía eclesiástica sino que somos todos los llamados a ser Pueblo de Dios (cf. LG, 13), al cual los Obispos debieran servir como instrumentos de paz (cf. LG, 18-29).


Monseñor Romero es ante todo un pastor cuyo martirio fue precedido de un proceso de conversión en conexión con los pobres y excluidos. No nos inspira tanto su carácter jerárquico como su testimonio viviente de Jesús en el sacrificio por sus hermanos: "La autoridad en la Iglesia no es mandato, es servicio. Le pido perdón, a mi comunidad, cuando no haya podido desempeñar como servidor de ustedes mi papel de obispo. No soy un jefe, no soy un mandamás, no soy una autoridad que se impone. Quiero ser el servidor de Dios y de ustedes" (Beato Óscar Arnulfo Romero, Homilía 10 de septiembre de 1978, V p. 177).


Les ofrecemos toda la ayuda que podamos brindar de nuestra parte. ¡Sigan adelante y no decaigan!, pongan su acento en el Cristo Liberador antes que en aquellas contingencias que no están en nuestras manos.


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