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viernes, 21 de agosto de 2015

GRECIA: ¿LE FUNCIONARA LA RENUNCIA CON ELASTICO A ALEXIS TSIPRAS?


“Elecciones en Grecia: Alexis Tsipras Realiza una Jugada Calculada”

Traducción de “Greek elections: Alexis Tsipras makes a calculated gamble”

Por Helena Smith*, en The Guardian
Agosto 20, 2015

“A pesar de las volteretas y de un partido resquebrajado, el carismático y todavía popular Primer Ministro griego está apostando a que los votantes lo traerán de vuelta antes de la nueva ronda de dentelladas que incrementarán la austeridad”

Todas las elecciones vienen con un elemento de riesgo del que Alexis Tsipras, el primer ministro griego, no quedará exento. ¿Será reducido por el cruel destino a una nota al pie en la historia o lo salvará su calculada jugada?

Después de siete meses de un drama a lo "montaña rusa" bajo su administración, existe un limitado apetito por enfrentar mayores combates. Por sobre todo, el electorado está agotado, desgastado por la austeridad y por los políticos que zigzaguean respecto de las políticas que han horadado su país durante cinco largos años. Los griegos irán a las urnas con su economía en ruinas, con un persistente control sobre los capitales, su reputación internacional hecha trizas y con un sistema político más inestable que nunca. En gran medida, Tsipras, su primer líder de la izquierda radical, tiene la culpa por esto.

Siendo así, ¿qué está haciendo y por qué lo está haciendo ahora? Incluso las encuestas, en esta etapa del juego, no pueden ser garantizadas. Hasta julio, Tsipras era el líder indiscutido de la escena política, sobre el que revoloteaban en un ágil despliegue el buen juicio y el carisma.

Después del más reciente rescate (monetario) de su país -y de las onerosas condiciones acordadas por el joven primer ministro- su popularidad seguramente se verá mellada. En cuestión de semanas, ha perdido más de una cuarta parte de sus propios partidarios, los radicales, quienes no sólo sienten que él ha traicionado la causa, sino también que hará una campaña tal como los izquierdistas que ya abandonaron la llama del anti-rescate.

Algunos políticos han renegado de sus promesas electorales tal como el líder de Syriza, quien llegó al poder prometiendo "cancelar" la austeridad y todos los males que se han establecido en Grecia. Y en cambio, paradójicamente, Tsipras sigue siendo más popular que cualquiera de sus rivales políticos. Su manejo de las negociaciones con los acreedores internacionales no ha provocado la condena generalizada que se podría haber esperado. La mayoría de los griegos todavía consideran las tortuosas conversaciones como una firme defensa de sus derechos. 


El hecho de que las condiciones que acompañaron el rescate por € 86bn (£ 61bn) fueran más duras que cualquiera hasta la fecha, ha sido visto incluso como mejor que la salida del euro. Y a diferencia de cualquier primer ministro hasta hoy, a Tsipras le han dado crédito por internacionalizar la problemática de la insostenible deuda de Grecia. El Fondo Monetario Internacional, que es uno de los tres acreedores de Grecia y que alguna vez fuera el más áspero crítico de su política económica, se ha convertido en el mayor defensor del alivio de la deuda como base para la recuperación.

Atenas puede haber perdido la guerra, pero entre el electorado griego son muchos los que creen que han obtenido una victoria moral sobre sus socios de la eurozona. Tsipras, dice la lógica, es el único hombre que puede transformar realmente Grecia. La aplicación de las políticas fondomonetaristas a una población que se resista a ello sólo puede venir de la izquierda, una izquierda que pose de no viciada por la corrupción y otros males que han envuelto a la nación.

Con un nuevo mandato, luego de una renovada elección, el que una vez fuera marxista no sólo sería capaz de reinventarse a sí mismo como un progresista moderado, sino como el político que ha salvado a Grecia de sí misma y evitado la euro expulsión. Al desencadenar una elección tan pronto, muchos creen que él será capaz de manejar a sus enemigos internos dentro de Syriza antes que una población empobrecida sienta el impacto del aumento de los impuestos y de otras medidas relacionadas con el rescate financiero.

Por el momento, los inspectores internacionales regresarán en octubre a Atenas para llevar a cabo su primer examen del mencionado rescate, lo que quizás sea demasiado tarde para sacar provecho de su popularidad.

Sin embargo, todo esto supone un cierto raciocinio: que en las urnas los griegos sopesarán sus opciones, pensando de manera lógica y votarán por el hombre que ha revertido en casi nada las promesas que alguna vez hiciera. Sus críticos son muchos y se están preparando para la batalla, decididos a demostrar el punto de que en política nunca se puede descartar una sorpresa.

* Helena Smith es la corresponsal del Guardian en Grecia, Turquía y Chipre

Equipo Internacional –CAD CHILE

Agosto 21 de 2015

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