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jueves, 29 de junio de 2017

EL “TANQUETAZO” DEL 29 DE JUNIO DE 1973 O EL GOLPE QUE SE VENIA


Evocación de un hecho histórico acaecido hace ya 44 años, de cuando un sector de la oficialidad del ejército, los neofachos de ‘Patria y Libertad’ y –by the way- la embajada Yanqui se lanzaron a tentar mediante un ataque al palacio de La Moneda la capacidad de respuesta popular a un verdadero golpe militar

Ese día era viernes; el viernes 29 de junio de 1973. Chile vivía momentos álgidos, de franco y enconado enfrentamiento entre un extendido movimiento popular y revolucionario y las fuerzas que apoyaban a la burguesía. Tras la derrota del componente legalista de su estrategia subversiva en contra de Allende y la Unidad Popular, al no lograr la mayoría necesaria en las urnas en las últimas elecciones parlamentarias, de marzo de ese año, la derecha, la burguesía, los intereses imperialistas en el país y la CIA habían optado por profundizar el componente militar para el derrocamiento del gobierno popular: el golpe de Estado estaba a la orden del día entre los infames conjurados.  


En la madrugada de aquel día, el teniente coronel Roberto Souper Onfray, a cargo del regimiento blindado Nº2 de Santiago, dirige un intento de alzamiento militar, el que pasaría a denominarse "tanquetazo" debido al uso de los tanques estacionados en dicho cuartel. Estos rodearon el palacio de La Moneda, a la par que se desplegaban tropas golpistas por todo el perímetro.

El Comandante en Jefe del Ejército, General Carlos Prats, a riesgo de su propia vida, dirigió personalmente la respuesta armada a la intentona golpista, obteniendo en pocas horas el retiro de los tanques y la detención del líder golpista, mientras que sus cómplices civiles del grupo derechista Patria y Libertad terminaron asilándose en la embajada de Ecuador. La sublevación fracasó, en lo inmediato, por la decidida acción del líder del ejército y porque tampoco se plegó el Regimiento de Infantería N° 1 Buin, ubicado en el norte de la capital, al contrario de lo que estaba previsto por los autores intelectuales y militares del levantamiento.

Prats fue informado de la tentativa en los momentos en que se dirigía en automóvil a su oficina y en el camino decidió recurrir a las tropas del Comando de Institutos Militares, con sede en la Escuela Militar, que estaban a cargo del general Guillermo Pickering, de su plena confianza, con quien trazó el plan militar para contener a los facciosos. El Comando tenía bajos sus órdenes a las tropas de las escuelas militares de oficiales y suboficiales. Luego de hablar con Pickering, Prats se dirigió al regimiento Tacna, donde arengó a las tropas y logró conducirlas al centro. De mala gana, lo secundó hasta los alrededores de La Moneda el comandante de ésta unidad, el entonces coronel Julio Canessa Roberts, figura estelar del golpe del 11 de septiembre.

Prats redujo personalmente a un tanque frente a La Moneda, haciendo valer su autoridad, con gran valor y sólo armado con su pistola reglamentaria. Curiosamente, la única acción bélica del Tacna desde la esquina de Alameda/Teatinos, fueron disparos de grueso calibre contra un camión pequeño en que huían algunos alzados, que dieron muerte a un miembro de la patrulla del cabo Héctor Bustamante (del que nos referiremos más abajo), a la vez conductor de la camioneta, quien resultó herido en una pierna y fue internado en el hospital militar bajo arresto.

