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miércoles, 28 de enero de 2015

AFRICA, EMPOBRECIDA Y SUS GOBIERNOS ENDEUDAN Y AFECTAN AUN MAS EL FUTURO DE SUS PUEBLOS


De: “África: la caída de los precios de los productos básicos puede conducir a una nueva crisis de la deuda [1], de Eric Toussaint,* publicado el 14/01/15 por el Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM).


Euforia por la deuda

En 2014, Ruanda y Etiopía, que se encuentran entre los países más pobres del planeta, colocaron títulos de sus deudas públicas en los mercados financieros de los países industrializados. Algo nunca visto en los últimos 30 años. Costa de Marfil, salida hace poco de una guerra civil y hace apenas tres años de una suspensión de pago de la deuda, también fue capaz de encontrar fácilmente prestamistas privados para adquirir títulos de su deuda. Kenia[2] y Zambia también han emitido títulos de sus deudas.


Esto refleja una situación internacional muy especial: los inversores financieros del Norte tienen una gran cantidad de dinero en efectivo y se enfrentan a tasas de interés muy bajas en su área, y están en la búsqueda de una rentabilidad atractiva. Senegal, Zambia y Ruanda prometen un rendimiento del 6 al 8% sobre sus títulos; de repente, atraen las empresas financieras que buscan invertir temporalmente su dinero incluso si los riesgos son altos. Los estados de África subsahariana han logrado vender en los mercados financieros internacionales títulos de la deuda pública por $ 7 mil millones (de dólares, N nuestra) en 2014[1]. Todo un récord.

Los gobiernos de los países subsaharianos se ponen eufóricos y tratan de convencer a su pueblo de que la felicidad está a la vuelta de la esquina, omitiendo decir que esa situación corre el peligro de cambiar dramáticamente. Estos gobernantes están acumulando deuda de manera exagerada, y cuando la situación se deteriore, presentarán la factura a su pueblo.

En cualquier caso, hay que señalar que en la actualidad, gran parte de los impuestos que los gobiernos están cobrando al pueblo (a través del IVA e impuestos sobre la renta) se utiliza para pagar la deuda en lugar de ser utilizado para la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos. En la inmensa mayoría de los países, el gasto público para pagar las deudas contraídas por los gobernantes es superior al presupuesto para educación y salud. Es un escándalo.

Además, la deuda que los gobiernos venden en los mercados financieros internacionales está respaldada por contratos cuyas cláusulas pueden ser verdaderas bombas de tiempo. Por ejemplo, cada vez más contratos contienen cláusula de aceleración de pagos. ¿Qué significa eso? Si un país entra en dificultades financieras, los tenedores de títulos de deuda podrán exigir a las autoridades del país el reembolso anticipado, lo que sólo puede empeorar la situación del país. Además, en todos los contratos se establece que en caso de litigio, no es la justicia del país endeudado la que es competente, sino la de países como Estados Unidos o el Reino Unido.

Esta situación debe convencer a la mayor cantidad de personas y organizaciones que deben luchar para conseguir que el contenido de los contratos sea hecho público por las autoridades. 

La situación de la deuda comenzó a deteriorarse.

Entre los países subsaharianos que han emitido más deuda en los mercados internacionales, los países exportadores de petróleo, comenzando por Nigeria, deben hacer frente a una caída del precio del petróleo que exportan de casi el 50%. Ahora bien, más del 70% de los ingresos del Estado provienen de la venta de petróleo. Esto disminuye su capacidad para pago presente y futuro. Por lo tanto, los prestamistas (bancos privados del Norte, fondos de inversión, el 1% más rico de África, etc.) se ponen nerviosos y empiezan a vender sus títulos en el mercado secundario de deuda, el mercado de ocasión de la deuda. Liquidan los títulos, y los que los compran con rebaja lo hacen para obtener un mejor rendimiento. Por su lado las autoridades del país deben pagar mejores tasas de interés a los nuevos préstamos so pena de no encontrar prestamistas.

Tomemos el caso de Nigeria, sus ingresos se redujeron drásticamente en 2014 debido a la caída en el precio del petróleo entre junio y diciembre de 2014. La moneda local, el naira, ha perdido 15% de su valor frente al dólar en 2014. Las reservas en divisas del banco central de Nigeria se redujeron significativamente[2]. En diciembre de 2014, el banco central ha emitido títulos de deuda pública con vencimiento 10 años más tarde, con una tasa de interés del 16%[3]. No es difícil imaginar lo que esto significa: una porción cada vez más importante de los ingresos de Nigeria deben ser dedicados al reembolso de la deuda en medio de una caída de los ingresos. Con esto las medidas de austeridad serán más exigentes.

