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jueves, 3 de septiembre de 2015

SINDICATO DE MINERA EL ABRA ANTE EL DESPIDO DE 650 TRABAJADORES: ES ‘INJUSTIFICADO Y DESCRITERIADO’


La minera, en manos del capital transnacional, anunció hoy el despido de la mitad del personal causado ‘por la reducción en el precio del cobre’, pero no tiene problemas en ampliar yacimientos cupríferos en otros países

El presidente del sindicato San Lorenzo de la Mina El Abra, ubicado en la Región de Antofagasta, Oscar Arnés, había calificado[1] de injustificado los despidos y agregó que no existe un criterio adecuado y claro por parte de la empresa, ni tampoco una respuesta oportuna del Estado a fin de enfrentar la crítica situación de los 650 trabajadores despedidos y de los otros 850 que continúan laborando.

El segundo mayor productor de cobre del mundo, ‘Freeport McMoRan[2]’, hizo práctica su decisión de reducir a la mitad la planta laboral[3] debido “a la baja del precio del cobre”, el que cerró a 2,3 dólares la libra en la bolsa de Londres durante la jornada de este martes 1º. Dicha caída en el precio del metal rojo y el costo de la mina El Abra, se supone, hacen “inevitable” la decisión de despedir a los trabajadores, esto justificado en la baja de la producción en 150 millones de libras para el período 2016-2017 que predijo la compañía de capitales estadounidenses. En suma, la pérdida de los puestos de trabajo, sin decir agua va, efectivamente pudiera llegar hasta la mitad de los trabajadores contratados por la empresa y según se reveló, como una forma de evitar el cierre de la mina El Abra.

No obstante los lloriqueos de los dueños de la minera, en abril pasado la misma había ampliado sus proyectos mineros en Perú en US$ 4.600 millones, en la mina de Cerro Verde, y también en Estados Unidos, con lo que busca disputar el primer lugar a Codelco como máxima productora mundial.

Pese a las contrariedades en torno a la productividad del metal, Raimundo Espinoza, presidente de la Federación de los Trabajadores del Cobre (FTC) de Codelco, indicó que se enteró por la prensa sobre esta situación, ante lo que la federación hizo ver su rechazo sólo por medio de un comunicado de prensa. Se nota que los mineros de la estatal minera no son capaces de movilizarse ni por ellos mismos.

Para la presidenta del Sindicato de Trabajadores de la SCM El Abra, Juana Mejías Ceballos[4], la situación es compleja y es una verdadera “masacre” la que han realizado con el despido de 50% del personal, alrededor de 700 personas. “A partir de hoy la empresa enviará la carta certificada anunciando los despidos y se niegan a cualquier tipo de negociación.”

Mejías recordó que gran parte de estos trabajadores son de las Regiones de Antofagasta y Coquimbo. “El 50% de los trabajadores son la segunda región y le sigue la Cuarta Región con una cifra que va entre 30% a 40%. Por lo que entendemos que los despidos también van a repercutir fuertemente en estas zonas”.

La dirigente, una de las primeras mujeres líderes sindicales de minería, considerando que Codelco cuenta con el 49% de las acciones de El Abra, estima que la estatal debiera asumir un rol político más preponderante y de verdadera responsabilidad social frente a las desvinculaciones. “En Codelco se lavaron las manos y dijeron es la decisión de Freeport-McMoRan cuando se les dijo sobre los despidos. Incluso estábamos Ad portas de una negociación. Nos vamos a reunir con la ministra de Minería durante la semana y con la del Sernam porque somos muchas las mujeres que trabajamos en este yacimiento” manifestó Mejías.

Resulta más que claro que las pérdidas de estos empleos directos en el sector minero, con efectos negativos también en los trabajadores indirectos, provocarán perjuicios en su entorno familiar y social. Si hasta el mismo intendente de la Región de Coquimbo, Claudio Ibáñez, ante la gran cantidad de trabajadores de la minera residentes en la zona, manifestó que se deben tomar todas las medidas para mitigar el impacto de una situación adversa como esta. “El precio del cobre ha bajado, es cierto, pero es un tema cíclico. El tomar este tipo de medidas de las empresas mineras me parecería apresurada, porque las compañías tienen las ganancias que les permite subsistir un tiempo y saben que son inversiones de largo plazo”. Ibáñez agregó que, hasta ahora, las mineras de la región han tomado medidas preventivas y dado señales de estabilidad. Concluyó que, “La actividad económica e inversión se ven afectadas con estas drásticas medidas, sobre todo si es que es un gran número de personas de la región.”

Volviendo al nefasto caso de la transnacional minera Freeport-MacMoRan, de capitales basados en EE.UU., al 31 de diciembre de 2014 ella obtuvo[5] ingresos mundiales por nada menos que US$ 21.438 millones y sus activos ascendían a casi US$ 60 mil millones. Además, piensa obtener un flujo de efectivo este año de US$ 29.504 millones.

La minera El Abra ya tenía experiencia de despedir gente de manera masiva. Fue en agosto de 2011[6], cuando construía la planta de Sulfolix, que finiquitó las tareas de la contratista Montegrande, dejando a 935 trabajadores sin pega.

Nos parece que el despido hoy de 650 mineros de El Abra es un ejemplo más de las funestas consecuencias de entregar al capital transnacional nuestro patrimonio minero, cuestión que acaece en otras esferas productivas. Sus intereses son divergentes con los de una economía nacional puesta al servicio de las grandes mayorías, en una problemática que nos afecta desde el mismo 11 de septiembre de 1973 y que se ha profundizado en estos 25 años de democracia gorila. Nos referimos a la concentración y centralización del capital en manos de grupos monopólico-financieros internos asociados dependientemente al capital financiero transnacional. O, como en el caso en discusión, actuando el Estado como el monopolio interno. En los dos casos, los intereses que priman, en última instancia, son los de esas grandes corporaciones transnacionales.

Freeport-MacMoRan se puede dar el lujo de despedir cientos de trabajadores o de cerrar una mina cuando se le ocurra, pues cuenta con inversiones en tres continentes que le dan sustento para hacerlo. Es capaz, entonces, de realizar acciones en su beneficio que pueden afectar el desarrollo nacional y que, dentro del vital campo de la producción minera, nos puede llevar al precipicio, sin que en Phoenix, Arizona (su casa central) o en Wall Street (donde se juega sus acciones) sientan remordimiento alguno si ello ocurriera.                        
                                
¡A LUCHAR POR NUESTROS DERECHOS Y NUESTRA DIGNIDAD!
¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!

Equipo Sindical CAD –Chile
Septiembre 3 de 2015

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