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jueves, 27 de agosto de 2015

A 50 AÑOS DE LA FUNDACION DEL MIR: EL PODER POPULAR


Durante el Gobierno popular, 1970-1973, los sectores revolucionarios, entre ellos el Movimiento de Izquierda Revolucionaria –MIR-, impulsaron la creación y el desarrollo de gérmenes de Poder Popular, del contrapoder de los explotados y oprimidos y cuyo grado de avance quedó demostrado por la necesidad de los sectores dominantes de responder con el golpe militar
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EL M.I.R. A LOS OBREROS, ESTUDIANTES Y SOLDADOS

Declaración Pública. 16 junio 1971.

1.- LA SEDICION DE LA DERECHA Y EL FREISMO DEMOCRATACRISTIANO.

A partir del atentado que ultimó a Edmundo Pérez Zujovic, la captura y muerte de los hermanos Rivera y el asalto suicida de Heriberto Salazar al Cuartel de Investigaciones, que costó la vida de tres funcionarios de esa institución, la derecha y el freísmo democratacristiano más que lamentar esas muertes las han utilizado para abrir a gritos una contraofensiva reaccionaria y sediciosa en contra de la izquierda y el movimiento de masas.

Han intentado desautorizar al gobierno, de implicar a toda la izquierda en el atentado, crear una imagen de caos y desorden en el país; han hecho llamados abiertamente sediciosos a las FF.AA., etc.

Más aún, han buscado responsabilizar a la izquierda y al gobierno del clima de "odios y violencias” que ellos abrieron con el asesinato de Schneider y con las "campañas del terror" de las elecciones de septiembre y abril.

Por último, han hecho descarado obstruccionismo en el Parlamento; coludidos derribaron la Mesa de la Cámara y abruman a la prensa con declaraciones, denuncias y comentarios en contra del gobierno, de la izquierda y del movimiento de masas.

2.- PRETENDEN FRENAR EL AVANCE DE LOS TRABAJADORES.

Esta contraofensiva política la abren en los precisos momentos en que la izquierda y el movimiento de masas avanzan por el camino que hará propiedad de todo el pueblo el cobre, los bancos, las fábricas y la tierra; o sea, cuando el avance del pueblo hiere los intereses de los yanquis y de los dueños de los fundos y de las fábricas.

El griterío y la alharaca sediciosa de los patrones y sus partidos es solo un pretexto. Pretenden así detener la marcha de los trabajadores, poner a la izquierda a la defensiva, separar a la UP de la Izquierda Revolucionaria, impedir a los chilenos ser dueños del cobre, que los campesinos y los obreros hagan suyas las fábricas y los fundos, que los bancos sean de todo el pueblo.

3.     - LA JUSTICIA DE LOS PATRONES.

Escondido detrás de la bandera de la justicia y el orden, la derecha y el freísmo democratacristiano han exigido "eficiencia y rigor" en la pesquisa policial sobre la VOP (Vanguardia Organizada del Pueblo).

Hemos sido categóricos en condenar las acciones de la VOP, pues éstos han utilizado el atentado personal como método, hoy en Chile. Pero ésta condena y el griterío de la derecha y el freísmo no pueden impedirnos precisar algunas cuestiones.

Los mismos que asesinaron a Schneider, los mismos que organizaron grupos armados y terroristas de derecha, los mismos que traen metralletas en barcos subrepticiamente, los mismos que asesinan campesinos en Linares, Cautín y otras provincias, etc., son los que hoy aparentan una novedosa y sorprendente sed de justicia.

¿Por qué no reclamaron e hicieron justicia también cuando Frei, desde su escritorio, mandaba asesinar trabajadores y estudiantes inocentes en El Salvador, Puerto Montt, en las calles y campos de Chile?

¿Por qué no exigen "castigo ejemplar" a los asesinos de Schneider que militan en sus propias filas, que ellos mismos protegen y que hoy están libres?

¿Por qué no exigen la "disolución de los grupos armados" de terratenientes que hoy asesinan campesinos en defensa del privilegio y la riqueza en los campos de Chile?

4.- LA V.O.P.

Cuando los freístas y la derecha festejan la muerte de Ronald Rivera, su hermano y la de Heriberto Salazar, y no satisfechos aún piden por la prensa más persecución, ahora apuntando al MIR, es necesario delimitar responsabilidades.

Repudian a los Rivera y a Salazar. Es que los dueños del poder y la riqueza rechazan horrorizados lo que ellos mismos han creado, en odios y violencias, a través de siglos de explotación y miseria a la que han sometido al pueblo.

Los que se han enriquecido a costa del trabajo ajeno, por décadas han explotado, masacrado y sumido en la miseria al pueblo. Así han originado hombres como Ronald Rivera que, animados por un odio instintivo de clase, llegan a realizar acciones que sobrepasan la racionalidad política y que, desgraciadamente, ter¬minan dañando la causa del pueblo.

Los Rivera y los Salazar, acicateados por las masacres y asesinatos de los anteriores gobernantes, instrumentalizados por sus enemigos de clases, sus organizaciones posiblemente infiltradas por la reacción, en un proceso político tan complejo como el chileno, objetivamente entregaron el pretexto para la contraofensiva reaccionaria y sediciosa. Así su muerte tiene que ser agregada a la de centenares de víctimas del sistema que enriquece a unos a costa del trabajo de otros, cargada la responsabilidad de ella sobre quienes originaron esto como forma de defender sus privilegios: las clases dominantes.

Ellos, por encima de su arrojo personal, no entendieron la importancia de la táctica y la racionalidad política. Expresaron en su accionar el odio elemental de una clase esclavizada contra los patrones y asesinos de gobiernos anteriores. No comprendieron que la situación había cambiado del 4 de septiembre en adelante. Que el gobierno de Allende era distinto al de Frei, que los enemigos de clase eran los mismos, pero ya no estaban en el gobierno, y por eso, formas de lucha distintas tenían que guiar a los trabajadores y a los revolucionarios.

