43191D

jueves, 20 de febrero de 2014

A UN AÑO DEL ASESINATO DEL COMPAÑERO JUAN PABLO JIMENEZ

EL PUEBLO Y LOS TRABAJADORES EXIGEN ¡VERDAD Y JUSTICIA!
 
El jueves 21 de febrero de 2013, siendo las 15:56, mientras Juan Pablo Jiménez Garrido (35 años, casado, 2 hijos), presidente del sindicato Nº 1 de Azeta, se encontraba revisando algunos documentos sentado en una banca al interior de dicha empresa, fue impactado por una bala en la parte superior izquierda de su cabeza, generándole ello la muerte por traumatismo craneoencefálico sin salida del proyectil.
Así de frío, así de terrible, fue consignado el asesinato del destacado líder social y sindical por parte de la prensa y los órganos de la (in)justicia oficial. Ahora, a un año de su muerte, muy poco es lo que esa superestructura del Estado de clase ha avanzado en la investigación. 
Desde un comienzo hubo más obscuros que claros en la investigación sobre la muerte de Juan Pablo, quien no sólo era presidente de uno de los sindicatos de Azeta, sino que también dirigía la Federación de Subcontratistas de Chilectra. La tarde de ese fatídico 21 de febrero, varios compañeros de las organizaciones sindicales y populares donde él participaba llegaron al sitio en donde había sido asesinado, buscando ingenuamente protegerlo de la intervención de terceros.[1] Sus compañeros de trabajo habían tenido la buena idea de encintar el lugar, con el mismo propósito. Pero, al llegar efectivos de la PDI y previo a cualquier toma de fotografías o de huellas o de muestras, para estupor de los camaradas mencionados, los ratis intervinieron a propósito el entorno, pisoteando, removiendo objetos y escarbando el lugar del suceso, todo con un criminal descuido. Respecto de tal delito, ninguna autoridad dio explicaciones y la Fiscalía tampoco lo investigó.   
Recordemos que poco antes del asesinato del compañero Jiménez, a otro dirigente sindical de la misma Azeta casi lo alcanza un balazo, afortunadamente sin dar con su objetivo. Este dirigente había sido acusado de robo por parte de la contratista y no costó nada que llegasen unos pacos de civil a interrogarle a la misma empresa; a poco andar fue que casi le acierta esa otra bala ‘loca’ y de origen desconocido. Tampoco dejemos de lado el hecho que, a unas cuadras de la empresa, se encuentra una comisaría de carabineros, famosa por corrupción ligada al tráfico de drogas y con vínculos con algunos jefes narcos del sector.   
Dos días después del crimen, la PDI anunciaba la disparatada tesis de la ‘bala loca’ como causa de su muerte, cuento que la familia y sus compañeros jamás se han tragado.[2] Inclusive, detuvieron a un muchacho que habría disparado y de eso nada más se supo. Es difícil de creer que una bala (aún de 9 mm, como la del caso) recorriera parabólicamente más de 1 kilómetro, chocara, a 3,7 mt de altura, contra el enrejado que rodea la planta de Azeta y desde ahí bajará, oblicuamente, por 14 mt más hasta llegar a perforar el cráneo de Juan Pablo. El estudio de una institución independiente,[3] contratada por compañeros y familiares, aclaró que el orificio de entrada debiera ser mayor que el diámetro del proyectil (9 mm), hasta 15,7 mm, en caso que hubiese existido una trayectoria parabólica. Por tanto, en el caso del compañero Jiménez, como dicho orificio mide 9 mm, la trayectoria sería de tipo directo y rasante, con lo que refuta la teoría de la ‘bala loca’ y abre la posibilidad a un crimen por encargo, que es la causa más cierta en el caso del crimen del compañero.
        Recordemos también, porque es saludable reconocer al enemigo, que el pasquín ‘progre’ The Clinic, en edición del 25/03/13,[4] publicaba una crónica donde daba la razón a la teoría de los ratis, a la vez que desacreditaba a todo el movimiento político-social que se había levantado para exigir justicia para el asesinado, todo lo cual olía a una campaña de desinformación propia de los guatones de la ‘Oficina’.
En noviembre, la esposa de Juan Pablo rechaza nuevamente la teoría de la bala ‘loca’ y recuerda que él había recibido varias amenazas antes de su crimen.[5] Aporta que la PDI y la Fiscalía, contrariamente al aporte que dicen ser, han retrasado todas las investigaciones. Anuncia que Azeta, la empresa que cargaba con innumerables demandas por abuso laboral y prácticas antisindicales,[6] se declara en quiebra (4/11/13) y despide a todos sus trabajadores, buscando limpiar su imagen y echar al olvido el asesinato de su esposo. Luego, vino el fin de año y ahora el verano y nada más se ha avanzado para aclarar el alevoso y solapado atentado, la parte oficial, ni se han pronunciado las organizaciones populares para exigir verdad y justicia, desde abajo.
        Sólo con la lucha y la unidad de l@s que luchan, sentaremos las bases para ejercer la justicia popular para los casos de Juan Pablo, Rodrigo Cisternas, Matías Catrileo, Manuel Gutierrez, Rodrigo Melinao y tantos más.

        Cerramos ésta nota con la consigna que Juan Pablo había hecho suya y que es la que ahora debemos hacer nuestra:

¡PREFIERO LUCHAR Y PERDER, QUE PERDER SIN HABER LUCHADO!

Colectivo Acción Directa – Chile
Febrero 20 de 2014

PROXIMAS MOVILIZACIONES POR JUAN PABLO JIMENEZ:
Acto y velaton: viernes 21 de febrero, 19:00, Riquelme con Carmen.

Marcha multitudinaria: jueves 27 de febrero, 19:00, Biblioteca Nacional.

¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!


[1] http://radioenriquetorres.blogspot.com
[2] http://www.sicnoticias.cl/movimiento-social/2013/11/26/juan-pablo-jimenez-convocan-a-manifestaciones-por-caso-de-sindicalista-asesinado-piden-que-se-cambie-fiscal/
[3] https://criminalisticasav.wordpress.com/tag/juan-pablo-jimenez/
[4] http://www.theclinic.cl/2013/03/25/la-bala-loca-que-mato-a-juan-pablo-jimenez
[5] http://vimeo.com/79438776
[6] http://www.eldinamo.cl/2013/02/25/las-52-demandas-labores-que-pesan-sobre-azeta-la-empresa-donde-murio-el-sindicalista-juan-pablo-jimenez/ Inclusive, al día siguiente de su muerte, Jiménez tenía programada una audiencia en la Inspección del T. para denunciar abusos sistemáticos contra los trabajadores de Azeta.

No hay comentarios :

Publicar un comentario