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martes, 24 de septiembre de 2013

FIN AL SISTEMA DE AFP



POR UN MODELO PREVISIONAL AL SERVICIO DE LOS TRABAJADORES

Tras varios meses de conversas y propuestas, el 4 de noviembre de 1980 el entonces ministro del Trabajo, el inefable José Piñera, terminaba de convencer a los miembros de la Junta Militar (liderados por Pinochet) de dar luz verde a un inédito y rapaz sistema previsional privado, de capitalización individual y que rompería con el antiguo modelo de reparto. Se establecían allí una modalidad y una institucionalidad que ya habían sido estudiadas a mediados de los “70 en las oficinas de ODEPLAN e insinuadas años antes por unos economistas de la Universidad de Chicago ('Chicago Boys') en las páginas de “El Ladrillo”, documento fundacional publicado meses antes del Golpe (después de este, libro de cabecera de los golpistas) y que hace tres décadas y media sentara las bases para el desarrollo del modelo de libre-mercado; en rigor, del predominio del Capital Monopólico-Financiero (CMF) en nuestra Formación Económico-Social (FES).
         El nuevo modelo previsional, establecido por el DL 3500, surgió a continuación de la reforma laboral. Ambos empeños estuvieron a cargo de un empoderado José Piñera, quien completaba con ellos las transformaciones en el ámbito de las relaciones laborales inscriptas en las siete “modernizaciones” de la dictadura del capital monopólico y que anunciara Pinochet en Chacarillas, en julio de 1977
Luego de 30 años de su implantación, paradójicamente un 1º de mayo, de 1981, el sistema de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) luce como una de las reformas económicas capitalistas clave de los últimos decenios y una de las principales contrarreformas con que la dictadura cívico-militar agredió a los trabajadores. No sólo cuenta con 9 millones de afiliados, ahorros por US$ 150 mil millones y una rentabilidad real anual promedio del 9%, la cual sólo beneficia al gran capital que las maneja, sino que también se ha transformado en un “invento” chileno que han copiado otras FES en donde campea el despliegue del CMF, sobre todo de carácter dependiente (Centroamérica, Perú, África, etc.) o del ex 2º mundo (Este Europeo).
     En un comienzo, hubo que hacer varios cambios sobre la marcha al reaccionario sistema. Bajar el encaje exigido a las AFP, que era de 5%, por cuanto su mantención hubiera implicado la quiebra de todas las AFP. También se cambió la estructura de las comisiones; por ejemplo, había una comisión que se cobraba sobre el fondo y que afectaba relativamente al afiliado, por lo que los dueños decidieron implantar comisiones sobre la cotización. En un principio, las inversiones de los fondos de pensiones estaban restringidas a letras hipotecarias y depósitos a plazo en los bancos de la plaza. Tras la crisis del “82, y con el fin de apuntalar el despliegue del CMF interno, se autorizó a las AFP a invertir en acciones nacionales y a partir de 1990 se permitió poner los ahorros previsionales en activos en el extranjero.
       Las inconveniencias del modelo quedan en evidencia si consideramos que del 11,5% que entrega cada trabajador a las AFP, un 10% va al fondo de capitalización individual y un 1,5% va a gastos de administración, donde tal gasto corresponde en realidad a un margen que varía entre un 11 y un 21% del monto que administran, pese a que en promedio solo entregan un 8% de rentabilidad (fondo C). Esto último es incomprensible, puesto que en cualquier otro servicio un consumidor no estaría dispuesto a pagar por él, más de lo que recibe a cambio, acá sin embargo está obligado a hacerlo por ley; secundario a la tercerización del trabajo en los tiempos del CMF, las pensiones actualmente no sobrepasan en promedio los $170 mil, pese a que hemos tenido un periodo de más de 30 años en los cuales ha habido altas rentabilidades para las AFP y en el cuál la industria no han sido capaces de entregar mejores pensiones a los chilenos; el Banco Mundial señala lo sorprendente que Chile tenga, a través de su sistema de AFP exportador de capitales, porcentajes equivalentes a los que se manejan en países desarrollados. Esto en contraste con el hecho de que la mayoría de los gobiernos de los países en desarrollo luchan por atraer e incrementar la inversión privada, los activos del sistema de pensiones chileno, como porcentaje del PIB, rivalizan con los de los EEUU y el Reino Unido. Ello, cuando podemos constatar las tremendas carencias existentes en infraestructura en nuestro país, las que podrían verse subsanadas utilizando fondos frescos, de largo plazo y a tasas muy convenientes.
       El mismo premio nobel de economía (2008), Paul Krugman, afirmó hace un tiempo que EEUU no sufrió consecuencias más graves en la última crisis financiera (2007-2009) gracias al hecho de no adoptar el modelo chileno de AFP y que la decisión de los estadounidenses evitó que se cayera en una Gran Depresión. Por otro lado, el economista también aprovecho de elogiar el aumento del gasto fiscal por parte de los gobiernos, que en diversos países contribuyó a amortizar el golpe de la crisis.
        Como única salida factible al tema y una idea que viene tomando fuerza, es la de retornar a un mejorado sistema previsional universal, solidario y de reparto, como el que propone el Movimiento Sindical por la Seguridad Social y la Previsión (más conocido como No a la AFP). Universal significa que la responsabilidad del Estado debe ser asumida en un primer nivel de pensión universal, denominada Pensión Básica (PB). Respecto a los valores de las pensiones, estiman que la PB debe tener uno inicial igual al sueldo mínimo, monto que se incrementará de acuerdo al crecimiento de la economía. Solidario significa que estará financiado por las cotizaciones de los trabajadores y de los empleadores. A ello se debe agregar que en el caso de las mujeres se debe integrar el abono de un año de imposiciones por hijo, por parte del Estado. Una entidad de este tipo, pública y administrada sin fines de lucro, agregaría transparencia al sistema, reduciría enormemente los costos, restringiría la concentración económica y el control por grupos económicos de los recursos de los trabajadores, además de aportar al verdadero desarrollo económico para las grandes mayorías nacionales.
El Movimiento Sindical antedicho está convocando a una gran movilización en contra del modelo de AFP, para el próximo sábado 5 de octubre. Es una buena oportunidad para unir esta demanda a las demás que el pueblo y los trabajadores han estado agitando en el último tiempo y que buscan acabar con la herencia de la dictadura cívico-militar, legado que tan cómodamente han seguido administrando la ex Concertación y la derecha.

¡SÓLO LA LUCHA Y LA UNIDAD NOS HARÁN LIBRES!

                             Colectivo Acción Directa – Chile Septiembre 24 de 2013

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