Objetivamente, más allá de sus sentimientos, entregaron el pretexto que la derecha y el freísmo necesitaban para abrir su ofensiva reaccionaria y sediciosa, y por ello hemos condenado su accionar públicamente.

Para nosotros el camino de los revolucionarios pasa hoy en Chile por la elevación de la conciencia de los trabajadores, su organización y su movilización en todas sus formas, incluso las tomas de tierra y fábricas, sometidas a la correlación de fuerzas, a plano nacional y a los niveles políticos necesarios en cada frente.
 
5.- UNA NUEVA SITUACIÓN; UN UNICO CAMINO.

Esta contraofensiva reaccionaria ha llevado a una nueva situación política. Está definida por la alianza del freísmo -fuerza hoy predominante en la DC- con la derecha tradicional, cerrando así objetivamente las posibilidades de colaboración parlamentaria entre la UP y la DC para el cumplimiento del programa. Juntos, el freísmo y la derecha, han legitimado el campo sedicioso y antipopular. No es posible equivocarse. No es el momento de lamentar que el PDC se desplace a la derecha, ni de intentar infructuosamente sujetarlo, cuando en los hechos se despeña abiertamente por la pendiente de una política reaccionaria y sediciosa.

Antes esta nueva situación política a la izquierda no le queda más que un solo camino: cerrar filas frente al ataque enemigo, seguir avanzando, apoyarse resueltamente en las masas y desde allí quebrarle la mano al freísmo.

Lamentablemente cuando los patrones vociferando atacan, una de las fuerzas de la UP -la misma que anteriormente ha tenido una evolución de sus políticas que en general valoramos como positivas-hoy tiende a equivocarse de enemigo, elude responder, o responde débilmente a las incursiones sediciosas del freísmo democratacristiano y trata de dividir a la izquierda, atacando torpe y artificialmente al MIR, cuando más que nunca es necesaria la unidad de la izquierda y los trabajadores.

6.- EL MIR LLAMA A LA MOVILIZACION DE MASAS.

El MIR llama a toda la izquierda y a los trabajadores del campo y las ciudades a:

- Mantenerse férreamente unidos frente a la ofensiva reaccionaria.
- A denunciar y responder a los intentos sediciosos de la derecha y del freísmo democratacristiano. Volantes, palomas, rayados, etc., deben explicar lo que sucede al pueblo.
- A sacar ésta lucha del ámbito exclusivo del Parlamento y llevarla fundamentalmente a las fábricas, fundos, poblaciones, liceos y universidades.
- A organizar allí Comités de Defensa y Vigilancia.
- A estrechar en los barrios los lazos entre el pueblo y los soldados.
- A seguir avanzando, hoy con más fuerza que nunca, por el camino que hará del cobre, los bancos, las fábricas y los fundos, propiedad de todo el pueblo.

¡CONTRA LA OFENSIVA SEDICIOSA MAS FABRICAS Y FUNDOS PARA EL PUEBLO! ¡QUE LA OFENSIVA SEDICIOSA NO NOS DETENGA, TRABAJADORES ADELANTE!

¡GOLPEAR MÁS FUERTE SOBRE LOS DUEÑOS DE FUNDOS Y FABRICAS ES PARAR LA SEDICION!

SECRETARIADO NACIONAL,
MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA, MIR

Santiago, 16 de junio de 1971.

Publicado en PUNTO FINAL. Nro. 133. Junio 1971, pág. 6-7.
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EL REFORMISMO Y EL MIR

DECLARACION DE LA COMISION POLITICA DEL MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA (MIR) A TODO EL PUEBLO:

1.- Dos hechos de gran importancia han ocurrido durante las últimas semanas: el llamado cónclave de la UP y las conversaciones DC-UP. Ambos hechos están íntimamente vinculados; se complementan recíprocamente.

Concretadas las principales consecuencias a que, necesariamente, debían conducir las acciones de los que confunden la realidad con sus propias ilusiones, los trabajadores están en óptimas condiciones para sacar las conclusiones debidas.

Ha llegado el momento de que los dirigentes reformistas del PC y de algunos sectores de la UP, le den las correspondientes explicaciones al pueblo. Aquellos que hicieron todo lo posible por delegar en los sirvientes políticos de los patrones y del imperialismo la determinación respecto de cuánto deben hoy avanzar los trabajadores, le deben una explicación a los trabajadores.

Los que con su gestión han fortalecido la institucionalidad de los patrones, delegando la decisión fundamental del momento en el Parlamento que constituye el principal freno del avance, deben dar las explicaciones de esto y de su fracaso.

Soñaron estos reformistas con obtener de los patrones, de su parlamento, el consentimiento para que los trabajadores continuaran avanzando sobre las fábricas y los bancos de los propios patrones.

En aras de esa ilusión, los “maduros” dirigentes reformistas del PC y de sectores de la UP desmovilizaron, una vez más, a las masas, manteniéndolas desinformadas del contenido real de las negociaciones y sumidas en la pasividad.

En su grave confusión respecto de la naturaleza de clase del Parlamento, de la DC y del PIR, desarmaron ideológicamente una vez más a los trabajadores, presentando publicitariamente a la DC, al PIR y al Parlamento como demócratas partidarios del cambio.

