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martes, 19 de enero de 2016

LAS SANCIONES ECONOMICAS COMO PARTE DE LA GUERRA IMPERIAL


“’SANCIONES’: LA AGRESION ECONOMICA REVISADA”

Traducción de “’Sanctions’: Economic Aggression-Revisited”


La renovación e incremento de las "sanciones" estadounidenses y europeas contra Rusia, y la amenaza de nuevas "sanciones" contra Irán, un arma largamente utilizada por ellos en contra de cualquier nación que no obedezca sus dictados, desde Cuba a China, desde Zimbabue a Venezuela, es otra bofetada en la cara de los pueblos ruso e iraní. Quiméricas esperanzas suscitadas en algunos círculos, acerca de que los Estados europeos vasallos de EE.UU. actuarían independientemente y a favor de una mayor cooperación con Rusia e Irán, han mostrado una vez más no ser sino ilusos pensamientos, basados en una falsa evaluación del alcance del descontento en algunos sectores empresariales por efecto de las "sanciones" sobre las economías europeas.

Sin duda, es correcto que diversos sectores de aquellas economías están sufriendo debido a esta guerra económica, pero el régimen de Washington y sus regímenes dependientes en Europa están apuntando al pez más gordo y están dispuestos a tolerar ciertos inconvenientes. El gran pez es, por cierto, el control total de los recursos de Rusia e Irán y de toda Eurasia. Esperan lograr esto socavando los gobiernos de los países afectados, sustituyéndolos totalmente por dóciles títeres para que puedan explotar esos recursos, como lo harán. Pero, si ello no funciona, se han elaborado planes de guerra al efecto y, como todos pueden ver, continuamente están siendo puestos en práctica.

Los estadounidenses están involucrados en una estrategia de “ataque y diálogo", apareciendo de vez en cuando como abiertos a la cooperación, pero siempre utilizando las negociaciones para establecer la etapa siguiente de agresión. Esto se ha hecho con Rusia varias veces y logró forzar a Irán a ceder parte de su soberanía respecto de su desarrollo nuclear civil a cambio de la promesa del levantamiento de este estado de guerra económica. Pero Irán está aprendiendo, como Rusia y Cuba tan bien lo saben, que en los estadounidenses nunca se puede confiar y que estos siempre tienen una agresiva agenda debajo de sus perogrulladas.

Con respecto a Rusia, todos los dominios han sido utilizados para infligir presión sobre ésta nación: desde el desaire occidental al Desfile de la Victoria en Moscú, en un ataque de resentimiento porque el Ejército Rojo ganó la Segunda Guerra Mundial en Europa, a la difamación de Rusia y de sus deportistas en la preparación para la Copa Mundial de Fútbol; desde los continuos insultos personales dirigidos al Presidente Putin al derribo de un caza-bombardero ruso por parte de Turquía, y el asesinato de su piloto y la aprobación norteamericana de este crimen; hasta la farsa más reciente, la de la CIA-MI6, quienes se vinculan a grupos como Amnistía Internacional y el Observatorio Sirio para la fabricación de denuncias sobre el uso por parte de Rusia de bombas de racimo en contra de civiles en Siria. Rusia las niega y EE.UU. se ha visto obligado a admitir que no tiene ninguna evidencia que avale tales historias, pero la hipocresía es impresionante, habida cuenta que es la OTAN la que ha utilizado ese tipo de bombas y todo tipo de armas prohibidas en los años “90s, cuando atacaron Yugoslavia y durante el resto de sus guerras en todo el mundo. Israel, Estado cliente de EE.UU., las ha empleado y existen informes de que Arabia Saudita las estaría usando en Yemen.

Que el gobierno ruso pueda permanecer exteriormente tan calmado, diplomático y profesional, como lo hace, es notable si atendemos a que las sanciones puestas en práctica están diseñadas para intentar estropear sectores clave de la economía rusa.

La razón expresada para continuar e incrementar la agresión económica contra Rusia es que los Acuerdos de Minsk no serán plenamente implementados hacia fines de año. Pero es la junta de Kiev en Ucrania y sus contrapartes de la UE y de EE.UU. los que se han negado a aplicar disposiciones fundamentales de esos acuerdos, no Rusia, la cual ha cedido a fin de hacerlas funcionar. Por cierto, no existen las correspondientes sanciones contra el régimen de Kiev por su continua guerra contra su propio pueblo; la destrucción de la democracia y el libre debate político en Ucrania; su fácil tolerancia de grupos abiertamente fascistas y para-militares, mientras que suprime al Partido Comunista; su negativa a cumplir con los términos acordados en Minsk. No. Sólo Rusia es golpeada.

Por supuesto, la cuestión de Minsk es sólo una excusa. Esto se pone de manifiesto por la amenaza norteamericana que, a menos que la Crimea sea devuelta al control del régimen de Kiev, las "sanciones" no serán retiradas. Como saben que tal cosa no sucederá jamás, ello significa que las "sanciones" serán permanentes. Esto demuestra que el verdadero objetivo de Occidente es encontrar algún motivo para continuar la agresión económica en contra de Rusia, a fin de obtener el mayor objetivo estratégico.