Este ya es el caso en otro país exportador de petróleo, Angola. El gobierno, que se enfrenta a un déficit presupuestario por primera vez desde 2009, ha anunciado que va a reducir en gran medida los subsidios para los precios del combustible que goza la población. Esto aumentará el costo del transporte público, las compras, etc.

No es sólo el precio del petróleo, que cayó en el 2014, el precio de la plata y el cobre han caído un 16% y 18% respectivamente. El algodón muestra por su parte una fuerte caída del 28% en un año[4]. El precio del caucho también cayó[5]. En cuanto a mineral de hierro, el precio cayó en un 51%.

En resumen, gran parte de los países del África subsahariana, cuyos gobiernos se congratulan hasta hoy del desempeño económico, sin preocuparse por mejorar en forma sostenible las condiciones de vida de sus ciudadanos, probablemente va a terminar en una situación de más en más difícil. Esto recuerda en cierta medida la anterior gran crisis de la deuda que estalló en 1982 (ver cuadro: la crisis de 1982)


La crisis de 1982

La crisis que estalló en 1982 es el resultado del efecto combinado de la reducción de los precios de los productos exportados por los países de la periferia hacia el mercado global y la explosión de las tasas de interés[6]. De la noche a la mañana, hubo que pagar más con los ingresos en baja. De allí resultó el estrangulamiento. Los países endeudados anunciaron que se enfrentan a dificultades de pago. Los bancos privados del Centro de inmediato se negaron a conceder nuevos préstamos y pidieron el reembolso de los anteriores. El FMI y los principales países capitalistas industrializados otorgan nuevos préstamos para permitir a los bancos privados recuperar su dinero y para evitar una sucesión de quiebras bancarias.
Desde entonces, el FMI, apoyado por el Banco Mundial impuso los planes de ajuste estructural. Un país endeudado que rechaza el ajuste estructural se verá amenazado con una suspensión de los préstamos del FMI y de los gobiernos del Norte. Se puede decir sin temor a equivocarnos que los que, a partir de 1982, propusieron a los países de la periferia de suspender el pago de sus deudas y crear un frente de países deudores tenían razón. Si el Sur hubiese formado este frente, hubiera sido capaz de imponer condiciones a los acreedores acorralados.
Al elegir el camino de la devolución, bajo el dominio humillante del FMI, los países endeudados transfirieron al capital financiero del Norte el equivalente a varios planes Marshall[7]. Las políticas de ajuste han implicado el abandono gradual de los elementos clave de la soberanía nacional, lo que ha llevado a un aumento de la dependencia de los países en cuestión en relación con los países más industrializados y sus corporaciones. Ninguno de los países que aplican el ajuste estructural ha sido capaz de sostener de manera durable altas tasas de crecimiento. En todas partes, las desigualdades sociales han aumentado. Ningún país “ajustado" es la excepción.
Los programas de ajuste del FMI tienen tres objetivos: 1) asegurar el pago de la deuda contraída; 2) establecer reformas estructurales para liberalizar la economía, abrirla a los mercados internacionales y reducir la presencia del Estado; 3) permitir que progresivamente los países endeudados tengan acceso a préstamos privados a través de los mercados financieros, sin dejar sin embargo de estar endeudados.


No esperar que una nueva crisis estalle

No se debe esperar hasta que surja una crisis para iniciar la auditoría ciudadana de la deuda. Desde ahora se deben plantear preguntas críticas: ¿qué ocurrió con el dinero de los diferentes préstamos? ¿Cuáles fueron las contrapartidas de los préstamos concedidos al gobierno? ¿Cuál es el monto de intereses ya pagados y a qué tasas? ¿Qué parte del principal se ha pagado? ¿Cómo una deuda creció sin que el pueblo realmente haya sentido sus efectos? ¿Qué caminos han seguido los fondos prestados? ¿Qué parte fue desviada, por quién y cómo? ¿Quién tomó prestado y para quién? ¿Quiénes son los acreedores y cuál fue el papel de cada parte? ¿Por qué mecanismos el Estado ha encontrado comprometido en las diferentes transacciones? ¿Quiénes tomaron las decisiones de tomar préstamos y para qué? ¿Cómo las deudas privadas se transformaron en públicas, gracias a qué intermediarios y a qué organizaciones? ¿Quién se benefició con proyectos falsos con dinero prestado? ¿Qué crímenes han sido cometidos con ese dinero? ¿Sabían donantes destino de los fondos? ¿Por qué no establecer responsabilidades penales, civiles o administrativas? En general, al considerar los logros en relación con el volumen de fondos reembolsados por los países del África Subsahariana como de otras partes del mundo una conclusión se impone: sólo una pequeña parte de los préstamos ha contribuido al "desarrollo" del país. Gran parte del dinero prestado ha alimentado las redes de corrupción (en el sur y el norte del planeta) a través de comisiones y sobornos, que enriquecieron dietas oligarcas de regímenes cuyo estilo de vida ostentoso choca con la pobreza y la miseria de su entorno. También sirvieron para enriquecer un poco al 1% más rico, que luego colocó el dinero mal habido en paraísos fiscales y sobre todo en Europa.