Los vendedores de ilusiones, los que sueñan con el entendimiento con los dueños de las fábricas y de los fundos han cosechado, una vez más, solo reveses: ha sido desaforado el intendente de Santiago, acusado constitucionalmente el segundo ministro del Interior y han sido rechazados los vetos. Se han cubierto de oprobio los reformistas, corriendo por los pasillos del Congreso en busca de inexistentes partidarios de los cambios, mientras en la sala de sesiones de la Cámara los diputados de la DC, del PN, de la DR y del PIR desaforaban a Joignant y acusaban constitucionalmente a Del Canto, mientras en el Senado los parlamentarios de esos mismos partidos rechazaban alegremente, entre risas y pantomimas vergonzosas cada uno de los vetos del Presidente de la República a la Reforma Constitucional fraguada por Fuentealba y por Hamilton.

2.- ¿Pueden sorprender estos resultados a los trabajadores? Nosotros pensamos que no.

La UP no llegó a estas conversaciones —por haber renunciado a ello—, en la cima de un incontenible avance de las masas, a la cabeza de un movimiento trabajador fuerte, organizado, unido nacionalmente y con un gran desarrollo de su conciencia política. Este renunciamiento ha sido su más grave error, más aún si se considera que todavía subsisten intactas las condiciones para lograrlo.

No llegó la UP a imponer sus condiciones a un adversario a la defensiva, debilitado y desmoralizado, que sólo tuviera como alternativa aceptar las condiciones que el proletariado, a la vanguardia de las fuerzas de todo el pueblo, le imponía o, bien, a reasignarse a ser derrotado sin contemplaciones.

Por el contrario. Producto de una conducción que se ha caracterizado por su renuencia a golpear al conjunto de la gran burguesía, limitándose a herir ciertos intereses, que se ha caracterizado por su persistencia en tratar de proteger a inmensos sectores de los dueños de las fábricas y de los fundos, la UP y el Gobierno se han puesto en contradicción con importantes sectores de las masas y han provocado la dispersión del movimiento obrero y campesino.

Por otra parte, la insistencia en permanecer en el camino único del acuerdo parlamentario con la DC, ha llevado a la desmoralización de las masas, a la pérdida de la visión y la confianza de éstas en sus propias y enormes fuerzas.

Esta misma estrategia de avance, a través de acuerdos parlamentarios, le ha impedido a la conducción reformista desenmascarar ante los ojos del pueblo a los irreconciliables enemigos de éste: la DC y el PIR, y no sólo el PN, la institucionalidad de los patrones, el Parlamento y la legalidad que les sirven.

Frutos de estos errores han sido todos los anteriores reveses, en el terreno electoral y político. Frutos de estas concepciones profundamente equivocadas son los actuales fracasos.

En estos errores, los dueños de fábricas y fundos, y el imperialismo que les apoya, han encontrado el terreno abonado que les ha permitido, como cuestión más importante, conservar intacto su dominio sobre la Justicia, el aparato estatal-burocrático y el Parlamento, a pesar de haber sido golpeados, principalmente en el terreno económico.

Desde allí, han ido acumulando importante fuerza de masas, con la que hoy son capaces de amenazar seriamente la estabilidad del Gobierno y, aun, la continuidad del proceso.

Este es el marco político general, el estado de la correlación de fuerzas entre la UP y la Derecha, que condicionaría el inicio, el desarrollo y las conclusiones del entendimiento UP-DC.

3.- Por lo demás y como lo saben los trabajadores, no fue la clase dominante la que buscara anhelante estas conversaciones.

Fue necesario para que se produjeran, que la dirección del PC y algunos otros dirigentes de la UP buscaran imponer dentro de esta última un viraje hacia la derecha, un golpe de timón en la conducción económica y política que permitiera, a los “negociadores” de la DC poder venir a cumplir dignamente su papel de amarre y de freno. 

Volodia Teitelboim y luego Orlando Millas, fueron los encargados de crear el marco adecuado. El primero, en el terreno político, creó la ficción, profundamente mentirosa, de dos extremos buscando la guerra civil y el baño de sangre y, por otra parte, un amplio frente de centro y de izquierda, partidario del mantenimiento de la democracia y de los cambios sociales y económicos. Había entonces, según esta descripción burda y falsa de la realidad política, condiciones más que suficientes para un entendimiento entre la UC y la UP.

El antagonismo real, que atraviesa este país de arriba a abajo, es el que existe entre el conjunto del proletariado y todo el pueblo, que lucha por conquistar sus reivindicaciones de décadas, y la resistencia implacable de una minoría explotadora, que se resiste por todos los medios a su alcance a abandonar sus mezquinos privilegios. Esta, que es la verdadera y única línea demarcatoria, fue mañosamente ocultada.

Orlando Millas se encargó de la parte material, concreta, ofreciendo en su artículo del 5 de junio garantías a la burguesía agraria e industrial, no solo de permanencia sino, además, de progreso económico, de enriquecimiento, para que acumulara sus ganancias en paz y tranquilidad. El combate al “mirismo” fuera y en el interior de la Unidad Popular, la lucha por impedir que continuaran produciéndose “trasgresiones al programa de la Unidad Popular” era el complemento, en lo político, de las garantías económicas ofrecidas.

El empuje de los sectores de las masas abandonados progresivamente por las concesiones anteriores, cuyo aprovechamiento para fortalecer las propias fuerzas es imprescindible, es así deslegitimado y recibe el tratamiento de “ultra”, “termocéfalo”, acompañante de la derecha.

Millas, además, establecía que la reforma agraria debía finalizar ahora mismo y pasadas algunas empresas al área social, y devueltas a sus “legítimos dueños” las que habían sino requisadas o intervenidas indebidamente el grueso de la burguesía agraria y la inmensa mayoría de la gran burguesía industrial podrían dedicarse a cumplir, sin sobresaltos, su rol histórico de explotadores de la clase obrera.

Ambos planteamientos pavimentaron el camino del inicio de las conversaciones, a pesar que dentro de la propia UP no estaba resuelta, y aún no lo esta, la controversia entre esta línea reformista y otra que, apoyándose en las corrientes revolucionarias de dentro y fuera de la UP, busca desatar la energía de las masas para profundizar y empujar hacia adelante el proceso.