En primera instancia, al regimiento Buin se le ordenó que no concurriera al centro de la ciudad y una vez que se procedió a indicarle su salida, se dispuso que no atravesara el río Mapocho, cuestión que los jefes de la tropa no obedecieron, aunque no llegaron a actuar en apoyo del Blindado N° 2, que requería de sus tropas para tomarse La Moneda, y tampoco reprimieron a los sublevados. Era en este regimiento que se encontraba, “al cateo de la laucha”, el general Augusto Pinochet, entonces jefe del Estado Mayor, quien ese día jugó a dos bandas: no estuvo junto a su jefe, el comandante en jefe del ejército, como ordena el reglamento, pero apareció en La Moneda al mediodía, en vestimenta de combate y cuando los alzados habían decidido retirarse. Se cuadró frente a Salvador Allende y José Tohá, el ministro de Defensa (PS), diciendo “Todo bajo control mi Presidente”. Carlos Prats andaba vestido con ropa de oficina, la “gabardina dos” de reglamento, porque obviamente no estaba al tanto del intento sedicioso.

La tentativa facciosa de ese viernes 29 de junio costó la vida de 22 civiles, víctimas de la balacera cruzada entre las fuerzas leales y sublevadas, y de una decena de uniformados. Además, se contaron más de 100 heridos. Entre las víctimas fatales se encuentra el camarógrafo argentino Leonardo Henrichsen, quien filmó su propia muerte en las cercanías de La Moneda (en la calle Agustinas), cuando fuera asesinado por los disparos de una patrulla de soldados golpistas liderados por el cabo Héctor Hernán Bustamante Gómez, quien dio el ejemplo al disparar él el primero (ver foto).

Los líderes civiles que incitaron éste alzamiento militar fueron los miembros del grupo terrorista Patria y Libertad Pablo Rodríguez Grez, Juan Schaeffer, Benjamín Matte, Manuel Fuentes y Juan Hurtado, quienes corrieron a asilarse en la embajada de Ecuador luego del fracaso de la operación subversiva. Desde la sede diplomática, emitieron un comunicado reconociendo que habían promovido el frustrado golpe.

Después se sabría que el “Tanquetazo” formaba parte de una amplia estrategia ideada por un grupo secreto de oficiales del ejército, apostados en el Regimiento de Telecomunicaciones de Peñalolen. La intentona fue monitoreada paso a paso desde la embajada de EE.UU. en Chile y representaba una oportunidad inigualable para poder ver la real capacidad de respuesta del gobierno de la UP y de la izquierda revolucionaria frente a un golpe militar en rigor, visualizar a los mandos leales dentro de las FFAA y las debilidades al interior de las mismas. Así lo reconoció tiempo después el propio chacal Pinochet.

Lo más luctuoso del episodio, sin embargo, fue que la UP no respondió con fuerza ante la arremetida de la entente opositora. Vacilaciones en el gobierno no acompañaron la decidida contraofensiva del movimiento de masas, que pasó a ocupar fábricas y fundos por todo el país, aceptando el gobierno una reforma impuesta por la reacción que obligó a devolver lo ocupado. La UP no procedió a depurar las ramas de las FFAA y de orden de los reconocidos elementos golpistas en su oficialidad, lo que dio mayor brío a la estrategia golpista. El gobierno aceptó los chantajes de la coalición opositora y accedió a aplicar medidas restrictivas al desarrollo del Poder Popular entre las filas del pueblo y los trabajadores. Allende y el reformismo dieron prioridad a un estéril diálogo con el PDC, a despecho de la necesidad de unirse férreamente en esos momentos con la base social popular. Toda esa política de concesiones y errores de la UP sólo sirvieron para que las fuerzas golpistas reordenasen sus filas y tres meses después aplastarán al movimiento popular y revolucionario con un contundente golpe de Estado.

¡Que la Historia Nos Aclare el Pensamiento!
¡Sólo la Lucha y la Unidad Nos Harán Libres!


Colectivo Acción Directa – CHILE
Junio 29 de 2017
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LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA ANTE EL TANQUETAZO DEL 29/6/73


“LAS TAREAS DEL PUEBLO CONTRA LA OFENSIVA GOLPISTA”

Declaración pública* - 29 de Junio 1973

En el día de hoy un sector reaccionario de las Fuerzas Armadas, encabezado por el Comandante del Regimiento Blindados 2, Roberto Souper, intentó un golpe de Estado ocupando desde tempranas horas las calles cercanas a La Moneda.

