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jueves, 28 de marzo de 2013

7 DE ABRIL, DÍA MUNDIAL DE LA SALUD: UN DERECHO SOCIAL POR CONQUISTAR



Parte I
¿QUÉ ES LA SALUD?
Una ya antigua descripción de la OMS nos dice que la SALUD no sólo es que las personas no estén enfermas, sino que corresponde a su completo bienestar en los planos físico, mental, social y cuando ellas están en armonía con su medio ambiente. Sin embargo, ¿resulta suficiente y concreta ésta definición? Ya veremos, pero por ahora adelantemos que la misma OMS, en su Conferencia Internacional de Atención Primaria de Alma-Ata, 1978, cuyo ampuloso y quimérico lema era: “Salud Para Todos para el 2000”, declara: “la salud es un derecho humano fundamental y la consecución del nivel de salud más alto posible es un objetivo social prioritario”. Veamos que dice la realidad.   

ALGUNOS DATOS SOBRE LA MALA SALUD EN CHILE
1. Registramos la 2ª mayor tasa de suicidio adolescente a nivel mundial y un record en depresión, pero, a despecho de ello, la OMS señala que aquí se destina un bajo porcentaje del presupuesto total a los programas de salud mental en el sector público; 2. Disminuyen los menores de 5 años y aumentan los mayores de 60, lo que implica aumento progresivo de los gastos en salud a causa de la progresión de los daños naturales y por las afecciones crónicas; 3. Los problemas de salud se hacen más complejos, con aumento de las enfermedades crónicas, cánceres y mentales; 4. Desde 1990, han aumentado en 8% los beneficiarios de FONASA; 5. En 2010, comparados con los promedios de OCDE, dedicamos el 8% del PIB a gasto en salud, bajo el 9,5% OCDE; si ese gasto lo vemos por persona, Chile apenas alcanza a US$ 1.202, mientras que éste fue de US$ 3.268 OCDE; sobre aporte público al gasto total en salud, Chile es el 3º peor, con sólo 48,2%, frente a 72,2% OCDE; 1,4 médicos/1000 habitantes, contra 3,1 OCDE; 1,5 enfermeras/1000, contra 8,7 OCDE; camas en hospital para cuidados curativos 1,8/1000, contra 3,4 OCDE; número de resonadores magnéticos tres veces menor que OCDE y menos de la mitad de tomógrafos; un sistema de salud público desmembrado y pauperizado, con personal insuficiente y el cual realiza sus acciones en condiciones laborales desmedradas. No obstante, este sombrío cuadro se debe contrastar con la realidad de la SALUD en el conjunto de las naciones dominadas del sistema capitalista mundial, campo aquel al cual estamos asignados. Así, en la declaración final de la Conferencia Internacional sobre Salud para el Desarrollo, de 2007, se lee: “A casi 30 años de Alma Ata, la situación de salud de gran parte de la humanidad es deplorable y no goza (ésta) de una atención de salud integral, equitativa o ni siquiera básica”.

LA SALUD COMO UN DERECHO SOCIAL
Creemos que la visión de la OMS debe ser ampliada profundizada, señalando que la SALUD es un proceso individual a la vez que colectivo, y que si bien ella se ve condicionada directamente por la situación de los planos mencionados, para poder concretarse requiere de la preexistencia en la sociedad de una serie de factores materiales, económicos, sociales, políticos y culturales, a fin de que, interactuando todos en conjunto, sostengan en el tiempo su reproducción y la hagan un efectivo derecho para todas las personas. Estos últimos factores son: un sistema económico que responda a las necesidades de las mayorías nacionales; un Estado que declare un derecho todas las necesidades de la población y se haga cargo de ellas, aportando recursos suficientes; un orden constitucional que asegure no sólo el acceso, sino que la atención de salud para tod@s; un Servicio de Salud Público poderoso, nacional, con financiamiento suficiente, descentralizado física, profesional y tecnológicamente; servicios sanitarios de propiedad estatal; condiciones dignas para todos los trabajadores del país, así como pensiones suficientes; una sociedad libre de discriminación y genuinamente democrática; que todos los ciudadanos tengan asegurada educación pública gratuita, de excelencia y democrática; disponibilidad y capacidad concreta de adquirir una adecuada cantidad y calidad de alimentos; políticas públicas centradas en las personas a lo largo de su vida, con énfasis al comienzo y al final del ciclo; respeto por la cultura, la identidad y el territorio de los diversos pueblos aborígenes que habitan en Chile; real cuidado y protección del medio ambiente y que permita su preservación; investigación científica al servicio del país y sus necesidades. De lo anterior, se puede extraer que si falla sólo uno de los factores implicados, la SALUD estará coja, como lo es en la actualidad.

Nos enfrentamos con una problemática que no es sencilla ni puede depender de unas pocas personas o de votos más o menos. La existencia de una SALUD de calidad y el poder gozar de ella, dependerá de la capacidad del pueblo organizado de luchar por ver satisfechas todas sus demandas y hasta alcanzar su liberación. Entonces sí que se encontrará en posibilidad de ejercer todos los derechos fundamentales, incluida la SALUD: ¡EL QUE NO LUCHA POR TODO NO LUCHA POR NADA!  

Colectivo Acción Directa -CAD, Chile

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