La favorable acogida que este modelo de concesión y freno encontrara inicialmente en el ala reformista burguesa de la DC, zanjó transitoriamente la controversia dentro de la UP en favor de los reformistas. Estos encontraron en el sector burgués reformista de la DC la fuerza de que habían carecido hasta ese momento, para lograr imponer temporalmente la conciliación y el freno al conjunto de la UP.

La debilidad permanente e insuperable del ala reformista burguesa de la DC impidió, igual que en innumerables ocasiones anteriores, que el entendimiento UP-DC se concretizara. El sector mayoritario de la DC hizo valer, una vez más y con la oportunidad de siempre, los intereses de la gran burguesía y del imperialismo que representa y sirve, provocando el fracaso del entendimiento UP-DC.

Los grandes derrotados de esta jornada son el reformismo pequeñoburgués de la UP (Teitelboim, Millas, etc.) y el ala reformista burguesa de la DC (Fuentealba, Leighton, etc.).

Su éxito habría significado, en todo caso, peores retrocesos pues se habría impuesto el freno a la reforma agraria, las garantías e impunidad a la mayoría de los dueños de las industrias, la concreción de una política de salarios y precios contraria al interés de las grandes masas, a la vez que se habrían hecho irresistibles las tentaciones de renunciar a la estatización completa de los bancos, de la Papelera y un número no conocido aún de grandes monopolios, al mismo tiempo que se habría impuesto el financiamiento, con el dinero de los trabajadores, a la prensa y radio desde los que se les calumnia y ataca diariamente. En suma: el co-gobierno desde el Parlamento de los patrones nacionales y extranjeros.

Se habría legitimado, además, una forma y estilo de conducción que se funda en las negociaciones a espaldas de la masa, en el combate a sus movilizaciones, en la represión política y puntualmente física a sectores de las masas que no se resignan al inmovilismo y la pasividad.

Se habría legitimado una política de CONCESIONES a la burguesía y al imperialismo, de FRENO al avance de los trabajadores sobre las fábricas y fundos y sobre la institucionalidad de los patrones, de REPRESIÓN al movimiento de masas y a los revolucionarios; política que se habría disfrazado de avance, de consolidación, de revolución.

Sin embargo, pese a este fracaso, el capítulo de la conciliación, el freno y la represión no se ha cerrado definitivamente. Aún los Millas y los Fuentealba, cada uno desde su propia posición, insisten y reiteran que el entendimiento UP-DC no ha fracasado.

Detrás de la insistencia de Fuentealba está el intento del amarre definitivo, del debilitamiento máximo del gobierno de la Unidad Popular. El intento de perseverar en la láctica doble que la DC ha empleado con pleno éxito hasta hoy; mientras unos amarran, otros golpean, acumulando fuerzas la Derecha en su conjunto.

Detrás de la insistencia de Millas, está el propósito de conseguir a cualquier precio, aunque sea ciaudi- canuo, el triunfo de la política que se disfraza ue avance, ue consolidación y ae revolución.

4.- Por todo lo anterior, el MIR reitera que la alternativa reformismo o revolución en el seno de la izquierda persiste como la disyuntiva fundamental del período.
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El combate en el seno de la izquierda por aislar y derrotar el reformismo encuentra, en este momento, su mejor terreno, su mejor oportunidad y su mayor urgencia.

Los enormes sectores de la UP —cuadros medios, militantes y dirigentes—, que rechazaron el entendimiento con la DC, que se marginaron de las conversaciones y que descartan hoy todo intento de proseguirlas, junto a los que han denunciado permanentemente el entendimiento con los sirvientes DC de los patrones nacionales y extranjeros, encontrarán en esta lucha las mejores condiciones sociales y políticas para alcanzar sus objetivos.

Es que no sólo las corrientes revolucionarias, de dentro y fuera de la UP, han combatido en esta jornada los intentos del reformismo de los dirigentes del PC y de algunos dirigentes de la UP.

Los trabajadores de Santiago y Concepción, los mineros, los campesinos y los obreros del campo y la ciudad continuaron sus luchas y movilizaciones en defensa de su salario, de la salud, contra la burocracia y la justicia de los patrones.

En el transcurso de estos combates, formas superiores de organización de masas y nuevas alianzas políticas que cuentan con el apoyo mayoritario de los trabajadores, han aparecido. Elementos componentes primarios de los Consejos Comunales de Trabajadores, como fórmula alternativa al Parlamento, a la Justicia y a todas las restantes instituciones de los patrones comienzan a aparecer.

Sin duda, las vanguardias de la clase obrera rural y urbana, de los pobladores, de los campesinos y de los estudiantes han hecho caso omiso de la política de la conciliación, del freno y la represión que, a espaldas del conjunto del pueblo, algunos pretenden imponer.

5.- Las enseñanzas que de todo esto debemos recoger son claras. Sólo la fortaleza de un movimiento de masas vertebrado orgánicamente, que golpee nacionalmente a los grandes patrones del campo y la ciudad, que sea conducido por un programa revolucionario, puede garantizar el curso del proceso hacia el socialismo.

Sólo una nueva alianza política que una a todos los revolucionarios, de dentro y fuera de la UP, puede formular un programa que, por reflejar nítida y precisamente los intereses de los pobres del campo y la ciudad y los de la pequeña burguesía propietaria y asalariada, sea capaz de proporcionar la fuerza suficiente para continuar el avance en el terreno económico y comenzar a golpear la institucionalidad de los patrones, principal freno del momento actual.