LA INTENTONA GOLPISTA FRACASO.

La ultraderecha chilena, el Partido Nacional y sectores ultrarreaccionarios de la Democracia Cristiana apoyaron este intento golpista llamando a los gorilas criollos a llevar a cabo la acción golpista contra el pueblo y que costó la vida a numerosos trabajadores inocentes.

Sin embargo, el pueblo contestó con la movilización inmediata, ocupando las fábricas, los fundos y lugares de trabajo e impulsando decididamente el Poder Popular a través de la creación de los Comandos Comunales de Trabajadores.

Al mismo tiempo, las Fuerzas Armadas y Carabineros leales al gobierno, se movilizaron decididamente y aplastaron el intento de ocupación del Palacio de la Moneda, controlando la situación.

Pero el intento golpista tiene raíces y ramificaciones más amplias. En esta acción sediciosa y golpista están comprometido políticos y parlamentarios de derecha y militares ultrarreaccionarios. Están comprometidos el PN, la ultrarreacción democratacristiana, la SOFOFA, la CUPROCH, la SNA y el imperialismo.

OFENSIVA A FONDO CONTRA LOS REACCIONARIOS

La clase obrera y el pueblo deben desencadenar ahora una ofensiva a fondo contra la reacción y la ultrarreacción chilena. El pueblo tiene fuerza más que suficiente para resolver la crisis planteada en su favor.

Solo la movilización y organización independiente de los trabajadores y el combate decidido e inmediato contra la reacción patronal e imperialista pueden derrotar definitivamente esta intentona golpista y cualquiera intentona posterior. La clase obrera y el pueblo tienen claro que la crisis actual, no la pueden resolver otras fuerzas que no sean las fuerzas de la clase obrera y los trabajadores.

Es la clase obrera y los trabajadores organizados en los Comando Comunales, los Comités de Autodefensa de los Comandos Comunales los que deben tomar el control de las comunas, barrios, ciudades y campos del país.

ALERTA Y PODER POPULAR

Por eso convocamos a la clase obrera, a los trabajadores y al pueblo a mantenerse en estado de alerta y movilización. A mantener la ocupación de las fábricas y fundos y lugares de trabajo, reforzando los Comités de Autodefensa y desarrollando en formas masivas la organización de Brigadas de Vigilancia. No devolver ninguna de las grandes empresas tomadas por los trabajadores y a imponer el Control Obrero en el resto.

Por eso el MIR llama a fortalecer los Comandos Comunales allí donde existen y a crearlos de inmediato donde todavía no se han constituidos, integrando a todas las organizaciones de masas existentes en la comuna: Sindicatos, Centros de Madres, JAP, Junta de Vecinos, Centro de Estudiantes, etc.

IMPULSAR LOS COMITES DE VIGILANCIA Y AUTODEFENSA

El Comando Comunal debe asumir de inmediato el control y vigilancia de la comuna.

Llamamos a que los Comités Directivos de los Comandos Comunales se declaren en sesión permanente. A crear y hacer funcionar de inmediato un Comité de Defensa del Comando Comunal, para que tome a su cargo el control del orden y la vigilancia en la comuna, organizando el plan de defensa y creando brigadas de masas organizadas para la vigilancia y la defensa.

A organizar el Comité de Salud, el Comité de Abastecimiento, el Comité de Agitación y Propaganda y todos los comités que sean necesarios para el funcionamiento efectivo del Comando Comunal.

CARCEL PARA LOS OFICIALES REACCIONARIOS Y GOLPISTAS

Llamamos a la clase obrera y al pueblo a vigilar y encarcelar de inmediato a los oficiales reaccionarios y golpistas y a luchar por la democratización de las Fuerzas Armadas y Carabineros.

