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sábado, 1 de agosto de 2015

“JUSTICIA EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE”, VERSION 2.0


“A nadie le faltan fuerzas; lo que a muchísimos les falta es voluntad”
Víctor Hugo

En los albores de la pseudodemocracia en curso, exactamente el 9 de febrero de 1991, al recibir el informe de la comisión de verdad y (nótese) reconciliación (como si víctimas y victimarios pudieran componérselas cual si en Chile no hubiera pasado nada) o Rettig, el golpista encumbrado a presidente Patricio Aylwin dijo una frase para el bronce, pero de las ignominias: “La conciencia moral de la nación exige que se esclarezca la verdad de lo ocurrido en la materia, por dolorosa que sea, y, sobre la base de esa verdad, se busque la justicia en la medida de lo posible[1].

Y así no más ha sido hasta hoy respecto de los crímenes contra los Derechos Humanos: algo de verdad por aquí[2] y por allá[3] y justicia hasta donde no les duela a las derechas política y económica, a las FFAA y carabineros; es decir, a los culpables directos e indirectos de los más de 3.500 asesinatos, 1.200 casos de detenidos desaparecidos notificados, entre 45 y 65 mil presos políticos, y cerca de un millón de exiliados, todos crímenes cometidos entre 1973-1990.

Claro que la esencia inmoral de esa “justicia en la medida de lo posible” se ha extendido a todas las esferas de la vida social chilena, dado que las fuerzas mantenedoras y reproductoras del sistema de dominación heredado de la dictadura cívico-militar, encarnadas antes en la Concertación y desde hace un par de años por la gobernante Nueva Mayoría (NM), se han jugado por enteras para lograr que todo siga más o menos lo mismo que hace 5 lustros y no cuestionarse la realidad que nos toca. Así, no es raro que persista un Estado que subsidia a unos pocos chilenos con platas que son de todos los chilenos; un Estado que dejó en manos del capital monopólico-financiero la industria, las obras públicas, el comercio exterior y los servicios públicos; un sistema previsional, basado en las AFP, que es un inmenso negociado para un puñado de grupos financieros y que deja en la indefensión a la mayoría de l@s jubilad@s; unos sistemas públicos de salud y educación pauperizados e inermes ante los subsidios que, a despecho de lo que debiera ser, les son entregados generosamente a los capitales privados invertidos en esas áreas; una política de vivienda social en manos de la banca y de financieras, que igualmente obtienen pingues ganancias gracias al apoyo del Tata Estado. En fin, resulta muy abultado el listado de lo que los grupos mantenedores y sustentadores de éste inicuo sistema han dejado hacer o no han querido remediar, por aquello de que se impusieron unos antipopulares límites.


Sólo un ejemplo. Antes de resultar electo Aylwin, la ex Concertación había prometido revisar TODAS las privatizaciones de empresas públicas cometidas ilegal e ilegítimamente bajo dictadura[4]. Pues bien, todos los gobiernos de esta democracia de mentira no sólo mantuvieron tales ilícitos, sino que privatizaron las que quedaban.         

Pero, volvamos al tema de los Derechos Humanos. Se sabe a ciencia cierta que en el caso de los dos jóvenes quemados el 2 de julio de 1986[5], Carmen Gloria Quintana y Rodrigo Rojas de Negri, los militares mintieron sobre la atrocidad que allí cometieron, pero no se ha prestado atención al rol cohonestador de los delitos por parte de Pinochet[6], la junta militar, los civiles que cooperaban con los milicos, el poder judicial y los medios noticiosos oficiales. Y es a este respeto, acerca de todos aquellos que fueron cómplices del abominable crimen de lesa humanidad cometido entonces, que la valiente Carmen Gloria ha apuntado, descolocando con ello al gobierno de Bachelet y la NM.

Pero, pongamos atención. Nos parece que el gobierno de la NM ha querido sacar alguna mezquina ventaja del caso mencionado, jugándose una arista novedosa y muy peligrosa de aquella máxima de la “justicia en la medida de lo posible”. Nos ha parecido sospechosa la oportunidad en que se lanza la noticia de la confesión del ex conscripto, lo cual hace decantar una serie de sucesos. Con esto no estamos negando la necesidad que se haga verdad y justicia, oficiales y legales, en éste y todos los casos de atropellos a los DDHH y mientras antes mejor. Sólo queremos remarcar un hecho. Fernando Guzmán Espíndola, el ex soldado que confiesa, realizó su declaración al ministro Carroza no ahora, sino que a mediados de 2014[7]. Esta dilación en el anuncio de su reconocimiento de los hechos hasta un momento muy oportuno para Bachelet y el gobierno de la Nueva Mayoría, justo cuando la credibilidad de estos se encuentra por los suelos frente a la opinión pública y cuando han perdido la confianza de la gran mayoría de la población, nos parece, al menos, sospechosa.