Una nueva institucionalidad debe comenzar a crearse, simultáneamente. Las masas deben comenzar a dotarse, ellas mismas, de formas orgánicas propias que les posibiliten el ejercicio directo y creciente del poder político, en todos sus aspectos. Ellas son los Consejos Comunales de Trabajadores, en la ciudad y el campo.

Si la energía de las masas, movilizada tras sus intereses inmediatos, debe encauzarse y adquirir la perspectiva de transformación revolucionaria de la sociedad, al mismo tiempo, en el combate contra el actual orden de los patrones, las masas deben poder resolver, ahora mismo, sus problemas de salario, salud, justicia y defensa general de sus intereses.

La única alternativa posible y concreta capaz de realizar esa síntesis son los Consejos Comunales de Trabajadores.

Toda expresión de lucha de las masas contra el Parlamento, la Justicia de los patrones o la burocracia, debe darse unida a la perspectiva de crear y fortalecer éstos, sus propios órganos de poder.

Toda lucha de masas de carácter reivindicativo debe vincularse a la creación y fortalecimiento de éstos, sus propios órganos de poder económico.

6.- El programa revolucionario que se levante debe contener, a lo menos, los siguientes puntos:

- Expropiación de todas las empresas de la gran burguesía industrial, comercial y financiera. Inmediato traspaso al área social de todas las empresas con un capital igual o mayor de 14 millones de escudos. Defensa irrestricta de las industrias requisadas, intervenidas o pasadas al área social.
- Expropiación sin indemnización, al más corto plazo, del capital norteamericano en la industria, las finanzas o pasadas al área social.
- Expropiación sin indemnización de la tierra, sin reserva y a puertas cerradas de todos los fundos de la gran burguesía agraria.
-  Establecimiento del control obrero en la gran industria privada, en la mediana y pequeña industria y en los fundos de la mediana y pequeña burguesía agraria.
- Dirección y control obrero en las empresas estatales, servicios públicos y en el conjunto de la economía.
- Apoyo de todo tipo, bajo condiciones de control obrero, a la pequeña y mediana burguesía del campo y la ciudad, y del comercio.
- Creación de los Consejos Comunales de Trabajadores en el campo y en la ciudad.
- Disolución del Parlamento y creación, en su lugar, de una Asamblea del Pueblo.
- Reajuste automático de los sueldos y salarios, semestralmente o cada vez que el costo de la vida sube más de un 5%, a través de un bono compensatorio. Pago inmediato del reajuste hasta hoy acumulado.
- Adopción de las medidas que permitan eliminar, de inmediato, la cesantía y la desocupación disfrazada en el campo y la ciudad.

7.— El rechazo de los vetos a la Reforma Constitucional de Fuentealba y Hamilton y el ataque iniciado en contra de los más altos funcionados del Gobierno UP son indicativos de la escalada con que la gran burguesía inicia y prepara sus futuras agresiones al movimiento de masas y al Gobierno.

Sus sirvientes políticos, la DC, el PN, el PIR y la DR persisten en la utilización de su estrategia combinada que busca la devolución de las fábricas y fundos a los antiguos explotadores y del cobre y otras riquezas básicas al imperialismo norteamericano, la represión brutal del movimiento de masas, la aniquilación de sus organizaciones gremiales y políticas y el derrocamiento del Gobierno.

La defensa de la estabilidad del Gobierno constituye una tarea fundamental en la medida en que su mantenimiento posibilita el más amplio desarrollo de las luchas de las masas, su organización y su conciencia política.

Al mismo tiempo, en función de asegurar la victoria definitiva de los trabajadores, la lucha por aislar y derrotar al reformismo no puede sufrir, bajo ningún concepto ni condiciones, menoscabos que signifiquen la menor confusión entre las masas respecto de los objetivos de la revolución, del carácter de las alianzas de clase y de los métodos de lucha que permiten lograrlos.

COMISION POLITICA
MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA

SANTIAGO, 11 de julio de 1972.
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EL M.I.R. FRENTE MASACRE EN LA POBLACION ''LO HERMIDA''.

Declaración. 5 agosto de 1972*

A los pobres del campo y la ciudad,
A los militantes de toda la izquierda,
A los gobernantes de Chile.

1.- Hoy en la madrugada fueron asaltados por 400 policías de Investigaciones y Carabineros, campamentos de “Sin casas” en “Lo Hermida”. Después de cercar el área, las fuerzas represivas comenzaron a disparar con metralletas y revólveres, bombas lacrimógenas y tanquetas. Centenares de detenidos, decenas de heridos, una cantidad indeterminada de pobladores muertos, mujeres, ancianos y niños golpeados fue el resultado.

Un hecho de esta naturaleza pareciera corresponder más bien a gobiernos reaccionarios del pueblo. Pero esto, ocurrió hoy en Chile, en pleno gobierno de la Unidad Popular, en pleno curso de la “vía chilena al socialismo”.

2.- El Subsecretario del Interior y personeros policiales aducen como excusa el cumplimiento de una pesquisa policial para detener a un militante del ELN.

Una vez más la falta de entereza moral los empuja a deformar los hechos: en primer lugar, el dirigente del ELN había sido detenido la noche anterior y, en segundo lugar, no existe pesquisa policial alguna que justifique lanzar tanquetas y centenares de policías armados de metralletas en contra de mujeres y niños. La pesquisa policial no es excusa para reprimir al pueblo.

Mienten también quienes aseguran que los pobladores agredieron primero a la policía. Fueron las fuerzas policiales las que llegaron disparando, arrojando bombas lacrimógenas, arrasando casas, etc. Si no, ¿por qué la presencia de tanquetas, 8 micros del Grupo Móvil y una decena de camionetas de Investigaciones?

3.- Ayer fue el desalojo de la gobernación de San Bernardo, apaleando y deteniendo pobladores, hoy los campamentos de Lo Hermida.