El MIR llama a fortalecer la unidad de la clase obrera y el pueblo uniformado, con los oficiales honestos, los suboficiales, soldados y carabineros.

A QUEBRAR EL PODER DE LOS PATRONES

El MIR llama a pasar de inmediato todas las fábricas de más de 14 millones de escudos de capital a poder de los trabajadores, a pasar a manos de los trabajadores los fundos de más de 40 HRB y a exigir su intervención.

A expropiar CENADI y CONCI y todas las grandes distribuidoras y almacenes y que el pueblo tome de inmediato en sus manos la distribución y el abastecimiento de la población.

A expropiar todos los bienes del imperialismo y a suspender el pago de la deuda externa.

A cerrar, expropiar y pasar a manos y al control del pueblo todas las radios, diarios y canales de televisión que hoy están al servicio del golpismo. A expropiar de inmediato la cadena El Mercurio, Tribuna, Radio Agricultura y el Canal 13.

UNIDAD DE TODA LA IZQUIERDA Y LOS REVOLUCIONARIOS

El MIR llama a toda la izquierda, a unir fuerzas para combatir frontalmente a la burguesía, a la reacción y a la ultrarreacción nacional y extranjera para detener los planes y proyectos golpistas y sediciosos, derrotándolos definitivamente mediante un combate en que la clase obrera y el pueblo les arrebate sus fábricas y fundos y los desaloje de sus trincheras de poder político: El Parlamento, la Contraloría y la Corte Suprema.

El MIR llama a la clase obrera y al pueblo a no dejarse engañar por los Jarpas y los Frei, por los parlamentarios reaccionarios, por el PN y el PDC, por la prensa reaccionaria, quienes intentarán esconder su responsabilidad en este frustrado intento golpista, que costó la vida a decenas de trabajadores inocentes.

Entre los responsables hay instigadores, promotores, cómplices, organizadores y ejecutores directos. Los trabajadores y el pueblo deben vigilar para exigir que los responsables, cualquiera sea su grado de participación no queden impunes y paguen sus crímenes. El pueblo exige cárcel y un castigo duro y ejemplar para los que han atentado contra sus intereses.

El MIR saluda a la clase obrera, a los trabajadores y al pueblo, a los oficiales honestos, soldados y carabineros, al conjunto de la izquierda y a nuestros militantes que supieron enfrentar a los golpistas, en los cuarteles, en la calle, en las fábricas, en las poblaciones, en las ciudades y campos de Chile. Al mismo tiempo, los llamamos a permanecer alertas y a seguir combatiendo a la reacción y al golpismo, en la lucha diaria que libran los trabajadores y el pueblo contra sus enemigos, a través de las tareas aquí planteadas.

A DESENCADENAR UNA GRAN CONTRAOFENSIVA REVOLUCIONARIA Y POPULAR

El MIR llama a desencadenar una vasta ofensiva revolucionaria y popular contra los enemigos del pueblo, contra la reacción patronal y el golpismo.

El MIR llama a luchar por el Programa Revolucionario del Pueblo, por la plataforma inmediata destinada a resolver los problemas más urgentes de las masas.

A crear y fortalecer el Poder Popular, creando los Comandos Comunales de Trabajadores en todas las comunas del país, asumiendo el control y la vigilancia de la comuna y la dirección de las luchas de la clase obrera y el pueblo. A luchar por la democratización de las Fuerzas Armadas y Carabineros y por la vigilancia y encarcelamiento de la oficialidad reaccionaria y golpista. A impulsar con más fuerza que nunca la lucha por sustituir el Parlamento burgués por la Asamblea del Pueblo y por imponer el establecimiento de un verdadero Gobierno de los Trabajadores.

SECRETARIADO  NACIONAL

MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA. MIR.

(*) Santiago, 29 junio de 1973. De la fotocopia de un libro sin indicación de título. Pág. 70-72. En Archivo Chile

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