Estos fondos también han financiado elefantes blancos, esos famosos proyectos disfuncionales y sobre facturados, a través de, al parecer, las garantías públicas a grandes empresas privadas por parte de las agencias de crédito para exportación de los países prestamistas.

Son los pueblos los que han pagado y siguen pagando el alto precio al sufrir los efectos negativos de esta deuda odiosa, garantizada por un Estado entregado, que no protege, no educa, no cura, que priva a la población de agua, de electricidad, etc.

Es para esos pueblos que el CADTM y todas las asociaciones listas para actuar en el equipo, quieren proceder a esta clarificación trabajando sobre este otro frente de batalla ciudadana: otro él quiera hacer esta aclaración abriendo el otro sitio de las batallas de los ciudadanos: abrir los libros de contabilidad de la deuda, es decir hacer una auditoría ciudadana de la deuda para identificar la parte ilegítima, ilegal o/y odiosa que deben negarse a pagar. Se trata también de identificar a los autores de actos fraudulentos que llevaron al endeudamiento y/o han permitido un enriquecimiento personal injustificado. Los culpables deben ser procesados por la justicia.

La auditoría debe ir a la par con la puesta en práctica de un modelo de desarrollo alternativo que ponga a la humanidad y a la Naturaleza en el centro de las prioridades.

Traducido por Guillermo Parodi

* Eric Toussaint, portavoz del CADTM internacional (Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo, www.cadtm.org ) es profesor de la Universidad de Lieja. Es autor de Bancocracia, Icaria, Barcelona, 2014, http://cadtm.org/Bancocratie ; Proceso a un hombre ejemplar. CADTM. 2014. http://cadtm.org/Proceso-a-un-hombr... ; Banco Mundial: El Golpe de estado permanente. Ed. AbyaYala. 2008. http://cadtm.org/Banco-mundial-El-G... . Ver también Eric Toussaint, Tesis de Doctorado en Ciencias Políticas presentada en 2004 en las universidades de Lieja y París VIII: «Enjeux politiques de l’action de la Banque mondiale et du Fonds monétaire international envers le tiers-monde», http://cadtm.org/Enjeux-politiques-... Eric Toussaint es coautor con Damien Millet de: 60 preguntas 60 respuestas sobre la deuda el FMI y el Banco Mundial. 2011. Ed. Gobierno Bolivariano de Venezuele/ Centro Internacional Miranda. http://cadtm.org/60-preguntas-60-re.... La bolsa o la vida. Ed. AbyaYala. http://cadtm.org/La-bolsa-o-la-vida,2259. Premio al libro político otorgado por la Feria del Libro Político de Lieja http://www.cadtm.org/Le-CADTM-recoi... Coautor de: Les Chiffres de la dette 2015 http://cadtm.org/Les-Chiffres-de-la... con: Pierre Gottiniaux, Daniel Munevar et Antonio Sanabria.


Equipo Internacional –CAD CHILE
Enero 28 de 2015



[1] Financial Times, «Oil routs sours Africa debt sweet pot»," 31 de diciembre de 2014. Ver la versión en la Web: http://www.ft.com/intl/cms/s/0/5634... -00144feabdc0.html # axzz3Nk1PdohE visitada 03 de enero de 2015
[2] Agencia Bloomberg, http://www.bloomberg.com/news/2014-... consultada el 03 de enero de 2015
[3] Ver el sitio web oficial del Banco Central de Nigeria: http://www.cenbank.org/rates/govtse... visitada 03 de enero de 2015
[4] Ver Boursorama, http://www.boursorama.com/actualite... , consultada el 03 de enero de 2015
[5] Los Ecos , http://www.lesechos.fr/finance-marc... , consultada el 03 de enero de 2015
[6] Este cuadro se tomó de: Pierre Gottiniaux, Daniel Munevar Antonio Sanabria, Eric Toussaint, Las cifras de la deuda de 2015, p. 9. http://cadtm.org/Les-Chiffres-de-la... 9. http://cadtm.org/Les-Chiffres-de-la..
[7] El Plan Marshall fue un programa de reconstrucción económica propuesto en 1947 por George C. Marshall, Secretario de Estado de los Estados Unidos. Con un presupuesto de $ 12,5 mil millones en el momento (alrededor de $ 100 mil millones en 2014), en forma de donaciones y préstamos a largo plazo, el Plan Marshall permitió que 16 países (entre ellos Francia, Gran Bretaña, Italia y los países escandinavos) aprovechen los fondos para la reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial.

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