Sin duda que la política de “la medida de lo posible”, más que ser un ejercicio de moderación confuciana, se convirtió en la explicación y la excusa para transgredir todos los límites morales, legales y éticos. Julio Ponce Lerou, Giorgio Martelli, Enrique Correa, Sebastián Piñera, el Choclo Délano y tantos más son los actores que dan vida a esta obra criolla[8]. Es el dejar de hacer lo que deben estos pragmáticos de la NM lo que permite que algunos sujetos se pasen de la raya, puesto que, como nadie le pone coto a la chacra moral, viene un ex marino devenido diputado, Jorge Ulloa, quien, ante el inminente fallecimiento del ‘Mamo’ Contreras, asegura[9] que corresponde que el ex jefe de la DINA, que carga con penas de cárcel por más de 500 años por crímenes de lesa humanidad, reciba honores del ejército; ¿qué tal?

Esta segunda fase de la política “en la medida de lo posible” ha llevado a los grupos mantenedores y reproductores de éste sistema desigual y excluyente a hacer el ridículo, ¿será por aquello que la historia, cuando se repite, lo hace la primera vez como drama y la segunda como comedia (más bien macabra en este caso)? Porqué o si no, ¿cómo se explican el caso Caval, los chascarros con los equipos ministeriales de intendentes y gobernadores? ¿La inconsistente Bachelet, bajo cuyo primer gobierno cayó Rodrigo Cisterna y ahora Nelson Quichillao, abrazada con la hambrienta de justicia Carmen Gloria Quintana? Por cierto que con todos estos sube y bajas cabe esperar que el próximo gobierno sea de los tanto o más corruptos de la derecha, pero, a fin de cuentas: ¿cuáles han sido las diferencias de fondo entre los gobiernos de Tatán Piraña y los de la ex Concertación y el actual de la NM? Los dos bloques se merecen una gran patada en el culo, ¡si señor!

Han pasado 24 años desde aquella nefasta frase expelida por el golpista devenido demócrata, y todo este tiempo el mando de las FFAA y carabineros no han dado información clara sobre los crímenes que cometieron y donde están los desaparecidos. Entonces, resulta un tanto sobreactuado el pedido realizado ayer por el ministro de defensa, José A. Gómez (PR), quien afirma[10]: “Yo he tenido conversaciones directas con, en este caso (de los jóvenes quemados), el ministro Carroza por si se requieren más informaciones y las vamos a entregar (como si los avances en la investigación hubieran sido obra del ejército). El ejército no va a negar información alguna, no por una petición, es disposición del gobierno, a través del ministerio de defensa de que así se haga”. Es una pena que Gómez sea tan iluso, pero, al menos, intenta parecer convincente, no como otros de la NM que apuestan al borrón y cuenta nueva.

Pero, si los mismos que hoy alardean de defender los DDHH fueron capaces de traer de vuelta al chacal (con respeto por el animal) Pinochet, cuando algo de justicia se le hizo dejándolo detenido por un año en Londres, una tierra extranjera, y por una orden de un juez español, tampoco uno nacional. Llegado al país, el hijo de puta (con el debido respeto a las trabajadoras sexuales) no pasó ni un día en la cárcel, donde debiera haber muerto. Son esos los que permiten que los miserables asesinos de los tres profesores degollados salgan de paseo los domingos; los que siguen manteniendo el hotel de Punta Peuco; los que son capaces de pedirle plata al yerno del chacal o a los dueños del país para hacer proselitismo y su carrera política; los que no cambiarán nada de fondo en este país y cuyo rol ya se está haciendo obsoleto.      

Con todo, aún quedan esperanzas. Hace unos días, el agregado laboral de la embajada chilena en España, el ex dirigente de los trabajadores contratistas del cobre Cristián Cuevas, que reconoce filas en el decolorado PC, renunció al cargo porque estaba conmovido por el asesinato del trabajador Nelson Quichillao, un combatiente de la CTC, organización laboral a la que Cuevas contribuyó a levantar.

Lo mejor, como siempre en estos casos, es que trabajemos para que seamos los propios pueblos y los trabajadores de Chile los que, avanzando en la lucha decidida por la recuperación y ejercicio de nuestros derechos, logremos reconstruir al calor de esa pelea la moral de los de abajo, la verdadera, esa que intentaron quebrarnos los milicos y estos gobiernos eunucos, limitados tanto por sus miedos como por su torcido sentido de lo que debe ser.   

¡NI OLVIDO NI PERDON: VERDAD, JUSTICIA Y MEMORIA!
¡QUE LA HISTORIA NOS ACLARE EL PENSAMIENTO!

Colectivo Acción Directa - CHILE
Agosto 1 de 2015




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