Más bien todo esto es la persistencia de la política represiva de sectores reformista del gobierno, que sueñan inútilmente con ofrecer "garantías de orden y legalidad” al PDC. Lo más triste es que reprimiendo pobladores el gobierno se aísla del pueblo, no satisface las exigencias represivas del PDC y del PN, y es justamente la prensa de estos partidos la que después denuncia la represión policial o acusa al gobierno de totalitarismo.

4.- ¿Por qué dirigentes del gobierno llaman al diálogo al PDC y sin dialogar disparan contra los pobladores? ¿Por qué se puede negociar con los norteamericanos y sin dialogar se reprime al pueblo? ¿Por qué se reprime a los pobres de Chile y se permite la impunidad a las bandas armadas de la derecha cuando retoman fundos a balazos o cuando queman locales de partidos de izquierda en Puerto Montt, asesinando tres personas? ¿Es que el gobierno modificó su criterio que recién ayer proclamaba de jamás aceptar las acciones represivas de la reacción, y hoy comienza a someterse a ellas?

El Gobierno debe aclarar su responsabilidad: o denuncia y castiga ejemplarmente a los funcionarios civiles o uniformados responsables, sean de la jerarquía que sean, o se compromete históricamente con el derramamiento de sangre del pueblo.

Los caminos están claros: o se reprime al pueblo para dialogar con el PDC, como proponen los reformistas de la izquierda, o el gobierno se apoya en el pueblo para combatir al PDC como exigen los revolucionarios de dentro y de fuera de la UP.

5.- La gravedad de los hechos, el desarrollo de tendencias represivas en el gobierno, exigen una definición de este, de todos los partidos y militantes de la izquierda, de los sindicatos, de los Consejos Comunales Campesinos, de las organizaciones estudiantiles y de pobladores.

6.- Nosotros, por nuestra parte:

- Entregamos nuestras condolencias a los familiares de los mártires de Lo Hermida.
- Repudiamos la represión y solidarizamos con los pobladores.
- Llamamos a todo el pueblo, a todas las organizaciones de masas a realizar asambleas, a discutir lo ocurrido y a emitir pronunciamientos de rechazo a las tendencias represivas de los sectores reformistas del gobierno y a asistir masivamente a los funerales de los mártires de Lo Hermida.
- Todo el pueblo y toda la izquierda deben exigir sanciones a los culpables y señalarles a los reformistas que los pobres del campo y la ciudad rechazan la represión.

SECRETARIADO NACIONAL
MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA. MIR.

Santiago, 5 de agosto de 1972.

* Transcrito de Documentos Internos, 1972. Págs. 51-52.
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PODER POPULAR: UNIÓN Y LUCHA DEL PUEBLO

Entrevista al dirigente mirista Víctor Toro, con respecto al MIR y el poder popular*

Esta entrevista es hecha debido al desarrollo de Comandos Comunales de Trabajadores en múltiples puntos del país (Constitución, Talcahuano, Concepción, Santiago, Antofagasta, Cautín) que motivó la idea del PS de hacer un encuentro de CCT y Cordones Industriales. El MIR abrió la polémica al declarar[1] que “solamente una discusión amplia en la base puede garantizar una verdadera democracia. De nada sirven hoy organismos burocráticos que no representen a nadie o que sólo integren a los sectores más avanzados de la clase. Es problema es crear poder popular.”

El poder popular nace de la base misma de las organizaciones de masas” (El Rebelde Nº 82). Con eso propuso comenzar una serie de reuniones comunales primero, que discutieran un Programa del Pueblo para superar las falencias del programa de la UP. Creemos que en ella hay importantes elementos para comprender algunos procesos de toma de conciencia que se desarrollaban en el seno del pueblo durante el período de la UP, que no estaban necesariamente enmarcados en la táctica del reformismo y que expresaban esas tendencias libertarias latentes en el proletariado, aún en ausencia de referentes claramente libertarios.

Esta entrevista debe leerse así, como el relato de un dirigente político, de un partido cuyas bases oscilaban entre una concepción estratégica y una concepción táctica del Poder Popular. Pese a los méritos que explícitamente se reconocen al gobierno de la UP, y a algunas declaraciones estatistas[2], implícitamente se puede leer una superación de esa forma de concebir y llevar a efecto la política, y una independencia con respecto a la línea seguida por éste. En este sentido esta entrevista es una importante muestra de cómo sectores populares intentaban abrir una brecha propia en medio de la hegemonía del reformismo.

HyS PF: ¿Cómo define el MIR el poder popular?

VT: Para definir el problema del poder popular en Chile, es fundamental caracterizar el viejo Estado burgués como instrumento de dominación de clase que trata de mantener a una mayoría explotada dominada por una minoría explotadora. El Estado mantiene su dominación bajo la forma de la represión (...) y con su ideología de dominación (...)

El viejo Estado cuenta con el aparato ejecutivo, las Fuerzas Armadas (...), la burocracia estatal, el Parlamento, las cárceles, la policía y el poder judicial, todos los que cumplen distintas funciones de opresión y explotación. Frente a este Estado capitalista está surgiendo el poder popular, los Comandos Comunales de Trabajadores, que es y debe ser absolutamente contradictorio y alternativo como base de un nuevo orden, al poder burgués: y no cabe ninguna posibilidad de subordinarlo, por el contrario, los Comandos Comunales se forman en una lucha abierta con el aparato estatal burgués. En segundo lugar, concebimos el poder popular como un poder independiente del gobierno actual (de Allende, N. de HyS), como un poder autónomo que unifica al conjunto de los sectores sociales (obreros, estudiantes, campesinos, empleados, pequeños comerciantes) de una determinada comuna, tomando a esta como la organización celular de toda ciudad o región. Un poder popular que desarrolle una dirección revolucionaria, coordinando las luchas del conjunto del pueblo, una dirección capaz de gestar el futuro poder local que creará las condiciones para la Asamblea del Pueblo.