La misma lógica se aplica a Irán. No importa cuánto arremangue sus principios a fin de evitar la guerra; nunca será suficiente mientras Irán trate de actuar como un país independiente. La guerra económica continuará mientras los estadounidenses tengan el poder de librarla. En el caso de Cuba, lo ha sido por 55 años.

La excusa variará con el tiempo y las circunstancias, pero la estrategia permanecerá. Esta es una guerra, ilegal e inmoral, contra todo un pueblo, por las ganancias privadas de las élites occidentales cuya única preocupación es hacer beneficios a expensas de los demás.

He utilizado la palabra "sanción" entre comillas porque la palabra "sanción" significa la entrega de recompensas por la obediencia, junto con el castigo por desobedecer una ley. Hay otros significados de la palabra, pero todos ellos definen la misma condición-obediencia a un maestro por su vasallo, a un monarca por su súbdito, a un vigilante por su prisionero. Necesariamente, tal condición implica que la persona que aplica la sanción se encuentra jurídicamente en una posición superior a la persona que es sancionada, que ella tiene el derecho de aplicar la sanción y de que existe un sistema de leyes en las cuales el uso de las sanciones está permitido y acordado.

A pesar de esta definición, cada día nos enteramos de las "sanciones" impuestas a Rusia e Irán o a Cuba y Venezuela por razones que todos saben son falsas, basadas sobre una autoridad que no existe, sobre la base de leyes que nunca se han creado, y por parte de gobiernos nacionales que tienen solamente la arrogancia para sustentar su gran presunción; que sus naciones son superiores a otras, que no existe la igualdad o la soberanía de los pueblos, que sus dictados son órdenes que deben ser obedecidas por aquellos inferiores a ellos.

Ya que las restricciones económicas sobre la banca, las finanzas y el comercio establecidas contra Rusia e Irán por Estados Unidos y sus Estados súbditos unificados en la alianza de la OTAN no cumplen con la definición de sanciones, tenemos que utilizar el término correcto para describir estas restricciones. Hay una sola palabra y esa palabra es guerra, y ya que esta forma de hacer la guerra no es permitida por el derecho internacional, tal como se encuentra en la Carta de las Naciones Unidas, ellas son crímenes de guerra económica, agresiones económicas que un ajuste de cuentas algún día obligará a pagar, de una u otra manera.

Es en el Capítulo VII, artículo 41 de esa Carta, que el poder de interrumpir total o parcialmente las relaciones económicas existe, y sólo el Consejo de Seguridad puede utilizar ese poder. En ninguna otra parte existe este poder.

Una vez más, la cuestión vuelve a la palabra guerra. Es evidente que el amago de asfixia económica de Rusia e Irán es un intento de "castigarlos" por presuntos delitos relativos a la defensa de sus posiciones estratégicas y su soberanía. Además, es una estrategia destinada a debilitar a ambas naciones, como fuerzas que se resisten en general a las agresiones de la OTAN. Las Naciones Unidas han sido completamente ignoradas y, en efecto, podría muy bien no existir.

Una vez que una guerra ha empezado sólo se puede proceder a darle un fin lógico. Puesto que la guerra económica contra Rusia no ha traído consigo la capitulación de ésta en su defensa de los pueblos de la Crimea, el Donbass y Siria, no cabe duda de que la agresión económica escalará hasta que la lógica requiera de una guerra abierta y el riesgo de la aniquilación nuclear. Turquía, actuando como una garra alcahueta para Washington, ya ha atacado a las fuerzas rusas en Siria. Rusia respondió con moderación a este acto de guerra, limitando su respuesta a la esfera económica, una expresión legítima de su derecho a defenderse a sí misma. Pero la guerra económica llevada a cabo por Occidente no es provocada; es una violación del derecho internacional, de carácter imperialista y claramente sin límites.

El Presidente Putin en varias de sus intervenciones ha llamado a las naciones a que se adhieran al derecho internacional y a la necesidad de restablecer tal legalidad. Él es justo, pero aún resta por ver de qué forma un nuevo sistema legal internacional podría tener lugar y cómo podría implementarse. Durante el período soviético podía hablarse de "derecho internacional", pero aunque existe un acuerdo general sobre los principios de derecho, un listado de sus enunciados, su existencia fuera de la política del poder es de difícil ocurrencia. La cáscara vacía que en realidad era el derecho internacional, cayó rápidamente después de la caída del muro de Berlín y todo lo que nos queda son finos pergaminos, altisonantes palabras y auténticas, pero frustradas esperanzas.

La ley refleja la estructura económica, social y política de la sociedad que la crea y podemos ver que el derecho internacional, en un mundo en caos, se ha convertido en la ley del gánster, del pirata, del bandido, y que sus guaridas son Washington, Londres y Bruselas.

Christopher Black es un abogado penal internacional con sede en Toronto. Es un miembro de la Sociedad de Derecho del alto Canadá y es conocido por una serie de casos de alto perfil relacionados con los derechos humanos y crímenes de guerra. Especialmente para la revista "New Eastern Outlook".

Equipo Internacional – CAD CHILE

Enero 19 de 2016

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