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viernes, 1 de febrero de 2013

HACIA UN 2013 DE LUCHA E IMPRONTA POPULAR



Nos encontramos en pleno verano y en medio del estío nos queda tiempo para ver lo que fue y lo que se nos viene, a este lado de la brecha.
Comenzar diciendo que durante 2012 la agenda popular fue ocupada por 2º año consecutivo por el Movimiento Estudiantil. Este, sí bien no tuvo la masividad arrolladora de 2011, llegó a tener importantes momentos de agitación y de accionar al nivel nacional (dinámica que le sigue siendo característica, a despecho de los demás sectores y frentes sociales). Se incorporaron contingentes estudiantiles de las Ues particulares, los que aportaron otras vivencias y demandas, además de ser los que más directamente sufren el lucro que les esquilman los dueños de tales ‘empresas’. Los más consecuentes de entre los secundarios lograron llevar la batuta en varios momentos, dejando atrás a los universitarios, los que siguen estando encabezados por direcciones algo vacilantes y temerosas de responder a la altura de la persistente combatividad de los movilizados e incluso potenciarla para dar paso a la constitución de un verdadero Poder Estudiantil. Este año será importante incorporar a otros sectores de estudiantes: de los liceos especiales, de los CFT, de los IP, etc. Asimismo, será fundamental que los activos revolucionarios se hagan de las direcciones de los establecimientos y encabecen las instancias de coordinación, tanto regionales como nacionales, extendiendo la invitación a luchar a todos los jóvenes de la formación: pobladores, cesantes, etc.
El sector de pobladores comenzó muy activo en las regiones VII y VIII, sobre todo por la irresuelta temática de la reconstrucción post F27. Las acciones de los deudores habitacionales, en general, fueron menores y esporádicas, sin que llegasen a tener sus instancias más conspicuas (las diversas ANDHAs) la presencia de años anteriores. Quizás este año, producto de las elecciones, podremos observar un repunte de sus movilizaciones y tratando así de poner en la palestra su problemática. En todo caso, resulta evidente que se requiere avanzar en la politización de sus demandas y de la organización detrás de los deudores, allegados y sin casa.  
Los trabajadores, y lo dijimos, fueron nuevamente los ausentes de la pelea popular, salvo honrosas excepciones. Sus organizaciones naturales decaen en cantidad y calidad, mientras que las pretendidas organizaciones alternativas no dan con las formas más adecuadas de inserción y desarrollo. Se hace urgente que desarrollemos un análisis profundo de la estructura económica actual de la formación, que permita exhibir las consecuencias del actual patrón acumulativo sobre la fuerza laboral (y la sociedad civil en general); efectuar un cedazo fino sobre las implicancias de la ‘tercerización’ del trabajo, hasta llegar a evidenciar los mecanismos ideológicos que coartan el despliegue político-social de las ‘fuerza motrices de la revolución’. Tema aún menos tratado y no por ello menor, es el de los cesantes y los trabajadores eventuales, que requieren de un abordaje específico y eficaz.
Sobre la movilización del pueblo Mapuche, que se ha ido transformando en un tema de Estado, aunque éste insista en limitarlo a uno de tipo policial, tuvo por primera vez en años una clara continuidad a lo largo de 2012. Han integrado dialécticamente acciones que van desde las de un carácter no violento hasta las de sabotaje medio, tratando siempre de exponer a las claras a sus enemigos económicos y sociales. Esperamos que puedan ser flexibles y darse una organización que acabe con el caudillismo, que logre vincularse con las demandas de los demás sectores explotados y excluidos de la formación y que, en base a ésta unidad social y política amplia, logre sortear la guerra de baja intensidad que le impone el Estado y el Bloque Dominante.
La Protesta Popular Territorial y Nacional que está siendo convocada y organizada para el próximo 11 de marzo debe ser un momento de profunda unidad y lucha en contra de nuestros enemigos comunes: la derecha, los acomodados de la Concertación, los patrones extranjeros y sus lacayos internos y todos aquellos que nos explotan y dominan. Debe ser el inicio de una etapa cualitativa superior en el enfrentamiento de clases, con vistas a que este sea un mejor año para la causa de los trabajadores y los sectores populares de Chile.
 CAD
Febrero de 2013

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