Este poder no puede estar separado de las organizaciones gremiales tradicionales del pueblo. La CUT, por ejemplo, no puede excluirse de él, ya que es la organización de la primera escuela del proletariado y juega en la actualidad un papel muy importante. Las juntas de vecinos, las federaciones sindicales, en fin, todas las organizaciones de masas y gremiales deben unirse bajo la conducción única de los Comandos Comunales de Trabajadores.

PF: ¿Este poder popular es antagónico al gobierno de la UP?

VT: Hemos dicho más de una vez, que el problema no puede plantearse en el choque entre el pueblo y el gobierno. Nosotros valoramos la existencia de este gobierno, pues a pesar de sus debilidades e inconsecuencias, a pesar de sus conciliaciones de clase, ha permitido terminar lo que llamamos la “rutina represiva” del Estado burgués. Con Frei o Alessandri, lo rutinario, lo normal, es que se respondiera a los trabajadores con la represión, con la violencia física desatada. Nadie puede decir, en cambio, que eso sea lo normal en este gobierno, a pesar de algunas incursiones represivas cono en Lo Hermida (...). Valoramos el gobierno, si, pero no amarrar el movimiento de masas como un apéndice de su política.

De lo contrario no habríamos podido denunciar las vacilaciones en la Reforma Agraria, en el proyecto de las tres áreas de la economía o en el problema del abastecimiento. El gobierno muchas veces ha actuado en forma contradictoria con las masas y éstas tuvieron que obligarlo a cumplir ciertas tareas, sobrepasándolo en sus objetivos, en especial para ganar más poder dentro de la sociedad. Esto no significa -y lo decimos claramente- que el dilema sea entre poder popular y gobierno.

Ese es un dilema falso. Nosotros no planteamos la oposición entre pueblo y gobierno, sino entre pueblo y Estado burgués. El Estado burgués no ha sido tocado, no ha sido destruido y permanece por tanto como instrumento de dominación en contra de los trabajadores. La tarea de la clase obrera es destruir el Estado capitalista y para ello debe desarrollar el poder popular, que progresivamente deberá enfrentar al poder de los patrones. Estos organismos del pueblo deben ser independientes del gobierno. Si el gobierno quiere mantener las luchas de los trabajadores dentro de la ley patronal habrá problemas entre los trabajadores y el gobierno, pero si -por el contrario- el gobierno se apoya en las luchas del pueblo, se encontrará una importante unidad, donde el instrumento gobierno podría servir como palanca de apoyo a la lucha por el poder.

PF: ¿Hay poder popular en Chile? ¿Dónde está?

VT: (...) la clase obrera ha logrado una gran fuerza de masa, organización y conciencia que se expresa en nuevas organizaciones del proletariado. Estas son los Cordones Industriales, los Comandos Comunales, etc., que surgen en todas partes como gérmenes de un poder popular paralelo al Estado burgués.

En el presente, los Comandos Comunales de Trabajadores sólo constituyen organismos de coordinación e impulso de las luchas del pueblo. Pero son capaces, en los momentos más agudos de los enfrentamientos, de asumir tareas concretas de poder popular y reemplazar a los viejos organismos burocráticos del poder estatal. Un ejemplo reciente es el caso de constitución, donde el Comando Comunal de Trabajadores mantuvo bajo su control la ciudad, gobernándola sin problemas, en una clara demostración de poder popular. Respecto a dónde está el poder popular, seguro que no se encuentra ni el Parlamento, ni en las oficinas de ningún burócrata. El poder popular, es para nosotros el que nace en las fábricas, en los fundos; el poder popular está en los Comandos Comunales de Trabajadores.

Este es el poder que temen los patrones, porque saben que unifica al pueblo y cuando se lo propongan los barrerán de la faz de la tierra. Hoy en Chile existen solamente embriones de poder popular, que toman cada vez más tareas propias de la burocracia estatal. Junto a estas organizaciones embrionarias, y como garantía de su maduración, está la conciencia de la clase obrera de que sólo su acción combativa genera más poder y más fuerza. Esta conciencia es el punto de partida para que esta conciencia se desarrolle, se amplíe, y sea capaz de ir enfrentando progresivamente al Estado capitalista. Así será capaz de impulsar las tareas que conduzcan a generar una crisis revolucionaria, donde se plantee en definitiva el asalto al poder total.

El poder popular no se crea por gusto de nadie. Nace y se fortalece al calor de la lucha. Por el control obrero de la pequeña y mediana industria, por la dirección obrera en las empresas del área social, por el control popular del abastecimiento para responder al mercado negro de la burguesía, por la formación de los comités de autodefensa para hacer frente a la sedición fascista. Se crea incorporando todos los organismos de base a los Comandos Comunales de Trabajadores, sean estos Comandos de Abastecimiento, JAP, Cordones Industriales, etc. (...)

PF: ¿Cuál es el balance del MIR sobre el desarrollo y crecimiento de los CCT y qué opinión tiene sobre el papel que juegan los Cordones Industriales como organismos de poder popular?

VT: A juicio del MIR, los Cordones Industriales tienen una debilidad como órgano de poder popular. Agrupan sólo a un sector de los trabajadores y se limitan a cumplir un papel que muy bien puede corresponder a una CUT provincial o departamental, si su dirección no estuviera controlada por reformistas o demócrata cristianos. Por ejemplo, asesorar y coordinar las luchas de los obreros industriales de un sector, pero sin hacer participar a las demás capas del pueblo, como los campesinos, pobladores, estudiantes. No negamos su importancia en las ofensivas de los patrones, en el desenmascaramiento del reformismo cuando quería devolver industrias, y ha sido el MIR el más activo dentro de los Cordones Industriales.

Pero no debemos caer en lo que los patrones siempre han querido, en la división de los trabajadores, para derrotarlos en mejor forma. Nosotros planteamos transformar los Cordones Industriales en verdaderos organismos de poder de la clase obrera, donde participen al lado de los trabajadores industriales, los campesinos, pobladores, estudiantes, etc., con sus respectivas organizaciones de masas y con una plataforma común. Este papel sólo le cabe y puede hacerlo el Comando Comunal de Trabajadores formado por la base. (...)

PF: ¿Qué razones justifican en Chile la existencia de un poder popular, si hay un gobierno donde participan los partidos de la clase obrera?

VT: Primero, porque son sectores reformistas los que tienen la fuerza en los partidos obreros, y hacen depender la revolución de sus vacilaciones e insuficiencias programáticas. Hay cuestiones del programa de la UP que no se han cumplido, y otras que sencillamente no aparecen. Por eso nosotros pensamos que el Programa del Pueblo expresa mucho mejor las aspiraciones de los trabajadores para este período.

Una segunda razón es el problema de acumular fuerzas. Un período prerrevolucionario implica una forma particular de sumar fuerzas, a través de la unidad de todas las capas del pueblo, agrupadas en torno a los obreros en organismos de poder popular. Estos irán forjando una alianza de clase maciza a lo largo de los enfrentamientos sociales, y de allí hará madurar la situación a una situación revolucionaria que permita a la clase obrera tomar el poder.

La lucha por el poder para los reformistas que dominan a los partidos obreros, está postergada, y la tarea más importante para ellos, como dice Luis Corvalán (secretario general del PC en aquel entonces, N de HyS), es ganar las elecciones en 1976. Por eso sólo les interesa democratizar el aparato estatal y darle cierto grado de participación a la clase obrera y al pueblo.

De manera que por razones de programa, como por tareas de acumulación de fuerzas, se hace necesario el poder popular independiente del gobierno y alternativo al Estado burgués. Es el propio reformismo obrero el que obliga a levantar políticas revolucionarias que desarrollen la fuerza de las masas.

*Esta entrevista se encuentra casi completa y fue originalmente reproducida en la revista Punto Final nº185, del 5 de junio de 1973
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A CONSTRUIR MÁS PODER POPULAR

Declaración del 19 de junio de 1973

El Movimiento Campesino Revolucionarlo de Ñuble llama a los compañeros campesinos a ocupar todos los fundos mayores de 40 H.R.B.[3] y exigir su intervención masiva a cargo de las organizaciones campesinas, hasta su expropiación definitiva, en razón de la nueva ley de la Reforma Agraria.

El M.C.R. de Nuble está apoyando decididamente la lucha por pasar Cholguán al Área Social y la creación de un Complejo Maderero, expropiando además todos los fundos forestales y principales barracas de la provincia.

Nuestras Federaciones Provinciales Campesinas han levantado una plataforma de lucha para el actual movimiento. El M.C.R. llama a apoyar decididamente esa plataforma, ya que participó en su elaboración y porque en gran medida refleja las posiciones revolucionarias del campesinado chileno.

El M.C.R. llama a los compañeros campesinos a constituir Centros de Producción en los fundos que se expropien y a impulsar la Dirección Obrera en todo el sector reformado; es decir que seamos nosotros mismos los que administremos y mandemos en los predios del Área Social.

Llamamos a nuestros compañeros campesinos a luchar por:

—El derecho a voto para soldados y suboficiales.
—El respeto a la jornada de ocho horas y/o el pago de las horas extraordinarias para Carabineros; ya que esos compañeros trabajan por lo general de 11 a 14 horas diarias.

El M.C.R. llama a formar los Comandos Comunales de trabajadores para combatir como se debe al momiaje; para pararles el carro a los burócratas y reformistas.

A construir el Poder Popular, independiente del gobierno, para luchar contra los patrones.

Los Campesinos Revolucionarios saludamos al Comando Provincial de Pobladores de Nuble, que actualmente se encuentra ocupando las oficinas y bodegas de CENADI, exigiendo la expropiación de esta distribuidora que no quiere trabajar con las JAP ni con los almacenes populares.

El MCR saluda también a los compañeros estudiantes que se encuentran luchando por más matrículas para los hijos de trabajadores en la Universidad de Chile. Los Campesinos Revolucionarios apoyamos la toma de la “U” y les decimos que al igual que nosotros, deben darle duro al momiaje y a la burocracia.

Esta actitud criminal, es muy propia de quienes han despreciado a los trabajadores y que han hecho de la libertad y la Democracia todo un negociado para seguir explotándonos y humillándonos.

El MCR llama a seguir dándoles duro a los patrones y a desenmascarar a los reformistas que andan tratando de conciliar con la Democracia Cristiana a espaldas del pueblo y en nombre de la revolución.

¡A construir el Poder Popular!
¡A formar los Comandos Comunales!
¡A luchar por un verdadero gobierno de los trabajadores!

MOVIMIENTO CAMPESINO REVOLUCIONARIO
ÑUBLE
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COMITÉ DE INICIATIVA 50 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DEL MIR

Ver aquí sobre el desarrollo de la lucha en el ámbito de los trabajadores

Ver aquí sobre el desarrollo de la lucha en el ámbito de la lucha social y los Consejos Comunales


[1] “Capitalismo de Estado, una etapa del proceso” JVH, Revista Punto Final Nº 147. 21 de diciembre de 1971.
[2] “Reflexiones sobre el desarrollo industrial exportador chileno”, en Reflexiones Socialistas sobre Chile. Ed. La Liebre Ilustrada. Chile 1996.
[3] Hectáreas de Riego Básico –nota de COMITÉ DE INICIATIVA 50 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DEL MIR

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